En pleno
conflicto con Washington por la compra de armas a Rusia, el presidente
venezolano, Hugo Chávez, anunció en junio del año pasado que planificaba
convertir a Rusia en su socio para la fabricación de fusiles Kalashnikov AK-103
y de repuestos para aviones de combate Sukhoi. El martes de la semana pasada, la empresa
fabricante confirmó el anuncio que seguramente conmocionará a EEUU y a las
potencias occidentales.
Informe especial
IAR-Noticias
De acuerdo con lo lo informado el
martes por el director general de la empresa, Vladímir Gorodetski, la
planta metalmecánica de Izhevsk montará hacia 2010 en Venezuela dos plantas
para fabricar fusiles Kalashnikov y sus municiones,
"A finales de este año empezaremos a montar dos plantas en Venezuela, una de
fusiles Kaláshnikov AK-103 y otra de cartuchos con bala calibre 7,62x39",
informó Gorodetski en rueda de prensa dedicada al 60º aniversario del fusil
Kaláshnikov.
El directivo señaló que las plantas serían construidas en un mismo sitio en tres
años y que finalmente la parte rusa transferirá la tecnología y otorgará la
respectiva licencia de producción a Venezuela.
Actualmente la planta de Izhevsk produce más de 70 variedades de armamento, como
el fusil Kaláshnikov (AK) serie "100", el fusil de asalto Níkonov (AN-94), el
rifle de francotirador Dragunov (SVD) y la metralleta Visón-2 entre otras armas,
incluidas las deportivas y de caza.
En Izhevsk asimismo se producen los sistemas de misiles guiados Kitolov y
Krasnopol.
Arma mortal
Según quien lo porte, según la causa
que defienda, el poderoso fusil de asalto
Kalashnikov puede servir para liberar
o para oprimir, pero de lo que no hay ninguna duda es de que se trata de una
máquina de matar. Una de las más eficientes y utilizadas del Planeta.
El mortal AK-47, en
sus diversas variantes de diseño y funcionalidad, puede caer
indistintamente en manos de grupos armados de liberación,
como en Irak y Palestina, o ser utilizado por
narcotraficantes, delincuentes comunes, o por grupos marginales
violentos que se alimentan del accionar delictivo.
La falta de regulación del arma llevó a que el inventor de la
misma, el teniente general Mijail Kalashnikov, solicitase
controles más estrictos.
El fusil AK47 (por
Automat Kalashnikova 47, el año de su entrada en servicio en el
ejército entonces soviético) puede provocar la muerte a una
distancia de 1.500 metros.
"No me molesta que
mis armas sirvan para las liberaciones nacionales o para la
defensa", señaló Kalashnikov, de 86 años. "Pero cuando veo que
gentes de paz son asesinadas y heridas por estas armas, me
siento infeliz y en cólera", agregó. "Me tranquilizo diciéndome
que inventé ese fusil hace 60 años para proteger los
intereses de mi país", afirmó el anciano general ruso.
Kalashnikov, quien
preside a los armeros de Rusia y ha escrito cinco libros,
lamentó que sus fusiles "no siempre sigan los fines con que
fueron creados".
"No es mi culpa que sean empleados en conflictos interétnicos y
de otro tipo. Son los políticos quienes no se ponen de acuerdo
en cuestiones de litigios", se disculpó en sus declaraciones en
Cuba citadas por la agencia EFE.
De acuerdo con un
nuevo informe de la campaña Armas bajo Control, dado a conocer
en junio de 2006, durante la conferencia mundial de la ONU sobre
armas pequeñas y ligeras en Nueva York, al menos durante los
próximos 20 años el fusil de asalto Kalashnikov seguirá siendo
el arma más utilizada en las zonas de conflicto, ya que su
regulación es muy deficiente.
Según el informe, en
la actualidad, el Kalashnikov, con sesenta años de historia,
se fabrica cada vez en más países, debido a la falta de
regulación y control a escala internacional existente sobre
su producción, venta y uso, según el informe "AK-47: The
World's Favourite Killing Machine".
Chávez
y la "guerra asimétrica"
El presidente
venezolano Hugo Chávez, al entregar los 30.000 AK-103 a las
fuerzas armadas de Venezuela, en junio del año pasado,
señaló que "con este hecho Venezuela está derrotando la
pretensión hegemónica imperialista del Gobierno de Estados
Unidos".
"No es cualquier
fusil, (el Kalashnikov) es el mejor fusil del mundo, no
hay fusil como este en el planeta", manifestó el líder
bolivariano.
Washington
(recordando su pasado con el Kalashnikov y los movimientos de
liberación), por supuesto, no comparte la opinión del presidente
de Venezuela.
Razón por la cual
muchas ONG (financiadas por las armamentistas estadounidenses)
ya se han sumado a las campañas de denuncia contra la
"carrera armamentista" emprendida por Hugo Chávez, desde las
usinas mediáticas de la CIA y el Departamento de Estado.
Con Venezuela y su
compra de armas para la defensa esta pasando lo mismo que sucede
con la República de Irán y su programa nuclear, en otra escala.
Las potencias
capitalistas con EEUU a la cabeza, hegemonizadoras de un
poder nuclear con capacidad de destruir centenares de veces el
planeta, le exigen a Irán que suspenda su programa de uranio
enriquecido por el "peligro internacional" que representaría esa
república islámica en posesión de algunas cabezas nucleares.
A su vez, las
potencias concentradoras de la fabricación y distribución de
armas a escala mundial, los dueños de los arsenales que
alimentan todas las guerras y los conflictos armados en el
Planeta , se "alarman" por la decisión de Chávez de fabricar el
fusil Kalashnikov, supuestamente para utilizarlo en una
"guerra asimétrica" contra EEUU.
Venezuela, fabricando
y distribuyendo el AK-103, pone en "peligro" a toda la
región, según Washington, pero los complejos militares
estadounidense y europeos que diseñan, fabrican y distribuyen
los instrumentos de muerte en el mundo están exceptuados de ser
un "peligro" para la humanidad.
Y no se trata de una
casualidad: el "pacifismo" y la "antiviolencia" solo se aplica
en las áreas dependendientes para domesticar conciencias y
demonizar el uso de las armas.
Y hay un axioma de
máxima que guía este principio: el uso de las armas es solo un
privilegio del dominador. Un derecho que le está vedado al
dominado por la sencilla razón de que las armas pueden ser
utilizadas tanto para liberar como para dominar.
Este es el punto
central de la "preocupación" del Departamento de Estado y de
Washington por los Kalashnikov "tropicalizados" de Hugo Chávez y
su movimiento bolivariano.
A las armas las carga
el capitalismo, pero también las pueden cargar otros: ese es el
punto central donde Chávez y el AK-103 Kalashnikov (de origen
ruso-soviético) parecen no cerrar del todo con los planes del
Imperio.