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(IAR-Noticias) 02-Diciembre-07 |
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Confirmación
del gobierno /
En un escenario
internacional que sigue dominado por la volatilidad de los
mercados y por la escalada de los precios del petróleo, y con
sombríos pronósticos de recesión mundial, el presidente de
Turquía, Recep Tayip Erdogan, confirmó en Ankara que el gobierno
autorizó al ejército a realizar operaciones transfronterizas
contra el "terrorismo" kurdo en el Kurdistán iraquí, una
región estratégica que alberga las mayores reservas petroleras
de Irak. La noticia se relaciona con lo dicho por Erdogan, a
principios de noviembre, cuando afirmó que EEUU no vetaría
operaciones turcas en el norte de Irak.
Recep Tayyip Erdogan y George
W. Bush se reunieron el lunes 5 de noviembre en Washington para tomar una
resolución en conjunto sobre el conflicto en el Kurdistán iraquí, mientras
los generales turcos esperaban la luz verde para lanzar una operación en gran
escala contra los refugios de los "terroristas" kurdos.
Según la prensa turca, durante la
reunión en Washington, le habría dado una "luz verde" encubierta a Erdogan para
ordenar el ataque.
El viernes, el primer ministro
turco, Recep Tayip Erdogan, anunció que las fuerzas turcas recibieron su
autorización para realizar operaciones transfronterizas en el Kurdistán
iraquí, aunque no mencionó la modalidad de las mismas.
El primer ministro precisó a la
prensa turca que el permiso "rige desde el pasado miércoles" 28 de noviembre.
La prensa turca coincidió en Ankara
en que el ejército turco, con una concentración de tropas estimada en
100.00 efectivos en la frontera, no efectuará una operación militar masiva
contra los búnkeres "terroristas" del PKK, sino acciones limitadas a objetivos
concretos, en las que no se descartan bombardeos aéreos.
Los sectores militares y
ultranacionalistas, así como la opinión pública turca siguen presionando a
favor de una operación militar en gran escala para acabar con las
infiltraciones de militantes del PKK desde el país vecino, como la sucedida el
21 de octubre pasado que acabó con la vida de 12 soldados turcos e hirió a otros
16.
Luego de
La
La autorización para
el inicio de operaciones militares en el norte de Irak, es la
señal más evidente de que el gobierno de Erdogan ha cedido en
parte a las presiones de los sectores militares y
ultranacionalistas cuyo objetivo, además de terminar con la
guerrilla del PKK, es avanzar contra el gobierno autónomo del
Kurdistán, una región explosiva donde se encuentran las
principales reservas del petróleo iraquí.
Lo que hace que
cualquier conflicto militar en la región pueda impactar en los
precios del petróleo, que han terminado la semana amenazando con
perforar la barrera de los US$100 el barril.
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El Titán de
Sudamérica quiere acción /
Viernes 30 de Noviembre,
/ Informe especial Chávez no deja ningún espacio mediático sin explotar: En los últimos días, y como si estuviera frente a una "simultánea" de ajedrez, pasó de una guerra (obviamente mediática) con el Rey de España, a una guerra diplomático-mediática con Uribe, que coronó finalmente con el anuncio de ruptura de relaciones con Colombia, y, sin descuidar ningún flanco propagandístico, denunció a la CNN de instigar "subliminalmente" su asesinato en la pantalla. Y Chávez, que ya lleva decenas de denuncias de "magnicidio" y sigue acumulando centimetraje y pantalla en las grandes cadenas imperiales (que lo rebotan como un "producto exitoso"), esta vez parece inclinarse por el terreno resbaladizo y peligroso de pelearse con su vecino, Uribe, el "cachorro" favorito del Imperio que administra un país en guerra. Colombia, Venezuela, y Chávez plantado como un Titán en el medio: ¿Qué puede salir de ese cóctel? Algunos dicen que puede salir una guerra. Un conflicto armado entre dos países con fronteras comunes, en el corazón estratégico de las reservas petroleras y de los grandes depósitos de biodiversidad, en el área estratégica del Amazonas y de los grandes espejos de agua dulce que Washington ya quiere tener bajo su control militar directo, no ya bajo un control "tercerizado" por gerencias de enclave como la de Uribe, y la de Chávez ( o la de Lula), sino bajo juridisción de bases militares estadounidenses. El Imperio (lo dicen los partes de inteligencia del Comando Sur) intenta reordenar su dominio geopolítico regional con una presencia militar más activa fundamentada a partir de la "guerra contra el terrorismo" o de la neutralización de conflictos "desestabilizadores". Colombia es un satélite militar de EEUU, y Venezuela es lo mismo, pero en forma disimulada. Una guerra entre ambas, le daría la excusa perfecta a Washington para una intervención militar en su "patio trasero" de dominio. Chávez, como Mambrú (tal vez creyendo que sigue en las pantallas), anda jugando a una guerra que se le puede tornar en serio. La condición dual del presidente venezolano (principal "enemigo" y principal "socio comercial" de EEUU, simultáneamente) no lo deja pensar con claridad. Y Chávez, obvio es decirlo, no es un experto en guerra militares (su única experiencia fue un golpe fracasado contra Carlos Andrés Pérez en 1992), sino en guerras mediáticas. Así que algún general venezolano, de esos que tomaron (y toman) lecciones en el Comando Sur (¿Tal vez Baduel?), en algún momento va a tener que hacerle notar las diferencias existentes entre Colombia y las grandes "simultáneas" mediáticas. Con un detalle: No hay nada más que desee Washington en estos momentos que una guerra entre Venezuela y Colombia. Chávez rompe relaciones con gobierno de Uribe Por Carlos Chirinos - BBC
El presidente de Venezuela, Hugo
Chávez, anunció que rompe relaciones con el gobierno de Colombia, en una
profundización de la crisis diplomática desatada la semana pasada a raíz de
la salida del mandatario venezolano de la mediación que venía haciendo que entre
su gobierno y la guerrilla colombiana.
De las declaraciones del canciller
venezolano se entiende que una ruptura de relaciones no está descartada, aunque
se cuidó de calificar así las palabras presidenciales.
En un espacio de noticias de CNN en
Español se mostró la foto de Chávez con un cintillo en el que se leía: "¿Quién
lo mató?".
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General sin
ejército /
Jueves 29 de Noviembre, IAR Noticias / Informe especial Por estas horas los analistas internacionales se devanan los sesos buscando la "trama oculta" que llevó al golpista-presidente Pervez Musharraf a renunciar oficialmente este miércoles a la comandancia de las fuerzas armadas de Pakistán, convirtiéndose en "presidente civil" tal como lo pidió Washington. Sembrando un cúmulo de nuevos interrogantes, Musharraf delegó el mando militar al general Ashfaq Pervez Kiyani, el militar que se reunió en tres oportunidades a cenar con John Negroponte, el enviado de Washington a Pakistán, a quien se le atribuía la misión de convencer a Musharraf, por las buenas o por las malas, de que abandone la jefatura militar y levante el estado de excepción que todavía sigue vigente en la nación islámica. Este miércoles la prensa estadounidense habla de la "buena relación" que reina entre Musharraf y el nuevo comandante en jefe, y sugiere que el general golpista recibió garantías por parte de Washington de que no interferirá a favor de Bhutto o de Sharif, los dos competidores del ahora "presidente civil" en el poder.
No obstante, pese al gesto de
subordinación del golpista-presidente que hasta hoy controlaba el poder con mano
de hierro en Pakistán (una potencia nuclear islámica con 165 millones de
habitantes, clave para el equilibrio regional del poder de EEUU y
para la contención de Afganistán), en Pakistán no está todo dicho.
Pese al gesto de Musharraf,
Washington ya no confía en él, y nadie puede prever si el general seguirá al pie
de la letra las exigencias de Washington: levantamiento del estado de excepción
y continuidad del diálogo con la oposición orientado a construir un "pacto
democrático".
Por otra parte, nadie sabe si el general-golpista-presidente cedió por voluntad propia, o si Negroponte, el "experto" favorito de los halcones de Washington, terminó por imponerle su medicina de presión, bajo amenaza de un derrocamiento por vía militar. Para Washington, Pakistán reviste un problema estratégico fundamental: un desenlace fuera de programa y con Musharraf fuera de control, por su implicancia estratégica en el tablero geopolítico y militar y su incidencia en el conflicto de Afganistán, puede detonar los mercados y desatar una disparada de los precios del petróleo fuera de programa. Según el influyente diario imperialista USA The Washington Post, la operación para controlar a Musharraf se puso en marcha cuando Negroponte pisó Pakistán y se reunió con el segundo al mando de las fuerzas armadas pakistaníes, el general Pervez Kiyani, señalado ya como el "nuevo socio" de Washington en la "guerra contraterrorista". Durante su visita, Negroponte -según el Post- se entrevistó en tres oportunidades (que incluyeron dos largas cenas) con Pervez Kiyani, subjefe del Estado Mayor del Ejército de Pakistán, destinado a convertirse en el nuevo "hombre fuerte" tras la partida de Musharraf. En la percepción de The Washington Post, las entrevistas de Negroponte con Kiyani dan una clara señal de que EEUU ya eligió a su nuevo socio en la "lucha antiterrorista". Y hay un dato sugestivo: el nuevo "elegido" de Washington para la "guerra contra el terrorismo", el
general Ashfaq Pervez Kiyani,
en un antiguo
jefe de los servicios de inteligencia, que fue designado en octubre por
Musharraf como su segundo al mando,
según la prensa pakistaní, por
presión de Washington.
Lo que todavía no se sabe es si Musharraf participó de las reuniones de Kiyani con Negroponte, o si el acuerdo le fue impuesto por alguna presión militar. Musharraf ya cumplió con dos de los puntos exigidos por Washington: Se quitó el uniforme militar y liberó a los detenidos tras el golpe de estado. Ahora deberá cumplir con el levantamiento del estado de excepción y organizar las elecciones parlamentarias de común acuerdo con Bhutto y Sharif, quienes ya cortaron el diálogo con el dictador-presidente y adelantaron que no lo reconocerán como mandatario. Pero lo que siguen preguntándose los analistas es qué grado de influencia sigue conservando Musharraf en las fuerzas armadas y en los servicios de inteligencia pakistaníes, vitales para su preservación como "presidente civil". Musharraf llegó al poder en 1999, tras un golpe de estado contra el gobierno del primer ministro Nawaz Sharif, quien ahora está en el exilio. El gobernante, que el jueves deberá asumir como presidente civil, renunció a la jefatura del ejército tras aumentar las presiones de Washington y de la Unión Europea para que abandonara las fuerzas armadas. "Me despido del ejército tras haber llevado el uniforme durante 46 años", dijo Musharraf durante su discurso de despedida.
"Este ejército es mi vida. Lo amo
y mi relación con él continuará, pese a que no llevaré el uniforme", agregó
el ahora presidente civil. Pese a que el 8 de enero se celebrarán elecciones generales en Pakistán, Musharraf todavía debe anunciar el fin del estado de excepción. La expectativa se sigue centrando en dos temas centrales: si Musharraf va a levantar el estado de excepción, y si el nuevo mando militar, en manos del general
Pervez Kiyani,
va a responder a sus órdenes, en caso de que no lo levante contrariando
la voluntad de Washington.
La mayoría de los analistas de las
cadenas norteamericanas se muestran escépticos respecto de la sumisión de Musharraf a las presiones de Washington, argumentando que el general
acredita una dilatada experiencia en el juego político-militar y su astucia y manejo
de las estrategias de inteligencia lo convierten en un hueso duro de roer.
El punto, aclaran, está en saber si las fuerzas armadas responderán a sus órdenes de "presidente civil". De no ser así, el general Kiyani, el nuevo "favorito" de Washington, podría terminar a corto plazo con lo que le queda de futuro a Musharraf en el poder.
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Sin Hamás y
repudiados por los palestinos /
Miércoles 28 de Noviembre, IAR Noticias / Informe especial Con el repudio de la mayoría de los palestinos, el presidente del Imperio norteamericano, George W. Bush, y su homónimo y socio del Estado sionista de Israel (invasor y ocupante de Palestina), Ehud Olmert, sentaron este martes a una "mesa de paz", en representación de "todo el pueblo palestino", a su desembozado gerente en Cisjordania, Mahmoud Abbas, con una claque de países participantes (calificados como carnaval árabe-sionista por Hamás), y en una puesta en escena que la mayoría de la prensa internacional ya califica como un "fracaso" de antemano. Bush es el presidente más desprestigiado y repudiado de la historia de EEUU; Olmert, es el mandatario más desprestigiado de la historia de Israel, fue derrotado en Líbano por Hezbolá y está procesado por corrupción; y Abbas es un títere desembozado y a cara descubierta de ambos, que fue derrotado y expulsado de Gaza por Hamás. Bush está a punto de terminar su mandato con un ataque militar agendado a Irán (y posiblemente a Siria); Olmert (el genocida del Líbano) mantiene un criminal bloqueo contra el millón y medio de palestinos que habitan Gaza (en estado de catástrofe humanitaria), ordena a su ejército operaciones diarias de represalias y asesinatos de militantes y civiles en la frontera, y su gabinete -revelado por los propios medios israelíes- está repensando y evaluando nuevas invasiones militares a escala global en Líbano y Gaza. Abbas, la "parte palestina" de la "conferencia de paz", es el ejecutor sumiso de la guerra interna contra el "terrorismo" de los militantes y organizaciones palestinas que no se someten al mandato de Israel, y a cambio recibe para su reinado en Cisjordania (a la que confunde con la totalidad del pueblo palestino), armas, financiación, energía, alimentos y encendidos elogios del eje sionista EEUU-Israel-Unión Europea que, en cambio, tiene sitiada y en estado de catástrofe humanitaria a Gaza. Estos tres personajes, protagonistas de uno de los períodos más oscuros y sangrientos de la historia del imperialismo en Medio Oriente, que no dudan ni presentan fisuras sensibles al ordenar rutinarios bombardeos a poblaciones civiles y "asesinatos selectivos" contra sus oponentes (caso de Bush y Olmert), o matanza de palestinos para defender los intereses del invasor (caso de Abbas), abrieron una conferencia para ¡hablar de la paz! en Annapolis, Maryland, EEUU. Y como ya es de uso y costumbre (y así como no han sido juzgados por crímenes de lesa humanidad por ningún tribunal internacional), ninguna organización mundial pidió para ellos una internación psiquiátrica en algún centro para dementes peligrosos, y son, en cambio, acompañados por 40 países, incluidas naciones árabes, que avalan y legitiman con su presencia el grotesco de una "conferencia de paz" organizada por una dupla de genocidas internacionales. Bush llegó en helicóptero a la Academia Naval de Annapolis, donde están reunidos los representantes de más de 40 países, incluyendo Brasil y México, así como cientos de periodistas de todos los rincones del mundo.
Hablando desde el más allá, Bush
(acompañado de Olmert y Abbas) dijo al abrir la conferencia que "los palestinos
tienen que entender que un nuevo Estado no puede surgir del terrorismo, mientras
que Israel también tiene que "poner de su parte" (no se sabe qué quiso
decir).
En una breve declaración conjunta,
leída por Bush al inicio de la conferencia de paz, que se celebra en la
localidad de Annapolis (EE.UU.), ambas partes (la dupla sionista y su gerente
Abbas) se comprometen a no cejar en las negociaciones hasta alcanzar un
acuerdo que "contemple la creación de un Estado Palestino que conviva en paz
y armonía con Israel". Uno de los puntos principales -según los organizadores del evento de "paz"- fue que tanto Israel como los palestinos tendrán que aplicar la "Hoja de Ruta", un plan ya fracasado que se acordó en 2002 para crear un "Estado palestino en tres fases" y que nunca fue llevado a cabo. Para la mayoría de los medios y analistas árabes, la farsesca conferencia fue sólo una puesta en escena mediática utilizada por Bush y Olmert para tapar su fracasada operación de aislamiento internacional de Hamás que todavía no cuenta con ningún apoyo explícito en la ONU. Luego de que Hamás ganara legítimamente las elecciones, el año pasado, EEUU e Israel fracasaron en tres operaciones lanzadas para terminar con su gobierno y restaurar a Abbas y a su organización Al Fatah en el monopolio del control de Gaza. En su objetivo medular de terminar con el gobierno de Hamás y la resistencia armada palestina, Israel fracasó estrepitosamente con su invasión militar a Gaza, en junio de 2006, y volvió a fracasar con su estrategia maquiavélica de dividir con la "guerra civil" cuando este año Hamás derrotó militarmente a Al Fatah y expulsó a Abbas de Gaza. En una cumbre en Washington, a principios de año, Bush y Olmert resolvieron lanzar una operación de aislamiento y estrangulamiento internacional de Hamás, cuya columna vertebral es la actual conferencia de Annapolis que va camino de sumar un tercer fracaso de la dupla EEUU-Israel. Sin mencionar las masacres de palestinos por el ejército israelí, Olmert dijo al abrir el evento que "Tenemos grabados en la memoria los fracasos anteriores. Los horribles atentados perpetrados por organizaciones terroristas palestinas han afectado a cientos de civiles israelíes; han destrozado familias".
"La paz no es imposible de alcanzar
si hay buena voluntad y honestidad entre las partes", señaló por su parte Abbas.
![]() El lunes, Hamás señaló que "el pueblo palestino" no tendrá en cuenta las decisiones que se tomen en Annapolis. "Las decisiones tomadas en Annapolis no empeñarán al pueblo palestino porque éste no autoriza a nadie, ya sea árabe o palestino, a decidir sobre sus derechos ", afirmó el portavoz de Hamás, Fawzi Barhoum. "Nuestra conferencia (en la franja de Gaza) hará llegar el mensaje de los peligros de una normalización con Israel. La causa palestina no debe servir de pasarela a los árabes y a la comunidad internacional como fin para normalizar sus relaciones con el enemigo israelí", afirmó. El portavoz de Hamás aseguró por otro lado que Hamás reafirmará el "derecho de los palestinos a la resistencia" frente a Israel.
"El pueblo palestino no se quebrará y
seguirá con la resistencia cualquiera sea el resultado de la Conferencia de Paz
de Annapolis", afirmó el depuesto primer ministro palestino Ismail Haniye. Ismail Haniye, el líder de Hamás, afirmó que "estamos contra toda normalización, sean por vínculos directos e indirectos", en alusión a los representantes del mundo árabe e islámico en la conferencia. "Hamás no reconocerá nunca a Israel", aseguró.
También condenó la participación
de esos representantes árabes "por primera vez al lado de los del gobierno
sionista" en Annapolis, que debería servir, según los organizadores, de plataforma para reanudar las
negociaciones de paz entre los dos pueblos, estancadas desde el 2000, y uno de
cuyos principales objetivos es la creación de un estado palestino.
En tanto, la mayoría de los
palestinos piensa que el primer ministro israelí, Ehud Olmert, no aspira a una
"paz genuina" y prevé que si fracasa la conferencia de Annapolis se producirán
disturbios en la región, según un sondeo divulgado el lunes. Desde Teherán, el líder espiritual de Irán, el ayatolá Jamenei advirtió que "EEUU intenta legalizar a la entidad sionista a través de la celebración de esa conferencia, pero sabe muy bien que fracasará". "Podemos decir que esta reunión ha fracasado incluso antes de que se celebre", recalcó el líder de la Revolución Islámica iraní.
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En sintonía con
Washington /
Jueves 22 de Noviembre, IAR Noticias/ Informe especial Hay coincidencia generalizada entre los analistas internacionales respecto de que Bush y Cheney no abandonarán el poder sin antes atacar Irán, y posiblemente Siria, atendiendo a las presiones del lobby pro-israelí de los halcones sionistas que controlan la Casa Blanca. En los últimos días tres actores centrales (Sarkozy, Merkel y Brown), se sumaron a ese lobby presionando, desde Europa, sanciones radicalizadas contra Irán en el Consejo de Seguridad de la ONU, lo que podría habilitar el apoyo de la UE a un potencial ataque militar a las usinas nucleares iraníes.
Desde enero del 2006,
la mayoría de los medios,
analistas y expertos militares de EEUU y Europa vienen coincidiendo en que EEUU e Israel, ya tienen preparado un plan de ataque
unilateral (al margen de la ONU) contra Irán, que se lanzaría luego
de agotada la "opción diplomática" en el Consejo de Seguridad de la ONU, que
vuelve a reunirse en diciembre para tratar nuevas sanciones al proyecto nuclear
de Teherán.
Incluso en los últimos meses, medios y analistas estadounidenses destacan que el problema nuclear con Irán dividió al entorno de Bush en dos líneas claramente diferenciadas: partidaria de la "opción diplomática" una, e impulsora de la "opción militar", la otra. La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, y el jefe del Pentágono, Robert Gates, lideran la "opción diplomática", mientras que Bush, el vicepresidente Cheney y los funcionarios más conservadores del lobby sionista de la Casa Blanca, impulsan la "opción militar" para dar un desenlace a la crisis nuclear con Irán. Según la prensa británica y estadounidense, en los últimos meses los que están en favor de adoptar acciones militares contra Irán antes del término del mandato de Bush han ocupado una posición predominante, y el presidente estadounidense ha dado todo su apoyo a la teoría de la "opción militar” liderada por el vicepresidente Dick Cheney, el lobbysta más empedernido del ataque a Irán. Pero, y sorpresivamente, en los últimos días las posiciones de Francia, Alemania y Gran Bretaña (el eje sionista europeo) comenzaron a virar hacia un un endurecimiento de sus posturas respecto del programa nuclear iraní que los sitúa en la misma trinchera de Bush-Cheney y del lobby que promueve el ataque a Irán. A las advertencias de una "guerra con Irán" lanzadas por el gobierno sionista de Sarkozy (que sustituye a Blair en las preferencias de la Casa Blanca), se sumaron los llamados de Merkey y de Brown para crear un frente europeo contra el "peligro iraní". La semana pasada, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolás Sarkozy, hicieron un llamamiento conjunto a endurecer las sanciones contra Irán en el caso de que el régimen de Teherán no modifique su polémico programa nuclear.
La cumbre
francoalemana que reunió a los dos gabinetes en Berlín se
produjo después de que ambos se entrevistaran por separado
con el presidente de EEUU, George W. Bush, con quien trataron
sobre un posible refuerzo de las sanciones a Teherán. Mientras Sarkozy se ha convertido en el principal impulsor en Europa de un frente contra la "amenaza nuclear" de Irán, Merkel preconiza llevar la cuestión a la ONU y presionar a Rusia y a China para que dejen de apoyar al régimen de Teherán y de boicotear las sanciones en su contra en el Consejo de Seguridad .
Ambos mandatarios
coincidieron en que Irán no debe acceder a las armas nucleares,
y que hay que explorar nuevas opciones para detenerlo, además
de endurecer las sanciones en su contra en el Consejo
deSeguridad. Meses atrás, analistas europeos dijeron que Alemania, Francia y Gran Bretaña tenían muchos puntos de desacuerdo sobre la estrategia que había que aplicar contra Irán y su programa nuclear, pero luego de su viaje a Washington sus puntos de acercamiento a la posición de EEUU resultan cada vez más notables. La sionista militante Angela Merkel llegó a comparar el régimen de Irán con el régimen de Hitler y afirmó que “Irán no es sólo una amenaza para Israel, sino también para los países democráticos de este mundo”. El 16 de septiembre de 2007, el Ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Bernard Kouchner, aseguró que un Irán con armas nucleares "es un peligro real para todo el planeta” y que “tenemos que estar preparados para lo peor y lo peor es la guerra". El 26 de septiembre, el presidente y jefe del sionismo francés, Nicolas Sarkozy usó la Asamblea General de la ONU para recalcar, que “no habrá paz en el mundo si la comunidad internacional deja que Irán se dote de armas nucleares; estaremos asumiendo un riesgo inaceptable para la estabilidad en la región y en el mundo entero". En octubre, George W. Bush amenazó a Irán directamente con un holocausto nuclear. “El empeño activo de Irán de conseguir tecnología que podría generar armas nucleares amenaza con colocar una región ya conocida por su inestabilidad y violencia, bajo la sombra de un holocausto nuclear. “He autorizado a nuestros comandantes militares” a confrontar “las actividades asesinas (murderous) de Irán”. "Confrontaremos este peligro, antes de que sea demasiado tarde”, agregó Bush. Las señales -coinciden analistas de EEUU y Europa- indican por primera vez que Israel y EEUU ya no estarán solos en un ataque militar a las plantas nucleares iraníes tras el fracaso de las negociaciones diplomáticas en la ONU.
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