Hoy se vive la misma situación.
Bush se encuentra acorralado por las denuncias y las campañas del aparato
mediático pro-demócrata en su contra.
En este contexto, la lógica indica
que un ataque militar a Irán no contaría con la aprobación masiva de la sociedad
norteamericana, y menos aún, de la opinión publica internacional sensibilizada
en el "anti-Bush" colectivo.
Pero los expertos de los halcones,
tras el 11-S, nunca le hicieron caso a la "opinión pública" coyuntural fabricada
por sus enemigos, que, como está demostrado, se puede modificar en pocas horas a
partir de un conflicto inducido por las operaciones psicológicas que fabriquen
otra "opinión pública".
A partir del 11-S los halcones no
miran "opinión pública" fabricada por el aparato mediático de los demócratas,
sino que se dedican a fabricar su propia "opinión pública" a través de
las operaciones con el terrorismo de Al Qaeda.
Tras cada operación, realizan
sondeos, mediciones de opinión pública, para verificar y ajustar la siguiente
operación. Luego vuelven a hacer medición, y cuando han moldeado su "propia
opinión pública" (favorable a sus objetivos) lanzan la operación final.
Los que en el presente observan y
"analizan" los acontecimientos políticos y sociales en forma superficial, no ven
las operaciones subterráneas en curso, por las cuales los estrategas de la Casa
Blanca buscan "legitimar" y justificar un ataque militar contra Irán.
Por ejemplo, no notaron ni le dan
importancia a un "detalle" que revelan todos los sondeos: la sociedad
estadounidense desaprueba a Bush en toda el área de su gestión, menos en el de
la "guerra contra el terrorismo".
Todos los sondeos realizados
últimamente indican que dos tercios de la población norteamericana apoya un
ataque militar a Irán. ¿Los fundamentos? La mayoría de los entrevistados
justifica su apoyo a un ataque militar a Irán diciendo que esa nación islámica
es el "mayor peligro terrorista" que afronta EEUU y el mundo. Y agrega:
Irán está "detrás de todos los ataques terroristas" en el planeta.
¿Que repite esa "opinión pública"
norteamericana cuando apoya un ataque militar a Irán?
Repite lo que el aparato de
inteligencia de los halcones (las unidades de guerra psicológica) ha moldeado en
su psicología a partir de operaciones con el "miedo al terrorismo",
que tienen a Irán y al mundo islámico como sus protagonistas centrales.
En ese sentido, la clave del ataque o
no ataque a Irán, la decisión final, reside en lo que le indican, como
proyección, los sondeos a los estrategas de Bush.
El detalle está en esos dos
tercios que apoya un ataque militar a Irán, y que confía solo en Bush para
librar la "guerra contra el terrorismo". Esa es la "opinión pública" (siempre
latente) fabricada tras el 11-S en EEUU, y reforzada, principalmente en Europa,
con los ataques terroristas del 11-M en España y el 7-J en Gran Bretaña.
Esa "opinión pública", fabricada con
el "miedo" al terrorismo" inducido mediante las operaciones de guerra
psicológica, y que los halcones sacan de la galera cuando quieren, es el factor
fundamental, la carta decisiva, que Bush y sus funcionarios van a jugar
para lanzar un ataque militar a Irán.
Los demócratas, que controlan el
aparato mediático del Imperio, no han conseguido ni la fórmula, ni la
explicación, ni la acción para neutralizar las operaciones de los neocons con
el "terrorismo".
Por eso, cuando se concreta el "hecho
consumado" de un ataque o de una "amenaza" terrorista, optan por replegarse
sin denunciar la maniobra.
Sucedió en el 11-S, en el 11-M, en el
7-J, y va a suceder con la nueva operación de guerra psicológica que ya
está en curso para justificar el ataque militar a Irán.
En el curso de la preparación de los
planes militares para atacar las centrales nucleares de Irán, se diseñaron y
ejecutaron dos operaciones de guerra psicológica para fabricar, y luego "testear",
los justificativos de un ataque militar a Irán.
A través de la primera operación, la
inteligencia judeo-norteamericana fabricó y luego testeó el "peligro nuclear
iraní " y el "peligro violencia islamica" controlado por Irán.
Por medio de una segunda operación,
testeó la reacción de las potencias, aliadas y no aliadas, frente a un
ataque militar de EEUU a Irán.
La primera se ejecutó con la
publicación de las caricaturas de Mahoma, y la segunda se implementó con la
"primicia" periodística de The New Yorker y The Washington Post (usinas
habituales de operaciones de la inteligencia norteamericana) adelantando el
ataque militar de EEUU a Irán.
A) La
"Operación Mahoma"
Consistió en lanzar una provocación al mundo islámico (la publicación de las
caricaturas de Mahoma) para detonar un conflicto social (la "violencia
islámica", con muertos, heridos y destrozos, recreadas por todo el planeta por
las imágenes y titulares de las grandes cadenas).
Posteriormente, y por medio de las denuncias de Bush y de sus funcionarios, así
como de los funcionarios de Israel y de Europa, aliados de Washington, se
vinculó esa "violencia islámica" con Irán.
Los fabricantes de "opinión pública" imprimieron en la psicología mundial que
Irán era el "cerebro" organizador de esa "violencia islámica" que puede
desatarse en cualquier parte del planeta, y en cualquier momento.
El resultante: mayoritariamente la sociedad norteamericana apoya un ataque a
Irán, y la sociedad europea, en mediciones realizadas por servicios de
inteligencia, coincide en los mismos términos.
B) La
"Operación Ataque Nuclear"
The New Yorker, y el agente del Mossad, Seymour Hersh, así como el diario
Washington Post, son los instrumentos de "testeo" del que se vale generalmente
la inteligencia judeo norteamericana.
Vamos a aclarar, de paso, que una operación de inteligencia con la guerra
psicológica, no es hablar "bien" o mal de "nadie", sino lanzar a través de la
"información objetiva" globos de ensayo que luego se testean y se
evalúan.
La "información" del ataque a Irán (desde dos medios supuestamente
"opositores" a Bush), fue lanzada para evaluar la reacción internacional,
principalmente de las potencias capitalistas no aliadas y del mundo árabe, ante
un ataque del Pentágono al gigante petrolero islámico.
No por casualidad, esa operación se realizó en las vísperas de las reuniones
preparatorias para tratar el tema de las sanciones (primera fase preparatoria
del ataque militar).
En la evaluación de inteligencia se verificó que tres naciones (claves en el
Consejo de Seguridad en la ONU) van a apoyar un ataque de EEUU a Irán si las
condiciones son "preparadas adecuadamente": Francia, Alemania y Gran Bretaña.
Esto deja en minoría la acción "mediadora" pro-iraní de Rusia y China,
dos potencias capitalistas de la que se espera, sean "prescindentes" como cuando
EEUU atacó Irak.
La "novedad" con respecto a Irak, es que esta vez Francia y Alemania
apoyarían el ataque y no lo "condenarían".
El "eje franco-germano" arrastraría a otras naciones, por ejemplo España, a la
"prescindencia" o al apoyo abierto. Para esto, en síntesis, sirvió el globo de
ensayo (anuncio de ataque) lanzado por el York y el Post, luego "confirmado"
por Bush en la conferencia de prensa del martes.
Pero, para que se den las "condiciones adecuadas" para el ataque, la
inteligencia judeo-norteamericana tiene que seguir fabricando "opinión pública"
temerosa del "peligro nuclear" representado por Irán", y de la
"violencia islámica" también controlada por Irán.
Y aquí es donde ingresa la
potencialidad "terrorista siempre latente" de Bin Laden y Al Qaeda: la carta
siempre en la manga de los halcones.
Al Qaeda y Bin Laden: comodines del tablero
nuclear
Hay algo que Karl Rove y los estrategas de Bush (a partir de su experiencia con
el "terrorismo" desde el 11-S) saben claramente: para ejecutar un plan de
operaciones militares contra Irán con consenso social mayoritario (tanto de la
sociedad norteamericana como de la mundial) hay que crear un conflicto que
supere al miedo a la guerra.
Un "peligro" inducido (una
fabricación de "opinión pública" sustitutiva) que haga olvidar el "anti-Bush"
(inducido por los fabricantes de "opinión pública" del Partido Demócrata), y
concentre sus energías en un peligro acechante inmediato que amenaza a la
supervivencia de la humanidad.
Y ese peligro, es el "peligro
nuclear".
Cuando la inteligencia judeo-norteamericana
lanza el anuncio (a través del Yorker y del Post) de un ataque con armas
nucleares tácticas de "alcance reducido", lo hace con la finalidad de
preparar el terreno (en la "opinión pública" fabricada) para la aceptación del
"mal menor".
¿Qué quiere decir esto?
Esto quiere decir, lanzar pequeñas
explosiones nucleares concentradas en un blanco (las usinas nucleares) para
evitar el "mal mayor" de una cabeza nuclear iraní lanzada
indiscriminadamente sobre la población civil.
Ese es el punto estratégico central
del plan de guerra psicológica orientado a justificar el ataque militar a
Irán.
Paradojalmente, el propio
presidente de Irán, con sus bravuconadas con el "gran ejercito iraní que cortará
las manos al enemigo", con sus llamados a "borrar a Israel del mapa", y con su
reciente anuncio del "Irán Nuclear", es el principal alimentador de esta
estrategia basada en presentar a Irán como el "peligro nuclear" que acecha a la
humanidad.
No obstante, los expertos de Bush
saben que tienen que reforzar la estrategia de "preparación de terreno" con otro
componente: la "violencia terrorista islámica" qué demuestre a que
grados puede llegar Irán en posesión de la bomba nuclear.
Y aquí es donde ingresa el soldado de
la CIA, Bin Laden, y sus bombarderos acorazados de Al Qaeda.
En estos momentos, potencialmente, y
a la espera de ingresar a la cancha, Bin Laden y Al Qaeda cumplen el rol de
"comodín" dentro del tablero estratégico de operaciones contra Irán manejado por
el Pentágono.
Su utilización o no, va a depender de
la evaluación del resultado de "preparación de terreno" para el ataque,
realizado hasta ahora.
El ingreso del "terrorismo" de Al
Qaeda (si es que el Pentágono decide utilizarlo) va a estar orientado a
demostrar que Irán no tendrá ningún escrúpulo en utilizar la bomba nuclear
contra sus enemigos.
Para ello hay que dar una
"demostración": ataque terrorista (o ataques simultáneos) de Al Qaeda a
blancos situados en Europa en defensa de la "causa islámica iraní", que EEUU,
Israel y el eje "franco-germano" van a denunciar como una alianza estratégica
de Al Qaeda con el régimen de Teherán para destruir al mundo occidental.
La pregunta inducida por esta acción
psicológica-terrorista es: ¿Qué se puede esperar de Irán con una bomba nuclear?
A esto se le debe sumar el plan de
"amenazas": Bin Laden y su "segundo" amenazando con "ataques terroristas" a
los que condenen el plan nuclear iraní.
De acuerdo a lo que se puede
verificar hasta ahora, los planes de "amenazas" de la CIA-Al Qaeda
son constantes y regulares con las apariciones de videos y cintas difundidos por
el canal Al Jazeera, pantalla encubierta d ela CIA en el mundo árabe.
Las "amenazas" y sus técnicas
repetitivas tienen dos objetivos bien definidos:
A) recreación psicológica masiva del "peligro terrorista" a nivel
planetario.
B) Operaciones de evaluación testeo sobre blancos posibles de ataques reales
y medición de las reacciones que produciría en el nivel local e internacional.
Si la inteligencia judeo-norteamericana
decide jugar a Al Qaeda en tablero del ataque militar a Irán (siguiendo los
mismos patrones anteriores) va a lanzar una plan de evaluación y testeo con
amenazas concretas de ataques inmediatos a blancos europeos, por ejemplo
Italia, Francia, Gran Bretaña, Alemania, y, posiblemente España.
Se va a tratar (si es que repiten los
modus operandi anteriores) de operaciones de detección del blanco (país) más
estratégico para generar consenso internacional a un ataque, incluso nuclear
limitado, a las centrales nucleares de Irán.
Esto es, en que país (países de
Europa), y bajo que modalidad y/o circunstancia un ataque de Al Qaeda puede
generar el mayor nivel de impacto y de consenso a una operación militar
contra Irán.
El objetivo central de un ataque
terrorista real en Europa, en el contexto de la crisis Irán-EEUU, tendría como
objetivo conseguir el "ablandamiento" de la masa resistente a un
ataque militar a Irán entre la población y los gobiernos europeos.
Si se cumplen los patrones
operativos, todo va a empezar con un plan de sincronizado y persistente de
"amenazas" de Al Qaeda y/o Bin Laden a EEUU y a Europa, que no será el mismo
que se ejecuta en épocas "normales" en la prensa internacional..
La operación, como siempre, va estar
garantizada por el bombardeo mediático y por la ignorancia y/o
complicidad de los analistas, periodistas y comentadores del aparato de la
prensa masiva del sistema.
Los demócratas y su aparato de
inteligencia (que incluye un sector de la CIA y de la inteligencia oficial "anti-Bush"
), harán un paso estratégico al costado esperando una nueva oportunidad para
demolerlo a Bush y apoderarse de la Casa Blanca.
Si se cumplen los patrones
habituales, mediante esta operación de "amenazas terroristas", la inteligencia
seleccionará el "blanco" (objetivo de ataque) y lo tendrá en carpeta si
es que se decide utilizar el o los ataques terroristas reales antes de la
operación militar contra Irán.
Como siempre, todo los elementos
serán evaluados, y, como sucede en todo plan de guerra psicológica, la decisión
final de ejecutar o no el ataque terrorista real, se va a tomar con los
resultados de los sondeos (mediciones secretas) que revelarán el resultante
en los niveles de la "opinión pública" de un ataque militar contra Irán.
Como sostienen los expertos: Bin
Laden y Al Qaeda vienen marchando.
De los halcones y sus estrategas
depende el momento en que se harán presente en el tablero nuclear
manejado por el Pentágono.
Nosotros decimos que vienen
marchando.
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