(IAR-Noticias)
31-Mar-06
Por
Manuel Freytas - manuelfreytas@iarnoticias.com

1. GUERRA IMPERIAL
A. Principios estratégicos
(controlar para dominar)
Para
aproximarnos a la comprensión de lo que los estrategas militares y los
expertos en comunicación estratégica definen como Guerra de Cuarta Generación es preciso, primero,
ingresar a una enmarcación global de la "Guerra" como concepto
significante y evolutivo-transformacional de la historia humana.
En primer lugar, debemos precisar que
la Guerra de Cuarta Generación fue concebida, en sus aspectos
teóricos-prácticos, como una guerra de conquista (también diseñada como
antídoto contra la guerra
de liberación), por estrategas y expertos en comunicación estratégica del
campo imperial-capitalista de la era trasnacional.
Por lo tanto, la Guerra de Cuarta
Generación es una variante emergente de la evolución estratégica, doctrinaria
y operacional, de las guerras imperiales desarrolladas a lo largo de la
historia como principio de la dominación del hombre por el hombre que rigió, sin
excepción, en todas las civilizaciones dominantes conocidas hasta ahora,
incluido el sistema capitalista, como su último estadio de desarrollo.
En segundo lugar, y según lo que
surge como comprobación fáctica y estadística de cualquier estudio estratégico,
las guerras imperiales no se hacen para matar, sino para controlar y dominar.
(Cuando esgrimimos el concepto
"guerra" nos referimos, claro está, a las guerras de conquista, y no a
las guerras de resistencia que los pueblos y sociedades fueron oponiendo
a las civilizaciones imperialistas, y que no es materia de este trabajo).
En tercer lugar, la destrucción
material y los genocidios humanos que producen las guerras (de conquista
imperial) vienen
como consecuencia de la búsqueda de control y dominio sobre un oponente que
resiste, y no al revés.
Las guerras (de conquista imperial) no se
planifican para matar, sino para apoderamiento de un objetivo estratégico
siguiendo la motivación imperialista central de controlar para dominar, y su concepto de
aplicación va desde territorios hasta sociedades y hombres.
El que planea una guerra de conquista
no lo hace para matar, sino que lo hace con un objetivo estratégico de
controlar y dominar blancos de apoderamiento trazados de antemano, sean
territorios (guerra militar), recursos económicos y mercados (guerra económica),
países y sociedades
(guerra social), o mentes (guerra psicológica).
El objetivo estratégico de cualquier
guerra de conquista (sea de orden militar, económico, político, o psicológico) es el de
controlar para dominar.
El control del oponente es la
base del dominio, a nivel del hombre y su entorno primero, y de los sistemas
(políticos, económicos y sociales) que rigen las sociedades, después.
Cuando el primer hombre primitivo
controló y dominó por medio de la fuerza a otro, estaba estableciendo el
principio de la dominación del hombre por el hombre
que rigió el desarrollo de todas las civilizaciones imperialistas conocidas hasta
ahora, y cuya máxima expresión de desarrollo estratégico se da con el
sistema capitalista.
Toda acción de dominación del hombre
por el hombre (implícita en la guerra de conquista imperial) se rige por un axioma
estratégico: para dominar, primero hay que controlar
por medio de la guerra.
Por eso la dinámica funcional de la
historia humana (en todos sus estadios) se rige por las estrategias de
control y dominación desarrolladas por medio de las guerras imperiales.
La búsqueda del control y el dominio,
a su vez, definen el carácter imperialista de las distintas civilizaciones que fueron marcando la evolución y el trazado de la historia humana a
partir del dominio hegemónico.
B.
Evolución
(De
la Guerra Militar a la Guerra Psicológica)
Desde la prehistoria hasta la
actualidad, todas las civilizaciones dominantes se valieron de la guerra imperialista para
controlar y dominar:
A) Territorios (espacio físico)
B) Recursos naturales (espacio
económico)
C) Sociedades (espacio social)
D) Individuos (espacio mental)
Por lo tanto, la historia de la
humanidad es la historia del imperialismo y de la
dominación del hombre por el hombre (en distintos estadios), cuyas
estrategias fueron evolucionando de lo simple a lo complejo:
A) Guerra militar (conquista
territorial) = Control político
B) Guerra económica (conquista
de recursos) = Control económico
C) Guerra Social (conquista de
las sociedades) = Control social
D) Guerra Psicológica
(conquista de las mentes) = Control ideológico
Los imperios antiguos (Grecia, Roma)
sólo habían llegado a la conquista territorial (guerra militar) y a la
conquista de recursos (guerra económica), y apenas habían tocado el primer
estadio de la guerra social (conquista de la sociedad), imponiendo sus
idiomas o sus creencias religiosas en los territorios conquistados (caso del
latín con Roma, o caso de la religión católica con los imperios de la Edad
Media).
Con el
Imperio del sistema capitalista, la guerra por el dominio y el
control completa el ciclo evolutivo con la guerra social (conquista de las
sociedades) y la guerra psicológica (conquista de las mentes).
Esta instancia de guerra por el
control y el dominio de las sociedades y de las mentes, se posibilita por el
advenimiento de la Revolución Industrial
en el siglo XIX, que luego condujo a la Revolución
Tecnológica e Informática del siglo XX.
Es decir que la
guerra por el
dominio y
control de las sociedades y de las mentes,
sólo se produjo a partir de la
interacción funcional de la tecnología (medios de comunicación) y de la
informática (electrónica y computación) orientada a un objetivo de
control y dominio mediante
una estrategia comunicacional.
Esos tres factores (medios de
comunicación, electrónica y computación, y estrategias comunicacionales)
posibilitaron que la guerra por el control y el dominio imperial
capitalista tocara su máximo estadio de desarrollo estratégico: la Guerra de Cuarta Generación.
2. GUERRA DE
CUARTA GENERACIÓN
(El control y la conquista de las mentes)
A. La Guerra
Psicológica
(Principios estratégicos)
Guerra de Cuarta Generación (Fourth Generation Warfare
- 4GW) es el término usado por los analistaas
y estrategas militares para describir la última fase de la guerra
imperialista de conquista, en la
era de la tecnología informática y de las comunicaciones globalizadas.
Si bien la Guerra de Cuarta
Generación cuenta con un nivel de desarrollo militar contenido en los
principios teóricos de su doctrina escrita por estrategas militares, a partir de
la década del 80, nuestro trabajo solo tocará los aspectos de desarrollo
social de la misma.
El desarrollo tecnológico e
informático, la globalización del mensaje y las capacidades para influir en la
opinión pública mundial, convirtieron a la Guerra Psicológica mediática en
el arma estratégica dominante de la
4GW, a la que se agrega
una variante
"contraterrorista" tras los ataques explosivos del 11-S en EEUU.
De esta manera, y a partir del 11-S
norteamericano, la "Guerra Psicológica" (con su variante
la "Guerra Contraterrorista")
conforma la columna vertebral estratégica de la Guerra de Cuarta
Generación, con los Medios de Comunicación convertidos en los nuevos
ejércitos de conquista.
La Guerra Psicológica
conforma el estadio superior de las estrategias de control y dominación
ensayadas hasta ahora por los sistemas imperialistas (dominación del hombre por
el hombre) que se fueron sucediendo hasta llegar al sistema capitalista.
En la Guerra Psicológica (columna
vertebral de la Guerra de Cuarta Generación, sin uso de armas) las operaciones con unidades
militares son sustituidas por operaciones con unidades mediáticas.
La Guerra Psicológica, a su
vez, nace en un particular estadio del capitalismo caracterizado por una
revolución en el campo de las ciencias sociales y de la comunicación
estratégica.
Dicha revolución se complementa con
una revolución en el campo de la tecnología de las comunicaciones y de la
informática, creando las bases para una comunicación estratégica globalizada basada en principios
científicos.
A su vez las técnicas
científicas de comunicación, potenciadas a escala masiva y planetaria por los
grandes conglomerados mediáticos del capitalismo, crearon las bases para su
utilización en estrategias de manipulación y de control social
desarrolladas a partir de los objetivos de la dominación imperial-capitalista.
Esta situación creó las bases
operativas y estratégicas para el control y dominio de
las sociedades y países, sin recurrir a la utilización de la guerra militar.
De esta manera (y con pocas
excepciones como Irak y Afganistán, y otros objetivos en carpeta del Imperio,
como Irán y Siria) la
actual
guerra imperialista por apoderamiento de mercados y países ya no se
desarrolla en el plano de la conquista militar-territorial, sino en el plano de
la conquista psicológica-social instrumentada mediaticamente.
Los nuevos gerentes de enclave
en el mundo dependiente (los políticos modernos) sustituyen cada vez más la
represión y el control por medios policiales, por la represión y el control
por medio de operaciones mediáticas con aplicación de consignas de "criminalización"
de los conflictos sociales.
En su definición técnica,
"Guerra Psicológica", o "Guerra sin Fusiles", es el empleo planificado de
la propaganda y de la acción psicológica orientadas a direccionar conductas, en la búsqueda de objetivos de
control social, político o militar, sin recurrir al uso de la armas.
Los ejércitos militares,
son sustituidos por grupos operativos descentralizados especializados en
insurgencia y contrainsurgencia, y por expertos en comunicación estratégica y psicología de masas.
El desarrollo tecnológico e
informático de la era de las comunicaciones, la globalización del mensaje y las
capacidades para influir en la opinión pública mundial, convirtieron a las
operaciones de acción psicológica mediática en el arma estratégica dominante
de la 4GW.
Como en la guerra militar, un
plan de guerra psicológica está destinado a:
aniquilar, controlar o asimilar al enemigo.
La guerra militar y sus
técnicas se revalorizan
dentro de métodos científicos de control social, y se convierten en una
eficiente estrategia de dominio sin el uso de
las armas.
A diferencia de la Guerra
Militar convencional, la Guerra de Cuarta Generación no se desarrolla en teatros de
operaciones visibles.
No hay frentes de batalla con
elementos materiales: la guerra se desarrolla en escenarios combinados, sin
orden aparente y sin líneas visibles de combate, los nuevos soldados no usan
uniforme y se mimetizan con los civiles.
Ya no existen los elementos
de la acción militar clásica: grandes unidades de combate (tanques, aviones,
soldados, frentes, líneas de comunicación, retaguardia, etc).
Las bases de planificación
militar son sustituidas por pequeños centros de comando y planificación
clandestinos, desde donde se diseñan las modernas operaciones tácticas y
estratégicas.
Las grandes batallas son
sustituidas por pequeños conflictos localizados, con violencia social
extrema, y sin orden aparente de continuidad.
Las grandes fuerzas
militares son sustituidas por pequeños grupos operativos (Unidades de Guerra
Psicológica)
dotados de gran movilidad y de tecnología de última generación, cuya función es
detonar desenlaces sociales y políticos mediante operaciones de guerra
psicológica.
Las unidades de Guerra
Psicológica son complementadas por Grupos Operativos, infiltrados en la
población civil con la misión de detonar hechos de violencia y conflictos
sociales.
Las tácticas y estrategias militares, son
sustituidas por tácticas y
estrategias de control social, mediante la manipulación informativa y la acción
psicológica orientada a direccionar conducta social masiva.
Los blancos ya no son
físicos (como en el orden militar tradicional) sino psicológicos y sociales. El
objetivo ya no apunta a la destrucción de elementos materiales (bases militares,
soldados, infraestructuras civiles, etc), sino al control del cerebro humano.
Las grandes unidades militares (barcos, aviones, tanques, submarinos, etc) son
sustituidas por un gran aparato mediático compuesto por las grandes
redacciones y estudios de radio y televisión.
El bombardeo militar es
sustituido por el bombardeo mediático: Las consignas y las imágenes
sustituyen a las bombas, misiles y proyectiles del campo militar.
En la
Guerra sin Fusiles, la
Guerra de Cuarta Generación (también llamada Guerra Asimétrica), el campo de
batalla ya no está en el exterior, sino dentro de las mentes.
Las operaciones ya no se trazan a
partir de la colonización militar para controlar un territorio, sino a partir
de la colonización mental para controlar una sociedad.
El objetivo
estratégico ya no es el apoderamiento y control de áreas físicas (poblaciones,
territorios, etc.) sino el apoderamiento y control de la conducta social masiva.
Las unidades tácticas de combate (operadores de la guerra
psicológica) ya no disparan balas sino consignas direccionadas a
conseguir un objetivo de control y manipulación de conducta social masiva.
B)
Soldados invisibles
(Alienados Programados-AP)
En su desarrollo
mediático-social, los jefes y oficiales de Estado Mayor de la Guerra
Psicológica (4GW) ya no son militares,
sino expertos comunicacionales en insurgencia y contrainsurgencia, que
sustituyen a las operaciones militares por las operaciones psicológicas (OPS).
Ya no desarrollan sus planificaciones
en unidades o cuarteles militares, sino en laboratorios encubiertos de
comunicación estratégica donde se diseñan los planes de Guerra Psicológica a
ser ejecutados por las grandes estructuras mediáticas de comunicación masiva,
infiltradas por la inteligencia de la OPS.
El nuevo soldado, y su vez
blanco táctico de las operaciones psicológicas, es el individuo-masa
modelado a partir de la ideología consumista nivelada planetariamente
como estrategia de mercado por las trasnacionales capitalistas.
En la Guerra Psicológica, la
potencia de fuego del soldado militar es sustituida por la potencia
social del individuo-masa con su conducta manipulada hacia objetivos de
control y dominación social, fijados por el capitalismo trasnacional para
conquistar mercados y controlar a las sociedades consumistas.
Manipular, controlar, y convertir a
este individuo-masa en potencia social direccionada con fines de control y
dominio político-social es el objetivo estratégico clave de la Guerra
Psicológica.
Mediante la manipulación y
direccionamiento de conducta por medios psicológicos el individuo-masa se
convierte en "soldado cooperante" de los planes de dominio y control social
establecidos por el capitalismo trasnacional y la potencia imperialista regente.
Es a la vez, víctima y victimario,
de las operaciones psicológicas, ya que se convierte en una célula
consumista-trasmisora tanto de planes de consumismo capitalista como de planes
de control y represión social manipulados sin el uso de las armas.
Por ejemplo:
El movimiento piquetero
(desocupados) de la Argentina fue desactivado, virtualmente sacado de la calle y
condenado socialmente, a partir de consignas que lo asociaban con la vagancia,
la violencia, y el desorden, hábilmente recreadas y
manipuladas por las estructuras mediáticas del sistema.
El blanco de esas consignas era el
AP (Alienado Programado), tanto de clase alta, media o baja, que a través de
esas consignas machacadas día y noche en su cabeza, terminó viendo al piquetero
como el enemigo número uno de la sociedad.
Esto permitió al gobierno de Kirchner
encarcelar a sus dirigentes y mandar a reprimirlos policialmente con total
impunidad, e indiferencia por parte de la sociedad de los AP.
De esta manera, y a través de este
ejemplo, se verifica la doble condición de víctima, y la vez victimario, del
Alienado Programado (AP) a partir del consumismo, no ya de productos sino de
eslóganes y titulares recreados por el consumismo informativo.
B)
Colonización mental
(Del "consumismo de
productos" al "consumismo de información")
El individuo-masa, o AP
(Alienado Programado), se desarrolla en la primera fase de las operaciones
psicológicas orientadas a imponer la sociedad de consumo capitalista en
las áreas dependientes del Tercer Mundo, a fines de la década del 50, y
experimenta su máximo nivel de desarrollo con el advenimiento de la era de las
comunicaciones globalizadas a fines de los 80.
El Alienado Programado (AP) es el prototipo de
"hombre universal" modelado por las políticas niveladoras
consumistas impuestas por las trasnacionales capitalistas a escala planetaria.
EL AP no está programado para
pensar (desarrollo reflexivo) sino para consumir productos capitalistas
por medio de consignas (eslóganes) y de imágenes sin ninguna relación entre
sí.
Utilizando técnicas y estrategias de
la Guerra Psicológica, los laboratorios estratégicos de comunicación
publicitaria comenzaron a modelar al individuo-masa (el AP) a partir del
surgimiento de la sociedad de consumo capitalista en los años 50.
Un AP está programado para
consumir: desde productos, espectáculos, modas, hasta presidentes (gerentes
de enclave de las trasnacionales capitalistas) vendidos por medio de técnicas de
marketing y
de campañas electorales manipuladas por operaciones psicológicas.
A excepción de los casi tres mil
millones de marginados de la sociedad de consumo capitalista, que no alcanzan
los niveles de supervivencia, el resto de la sociedad mundial (tanto en el mundo
dependiente como en el mundo de las potencias capitalistas dominantes) está
programada a partir de una estructura piramidal de AP (individuos-masa)
nivelados por la ideología del consumo capitalista.
Un AP es un nivelado
universal por la cultura del consumo.
El consumo (no el pensamiento
razonado con lógica de qué y para qué), rige y parametra sus pautas de
comportamiento social e individual.
Un AP de Asia, Africa, o
Latinoamérica (más allá del idioma y la raza) viste de la misma manera y
consume los mismos productos que un AP de EEUU o de Europa.
Ropa, cortes de cabello, música,
fútbol, deportes, creencias, modas, gustos consumistas, estereotipos de conducta social, son nivelados por
igual en los AP por las trasnacionales capitalistas que han convertido al
planeta en un
"gran mercado".
Un AP (Alienado Programado), técnicamente, es una
terminal de consumo para abrir nuevos mercados y
nuevas fuentes de ganancia capitalista a escala planetaria.
Así como la acelerada concentración y
centralización del poder capitalista trasnacional impuso la incorporación masiva
de la informática para la toma de decisión económica, la sociedad
de consumo requirió de la utilización en gran escala de la publicidad comercial
destinada a crear las bases psicosociales del consumismo.
La manipulación psicológica con el
consumismo desarraigó al individuo-masa de los valores de su propia cultura,
historia y tradiciones de origen, y lo convirtió en un alienado universalizado y sin
conciencia.
El colonizado mental, el AP, el
individuo-masa, es un lumpen social cuya máxima ambición es emigrar de su
país de origen hacia los grandes centros consumistas del Imperio, como está
ocurriendo en Europa y en la frontera con México.
El máximo objetivo de un AP es
consumir sin interrogarse sobre los fenómenos de genocidio económico y las
lacras sociales emergentes de la explotación del hombre por el hombre, a los que
vive en forma alienada, sin vincularlos al sistema capitalista, del que que
tampoco sabe de que se trata.
Un AP, es la célula y la materia
prima emergente de las operaciones psicológicas trazadas para el control y
direccionamiento de conducta con fines colonizadores que lo despojó de todo
atisbo de pensamiento reflexivo y de conciencia social.
Un AP de clase baja es un
declasado sin patria (exactamente la contrapartida del proletario
revolucionario con conciencia social emergente de la Revolución Industrial) que
sirve como carne de cañón y mano de obra barata (cuando consigue trabajo)
de las trasnacionales, también sin patria, extendidas por los cuatro puntos
cardinales del Planeta.
Un AP, de clase media o alta, también
es un desclasado sin patria que alimenta (desde el vértice y el medio de la
pirámide) las estructuras gerenciales, políticas, burocráticas y/o profesionales del
sistema capital-imperialista trasnacionalizado.
Pero antes que nada, un AP (más allá
de cualquier grupo de pertenencia clasista) es un alienado
social construido a la imagen y semejanza de las trasnacionales y sus
necesidades de mercado.
En este cambio sutil de las matrices
mentales y culturales de las sociedades dominadas subyace la
culminación de un minucioso proceso de colonización psicológica-cultural, cuyo
objetivo central se orienta a borrar las fronteras entre el dominador y el
dominado.
El perfeccionamiento del AP fue
simultáneo a la destrucción de los Estados nacionales por medio de la imposición
del "libre mercado", la "apertura económica" y las privatizaciones de
empresa públicas impulsadas por el capitalismo trasnacional desde Washington,
en la década del 90.
La etapa de la "colonización de
las sociedades" con el consumo de productos, comenzada en la década
del 60, posibilitó la era de la "colonización mental" con el consumo
de información perfeccionada con el advenimiento masivo de Internet y de las
comunicaciones globalizadas en la década del 90.
Cuando el sistema capitalista
trasnacional, por medio del consumo, niveló un "modelo único de pensamiento",
sentó las bases psicosociales para el control político-ideológico por medio de
la información periodística manipulada por operaciones psicológicas .
De manera tal, que el control de las sociedades, en la
primera etapa, por medio de la publicidad, posibilitó la segunda fase: el
control ideológico,
a través del consumo de información periodística, también nivelado a escala
planetaria por el aparato mediático controlado por las trasnacionales del
Imperio.
Con la nivelación consumista se
establecen las bases para el AP consumidor de "órdenes psicológicas" manipuladas
a través de la información fragmentadora y "anti-reflexiva" del llamado
"periodismo espectáculo".
De esta
manera el AP, se convierte en la célula terminal del sistema de colonización
mental nivelado a escala
universal por el aparato mediático-informativo controlado por el capitalismo
trasnacionalizado.
Sin la primera fase de colonización de las
sociedades por medio del consumismo, la colonización de la mente del hombre
por medio de la información manipulada, hubiera sido imposible.
C) Objetivo estratégico
(La función de la Guerra Psicológica)
Los nuevos proyectos geopolíticos de conquista
imperialista en la era trasnacional de las
comunicaciones requieren de sofisticadas estrategias de Guerra Psicológica para
su imposición sin el uso de las armas.
Los fines prescriptos por la
estrategia de dominación con la Guerra Psicológica son los mismos que se
utilizan con la guerra militar: dividir, atomizar, controlar al individuo-masa
de
las sociedades dependientes (el AP). Es la lógica
de Maquiavelo aplicada por medios científicos y tecnológicos.
La Guerra Psicológica
librada en el plano de la comunicación estratégica y de las grandes estructuras
mediáticas (los nuevos ejércitos de conquista) no se hacen por la conquista
misma, sino en la búsqueda de un objetivo estratégico orientado en los intereses económicos de
las potencias y las trasnacionales capitalistas.
La función de la Guerra Psicológica
imperial-capitalista actual se orienta en tres objetivos claves:
1) Conquista de mercados
emergentes (sociedades y países periféricos), mediante la imposición de la
"cultura consumista" nivelada y globalizada por los medios masivos de
comunicación, actuando sobre la psicología del hombre AP convertido en
individuo-masa.
2) Control y dominación social
(en los países dependientes), orientado a la represión y/o neutralización de
conflictos sociales que amenacen el desarrollo de los planes empresariales y la
acumulación y expansión de la ganancia capitalista trasnacional.
3) Disputas ínter-potencias por
los mercados, destinada a sustituir a la guerra militar por áreas de
influencia (también por conquista de mercados) enterrada con la guerra Fría.
Una plan de Guerra Psicológica, no
se hace con soldados y armas militares sino con medios de comunicación e
individuos masificados (los AP) nivelados universalmente por los mismos estereotipos culturales y
sociales.
El mensaje mediático nivela y masifica al individuo universal en una
sola frecuencia comunicacional.
La realidad es sustituida por la percepción de la realidad
a través
del mensaje mediático-periodístico convertido en consignas, eslóganes y títulos, antes que
en pensamiento reflexivo totalizado.
A través de la manipulación
psicológica y el control ideológico, la sociedad civil, el individuo-masa
suplanta a los soldados militares en el campo de batalla.
En la Guerra Psicológica, la
potencia de fuego del soldado militar es sustituida por la potencia
social del individuo-masa con su conducta manipulada hacia objetivos de
control y dominación social, fijados por el capitalismo trasnacional para
conquistar mercados y controlar a las sociedades consumistas.
Manipular, controlar, y convertir a
este individuo-masa en potencia social direccionada con fines de control y
dominio político-social es el objetivo estratégico clave de la Guerra
Psicológica de última generación.
D) Las
operaciones psicológicas
(Falsa percepción de la realidad)
Veamos un ejemplo de operación psicológica con
el "terrorismo":
Después de los atentados en Londres
las cadenas televisivas y los grandes diarios titulaban en molde "catástrofe":
"Los ataques terroristas en Londres desatan el temor mundial", o el "El
terrorismo amenaza al mundo", rezaban algunos de esos titulares.
Los titulares iban acompañados de
imágenes catastróficas, con caos y terror reflejados en los rostros de los que
lograron
escapar de los atentados en el metro de Londres.
Esas imágenes y titulares fueron
repetidos hasta el infinito durante las primeras veinticuatro horas, con las
grandes cadenas trasmitiendo en vivo, mientras los conductores
y analistas recreaban sin cesar las consignas de "miedo al terrorismo".
La operación psicológica-mediática se
complementaba con funcionarios que, desde Bush y Blair para abajo, acusaban de
los atentados al "terrorismo internacional" y advertían sobre la "amenaza de
nuevos ataques".
En la realidad, durante el 7-J habían
detonado tres bombas
matando a 57 personas en Londres, con un efecto destructivo circunscripto a un
pequeño radio de la ciudad.
Ante el titular de la CNN: "el
terrorismo causa otra tragedia mundial" por la muerte de 57 británicos, si
la mente fragmentada y bombardeada del AP nivel promedio estadístico realizara
correctamente la operación información-procesamiento-síntesis, concluiría
que solo en Irak mueren todos los días esa cantidad de personas, y ninguna
cadena titula: "El Imperio norteamericano causa otra tragedia mundial".
Y ni que hablar del efecto que
causaría en la mente de un AP un bombardeo mediático, en vivo, y durante
las 24, con un titular de la CNN y de las otras cadenas que dijese, por ejemplo:
"Tragedia mundial: Cada tres segundos un niño muere de hambre en el mundo".
Pero ese titular nunca va a aparecer
ni va ser objeto de un bombardeo mediático por parte de la CNN y las otras
cadenas, sencillamente, porque los hambrientos no son materia de utilización
de operaciones psicológicas con fines de control social, que realiza el
mismo sistema de poder que produce los hambrientos.
El atentado del 7-J fue localizado en
Londres, pero el bombardeo mediático posterior con imágenes y consignas de terror
(difundidas en vivo y simultáneamente por todo el planeta), potenció el miedo haciendo
que que el televidente sufriera
sus efectos como si hubiera ocurrido en su barrio.
De esta manera, los efectos de la
manipulación psico-mediática del hecho terrorista ocurrido en Londres, con sólo
tres bombas detonadas a distancia, se multiplicó infinitamente (casi como una
bomba nuclear) borrando las fronteras entre realidad e irrealidad.
Por el mismo mecanismo psicológico con que el individuo-masa (mujer u
hombre) vive una película o telenovela como si fuera su propia realidad, la inducción
mediática masiva del terror por vías psicológicas, hizo que la mayoría viviera
el hecho terrorista (solo circunscripto a un sector de Londres), como si el terrorismo y la "amenaza terrorista" fueran parte integrante de su realidad diaria.
De esta manera, y mediante la
potencia niveladora y globalizadora de la imagen y de las consignas mediáticas el
hecho particular (el ataque a Londres) se convirtió en un hecho
general masivo falsamente percibido por las mayorías niveladas por la
comunicación globalizada.
El individuo-masa, el AP, manipulado psicológicamente, incorporó
una realidad ajena y localizada (el ataque terrorista con tres bombas en Londres) como si
hubiera ocurrido en su barrio o en el living de su casa.
La realidad se convirtió en percepción mediática de
la realidad y desató una "conducta de terror" manipulada a
distancia por los operadores psicológicos de la Guerra de Cuarta Generación.
Las imágenes, títulos y consignas
disparados en forma de "bombardeo mediático" hicieron que el televidente recreara su
propios miedos en el ataque terrorista de Londres, lejano y distante
de su realidad existencial concreta.
Desde que Bush y el Imperio
estadounidense instalaron la "guerra contraterrorista" (una variante
táctica de la guerra
psicológica) tras los atentados terroristas del 11-S, no ocurrió ningún otro
ataque en suelo norteamericano.
En el orden internacional, no
ocurrieron más de 10 atentados terroristas en todo el mundo, entre los que deben
computarse los más mediatizados: el 11-M español, y el 7-J británico.
No obstante
esta realidad, estadísticamente localizada y circunscripta, las sociedades
norteamericana y mundial incorporaron masivamentete el "miedo al terrorismo"
y la "amenaza terrorista" como
parte de su realidad diaria.
Por otra parte, todos los sondeos revelan que, tras un bombardeo mediático
con imágenes y consignas de miedo, no
solamente la sociedad norteamericana, sino la europea y el resto de la sociedad mundial,
priorizan el terrorismo como la principal amenaza que acecha a la humanidad.
Estudios posteriores a las
presidenciales norteamericanas de noviembre de 2004, demostraron que la
aparición de Bin Laden amenazando a EEUU en un video, difundido a pocas horas de
los comicios, fue clave para arrimar votos indecisos a la candidatura por la
reelección de Bush.
Este es el
mejor ejemplo de como, a través de las operaciones psicológicas mediáticas
globalizadas, se induce un hecho lejano y localizado (el ataque terrorista) como
si fuera la mayor amenaza que azota a la humanidad sin distinción de países.
De esta manera se hace
realidad el objetivo clave de la Guerra Psicológica: convertir al
individuo-masa (Alienado Programado-AP) en "soldado cooperante" de los planes
imperiales de control y dominio social, tanto en el Imperio como en el mundo
dependiente.
E) Plan de Guerra Psicológica
(Niveles tácticos interactivos)

En un plan estratégico de
Guerra Psicológica, los operativos de la OPS (Operaciones Psicológicas)
diseñan y ejecutan planes y estrategias de control social, en tanto que
los Grupos Operativos Especiales (GOE) diseñan y ejecutan planes y estrategias
de conflictos y detonantes sociales como complementos operativos de la OPS.
Operativamente, la Guerra
Psicológica se desarrolla en tres niveles tácticos-interactivos:
A) Un Plan de Conflicto
= Detonante Primario
B) Un Plan de Operación
Psicológica = Manipulación y Objetivo
C) Un Plan de Acción
Política = Aprovechamiento y Beneficiario
Veamos un ejemplo práctico:
A)
Plan de Conflicto:
Unidades OPS de la CIA y el Mossad detonan una provocación religiosa
contra la comunidad islámica internacional operando la publicación de
caricaturas ofensivas de Mahoma en la prensa europea.
Simultáneamente (y en forma interactiva) los GOE, infiltrados entre
grupos fundamentalistas islámicos, detonan protestas violentas contra las
caricaturas de Mahoma, con
muertos, heridos y quemas de embajadas en Europa, Asia, África y Medio
Oriente.
Objetivo Táctico: detonar el conflicto y crear el contexto de las
operaciones psicológicas.
B)
Plan de Operación Psicológica:
Unidades OPS infiltradas en las grandes cadenas mediáticas operan un plan de
consignas y de imágenes (bombardeo mediático) articulado en dos movimientos
tácticos:
1) difusión potenciada de las imágenes con los hechos más violentos
protagonizados por los grupos infiltrados por los GOE.
2) Acompañamiento de las imágenes con titulares y comentarios que contienen tres
consignas clave: "violencia (islámica)", "guerra
religiosa (islámica)", "protestas violentas (islámicas)", que se
encuentran simultáneamente en todas las cadenas acompañando a las imágenes con
disturbios, edificios ardiendo y represión con muertos y heridos. El
"islamismo fundamentalista" es el protagonista central en el bombardeo
mediático durante una semana.
Objetivo Táctico: vincular al mundo islámico con la violencia, la
guerra y el desorden social.
C)
Plan de Acción Política:
Simultáneamente a las protestas violentas y a las imágenes y
consignas manipuladoras difundidas a escala planetaria, Bush y sus
funcionarios de primer nivel (Cheney, Rumnsfeld y Condoleeza Rice), asesorados
por OPS del equipo estratégico de la Casa Blanca, salen a denunciar a Irán
como el instigador principal de los disturbios violentos con muertos,
heridos, e incendios de embajadas.
Sincronizadamente, el Estado Mayor militar y el gobierno de Israel (por medio de
sus principales funcionarios) también denuncian a Irán como el principal
responsable de las protestas religiosas violentas.
Washington y Tel Aviv, en sus denuncias, también asocian, sutilmente, a Irán con un plan de "terrorismo
nuclear".
Objetivo Táctico: situar a Irán como promotor de un plan del "fundamentalismo
islámico violento" desatado en todo
el mundo.
D) El
Resultante:
El resultante se define por una verificación del objetivo buscado
con el plan OPS: sondear el consenso (dentro y fuera de EEUU) para un ataque
militar a Irán.
Tras una semana de acción mediática combinada de las operaciones A,
B, y C, dos sondeos revelaban que casi dos tercios de la sociedad norteamericana
respaldaba un ataque militar de EEUU a Irán.
Los dos sondeos (realizados
respectivamente por el Centro Pew y Los Angeles Times) indicaban también
que la misma cantidad de estadounidenses (casi dos tercios) consideraban a
Irán como "la amenaza número uno", por delante de China, Irak y Corea del
Norte.
Un 82 por ciento aseguró que, de completar con éxito el enriquecimiento de
uranio, Irán facilitaría armamento nuclear terroristas.
De realizarse en Europa, seguramente los sondeos arrojarían resultados
parecidos. Las mediciones de los OPS son secretas.
E) Clave de la operación:
El plan OPS con las caricaturas sirvió como modulo experimental y operación de testeo para un plan
estratégico de Guerra Psicológica orientado, en su primera fase, a
"preparar el terreno" (consenso internacional y estadounidense) para
una operación militar contra Irán argumentada en dos consignas y una
conclusión:
"Terrorismo Nuclear"+"Violencia Islámica" = "Peligro Irán".
Próximamente, la Parte III (última) de este
informe estratégico.
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