Esas muertes conforman la "minoría" de la estadística sangrienta del Irak
ocupado desde marzo de 2003.
Y eso porqué cuando hay estado de emergencia con toque de queda -como ocurrió
durante las últimas 96 horas- la resistencia iraquí genuina se ve impedida
de actuar por el extremo aumento de los controles de seguridad.
Quién observe atentamente la escalada diaria de muerte en Irak -aunque sea por
medio de la información periodística- podrá comprobar lo siguiente:
Las masacres masivas se producen por atentados explosivos en mezquitas,
instituciones o mercados mayoritariamente concurridos por chiíes, lo que lleva
como objetivo culpar de esos asesinatos a la comunidad suní, promoviendo
el enfrentamiento entre sunies y chiítas.
Por otro lado, los exterminios con ejecuciones y torturas de los escuadrones de
la muerte, con apariciones diarias de decenas de cadáveres, están
orientadas mayoritariamente contra ciudadanos de origen suní, con el objetivo de
promover una reacción de la resistencia suní contra la comunidad chií.
De esta lógica "funcional" se alimenta la guerra civil que la CIA y el
mando militar estadounidense implantaron en forma programada y orgánica desde el
22 de febrero de este año, cuando destruyeron con explosivos la mezquita chií de
Samarra.
A esta masacre programada, sin antecedentes en la historia militar, Washington,
sus cómplices europeos y las cadenas mediáticas llaman "guerra sectaria"
o "guerra interreligiosa" que los analistas y periodistas ignorantes del sistema
difunden irresponsablemente por todo el planeta.
Vale repetirlo a la luz de las evidencias prácticas: el único "terrorista" en
Irak es la CIA, que "terceriza" las operaciones de masacre infiltrada en
grupos fundamentalistas árabes y musulmanes, generalmente importados del
extranjero.
Esto explica porqué, milagrosamente, desde que el "espía mayor" tocó suelo iraquí,
el viernes pasado, se detuvo la
ola sangrienta y los ataques y apariciones de cadáveres fueron declinando
hasta desaparecer.
Habíamos adelantado en exclusividad, y con información de fuentes propias, que
la presencia del "espía mayor" de Bush en Bagdad respondía al objetivo de
detener la escalada sangrienta que azotaba desde hace semanas al país, y que los
demócratas estaban utilizando para arrinconar en las encuestas a Bush y los
republicanos.
Según
medios y analistas estadounidenses, la escalada mortífera en Irak de las
tres últimas semanas fue determinante para el crecimiento en las mediciones de
los demócratas, quienes convirtieron al país ocupado en el eje central de su
estrategia de campaña, logrando eclipsar la táctica electoral con el
"terrorismo" de Bush y los republicanos.
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Féretros con soldados de EEUU muertos en
Irak. |
Ante este escenario, y por lo que comprueban los resultados electorales hasta el
momento con los demócratas arrebatándole el control de la Cámara de
Representantes, las dos operaciones ejecutadas por la Casa Blanca a horas de los
comicios: la detención de la escalada sangrienta en Irak y el dictamen de la
pena de muerte a Saddam Hussein, no alcanzaron para frenar el Watergate
electoral de Bush y los republicanos.
Pero, y como también lo adelantamos, la detención de la masacre se extendió a
Gaza, donde el ejército israelí detuvo sus operaciones represivas 72 horas antes
de los comicios en EEUU, después de que John Negroponte, el jefe de la
inteligencia norteamericana, se reuniera en Tel Aviv con el el gobierno y la
cúpula militar del Estado judío, antes de su viaje a Irak.
La increíble, alevosa, casi cronometrada detención de la ola sangrienta en Irak
hasta los comicios, que ningún medio o analista del mundo -salvo IAR Noticias-
señaló ni tuvo en cuenta, demuestra, casi con precisión estadística, que el
único terrorista de Irak es la CIA.
Demuestra lo que venimos afirmando desde que comenzaran las cacerías programadas
de los escuadrones y oleadas de ataques contra mezquitas:
que esos ataques tienen
como objetivo preciso promover y alimentar la guerra civil
en Irak.
En diversos informes el año pasado,
IAR Noticias puntualizó que, en un contexto de derrota militar
estratégica de EEUU en Irak, con el país en anarquía y con sus tres
comunidades principales enfrentadas entre sí por razones políticas, religiosas y
económicas, la CIA estaba infiltrando a grupos de la resistencia con la
finalidad de profundizar el enfrentamiento entre chiíes y suníes (Ver:
Masacre de suníes y guerra civil: la CIA y las huellas
digitales del beneficiario).
El año
pasado, el líder espiritual de Irán, el ayatolá Jameini, acusó a la CIA (quien
cuenta con una estación local compuesta por 600 agentes) de estar detrás de los
atentados a mezquitas y secuestros a extranjeros junto con los británicos y los
servicios israelíes en Irak.
Solamente entre julio y agosto 6.599 civiles
iraquíes murieron víctimas de ataques, atentados y de escuadrones de la muerte
de acuerdo a un reporte de Naciones Unidas divulgado a principios de octubre.
En un informe, la semana pasada (Ver:
La CIA y el "plan de fuga" de Estados Unidos en Irak)
señalábamos que la administración Bush ya
tendría previsto para después de las elecciones de noviembre convocar a una
sesión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU para debatir una
"intervención internacional"
en Irak argumentando el "descontrol, la violencia y la guerra civil"
en que ha ingresado ese país ocupado.
De acuerdo con nuestras fuentes, los republicanos se abstuvieron hasta ahora de convocar al organismo
a la espera de los resultados electorales en las urnas, atendiendo a la lógica
de que les jugarían en
contra si reconocieran -antes de los comicios- que Irak se había vuelto
"incontrolable" para las fuerzas ocupantes norteamericanas.
Aduciendo el "caos" y el "peligro de disolución del Estado iraquí"
(con su petróleo y economía hoy en manos de trasnacionales estadounidenses y
europeas) el lobby diplomático estadounidense impulsaría la intervención
militar de la OTAN, tal como está sucediendo en Afganistán donde las fuerzas
militares de la alianza remplazaron a las norteamericanas en la represión
de la resistencia talibán.
Según nuestras fuentes en Washington, ese es el "objetivo final" de la
guerra civil motorizada por la CIA y el mando militar norteamericano con los
atentados explosivos y los escuadrones de la muerte en Bagdad.
La evidencia con la CIA, la embajada y el mando militar estadounidenses
como organizadores del "terrorismo", quedó expuesta cuando después
de la cumbre con Negroponte en la "zona verde" de Bagdad, el viernes, se
detuvieron completamente los ataques y atentados en todo Irak.
Pasados los comicios, se reanudó la escalada de violencia "terrorista" orientada
a crear las condiciones para el "plan de fuga" de EEUU de Irak.
Lo que adquiere más consistencia y lógica, con el gobierno de Bush sumido en el
Watergate que le depararon las elecciones del martes.
El informe que adelantó la
operación en Irak: