(IAR-Noticias) 29-Julio-07
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Las asesorías políticas, especialmente
las de México y Estados Unidos acusadas de llenar las campañas electorales con
mensajes belicosos, han cobrado auge en los últimos años en América Latina.
Por Emilio Godoy
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IPS
E n un mercado político muy disputado y financieramente
suculento, los despachos de consejería política exportan estrategias agresivas y
trucos a partidos de derecha y de izquierda en América Central y del Sur, con un
resultado a menudo no despreciable, como la obtención de la presidencia de un
país.
José Adolfo Ibinarriaga y Roberto Trad, socios fundadores de la firma mexicana
Cuarto de Guerra --que asesoró al actual presidente ecuatoriano Rafael Correa en
su exitosa campaña electoral de 2006-- defienden la labor de los consultores
extranjeros.
"La visión externa resulta muy fresca para un candidato, porque un consultor no
va a buscar negocios o una posición política en un país que no es el suyo. Mi
recomendación es lo más objetiva políticamente que pueda ser, porque no me juego
una carta política", dice Ibinarriaga a IPS.
En México, el español Antonio Solá, vinculado al derechista y opositor Partido
Popular de su país, y el estadounidense Dick Morris, ex asesor del ex presidente
Bill Clinton (1993-2001), trabajaron para el actual mandatario Felipe Calderón
durante la tensa campaña electoral de 2006 que lo llevó a la primera
magistratura.
Solá y Morris --quien renunció en 1996 a la campaña para la reelección de
Clinton tras salir a luz su relación con una prostituta que reveló intimidades
de la Casa Blanca--, han sido señalados como eminencias grises de la propaganda
negra de Calderón contra su oponente izquierdista Manuel López Obrador, ex
candidato de la Coalición por el Bien de Todos.
Ese tipo de estrategias se fundan en la emisión de mensajes claramente negativos
sobre los contrincantes, por ejemplo "López Obrador es un peligro para México",
una frase que se convirtió en síntesis de los dardos dirigidos al fallido
postulante.
En Honduras, otro estadounidense, Mark Klugmann, fue el "gurú" del ex candidato
presidencial conservador Porfirio Lobo. Klugmann había sido redactor de
discursos de los ex presidentes Ronald Reagan (1981-1989) y George Bush
(1989-1993) y ofició de consejero del mandato de la panameña Mireya Moscoso
(1999-2004) y del salvadoreño Francisco Flores (1999-2004).
La prensa guatemalteca reportó este mes que Klugmann es cercano al candidato
derechista Otto Pérez Molina, del Partido Patriota, cuya campaña se asemeja a la
del hondureño Lobo, abanderada tras el lema de "mano dura", un plan represivo
para bajar la violencia delictiva.
Carlos Lugo, politólogo de la Universidad Iberoamericana, reconoce que estas
asesorías han sido exitosas, pero las critica por buscar "sólo satisfacción del
poder, de los candidatos y de los grupos que asesoran".
Estos consultores son comparables a "los capitales golondrina" que van de país
en país en búsqueda de ganancias, dice Lugo a IPS. "Luego los dejan solos, (y
los políticos) no saben qué hacer. Son como emisarios, llegan a un lugar y luego
a otro y a otro", comenta. Dos organizaciones estadounidenses, la Graduate
School of Political Management (Escuela de Posgraduados de Gerencia Política) de
la Universidad George Washington y el Centro Interamericano de Gerencia Política
han formado a decenas de asesores que recorren el continente americano a la caza
de mercados electorales.
El Centro Interamericano de Gerencia Política, con sede en Miami, cuenta con 72
asociados, entre ellos el mencionado Morris, que también tuvo entre sus clientes
a dos ex presidentes sudamericanos de triste memoria: el argentino Fernando de
la Rúa (1999-2001) y el uruguayo Jorge Batlle (2000-2005), con mandatos marcados
por las peores crisis económicas y sociales de sus países.
Ambas instituciones han sido acusadas de ayudar a candidatos amigables para
Estados Unidos a ganar comicios. "No existe un imperativo formal en términos de
política internacional desde estas escuelas. Pueden existir canales informales y
podría ser legítimo pensar" que haya un sesgo pro estadounidense, señala Trad,
de Cuarto de Guerra.
En Guatemala, el asesor estadounidense de origen cubano Mario Elgarresta, que
trabajó para el ex presidente nicaragüense Enrique Bolaños (2002-2007), asesora
con perfil bajo al favorito para las elecciones presidenciales de septiembre, el
centroderechista Álvaro Colom.
En esa misma nación centroamericana, Cuarto de Guerra y la abanderada de la
coalición Encuentro por Guatemala, Rigoberta Menchú, indígena ganadora del
premio Nobel de la Paz, no llegaron a un acuerdo económico sobre los servicios
de asesoría.
Menchú visitó México en marzo y se entrevistó con Ibinarriaga y Trad, quienes le
devolvieron la visita para explorar el terreno. Pero el monto de los servicios,
estimados por Cuarto de Guerra en 200.000 dólares, supera el bolsillo de la
coalición de Menchú.
El flamante alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, tiene de principal asesor
al ecuatoriano Jaime Durán, quien en 2000 contribuyó a la victoria del ex
presidente mexicano Vicente Fox y a poner fin a siete décadas de dominio
hegemónico del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Durán, asiduo de los seminarios de la Escuela de Posgraduados de Gerencia
Política, tiene una dilatada carrera en la política latinoamericana, pues
también asesoró el año pasado a Calderón y antes lo había hecho con su ocasional
rival López Obrador, cuando éste aspiraba a la alcaldía de la ciudad de México
que ocupó entre 2000 y 2005.
Para Lugo, estos expertos en mercadotecnia política manejan la misma estrategia,
modificada según el país adonde vayan. "Tienen muy clara cuál es la cultura de
cada sociedad y sus puntos vulnerables", opina.
Trad e Ibinarriaga se definen como "mercadólogos sin ideología". "No jugamos con
la ideología de los candidatos, sino con hacer comunicación política. Tenemos
que comprender los usos y costumbres de cada lugar a donde vamos a comunicar una
campaña. La sinergia tiene que ver con poder adecuar esa comunicación a la
cultura local", declaran.
Entre noviembre de 2005 y diciembre de 2006 hubo 12 elecciones presidenciales en
América Latina, y este año habrá dos, en Guatemala y en Argentina, lo que habla
del tamaño del mercado regional de las consultorías. Cada contrato puede costar
hasta un millón de dólares.
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