Según
informa la agencia EFE, los cuatro hombres detenidos hace más de un
año acusados de querer atentar contra una sinagoga y un centro judío de Nueva York dijeron el lunes que fue el FBI el que los incitó a participar en esos
supuestos ataques con la falsa promesa de recibir dinero en efectivo.
Durante una vista que tuvo lugar en el Tribunal Federal de White Plains, en el
estado de Nueva York, la jueza Colleen McMahon, escuchó los argumentos de los
acusados para solicitar su puesta en libertad bajo fianza.
Sus abogados defendieron la inocencia de sus clientes y aseguraron que éstos
sólo quisieron participar en los ataques frustrados cuando un agente
encubierto del FBI les prometió a cambio 250.000 dólares en efectivo y varios
vehículos.
Los delitos de los que se acusa a James Cromitie, Davis Williams, Onta Williams,
y Laguerre Payen, son conspiración e intento de utilizar armas de destrucción
masiva en EEUU, así como de intentar la compra y uso de misiles antiaéreos y
el asesinato de oficiales y funcionarios estadounidenses.
Si la justicia les declarara "culpables" se enfrentarían a condenas que podrían
conllevar cadena perpetua.
Según la cadena de televisión local,
la abogada de Williams, Susanne Brody, aseguró que los acusados no tenían
predisposición a hacer daño "antes de que el Gobierno se involucrara" y que
"si entonces no eran un peligro, tampoco lo son ahora".
Los acusados fueron detenidos el 20 de mayo de 2009 en el barrio neoyorquino de
El Bronx, después de haber sido supuestamente "vigilados" durante meses por el
FBI y otras fuerzas de seguridad.
James Cromitie fue señalado el
cabecilla del grupo, según había informado el responsable de la Policía de Nueva
York, Raymond Kelly, quien detalló que eran "delincuentes de poca monta" que
querían hacer la "yihad" en EEUU.
Los "sospechosos" fueron detenidos poco después de colocar lo que ellos
creían que era un explosivo en el maletero de un automóvil ante una sinagoga del
barrio de Riverdale, en El Bronx, y otras dos bombas falsas en el asiento
trasero de un vehículo estacionado en otro centro judío cercano.
La selección del jurado para el juicio tendría que haber empezado la semana
pasada pero fue retrasada después que la jueza interrumpiera el proceso
al considerar que los fiscales estaban reteniendo documentación clave para la
defensa.
Luego del frustrado intento de
"ataque antisemita", del cual se acusa a los detenidos denunciantes, en
junio pasado, se produjo un supuesto
ataque al Museo del Holocausto en
EEUU realizado por un hombre supuestamente asociado a los grupos supremacistas
blancos.
El nuevo episodio "terrorista" sirvió
para activar de nuevo la "amenaza antisemita" vinculada con grupos
de la "derecha racista" declarados por la inteligencia oficial como la "mayor
amenaza" a la seguridad nacional. Todo ensamblaba con la nueva hipótesis de
"terrorismo" lanzada por el gobierno de Obama.
El plan con el "peligro antisemita"
A sólo cuatro semanas del documento
de advertencia del "peligro antisemita", en abril de 2009, el FBI
"materializó la amenaza (hizo aparecer el "peligro") anunciando, el 20 de mayo,
que fueron detenidas cuatro personas sospechadas de planear atentados
contra objetivos militares y un templo judío en Nueva York.
Según la versión oficial, los cuatro
hombres fueron apresados por el FBI después de haber comprado misiles y material
explosivo falso de acuerdo con datos suministrado por un "infiltrado".
Según la investigación, planeaban
detonar un automóvil con explosivos plásticos frente a un templo judío en el
barrio de Riverdale, en el Bronx, y lanzar misiles tierra-aire Stinger a los
aviones militares de la base de la Guardia Nacional Aérea de Nueva York en el
aeropuerto Stewart en Newburgh, dijeron las autoridades.
Hasta ahí, el modus operandi
("descubrir el plan" antes de que suceda el atentado) era el mismo que venían
practicando, desde el 11-S en adelante, la CIA y las agencias estadounidenses y
británicas para mantener "actualizadas" las amenazas del "terrorismo islámico"
en EEUU y Europa.
Pero el dato central que diferencia a
estas nuevas operaciones de reciclamiento del "miedo al terrorismo" consiste en
la inclusión de un templo judío dentro de los blancos fijados por los
supuestos "terroristas" detenidos.
El informe oficial consignaba que en
abril de 2009, los acusados seleccionaron la sinagoga y el centro comunitario
judío como los objetivos principales de su ataque, además comenzaron a
vigilar y tomaron fotografías de aviones militares en la base militar del
aeropuerto de Stewart.
El fiscal del caso, Lev Dassin,
sostuvo por entonces que los acusados "querían cometer ataques
terroristas antisemitas", y que "seleccionaron y buscaron las armas
necesarias para llevar a cabo sus planes" .
"Este intento de atacar nuestras libertades, pone de manifiesto que las amenazas
a la seguridad son lamentablemente muy reales", señaló Michael Bloomberg,
alcalde judío de Nueva York.
A la
"acusación" oficial montada contra los 4 "sospechosos" de planear el nuevo acto
terrorista, se agregaba al "descubrimiento" de una supuesta operación de
"terrorismo" contra aviones en vuelo (que recreaba el miedo a "nuevo 11-S"
en Nueva York).
En este escenario,
el intento de ataque contra un templo
judío confirmaba la "conspiración de la derecha antisemita"
denunciada por le Ministerio de Seguridad Interior en abril de 2009.
La nueva estrategia "contraterrorista"
Bush y el lobby judío de halcones
neocon, edificaron consenso y apoyo interno agitando y denunciando el peligro
del "terrorismo islámico" como amenaza permanente a la "seguridad
nacional" de EEUU. Dentro de esa bolsa metían a todos los que se le oponían.
Tanto Washington como las potencias
de la Unión Europea han mantenido históricamente denuncias constantes de
"ataques terroristas islámicos" en planes de ejecución, pero que
efectivamente no han sucedido, desde el 7 de julio de 2005, fecha del atentado
terrorista al metro de Londres.
En ese sentido, son ejemplos
paradigmáticos los "comunicados" de Al Qaeda y las frecuentes apariciones de Bin
Laden en los clásicos videos y grabaciones, así como las también constantes
revelaciones y denuncias de "planes terroristas" por parte de EEUU, Gran
Bretaña y los gobiernos de las principales potencias europeas.
Obama y el lobby judío liberal que lo
secunda parecen iniciar otra práctica: El peligro acechante de la "derecha
antisemita" que amenaza con el odio racial y la desintegración social de
EEUU.
La estrategia es funcional al plan
del Mossad judío de instalar -tras el fracaso de la operación militar contra
Hamás en Gaza que culminó en una masacre repudiada a escala mundial- un nuevo
ciclo de "persecución racial" contra la comunidad judía que devuelva Israel
parte de su "prestigio" perdido y lave su cara de "genocida del pueblo de Gaza".
De esta manera, la "guerra
contraterrorista" de Bush se complementa con la figura del "terrorismo
antisemita" que incorpora la amenaza de un nuevo "Holocausto judío" como
justificación de eventuales (y planificadas) acciones militares "preventivas"
por parte de Israel y EEUU contra los países islámicos o árabes situados en el
"eje del mal".
Así como la doctrina emergente de los
ataques del 11-S en EEUU sirvió para justificar las invasiones militares
"preventivas" a Irak y Afganistán (léase nuevas conquistas de mercado y
apoderamiento de recursos estratégicos como el petróleo y el gas), la nueva
estrategia con el "terrorismo antisemita" parece apuntar a crear un escenario
internacional de "persecución antisemita" que restaure el prestigio y la
legitimidad perdida del Estado de Israel, hoy condenado y repudiado mundialmente
por las masacres de civiles en Líbano y Gaza.