En la región latinoamericana, según
lo describen los últimos informes y estudios, la desaceleración económica viene
acompañada con el peor de los fantasmas: La desocupación laboral, con aumento
de la marginación y peligro de estallidos sociales.
Según datos difundidos el martes por
la CEPAL, el comercio de América Latina y el Caribe sufre un bajón sin
precedentes y este año sus exportaciones e importaciones registrarán una
caída récord del 13 %.
También se prevé que la inversión
extranjera en América Latina y el Caribe se reduzca en hasta 45% durante 2009
debido principalmente a la desaceleración del sector manufacturero.
El informe afirma que la crisis internacional es mucho mayor que la crisis
asiática o la crisis de deuda de comienzos de la década de los 80.
Puntualizando que el comercio de la región es el sector más
golpeado por la
crisis global, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica
Para América Latina y el Caribe (CEPAL), señaló que la cifra de caída en la
región es superior al 10 por ciento proyectado para el comercio mundial.
Los países exportadores de materias
primas, especialmente petróleo y minerales, son los más afectados por el
deterioro de los términos de intercambio, que caerán este año 32,6% para el
conjunto formado por Venezuela, Ecuador (petróleo), Colombia (petróleo y carbón)
y Bolivia (gas natural), señala la CEPAL.
En el primer semestre de 2009, las exportaciones de esos
productos de toda la
región cayeron 50,7%, mientras que los manufacturados y agrícolas
disminuyeron 23,9 y 17 por ciento, respectivamente, precisa el documento.
En consecuencia, el volumen de las exportaciones de la región descenderá
11%, su peor resultado en 72 años (desde 1937), mientras que las importaciones
disminuirán 14%, la baja más pronunciada en 27 años (desde 1982).
Osvaldo Kacef, economista de la CEPAL, dijo a la cadena
BBC que "esta es la
primera vez en siete años que el nivel de actividad cae, de forma que esto
marca el final de una etapa de crecimiento sostenido que tiene pocos precedentes
en la historia económica de nuestra región".
Kacef destaca que una diferencia importante en esta crisis,
con relación a otras
anteriores en la región, es que por primera vez el impacto más fuerte no se
ha producido en el sector financiero, sino en la economía real.
En el último cuatrimestre del 2008 y en el primer trimestre de
2009 se ha
observado una caída bastante marcada de las exportaciones e importaciones,
señaló Kacef.
La CEPAL puntualiza que el colapso
comercial se origina en la marcada declinación de la demanda internacional,
y en el comportamiento declinante de los flujos de comercio intrarregional,
especialmente en América del Sur.
El informe destaca que la crisis mundial se transmitió
a la economía real
de la región a través de la caída de la inversión extranjera directa (IED), el
bajón en las remesas de los inmigrantes, y la caída de los precios de los
productos básicos.
En Sudamérica, mientras tanto, la
reducción en la actividad económica ha sido mucho menos marcada, "y esto tiene
que ver con que la estructura de comercio es mucho más diversificada que en
México y Centroamérica".
El Producto Interno Bruto de México
cayó 7,6% en términos nominales durante el segundo trimestre a 11,401 billones
de pesos (US$878.000 millones), informó el martes el Instituto Nacional de
Estadística, Geografía e Informática, o Inegi.
El PIB en términos reales --informado la semana pasada--
se contrajo un 10,3%
interanual, en su mayor caída para un trimestre registrada desde 1981.
México (la segunda economía regional) enfrenta la peor recesión
desde la década de 1930 y se espera una contracción económica de 7% para
todo el año.
La principal preocupación generada
por la crisis, según un comunicado especial aprobado en noviembre de 2008 en San
Salvador por los países del BRIC (Brasil, Rusia, India y China), son los
"potenciales efectos sobre el sector real de la economía" y sobre la
"estabilidad política y social de la región".
En este panorama, lo que más preocupa
es un aumento de la economía informal (en "negro"), y se teme también que el
desempleo exacerbe la violencia juvenil y familiar, según señaló la secretaria
ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena.
La respuesta inmediata a la marginación social y el
desempleo son las huelgas
y los estallidos sociales (como reacción inmediata a la desocupación en
masa) que pueden conmocionar los pilares del control institucional y político de
los Estados capitalistas de la región.
USA sigue en rojo
Mientras tanto, y a pesar de
las débiles señales de recuperación que exhiben algunas variables de la economía
USA, entre los economistas, medios y analistas especializados no creen que
alcance para superar la crisis con desocupación y caída del consumo en la
primera potencial imperial.
El martes
se conocieron una noticia buena y tres malas para la economía estadounidense: el
país volverá a crecer débilmente a finales del 2009,pero el desempleo, el
déficit a largo plazo y la deuda pública serán mayores de lo calculado.
Según The Wall Street Journal, un informe de la Oficina de Presupuesto de
la Casa Blanca y otro del Congreso estiman que para el año fiscal que termina en
septiembre el déficit será de US$ 1,58 billones, menor de lo estimado
debido a la devolución de unos US$ 250.000 millones de ayudas financieras.
En cuanto al crecimiento económico, el 2009 cerrará con una caída general de
2,8%. Pero el último trimestre del año crecerá en 2%, lo que, en la
estimación de los especialistas, no alcanzará para superar los estragos de la
caída del consumo y del desempleo.
Pese a las "mejores perspectivas económicas", la crisis USA continúa y los
expertos estiman que el desempleo llegará al 10% hacia finales del 2009 y
auguran que se mantendrá en esos niveles por buena parte del año 2010.
Otro dato que preocupa a los especialistas es el crecimiento de la deuda
pública, contraída en parte para financiar los rescates bancarios y
empresariales con fondos del Estado (dinero de los impuestos pagados por toda la
sociedad estadounidense).
Según
The Wall Street Journal, la Casa Blanca estima que hasta finales del 2019 se habrán contratado préstamos
por el orden de los US$ 9 billones.
De acuerdo
con esta proyección, en diez años la deuda pública alcanzará los
US$ 23 billones, equivalentes al 76% del Producto Interior Bruto (PIB) de
EEUU.
Además de
la caída del comercio internacional y de la caída del consumo interno, la
confluencia de un sostenido déficit fiscal, y alto endeudamiento podrían generar
presiones inflacionarias que agudizarían las condiciones laborales con más
despidos y reducciones salariales.
Para seguir subiendo -señala el
Journal- , el mercado necesita una señal de verdadera recuperación en la
economía, lo que requiere aumentos en el consumo, la inversión de las
empresas y la compra de viviendas.
Para un
conjunto de analistas y economistas estadounidenses, la clave de la "reflote
económico" pasa por una reactivación del consumo y una recuperación plena de
la tasa de empleos.
El actual escenario de "
recuperación
débil" arroja sombras sobre la recuperación de las tasas de ocupación
dado que, en la estimación de los especialistas, las empresas sólo vuelven a
tomar personal cuando tienen la certeza y las evidencias de una
recuperación total de la economía, condiciones que no son las presentes.
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