Un informe de la Reserva Federal
publicado hace dos semanas señaló que los
mercados laborales e inmobiliarios en EEUU permanecen débiles y las
condiciones crediticias siguen siendo restrictivas.
En resumen, y de acuerdo con el
informe de la Fed, y
aunque el ritmo de descenso económico parece haberse "desacelerado", el mercado
laboral continúa debilitándose, los mercados financieros permanecen bajo tensión
y las condiciones crediticias siguen siendo inferiores a lo normal.
Algunos analistas oficiales sostienen que los mercados reflejan los
temores de que la economía mundial tenga problemas para cortar su
dependencia de los estímulos gubernamentales. "Una recuperación sostenida
en EEUU y otros lugares eventualmente requerirá un rebalanceo del gasto
público al privado", dijo a Reuters Olivier Blanchard, economista jefe
del Fondo Monetario Internacional.
En su último informe, el jueves
de la semana pasada, el Banco Central Europeo advirtió que si bien se detectan
"señales débiles" de un principio de salida de la recesión, las condiciones
generales de la economía continúan siendo precarias, mientras que las
proyecciones indican un agravamiento de las condiciones del mercado laboral
con cifras de desocupación que seguirán en crecimiento durante todo el 2010.
El dato -que coincide con
evaluaciones de la Reserva Federal de EEUU- refuerza la estimación de un
"crecimiento débil" de la economía mundial dentro de un cuadro de crisis
social en ascenso, como producto del "achicamiento" del costo empresarial y su
emergente más inmediato: Los despidos y la reducción de salarios de
trabajadores.
Algunas de las mayores cadenas minoristas de EEUU informaron el martes
que los consumidores estadounidenses siguen con baja demanda, lo que pone
en duda la sostenibilidad de la recuperación y destaca el rol fundamental
de la demanda externa para la recuperación de la economía mundial.
Los reportes de las cadenas minoristas norteamericanas
sirven a su vez como un recordatorio de la importancia del consumo, que
representa un 70% de la economía estadounidense.
Las bajas reportadas el martes se suman a la caída de
1,2% en las ventas en EEUU anunciada por Wal-Mart la semana pasada. El
Departamento de Comercio anunció la semana pasada que las ventas
minoristas declinaron en julio, luego de subir en los dos meses.
"No sólo ha caído el desempleo, sino que mucha gente
afronta una congelación salarial u otros recortes", dijo al Journal, Lou Crandall, economista jefe de Wrightson ICAP. "Eso va a reducir el
gasto en el futuro".
Según los especialistas, la confianza del consumidor cae a medida en
que aumenta el desempleo. Y así como las empresas no toman personal
hasta estar seguras de la recuperación, los consumidores no gastan hasta
estar seguros de que la crisis ha pasado.
Estos dos factores se retroalimentan y conspiran contra la vuelta del
consumo y la recuperación de puestos de trabajo.
Las recesiones causadas por estallidos de burbujas, como el reciente
colapso inmobiliario -a diferencia de grandes incrementos en las tasas de
interés por parte de la Reserva Federal- parecen ser seguidas de
recuperaciones sin creación de empleos, apuntan los especialistas.
Para el Financial Times, la economía USA experimentará alguna leve
reactivación de la mano del programa de estímulos fiscales hasta
fines de este año e inicios del 2010, pero luego podría volver a la
depresión.
Hay dudas sobre que pasará cuando disminuya el estímulo
estatal, y hay temores de que el enorme gasto gubernamental (de
los rescates financieros) siga disparando el déficit fiscal y haga
subir las tasas de interés para los consumidores y las empresas.
"La economía permanece débil, y aun cuando empiece a recuperarse, la suma
de capacidad productiva ociosa es excesiva", dijo Peter Kretzmer, del
Bank of America
Para el Wall Street Journal, la capacidad ociosa en la economía es tan
grande que los consumidores no verán aumentos de sueldo durante años
y tendrán que ajustar sus gastos en desmedro de la recuperación del
consumo, el principal activador de la recuperación económica.
La tasa oficial de desempleo en todo EEUU es de 9.5%, pero, según The New
York Times, no incluye a aquellos que se han
dado por vencido y han cesado de buscar trabajo y a los que se han visto
obligados a reducir sus horas de trabajo.
Kenneth Rogofff, un ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional y experto en
crisis bancarias, dijo la semana pasada que EEUU enfrenta una posibilidad de 50-50 de sufrir una
segunda recesión en los próximos cinco años.
El experto señaló además que EEUU
tendrá que subir impuestos pronto, en medio de alzas en los niveles de deuda
y en las tasas de interés. Rogoff espera un impuesto nacional a las ventas
en tres años.
La tasa de desempleo -según los
informes oficiales- se está acercando al pico registrado en la recesión de 1981-82
y la magnitud de la pérdida de trabajos es la peor desde la recesión de
1948-49.
La caída en el Producto Interno
Bruto es la más profunda desde la crisis de 1957-58 y los estadounidenses no han
visto su fortuna personal evaporarse tanto desde la Gran Depresión.
En consecuencia, la
crisis social (consecuencia de la caída del consumo y los despidos
laborales) se perfila como un potencial emergente de la crisis recesiva-
laboral que detonó escalonadamente como consecuencia de la crisis financiera en EEUU.
Las
señales son claras: La crisis financiera ya devino en recesión y amenaza (por
efecto de la desocupación masiva) en convertirse en una crisis social de
difícil pronóstico en EEUU.
"El
mercado laboral de Estados Unidos tiene un desempeño aún peor que el de la
economía en general, lo que causa temores dentro y fuera del gobierno de que el
resultado podría ser el de
una recuperación sin empleos incluso cuando termine la recesión",
señala The Wall Street Journal.
De esta manera, la desocupación
(emergente de la desaceleración económica) se ha convertido en una cuestión
clave para la recuperación de la primera potencia imperial.
Pero en el actual escenario de "crecimiento débil" o de "recaída"
que pronostican los especialistas del sistema, todo indica
que la crisis social se seguirá
profundizando como consecuencia de la no reactivación del consumo y del
agravamiento del desempleo a escala masiva.