A
solo cuatro semanas del "documento de advertencia", el FBI de Obama "materializó
la amenaza (hizo aparecer el "peligro") anunciando el miércoles 20 de
mayo, que detuvo a
cuatro personas sospechadas planear atentados contra objetivos militares y un
templo judío.
Según la versión oficial, los cuatro
hombres fueron apresados por el FBI después de haber comprado misiles y material
explosivo falso de acuerdo con datos suministrado por un "infiltrado".
Los arrestos, que se produjeron el
miércoles, llegaron luego de una larga operación que comenzó en Newburgh, Nueva
York, a unos 110 kilómetros (70 millas) al norte de la ciudad de Nueva York,
según dijeron agentes de fuerzas de seguridad a la agencia AP.
Los detenidos están acusados de conspirar para usar armas de destrucción masiva
dentro de los Estados Unidos y de conspirar para adquirir y usar misiles
antiaéreos, según la oficina del fiscal federal.
Según la investigación, planeaban
detonar un automóvil con explosivos plásticos frente a un templo judío en el
barrio de Riverdale, en el Bronx, y lanzar misiles tierra-aire Stinger a los
aviones militares de la base de la Guardia Nacional Aérea de Nueva York en el
aeropuerto Stewart en Newburgh, dijeron las autoridades.
Hasta aquí, el modus operandi
("descubrir el plan" antes de que suceda el atentado) es el mismo que vienen
practicando, desde el 11-S hasta aquí, la CIA y las agencias estadounidenses y
británicas para mantener "actualizadas" las amenazas del "terrorismo islámico"
en EEUU y Europa.
Pero el dato central que diferencia a
estas nuevas operaciones de reciclamiento del "miedo al terrorismo" consiste en
la inclusión de un templo judío dentro de los blancos fijados por los
supuestos "terroristas" detenidos.
El informe oficial consigna que en
abril de 2009, los acusados seleccionaron la sinagoga y el centro comunitario
judío como los objetivos principales de su ataque, además comenzaron a
vigilar y tomaron fotografías de aviones militares en la base militar del
aeropuerto de Stewart.
El fiscal del caso, Lev Dassin,
sostuvo que los acusados "querían cometer ataques terroristas antisemitas",
y que "seleccionaron y buscaron las armas necesarias para llevar a cabo sus
planes" .
"Este intento de atacar nuestras libertades, pone de manifiesto que las amenazas
a la seguridad son lamentablemente muy reales", señaló Michael Bloomberg,
alcalde judío de Nueva York.
La "acusación" oficial montada contra
los 4 "sospechosos" de planear el nuevo acto terrorista, contiene dos
ingredientes fundamentales: Una operación de terrorismo contra aviones en vuelo
(que recrea el miedo a "nuevo 11-S" en Nueva York) y un ataque contra un templo
judío (que confirma la "conspiración de la derecha antisemita" denunciada por le
Ministerio de Seguridad Interior en abril).
Bush y el lobby judío de halcones
neocon, edificaron consenso y apoyo interno agitando y denunciando el peligro
del "terrorismo islámico" como amenaza permanente a la "seguridad
nacional" de EEUU. Dentro de esa bolsa metían a todos los que se le oponían.
Tanto Washington como las potencias
de la Unión Europea han mantenido históricamente denuncias constantes de
"ataques terroristas islámicos" en planes de ejecución, pero que
efectivamente no han sucedido, desde el 7 de julio de 2005, fecha del atentado
terrorista al metro de Londres.
En ese sentido, son ejemplos
paradigmáticos los "comunicados" de Al Qaeda y las apariciones constantes de Bin
Laden en los clásicos videos y grabaciones, así como las también constantes
revelaciones y denuncias de "planes terroristas" por parte de EEUU, Gran
Bretaña y los gobiernos de las principales potencias europeas.
Obama y el lobby judío liberal que
lo secunda parecen iniciar otra práctica: El peligro acechante de la "derecha antisemita" que amenaza con el odio racial y la
desintegración social de EEUU.
La estrategia es funcional al plan
del Mossad judío de instalar -tras el fracaso de la operación militar contra
Hamás en Gaza que culminó en una masacre repudiada a escala mundial- un nuevo
ciclo de "persecución racial" contra la comunidad judía que devuelva Israel
parte de su "prestigio" perdido y lave su cara de "genocida del pueblo de Gaza".
De esta manera, y como se puede
apreciar con estas primeras detenciones, la "guerra contraterrorista" de Bush se
complementa con la figura del "terrorismo antisemita" que incorpora la
amenaza de un nuevo "Holocausto judío" como justificación de eventuales (y
planificadas) acciones militares "preventivas" por parte de Israel y EEUU
contra los países islámicos o árabes situados en el "eje del mal".
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