entamente, y repitiendo la misma
conducta compulsiva de Libano 2006, se metió en la ratonera de Gaza y ahora
ya no puede salir, salvo como derrotado.
Y lo más curioso: Israel perdió la
guerra casi sin la existencia un enemigo enfrente.
Más que por Hamás (que sólo
combatió y se expuso en lo mínimo ejecutando una inteligente táctica de desgaste
psicológico) Israel ya fue derrotado por la acción-reacción de su
propia dinámica criminal que se le convirtió finalmente en un boomerang.
Con "zona liberada",
protegidos por la inacción premeditada y la complicidad de las grandes
potencias, con su operación de exterminio militar de civiles maquillada como
"guerra" contra Hamás por los medios y las grandes cadenas del sistema, y mientras asesinaban este sábado a los últimos niños en una escuela de la ONU,
en soledad, únicamente acompañados y apoyados por las comunidades judías
del mundo, y con la repulsa generalizada del resto del planeta que las
grandes cadenas ya no pueden disimular, los genocidas y burócratas del Estado
judío acaban de decretar una "tregua unilateral" para disimular su
derrota y cumplir con la "agenda" de Washington.
Hay tres puntos principales que lo
impulsan:
A) Parar de matar, para que no
siga creciendo la presión internacional y la diáspora de crisis y división
interna producida por la falta de resultados (en 22 días de masacre militar
no pudo cumplir con sus objetivos).
B)
Disfrazar su impotencia, ejecutando un alto el fuego y manteniendo sus tropas y
tanques desplegados en el teatro de operaciones mostrando que "ejerce
control" sobre Gaza.
C) Posibilitar que Obama
(controlado férreamente por el lobby judío) asuma sin la coreografía
inquietante de la masacre de Gaza, el martes, en Washington, el centro
imperial de la madre patria sionista que controla el mundo desde Wall
Street, la Reserva Federal y el Complejo Militar Industrial.
Se cumplió el anticipo de IAR
Noticias (Ver:
Israel prepara el plan de fuga: Aumenta la masacre para crear las condiciones de una tregua "victoriosa"):
Fracasado los objetivos del Plan A militar (reducir al mínimo la estructura
politico-militar de Hamás y terminar con sus arsenales y lanzaderas de cohetes)
la plana mayor israelí ahora busca dos objetivos precisos:
1) Disfrazar su derrota con una
"victoria" en el plano de la diplomacia.
2) Impulsar con EEUU y la Unión
Europea un Plan B diplomático en el Consejo de Seguridad de la ONU para
intentar aislar y "desarmar" a Hamás, como lo intentaron sin éxito con Hezbolá en Libano.
El objetivo de la operación "Plomo Sólido"
La tragedia humana (silenciada y
deformada por las potencias y las grandes cadenas mediáticas) desatada por el
exterminio militar israelí en Gaza no se define en un escenario, sino en
tres escenarios simultáneos: A) La masacre militar de civiles, B) La tragedia
humanitaria con el bloqueo, C) La guerra asimétrica entre Israel y Hamás.
Estos tres escenarios, fueron
utilizados por Israel como herramienta de presión bélica para someter a
Hamás y obligarlo a cumplimentar los dos objetivos estratégicos centrales de la
operación "Plomo Sólido": La firma de una tregua y de un acuerdo duradero
que asegure el final de los ataques con cohetes a las ciudades israelíes.
Contrariamente a lo que se cree,
la operación "Plomo Sólido" nunca tuvo como objetivo central la destrucción
total de Hamás y el derrocamiento de su gobierno.
Como se sabe, Gaza forma parte de
un tablero geopolítico estratégico cuyo desenlace se va definir por medio
de una confrontación inevitable del eje islámico Irán-Siria-Líbano-Gaza con el
polo EEUU-Israel-Unión Europea, en el escenario de la "guerra fría" de Rusia con
EEUU, y con los recursos estratégicos del petróleo y de la energía euroasiática
como telón de fondo.
En ese marco, la destrucción de
Hamás y de Hezbolá, y de sus respectivos aparatos políticos militares, es un
objetivo de máxima que se plantea el eje sionista USA-Israel como complemento
táctico ineludible de sus potenciales operaciones militares contra Irán y
Siria en Medio Oriente.
La guerra contra el "terrorismo
islámico" de Irán, Hezbolá y Hamas, es antes que nada una guerra por la
redefinición del poder sionista (regente del sistema capitalista a
escala mundial) en Medio Oriente, y que tiene a la supervivencia del
Estado de Israel como uno de sus objetivos centrales.
Pero la estrategia sionista va por
pasos, y la destrucción total de Hamás en esta etapa implicaría tres pasos
que Israel no está dispuesto a dar: A) Ocupar territorialmente
Gaza, B) hacerse cargo de su administración y C) contener el estallido social
con caos y luchas intestinas que generaría la desaparición de Hamás de la
escena.
Israel es una superpotencia
militar que basa su accionar en el despliegue operativo y la
capacidad de fuego de su fuerza aérea, pero carece de estructura para una
ocupación territorial que le insumiría un despliegue permanente de efectivos y
de logística militar. "Sería como crearnos un Irak en casa", dicen los
halcones judíos.
En consecuencia, y como planteo
estratégico de fondo, la operación "Plomo Sólido" nunca se propuso la
destrucción total de Hamás, sino el debilitamiento de sus estructura
militar y el acotamiento de su plana mayor en un escenario más funcional a
los objetivos del control político y militar de Israel en la región.
La derrota (el efecto boomerang de
la masacre)
Estratégicamente, Israel ya
fracasó con la operación "Plomo Sólido".
Presionado cada vez más por los costos políticos de la masacre, por la
resistencia de Hamás a firmar una tregua del "vencido", y por un cada vez
más definido frente de boicot internacional en su contra, el alto mando israelí
resolvió, este sábado, decretar una tregua unilateral con permanencia de sus tropas en Gaza que
le permitirá al nuevo gerente imperial USA, Barack Obama, celebrar sin
nubarrones su gran fiesta de asunción en Washington.
Después de una operación militar de
exterminio que durante 21 días consecutivos ya mató a 1100 palestinos, hirió a
otros 5000, terminó con la vida de casi 400 niños, hirió a más de 1200,
asesinó cerca de 200 mujeres, destrozó en más de un 70% la infraestructura de Gaza, profundizó a niveles inéditos la catástrofe humanitaria de ese
pueblo,
a Israel se le hace muy difícil explicarle al mundo que todo esa masacre y
destrucción fue cometida sólo para "defenderse del terrorismo".
Finalmente, y sobre el filo de una
tregua que estaba siendo negociada (sin éxito) con la mediación de Egipto,
varios gobiernos, en diferentes latitudes del planeta, ya plantean desde
la condena o la ruptura de relaciones diplomáticas con Israel, hasta
diferentes tácticas de
aislamiento y boicot internacional contra el Estado
judío.
En consecuencia, Israel decidió
emprender la retirada (disfrazada de "tregua unilateral) antes de que sus
embajadores comiencen a ser expulsados en masa , y sus embajadas, empresas y
bancos comiencen a ser rodeados por multitudes exigiendo el fin de la
masacre en Gaza.
Tácticamente, el "encierro" de
Israel terminó de concretarse cuando Hamás condicionó la tregua a un retiro
inmediato de Israel con levantamiento del bloqueo en todos los pasos
fronterizos.
Este sábado, el dirigente de Hamás
en el Líbano, Osama Hamdán, afirmó que mientras perdure la ocupación, y aunque
Israel suspenda unilateralmente el fuego en la Franja palestina de Gaza, la
lucha continuará.
"La batalla no ha acabado y no
terminará con el cese de la agresión (israelí), sino con el fin de la
ocupación", afirmó Hamdán en el "Foro de apoyo a la resistencia", en el que
participan representantes de todo el mundo, y que se inauguró ayer en el palacio
de la UNESCO en Beirut.
Encerrado en la ratonera de Gaza, con sus tanques y soldados rodeados por los
cadáveres que sembraron a su paso, y con la única opción de seguir matando y
generando más presión internacional en contra, Israel suspendió
unilateralmente la operación "Plomo Sólido" a la espera de que sus espónsores,
EEUU y la Unión Europea, vengan en su auxilio con un Plan B
diplomático que le permita una huida rápida de la escena del crimen.
Más allá de esa decisión:
Hamás sigue en pie y los cohetes palestinos seguían cayendo este sábado en
territorio israelí.
Según los manuales básicos de la
guerra, cuando una operación militar no consigue la consecución de sus objetivos
estratégicos, la fuerza atacante ingresa en el terreno táctico de la derrota.
En esa instancia se encuentra
Israel, aunque dilate y disfrace el escenario final. Donde los que definirán su
destino no serán los vivos sino los muertos.
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(*) Manuel Freytas es periodista, investigador y analista, especialista en inteligencia y
comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados
en la Web.
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