(IAR-Noticias) 05-Julio-07
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Imagen del coche ardiendo en el aeropuerto de Glasgow. (Foto: EFE) |
Informe especial
Bush se encuentra acorralado por su descenso
en las encuestas y por las denuncias en su contra, y la lógica indica hoy que un
ataque militar a Irán no contaría con la aprobación masiva de la sociedad norteamericana,
y menos aún, de la opinión publica internacional sensibilizada en el "anti-Bush" colectivo.
Pero también está probado (así lo demostraron el 11-S, el 11-M, el 7-J) que la opinión pública,
a favor o en contra, puede ser fabricada en sólo horas por las grandes cadenas mediáticas
internacionales.
L a
" Alianza Base"
En junio de 2005 The Washington Post informó que la CIA, el
M16 británico y su equivalente francés, la Dirección General de la
Seguridad Exterior (DGSE), crearon en París un centro secreto para cooperar
“estrechamente en la lucha contra el terrorismo”, el cual no tiene por función
recoger información sino planear operaciones encubiertas contra terroristas.
Además, esta
estructura, denominada “Alianza Base”, fue creada en 2002 para
“analizar los movimientos transnacionales de supuestos
terroristas y lanzar operaciones de captura o espionaje,
indicaba el informe de The
Washington Post.
Según el diario, el centro contaba
-en junio de 2005- con agentes de Alemania, Gran Bretaña, Canadá
y Australia trabajando en casos específicos.
La organización conjunta planteaba además un programa
informático sobre desaparición de personas o de cadáveres no
identificados, así como una red de alerta de "ataques
terroristas" , de usurpaciones de identidad y un sistema de
identificación de vehículos.
A partir de otros informes
confidenciales sobre este centro -que se agregaban al del Post-
algunos expertos (entre ellos, IAR-Noticias) interpretaron que
posiblemente la CIA estaría planificando una acción coordinada
de "descubrimiento" de redes terroristas orientadas a cometer
atentados combinados en Europa y EEUU.
Algunos especialistas, entre
bambalinas, interpretaban que se estaba en las vísperas de otro
gigantesco "operativo de seguridad" como el implementado
en enero de 2004,
cuando el
gobierno de Blair denunció la existencia de “datos creíbles y
específicos” sobre un intento de secuestro de aviones para
provocar un nuevo 11-S.
Luego de las denuncias de Blair, y
de una psicosis de "alertas terroristas" en Europa se produjo el
atentado del 11 de marzo en Madrid, España, con
cerca de 200 muertos, cuyo efecto residual permitió ganar las
elecciones a Bush, en noviembre de 2004.
Al Qaeda se "autoadjudicó" el
atentado en un comunicado verificado como "auténtico" por la
CIA, y en España se desató una cacería con detenciones masivas
de ciudadanos de origen islámicos sospechados de
"terrorismo".
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Victimas de los atentados en
Londres, el 7 de julio de 2005 |
El último
"ataque real"
A principios de julio de 2005, en
un mensaje televisado a la nación, Bush conmovió al mundo y a
EEUU denunciando que Bin Laden y Al Qaeda estaban próximos a
nuevas operaciones "terroristas".
"La única manera
de que
nuestros enemigos puedan tener éxito es si olvidamos las
lecciones del 11 de septiembre... si concedemos el futuro del
Medio Oriente a hombres como (Osama) Bin Laden", aseguró Bush en
un mensaje que desató nuevas "alertas" terroristas" en Europa y
EEUU.
El 7 de julio de 2005, en
explosiones coordinadas en Londres, detonaron siete bombas
en el metro y en el transporte público que dejaron más de sesenta muertos y
desataron otra ola de miedo mundial al "terrorismo",
principalmente localizada en Europa y EEUU.
Bush, Blair y los gobiernos de la
Unión Europea salieron a responsabilizar a Al Qaeda y al
"terrorismo islámico", y se lanzó una nueva y brutal cacería
contra musulmanes sospechados de actividades "terroristas"
con detenciones masivas en toda Europa.
Como efecto del 7-J, las mayoría
de los países europeos, con Gran Bretaña a la cabeza,
endurecieron sus legislaciones y trazaron "planes
contraterroristas" conjuntos, y la ONU, en su asamblea anual
de 2005, puso al "terrorismo" como la hipótesis de conflicto
principal que enfrentaba la humanidad.
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Musulmanes atacan la embajada de
Dinamarca en Yakarta |
Irán y la "furia musulmana"
En febrero de 2006, en plena
escalada del conflicto nuclear con Irán en la ONU, y cuando se
comenzaba a hablar de un ataque de EEUU a ese país, una revista
europea publicó doce caricaturas de Mahoma desatando un
proceso mundial de "furia musulmana" con destrozos, muertos,
heridos, e incendios de embajadas de países europeos en Asia,
Europa, África y Medio Oriente.
Por primera vez, EEUU, Israel y la
Unión Europea acusaron a Irán de estar detrás de esas
gigantescas movilizaciones de "furia musulmana" contra el
"mundo occidental", culpando al gobierno de Teherán de organizar
y financiar esas movilizaciones violentas que duraron casi una
semana.
Dos sondeos
posteriores indicaron que el temor a Irán se había disparado
entre los estadounidenses que consideraban al gigante
islámico como el "mayor peligro" para Estados Unidos. Mahoma reemplazaba a Al Qaeda.
Según uno de los
sondeos del Centro de Investigación Pew, Irán se convirtió en la
principal preocupación internacional de los estadounidenses, una
mayoría de los cuales estuvo a favor de una intervención armada
para disuadirlo de sus ambiciones nucleares.
Según los
resultados del sondeo Irán representaba “la amenaza número uno”,
por delante de China, Irak y Corea del Norte.
Una mayoría aplastante de los participantes en la encuesta decía creer que Irán atacaría a Israel (72 por ciento) y a Estados
Unidos o Europa (66 por ciento) si el país islámico llegara a desarrollar armamento nuclear.
Además, el 82 por ciento aseguraba que, de completar con éxito el
enriquecimiento de uranio, Irán facilitaría armamento a
terroristas.
Los resultados del Centro Pew se sumaban a los de otro sondeo
del diario Los Angeles Times, según el cual un 57
por ciento de los estadounidenses respaldarían en ese momento una intervención
militar en Irán si el país desarrolla capacidad nuclear.
Los resultados de las
mediciones fueron simultáneas a distintas versiones de medios y
analistas, europeos y estadounidenses, anunciando planes de EEUU
e Israel para lanzar ataques militares "preventivos" contra las
centrales nucleares iraníes.
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Policía
británico en alerta ante la posibilidad de atentados
terroristas |
El
plan de "amenazas"
En agosto de 2006, cuando Israel
estaba siendo derrotado en Líbano por Hezbolá, la
policía británica informó que desbarató un "complot
terrorista" para hacer explotar aviones en pleno vuelo entre
Reino Unido y Estados Unidos, y que había detenido a más de 15
personas, la mayoría de origen "islámico".
Los servicios de seguridad
británicos elevaron el nivel de amenaza del país a "crítico"
desde "severo", el más alto de sus cinco categorías que
significa que "se espera un ataque de forma inminente", y el
Departamento de Seguridad Interior de Estados Unidos también
incrementó el nivel de amenaza a severo o rojo para los vuelos
comerciales procedentes de Reino Unido dirigidos a su
territorio.
Las "alertas terroristas" con
amenazas de "ataques inminentes" desataron otra ola de
psicosis mundial con el "terrorismo" y nuevamente las
comunidades islámicas de Gran Bretaña y Europa se vieron
sometidas a cacerías y detenciones de sospechosos de de integrar
el "complot terrorista".
Simultáneamente el eje EEUU-Israel-Unión
Europea conectaron las "alertas terroristas" y las
"amenazas de ataque" con Irán, acusando a la república islámica
de estar detrás de las operaciones de Hezbolá en Líbano y de
financiar la estructura mundial del "terrorismo", al que siempre
se le asocia la categoría "islámico".
Posteriormente y en sucesivos
informes, durante 2006 y principios de 2007 los servicios
británicos y Scotland Yard elaboraron documentos según los cuales
Al Qaeda y las organizaciones extremistas islámicas
estaban en condiciones de producir "ataques terroristas
nucleares" en cualquier ciudad europea.
Las alertas y amenazas continuaron
así como las detenciones de supuestos integrantes de "redes
islámicas" en perpetuo complot para producir "atentados
terroristas" denunciados o "desactivados" en Londres o en
Nueva York.
Finalmente, la semana pasada, en
Londres se "desactivaron" antes de que ocurrieran tres supuestos
atentados con coches bomba, deteniéndose a una red de
"médicos islámicos" implicados en el plan.
Luego de 72 horas de
tensiones con el "descubrimiento" de dos coches bombas antes de
que explotaran, y un supuesto ataque con un coche incendiado en
el aeropuerto de Glasglow, a primera hora del domingo, el primer
ministro británico, Gordon Brown, declaró que "Gran Bretaña
no se rendirá ni se dejará intimidar pese a la continua amenaza
de personas asociadas a Al-Qaeda".
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Una de las
tantas apariciones de Bin Laden por televisión anunciando un
próximo ataque |
La hora
de Al Qaeda
En julio, el Consejo de Seguridad
de la ONU tiene previsto discutir las nuevas sanciones contra
Irán, que sigue negándose a suspender sus trabajos de
enriquecimiento de uranio, antesala de la fabricación de una
bomba nuclear
Para un conjunto
de expertos, la perspectiva del conflicto iraní combina dos
escenarios fluctuantes y simultáneos: el "frente diplomático"
y el "frente militar" que sobrevendrá inevitablemente si
EEUU y las potencias aliadas no alcanzan una fórmula para
presionar a Irán a abandonar su programa con las sanciones
económicas en la ONU.
Los ejercicios
militares de Irán, Siria e Israel, son simultáneos a los
movimientos y las "señales" militares en el Golfo -registradas
por la prensa norteamericana- y son indicativos de que el eje
Washington-Israel-Unión Europea se aprestan a dar un
"desenlace militar" al dilatado conflicto con Irán, una
pieza central en el tablero del Medio Oriente.
Según la prensa
norteamericana, tres grupos de ataque aeronaval,
incluidos los portaaviones Stennis, Eisenhower
y el Nimitz , están desplegados en el Golfo
Pérsico, frente a las costas de Irán.
Bush se encuentra
acorralado por su descenso en las encuestas y por las denuncias
en su contra, y la lógica indica hoy que un ataque militar a
Irán no contaría con la aprobación masiva de la sociedad
norteamericana, y menos aún, de la opinión publica
internacional sensibilizada en el "anti-Bush" colectivo.
Pero también está probado (así lo
demostraron el 11-S, el 11-M, el 7-J) que la opinión pública, a
favor o en contra, puede ser fabricada en sólo horas
por las grandes cadenas mediáticas internacionales.
A nivel de "testeo", las
caricaturas de Mahoma demostraron (a través de las mediciones)
como una explosión de "furia islámica" con Irán como
responsable y organizador, puede detonar en horas consenso
masivo para un ataque militar a ese país entre la sociedad
estadounidense.
En este escenario, el plan de las
"alertas terroristas" (como el que está funcionando en Gran
Bretaña para ligar a Irán con el "terrorismo"), parecería
insuficiente para generar un consenso masivo en EEUU, Europa y
el mundo, para un ataque militar de EEUU a Irán.
Y surge la conclusión inevitable:
Las "alertas terroristas" con el
"terrorismo islámico" forman
parte de un testeo general (como ya se hicieron antes del 11-M y
el 7-J) y
conforman la antesala de un ataque terrorista real (o de
varios) en Europa.
Si se cumplen los
patrones habituales, mediante la operación constante de
"amenazas terroristas", la inteligencia seleccionará el
"blanco" de uno o varios ataques reales y lo tendrá en
carpeta para utilizarlo antes de la operación militar contra
Irán.
Bush -así coinciden muchos
expertos estadounidense y europeos- difícilmente deje la
presidencia de EEUU (en el 2008) sin intentar el corolario de su
"guerra contraterrorista" con el ataque militar a Irán.
No obstante, antes de
las acciones militares contra Irán los expertos USA saben
que tienen que reforzar la estrategia de "preparación de
terreno" con otro componente: la "violencia terrorista
islámica" que demuestre a que grados puede llegar Irán en
posesión de la bomba nuclear.
En otras palabras, el "terrorismo
islámico" tendría que salir de la amenaza potencial para
convertirse en realidad, y crear una psicosis mundial con
muertos y heridos que justifique un ataque a Irán.
Esto indica, entre otras
consideraciones, que hay
que tomar en serio al sucesor de Blair, el primer ministro Brown,
cuando dice que se esperan "ataques inminentes".
Por ahora, juegan (y testean) con
las "alertas".
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