Como la mayoría de los hospitales
se encuentran en zonas céntricas de las urbes, serían destruidos en los
ataques nucleares y no estarían en condiciones de salvar a los supervivientes.
Si Washington fuera atacado por
bombas nucleares de capacidad equivalente a 550.000 toneladas de explosivos,
muchos hospitales en la zona que abarca Washington y Baltimore serían
destruidos, y no quedarían más que dos hospitales en estas dos ciudades.
El sistema de servicios médicos
perdería el 57% de sus camas y el 62% de su personal médico, según el
estudio. Como los hospitales de Nueva York, Atlanta y Chicago están concentrados
en las zonas urbanas, es posible que fueran destruidos por las bombas nucleares.
Un problema serio que enfrentaría el
sistema nacional de servicios médicos en estas condiciones sería el de cómo
tratar al gran número de heridos con quemaduras, y sólo en Atlanta el
número de habitantes que sufrirían quemaduras serias llegaría a 300.000.
El estudio, publicado por una
revista de ingeniería geográfica citada por el sitio web Pueblo en Línea,
demuestra la seria falencia que presentan las grandes ciudades
norteamericanas para hacer frente a los desastres provocados por ataques
nucleares, y que es necesario adoptar medidas para salvar a millones de vidas.
Cham.Dallas y William Bell,
científicos del Centro de Prevención de la Destrucción Masiva de la Universidad
Georgetown, dedicaron tres años a la recolección y análisis de los datos sobre
la explosión nuclear, la conservación de las infraestructuras urbanas, la
capacidad de tratamiento de los hospitales, y las condiciones climáticas.
Los dos científicos realizaron una
simulación de ataques nucleares en cuatros ciudades norteamericanas: Nueva
York, Chicago, Washington y Atlanta.
Los datos obtenidos en la simulación
demuestran que varios millones de habitantes en las grandes ciudades perderán
vidas en los ataques nucleares. Pero Dallas afirmó: "Esto no es el día final del
mundo, y se puede adoptar medidas para salvar vidas."
De acuerdo con el estudio, las
conclusiones de los simulacros arrojan que los ataques nucleares producirían
ondas de impacto, radiactividad y llamas, pero esto no será la consecuencia
más grave.
Una bomba de semejante capacidad a
Nueva York produciría humos radiactivos que se extenderán a lo largo de Long
Island, causando muerte a más de medio millón de personas.
Decenas de miles de heridos por
quemadura morirán en las calles o se hallarán agolpados en hospitales que no
estarán en condiciones para atenderlos si aún existan, subraya el estudio.
El informe científico indica que una
mejor capacitación profesional y la elevación de la conciencia pública al
respecto permitirían salvar muchas vidas, y llama a establecer un mayor número
de camas ambulantes, la preparación de médicos y trabajadores no médicos para
tratar a los heridos de quemadura de segundo grado.
Las historias clínicas deben
guardarse en lugares fuera del centro urbano. Los equipos de ayuda deben
disponer de sistemas de información capaces de detectar dónde se hallan
sustancias químicas tóxicas o materias radiactivas.
De acuerdo con el informe científico,
los humos radiactivos se expandirían en la dirección que sopla el viento. Si los
ciudadanos conocieran la dirección del soplo del viento, podrían sobrevivir,
incluso cuando se hallaran tan sólo a una distancia de 1,6 kilómetro de los
humos radiactivos.
La primera simulación de los
científicos consistió en un ataque a las ciudades con bombas nucleares que
tienen una capacidad equivalente a 20.000 toneladas de explosivo TNT.
Las bombas nucleares con este poder
son armas relativamente primarias, y es posible -según el estudio- que
Corea del Norte e Irán sean capaces de producirlas.
Durante el Segunda Guerra Mundial,
las bombas lanzadas por EEUU en Hiroshima y Nagasaki de Japón estuvieron a nivel
de 12000-20000 toneladas de explosivo.
La segunda simulación consistió en
el ataque nuclear a las ciudades norteamericanas con bombas de capacidad
equivalente a 550.000 toneladas de explosivo.
Según el estudio, es muy posible que
los grupos "terroristas" posean estas bombas extraídas del arsenal de la ex
Unión Soviética.