La aparición "simultánea" de Olmert y
Ban Ki-moon en el escenario,
llamó la atención de los observadores internacionales, dado que siempre se
especuló con que el "objetivo final" de la guerra civil impulsada por
Israel y EEUU para dividir a la resistencia Palestina, tenía como meta
final una intervención multinacional comandada por la ONU, que sustituyera al
ejército israelí en la ocupación.
La posibilidad de una intervención
internacional -para los expertos- siempre estuvo latente desde que
Hamás ganó las elecciones en enero pasado.
Una guerra civil, como la que ya fue
detonada por la CIA y el Mossad en Gaza sirve de argumento ideal para una
intervención militar justificada como una salida para para evitar la anarquía
y el caos.
La cuestión Palestina, tanto como
Siria, Líbano e Irán son cuestiones estratégicas centrales para el lobby
judío que controla la Casa Blanca, tanto con republicanos como con demócratas.
El triunfo electoral de Hamás produjo
un flanco de debilidad en la estrategia de remodelación del Medio Oriente
diseñada por
los halcones ultraderechistas de Washington y el Pentágono.
Imprevistamente, el demoledor triunfo
electoral de Hamás modificó el tablero y las relaciones de fuerza: Hamás, por
imperio de su victoria en las urnas, pasó de ser minoría "extremista" a
"mayoría democrática" en el territorio palestino conquistado por los tanques
israelíes.
Con Hamás en el gobierno palestino, y
su decisión de "no negociar" se desmoronó la estrategia de dominación que tenía
como actor central a la relación ANP-Al Fatah con el eje Washington-Israel,
que se proyectaba como "modelo a imitar" en todo el espectro del Medio Oriente.
La caída electoral, el año pasado, del gobierno de
Mahmud Abbas -así coinciden la mayoría
de los expertos- rompió los esquemas estratégicos diseñados por Washington y Tel
Aviv para controlar militar y políticamente la explosiva región del Medio
Oriente, cuya columna vertebral es el ataque militar a Siria
Desde que el movimiento de
resistencia islámica Hamás ganó las elecciones legislativas en enero de 2006 y
formó un nuevo gabinete, el dominio del partido pro-israelí Al Fatah sobre la
política palestina llegó a su fin.
Esta es la razón estratégica
principal porque Washington - Tel Aviv resolvieron impulsar la guerra civil como
una estrategia para crear las condiciones de una intervención internacional en
Gaza que hoy ya se está barajando.