|
 |
|
EEUU: Impresionante
movimiento aeronaval frente a Irán |
Mientras tanto, y simultáneos
al "frente diplomático", los
"movimientos militares" forman parte de la acción psicológica que le
permiten -tanto a Washington como a Teherán- mensurar y valorar, mediante la
resonancia mediática, la repercusión real de un enfrentamiento militar en la
opinión pública internacional.
Los ejercicios
militares de Irán, Siria e Israel, son simultáneos a los movimientos y las
"señales" militares en el Golfo -registradas por la prensa norteamericana- y son
indicativos de que el eje Washington-Israel-Unión Europea se aprestan a dar un
"desenlace militar" al dilatado conflicto con Irán, una pieza central en
el tablero del Medio Oriente.
Según la prensa norteamericana, tres grupos de ataque aeronaval,
incluidos los portaaviones Stennis, Eisenhower y el
Nimitz , están desplegados en el Golfo Pérsico, frente a las costas
de Irán.
El juego de la disuasión militar le
sirve a EEUU e Irán para un "testeo de la guerra" por medio de
la propaganda y de los cruces mediáticos explosivos para forzar las resoluciones
en la ONU.
En resumen, "amenazar" (disuadir) o
negociar (dialogar) son instrumentos alternativos y de aplicación simultánea que
utilizan tanto Washington como Teherán para evitar una confrontación militar
abierta que -inevitablemente- va a surgir cuando los intereses estratégicos
en juego superen a la negociación y a la disuasión.
Tras las sanciones de la ONU y el nuevo desafío de Irán, en diciembre
pasado, las potencias europeas aliadas de EEUU e Israel
consideraron que la nueva decisión iraní de retomar las investigaciones sobre el
enriquecimiento del uranio significa que se ha pasado de la raya y que de
nada sirve, por ahora, la diplomacia.
No obstante, las potencias siguieron negociando una nueva resolución, y el
punto para los expertos está en saber cuando se agotará la negociación
diplomática (por saturación) y se ingresará en el desenlace militar proyectado
por los principales medios y analistas, tanto de Europa como de EEUU.
Desde enero del 2006,
la mayoría de los medios,
analistas y expertos militares de EEUU y Europa vienen coincidiendo en que EEUU,
Gran Bretaña e Israel, ya tienen preparado un plan de ataque contra Irán,
que se lanzaría luego de agotada la "opción diplomática" en el Consejo de
Seguridad de la ONU.
Citando fuentes
del Pentágono, los más influyentes diarios de Gran Bretaña y Estados Unidos
(The New York Times y The Washington Post, entre ellos) han
publicado artículos y se han hecho eco de estas versiones, precisando que EEUU
ya tiene todo preparado para un ataque a Irán.
Según estimaciones de la revista
británica New Statesman, las fuerzas y armamentos ya instalados en la
zona operativa de la parte suroeste del Indico y el Golfo Pérsico, hacen posible
a EEUU "liquidar en horas contadas la infraestructura política, económica y
militar de Irán".
Funcionarios tanto de EEUU como de Israel son renuentes a admitir que hay en
marcha un plan de ataque, pero tampoco descartan esa opción, como lo
hacen continuamente Bush y Olmert que no disimulan en sus declaraciones los
planes militares que subsisten detrás de lo que llaman "salida diplomática".
El desenlace estratégico
|
 |
|
El presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad y el presidente de EEUU, George W. Bush. |
Pero, en
definitiva, la resolución de un ataque militar de EEUU a Irán no está determinada por el "capricho" de Bush
y Olmert, o por el
"fundamentalismo religioso" de Ahmadineyad, sino por una compleja trama de
intereses en los que se mezclan el petróleo y recursos estratégicos de
supervivencia, tanto para EEUU como para Irán.
La inevitable confrontación armada
EEUU-Irán detonará como producto de una resolución de intereses estratégicos
y de supervivencia, y no de un capricho temporal de eventuales
administradores o partidos políticos en el gobierno.
Escribe Piotr Goncharov en la agencia RIA Novosti: "Ya es evidente que para EE
UU el átomo iranio en modo alguno es el problema clave en sus relaciones con
Irán. Washington dio a entender a Teherán que Irán no dominará en el Próximo
Oriente ni ejercerá el control del Golfo Pérsico, que EEUU defenderá sus
intereses en la región y no la abandonará de ninguna manera".
En primer lugar, el
desenlace militar se hace inevitable porque Irán es
una pieza clave en el gran tablero de la guerra por el control geopolítico y
energético mundial entre EEUU y Rusia.
En segundo lugar, Irán es
una llave estratégica para el dominio y control militar de la región del
Golfo Pérsico y del llamado "triángulo petrolero" (Mar Negro-Mar
Caspio-Golfo Pérsico).
Y en tercer lugar, el surgimiento de Irán como potencia nuclear-petrolera-islámica
pone en peligro
la supervivencia del Estado de Israel y la hegemonía del control
imperialista del lobby sionista EEUU-Israel.
La cuestión se resume en una
ecuación: el desarrollo nuclear-militar de Irán es directamente proporcional a
una amenaza a la existencia del Estado de Israel y a la supervivencia de
los intereses capital-imperialistas de EEUU en la región.
Que el régimen de Teherán, luego de
las sanciones de este jueves, se avenga,
o no, a una "negociación directa" con EEUU, no implica que desaparezcan
las contradicciones y el choque de intereses vitales en juego. Sólo se tratará
-en caso de suceder- de una dilataciónnn temporaria del conflicto, no de su
desaparición.
La
renuncia de Irán a su programa nuclear y desarrollo armamentístico, equivaldría
al fin de su hegemonía como nación líder del mundo islámico y a la sumisión al
dominio económico-militar del eje sionista capitalista en la región.
Y los ayatolas de Teherán tanto como
el eje EEUU-Israel han dado reiteradas muestras de que no están dispuestos a
suicidarse ni a abandonar sus intereses estratégicos y de supervivencia en
la región.
Eso torna inevitable el desenlace militar.