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(IAR-Noticias)
04-Marzo-07
Desde el año pasado medios y
analistas, británicos y estadounidenses, citando fuentes del Pentágono, vienen
advirtiendo que EEUU e Israel, con su aliado Gran Bretaña, ya tienen encarpetado
un plan de ataque militar preventivo contra Irán.
A lgunos van más allá, y aventuran que los dos objetivos centrales de ese
plan es destruir la
capacidad nuclear de Teherán y cambiar el régimen de los ayatolas por un
gobierno "reformista" maleable a la negociación con EEUU, y no tan duro
en sus posiciones frente a Israel.
Como lo hace en otros lugares, la CIA estadounidense y el Mossad israelí
se infiltran en grupos islámicos opositores al régimen de los ayatolás que
operan para desestabilizar al régimen desde países aliados de Washington
como Irak, Kurdistán, Afganistán y Turquía .
En
las fronteras del noroeste (Kurdistán) y sureste (Baluchistán) se registran
enfrentamientos armados casi diarios desde hace una semana y fuentes
oficiales han informado de la ofensiva lanzada por los Sepah e Pasdarane
(Guardianes de la Revolución, la fuerza paramilitar creada por Jomeini) para
acabar con estos focos de "terroristas" orientados a desestablizar al régimen de
Teherán.
"En los enfrentamientos cercanos a la frontera con Turquía fueron abatidos
diecisiete diabólicos armados que habían entrado en el territorio de la
República Islámica iraní para realizar actos de sabotaje y "terrorismo" ,
señaló a la agencia oficial de noticias, IRNA, el coronel Yalil Babazadeh. El
alto oficial de los Guardianes lamentó la pérdida de cuatro de sus hombres en
los enfrentamientos, "cuatro nuevos mártires".
El régimen de los ayatolás acusa a Estados Unidos y a Gran Bretaña de financiar
y entrenar a los grupos operativos que que desestabilizan las zonas fronterizas.
En ese sentido, en la prensa oficial iraní varios altos funcionarios afirmaron
que se han incautado armas de fabricación estadounidense entre los
activistas armados.
Las fuerzas de seguridad iraníes se enfrentan al PJAK (Partido de la Vida Libre
del Kurdistán y facción iraní del PKK) y a Jondolah (Ejército de Dios, que
reivindica todas las acciones en la zona baluchi).
Dos formaciones sunís en un país donde el 93 por ciento de la población es chií.
Su lucha se mantenía hasta el momento en las zonas fronterizas, pero ya han
amenazado con llevar a cabo acciones en todo el territorio y golpear en la
capital.
La región de los enfrentamientos es Yahanam Darre (valle del Infierno), en
la frontera entre Irak, Turquía e Irán, donde tienen su centro de
operaciones los milicianos kurdos.
En tanto los jefes militares iraníes reconocen la pérdida de cuatro
Guardianes, el PJAK eleva la cifra a treinta combatientes iraníes.
La guerrilla kurda también asegura haber derribado un helicóptero el
pasado viernes, algo que los altos mandos iraníes niegan achacando su caída a
fallas mecánicas del aparato en el cual viajaban trece oficiales y todos
perdieron la vida.
Por su parte, los ataques del grupo suní Jondolah (El Ejército de Dios) en el
sur de Irán, en la provincia de Baluchistán, también empiezan a complicar al
régimen de los ayatolás.
El pasado 15 de febrero, once Guardianes de la Revolución murieron tras el
ataque al autobús en el que viajaban. Unos días después ahorcaron en la plaza
principal de Zahedán a una persona acusada de ser el responsable de esta acción.
Según los medios de
Teherán, las fuerzas de seguridad iraníes
tiene dificultades para mantener el orden en la zona, y el el jefe
de las fuerzas policiales, Esmail Ahmadi-Mogadam, reconoció que "siete policías
cayeron el martes por la noche en una emboscada que tendieron unos rebeldes.
Mataron a dos y secuestraron a cuatro. Los rebeldes iban en dos coches y luego
huyeron a Pakistán".
Mogadam denunció la "falta de cooperación de Pakistán para luchar contra los
rebeldes".
Oficialmente, el "Ejército de Dios" reclama la independencia de Baluchistán,
pero el gobierno de Ahmadineyad niega su existencia y señala que
son simples delincuentes y narcotraficantes (esta es una de las zonas
principales de salida del opio afgano al mercado mundial).
Además, los conflictos proyectados desde países vecinos como Afganistán
e Irak empiezan a desestabilizar seriamente a las fronteras iraníes.
La CIA en Irak
coordinó el ingreso de milicias kurdas a Irán, para desestabilizar al
gobierno de Mahmud Ahmadineyad, y su ingreso fue simultáneo con la
movilización de otros grupos kurdos desde el sudeste de Turquía, país aliado de
los Estados Unidos desde el estallido de la Guerra Fría.
El régimen de Teherán anunció que planea triplicar la presencia militar en
estas áreas sometidas al accionar "terrorista" de los grupos financiados y
entrenados por la inteligencia militar estadounidense .
"Las acciones terroristas están coordinadas desde el otro lado de nuestras
fronteras", señaló el ministro iraní de Interior, Mostapha Pur-Mohammadi,
anunciando el despliegue de cuarenta mil soldados en la zona de Baluchistán.
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