(IAR-Noticias)
21-Febrero-07
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Presidente de EEUU, George Bush y presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad. |
La mayoría de analistas y expertos
militares de EEUU y Europa coinciden en que EEUU, Gran Bretaña e Israel, ya
están considerando el uso de la fuerza militar contra Irán, luego de que
Teherán se negase a suspender las actividades de su programa nuclear.
Informe especial
IAR-Noticias
Citando fuentes del Pentágono, los más influyentes diarios de Gran Bretaña y
Estados Unidos (The New York Times y The Washington Post, entre ellos) han
publicado artículos y se han hecho eco de estas versiones, precisando que EEUU
ya tiene todo preparado para un ataque a Irán.
El último en difundir la versión del ataque fue el diario británico The Guardian,
quien citando fuentes militares de Washington señaló que el Pentágono realiza
continuos ejercicios de bombardeo a las plantas nucleares de Natanz y Arak.
Las revelaciones al diario británico fueron proporcionadas por Vincent
Cannistraro, analista del Instituto Empresarial Estadounidense (AEI, por sus
siglas en inglés), quien afirmó que "los planes están en marcha, pese a las
declaraciones públicas de (el secretario estadounidense de Defensa, Robert)
Gates".
"Los objetivos (del ataque en Irán) ya fueron seleccionados. La campaña de
bombardeos a los sitios nucleares está muy avanzada. Los dispositivos militares
para llevarla a cabo ya están siendo colocados", reveló Cannistraro a The
Guardian
El ataque en carpeta
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Bombardero estadounidense B-52 |
La nueva versión
británica de los planes estadounidenses para atacar a Irán se produce a dos
días de que la nación islámica advirtiera que "golpeará" los intereses de
Estados Unidos en todo el mundo en caso de ser víctima de cualquier tipo de
agresión por parte de Washington.
Hay un grupo de analistas que sostiene que los lobbys más importantes que
trabajan para Israel han logrado alinear a una mayoría de integrantes del
Congreso y del Senado estadounidenses para que presionen en el Consejo de
Seguridad un desenlace militar contra Irán tras las sanciones de la ONU en
diciembre pasado.
Otros afirman que sectores del departamento de Estado y del propio Pentágono
resisten a las presiones del vicepresidente Cheney y del llamado lobby
israelí-estadounidense para la ejecución de acciones militares contra Teherán.
Cuando se habla del lobby judío en EEUU, se habla, antes
que nada, de una gigantesca maquinaria de presión económica y política que
opera simultáneamente en todos los estamentos del poder institucional
estadounidense: Casa Blanca, Congreso, Pentágono, Departamento de Estado,
CIA y agencias de la comunidad de inteligencia, entre los mas importantes.
Pero si bien la mayoría de los expertos considera que una acción militar de EEUU
e Israel contra Irán es irreversible persisten interrogantes en cuanto a la
modalidad de esos ataques (ataques preventivos o invasión), tiempo de
ejecución, y las posibles reacciones que producirá en la comunidad
internacional (aliados europeos, China y Rusia, Irak y Medio Oriente,
comunidad musulmán a nivel internacional, etc).
Un conjunto de analistas dentro de EEUU estima que después de la experiencia de
Irak hay que descartar una invasión militar, dado que Irán es una
potencia militar que ha desarrollado una red defensiva estratégica
infinitamente superior a la del Irak de Saddam Hussein.
Otro obstáculo que podría plantearse para un ataque de EEUU
a Irán es la resistencia de Alemania y Francia, que en 2003 se
opusieron a la invasión a Irak.
Esos países -en la opinión de muchos analistas- a lo sumo aceptarían una
acción militar "preventiva" limitada. Por lo tanto, la estimación
general (medios y analistas militares) es que las acciones contra Irán van a ser
en la modalidad de los "ataques preventivos" escalonados, tal cual como
se desarrollaron en la llamada "zona de exclusión" contra Irak antes de la
invasión en marzo de 2003.
Según el diario The Guardian, nadie habla de una invasión, pero sí de un
ataque con misiles de mucha precisión y una fuerza de contención alrededor
de Irán.
Según la última versión del diario británico, el posible ataque sería llevado a
cabo por las fuerzas estadounidenses presentes en el Golfo Pérsico, que estarán
listas para actuar a partir de la próxima primavera y los blancos
seleccionados serán los complejos nucleares iraníes.
Sin embargo, según los informantes de The Guardian, es probable que no se lleve
a cabo hasta 2008, poco antes de que concluya el mandato de George W. Bush,
quien aún no ha tomado una decisión sobre la acción militar.
Según las estimaciones más recientes, el objetivo prioritario de los halcones de
Washington y Tel Aviv consistiría en bombardear ciertas instalaciones nucleares
iraníes para retrasar los progresos de Irán hacia la obtención de la bomba.
No obstante la precisión milimétrica de las bombas de alta tecnología, se estima
que los bombardeos "selectivos" podrían terminar con la vida de civiles
inocentes como sucedió con los bombardeos en la "zona de exclusión" iraquí.
Seymour Hersh, en el semanario The New Yorker, señalaba que comandos israelíes y
estadounidenses han venido efectuando misiones secretas de reconocimiento en
Irán desde el último verano boreal, con el propósito de localizar eventuales
objetivos nucleares y químicos.
El fin de esas misiones secretas, según Hersh, ha sido obtener información sobre
una treintena de sitios estratégicos, y la operación habría sido efectuada por
comandos y fuerzas especiales israelíes con la finalidad de espiar el
supuesto programa nuclear de Teherán.
El objetivo -según fuentes del pentágono citadas por Hersh- era identificar y
aislar tres docenas, y tal vez más, de objetivos de ese tipo que pudieran ser
destruidos en ataques de precisión y breves incursiones de comandos.
La decisión del ataque estaría en las 3.000 centrifugadoras que los iraníes
están instalando en la planta de Natanz, con el objetivo de aumentarlas hasta
54.000 en el futuro.
Éstas son clave para enriquecer uranio y, por tanto, producir armas nucleares,
pero hay dudas sobre su instalación.
Diplomáticos occidentales afirmaron recientemente que Irán instaló con éxito
las primeras 300 centrifugadoras pero inspectores del Organismo
Internacional de la Energía Atómica (OIEA) afirmaron que los iraníes se habrían
topado con problemas técnicos.
Según informaba la agencia Associated Press, en diciembre pasado, algunos
expertos argumentan que un ataque militar sería imposible debido a la carencia
de información de inteligencia acerca de los blancos, a la existencia de
múltiples instalaciones atómicas dispersas por todo el territorio de Irán,
algunas de ellas subterráneas o excavadas en las montañas, y a los cada vez más
sofisticados sistemas de defensa del país.
Pero otros dicen que sí es posible, por medio de una combinación de
misiles de precisión, bombas capaces de penetrar los refugios, potencia aérea y
fuerzas de infantería de elite para penetrar en los lugares más inaccesibles.
LA participación de Israel
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Primer ministro de Israel Ehud Olmert |
La otra duda que persiste
es si la participación israelí en las operaciones de ataque va ser directa o
en forma encubierta tal cual sucedió durante la invasión y ocupación de
Irak.
Algunos analistas descartan la participación activa de las fuerzas judías
argumentando que un ataque israelí-estadounidense a Irán uniría a chiíes y
sunies en un mismo frente anti-EEUU en Irak y generaría un proceso de
resistencia armada generalizada en todo el Medio Oriente.
Según el pensador de Izquierda, James Petras (que se juega con la participación
directa de Israel en los ataques), "la mayor parte de las discusiones y debates
en EEUU sobre la agenda de guerra de Israel (contra Irán) han estado dominados
por las organizaciones pro-Israel que se encargan de transmitir las
posiciones estatales de este país".
Para Petras, "un ataque israelí por tierra y aire sobre Irán
tendría consecuencias militares catastróficas para las fuerzas estadounidenses y
graves pérdidas de vidas humanas en Irán, pudiéndose asimismo prever
estallidos de violencia militar y política contra los regímenes árabe-musulmanes
que siguen a EEUU, como Arabia Saudí y Egipto, que quizá acaben derrocados".
"Durante más de una década, la prioridad fundamental para Israel y sus
partidarios estadounidenses ha sido la de presionar a EEUU para que entre en
confrontación con Irán vía sanciones económicas y ataques militares".,
señala Petras.
A través del
lobby judío el Estado militarista de Israel consigue imponer sus propias
estrategias en la agenda exterior norteamericana, principalmente en el
Consejo de Seguridad de la ONU, donde se mimetiza con las posiciones oficiales
de la representación de Washington en ese organismo clave de la política
internacional.
Funcionarios tanto de EEUU como de Israel son renuentes a admitir que hay en
marcha un plan de ataque, pero tampoco descartan esa opción, como lo
hacen continuamente Bush y Olmert que no disimulan en sus declaraciones los
planes militares que subsisten detrás de lo que llaman "salida diplomática".
Occidente e Israel dicen que no se puede tener confianza en Irán y que la
tecnología empleada para enriquecer uranio para combustible más tarde podría
servir para provocar explosiones nucleares.
La retórica desafiante
del presidente iraní y del régimen de los ayatolás se basa principalmente en la
relación estratégica -y dependencia mutua- que mantiene con Rusia, India y
China.
Potencias con diente nuclear, a las que, tanto las sanciones impuestas por la
ONU como un ataque de EEUU a Irán, obligarían a actuar en defensa de sus
propios intereses estratégicos.
Tras las sanciones de la ONU, las potencias europeas aliadas de EEUU e Israel
consideran que la decisión iraní de retomar las investigaciones sobre el
enriquecimiento del uranio significa que se ha pasado de la raya y que de
nada sirve, por ahora, la diplomacia.
Tanto en la estimación de los analistas militares, como en la interpretación de
la geopolítica de supervivencia del eje Washington-Tel Aviv, las acciones
militares contra Irán aparecen como irreversibles.
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