|
Evo Morales, Hugo Chávez y Fidel Castro :
los "enemigos de paja" |
Luego de
leer las definiciones de James Petras sobre la "integración al capitalismo
mundial" de los regimenes de Chávez, Castro y Morales (correctas e
indiscutibles en el plano del análisis y la verificación), es también correcto
formularse algunas preguntas:
1) ¿Porqué la izquierda sigue llamando "revolucionario" al régimen
de Fidel Castro, que si bien lo fue en su origen, ahora, en términos reales y
probados, ya no lo es?
2) ¿Porqué la "izquierda pragmática" llama "revolucionario y
antiimperialista" a Chávez, si ni su gobierno, ni sus políticas, tanto en lo
económico como en lo social, jamás se salieron de la naturaleza estructural del
sistema capitalista que siempre rigió en Venezuela?
3) ¿Porque el Imperio capitalista estadounidense (no obstante la inserción
probada de estos regimenes dentro del "sistema") sigue considerando a Cuba y a
Venezuela como el "enemigo número uno" de su sistema de dominio en
América Latina?.
Hay un precepto estratégico-político (de naturaleza maquiavélica) que sostiene
que para evitar que surja un enemigo real que ponga en
peligro el sistema de poder vigente, es preciso inventar un "enemigo de
paja", controlable e inofensivo, al que se presentará como si fuese el
enemigo real, o la "principal amenaza" al sistema.
En el actual sistema de poder capitalista imperialista controlado por
Washington, la estrategia con el "enemigo de paja" tiene como objetivo
principal el de "desactivar" los conflictos sociales y las luchas
populares (naturalmente violentos y "antisistema") y encauzarlos por caminos
"pacíficos" y meramente "reclamativos", a través de su inserción en el "sistema
democrático" controlado por Washington y el establishment económico en la
región.
Ese es el rol concreto que cumplen los gobiernos "revolucionarios"
integrados al capitalismo como el de Chávez, cuya función principal es la de
integrar a las reglas "democráticas" los conflictos sociales que, de otra
manera, romperían el orden vigente y pondrían en peligro los negocios (hoy en
"paz") de las transnacionales y bancos capitalistas en América Latina.
Y agregando un detalle a la descripción de Petras: Además de estar "integrados"
al sistema de mercado capitalista mundial, los regimenes de Castro y Chávez
rechazan la lucha armada (de la cual Castro fue exportador en las décadas
del sesenta y setenta) y condenan los reclamos violentos que alteren la
"convivencia pacifica" (entre los explotados y los dominadores).
De esta manera, la "izquierda pragmática" de Cuba y de Venezuela, que
describe Petras, a la que adscriben mayoritariamente los nuevos teóricos
"revolucionarios", condena y demoniza por "violentos" (al igual que lo
hace la derecha) a los grupos de "izquierda radicalizada" (caso
de Quebracho en Argentina) que reivindican
los métodos de la izquierda anticapitalista, la única históricamente genuina.
Lavar a la izquierda de su cara anticapitalista y
revolucionaria, desviar las luchas y conflictos sociales por caminos
pacíficos y "reclamativos", integrar los reclamos del dominado al "sistema
democrático", y evitar que grupos de resistencia revolucionaria (el enemigo
real) amenacen y pongan en peligro al sistema, es la misión esencial del
"enemigo de paja" del Imperio.
En cuanto a la metodología para imponer y sostener al "enemigo de paja":
Chávez (como en otra época Castro), ha construido
su imagen mediática-"revolucionaria" a partir de los mediocres y
estúpidos ataques que recibe de los funcionarios del Imperio USA y de la derecha
"neoliberal", que le permitieron situarse como líder de la
"izquierda" en América Latina.
Y con Chávez, el Imperio utiliza otra lógica maquiavélica
de la estrategia:
Hay que inventar un enemigo falso,
inofensivo y controlable, que opaque y reste protagonismo al enemigo real
que puede presentarse en cualquier momento.
Y el enemigo real que acecha
al sistema de dominación imperial en América Latina, se incuba en los
conflictos sociales que ha corto plazo van a generar el desenlace del proceso
de saqueo capitalista y concentración de riquezas en pocas manos, que tiene como
gerentes políticos a la "izquierda pragmática" y a la "derecha neoliberal".
No sabemos como se va a llamar ese nuevo enemigo real que va a surgir del
nuevo proceso de luchas populares contra el Imperio en América Latina, pero
seguramente no tendrá la cara ni el discurso de la "izquierda pragmática"
de Cuba y Venezuela.