En la cuarta Conferencia Mundial sobre Seguridad, responsables de "ciberseguridad"
de todo el mundo se reunieron en Bruselas para analizar la lucha contra la que,
según aseguraron, será la mayor "amenaza terrorista" en el futuro.
"Un gran ataque electrónico requiere mucho tiempo, mucho dinero y mucha
inteligencia, pero estas herramientas son cada vez más accesibles para los
delincuentes", explicó el coordinador del debate sobre "ciberseguridad", Ahmet
Mücahid Ören.
Además, señaló que las consecuencias de un ataque a gran escala a través de las
redes informáticas son cada vez más dañinas, ya que "la sociedad depende a todos
los niveles de las tecnologías de la comunicación".
Entre otras recomendaciones, los expertos pidieron un esfuerzo para buscar, a
todos los niveles, vías con las que incrementar el costo que supone efectuar un
ataque.
Como ejemplo, consideraron que sería positivo
dificultar el "spam" (correo
electrónico basura) haciendo que quien desee enviar grandes cantidades de
correos tenga que pagar un precio por el servicio.
Además, pidieron "más responsabilidad"
a los fabricantes de hardware y software,
y consideraron "fundamental" trasladar a la sociedad el mensaje de que la lucha
contra el ciberterrorismo es un objetivo factible.
"El ciberterrorismo supone dos miedos, uno al terrorismo en sí mismo, y el otro
a la tecnología", explicó Ören, quien recogiendo las propuestas de los expertos
apostó por educar a todos los usuarios en el uso responsable de Internet y de
otras redes informáticas.
En este sentido, recordó que hoy "todo el mundo está interconectado", por lo que
es necesario que todas las partes tengan conciencia de estos peligros.
Respecto al debate entre seguridad y libertad en la Red, los expertos
consideraron que la mejora de la "ciberseguridad" contribuirá a proteger y
reforzar las libertades individuales, por ejemplo, manteniendo la integridad y
privacidad de los datos.
Además, recomendaron a las autoridades la implantación de centros nacionales
sobre "ciberseguridad" que atiendan a los usuarios de las redes informáticas las
24 horas.
La guerra "ciberterrorista" de Bush
Tras
los atentados del 11-S en en EEUU, y como parte de la "guerra contraterrorista",
los estrategas de Washington dijeron que “el ciberespacio es el próximo
campo de batalla”.A partir de mitad del año 2001, la Oficina Federal de
Investigaciones (FBI), la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y otras oficinas
de seguridad alrededor del mundo, comenzaron a reportar un alarmante
aumento en el uso de computadoras e internet por parte de células terroristas.
Fuentes federales daban cuenta de
cómo algunos secuestradores se habían apoderado de documentos secretos
militares, mientras otros han propagado virus que podrían dejar
inservibles las redes de comunicaciones del gobierno, el Ejército y las grandes
corporaciones privadas.
Los expertos oficiales señalaban que
el potencial destructor de un ataque ciberterrorista puede alcanzar una
gran magnitud y provocar numerosos daños, sobre todo en cuanto a la red e
infraestructura de acueductos, energía y comunicaciones y otros sistemas
críticos se refiere.
En su campaña preventiva contra el "ciberterrorismo"
(el equivalente a "Bin Laden y Al Qaed" en la Internet) George W. Bush
nombró a Richard Clarke como asesor especial en seguridad cibernética.
Wayne Downing, general retirado, pasó
a ocupar el puesto de subasesor nacional de seguridad. Ambos operararían en la
flamamnte Oficina de Seguridad Interior, dirigida por el anterior gobernador de
Pennsylvania Thomas J. Ridge.
Downing, un militar especialista en contraterrorismo, lleva años convencido de
que el terrorismo “es la guerra no declarada contra Estados Unidos”.
La contraofensiva "ciberterrorista"
(una sucursal de la guerra contraterrorista global) arranca con un
presupuesto de 10 millones de dólares para lograr objetivos ambiciosos. Entre
ellos figuran la mejora de los sistemas de computación de las oficinas federales
y la industria privada, y la coordinación de los recursos de inteligencia
militar "antiterrorista" ciberespacial.
El entonces secretario de Seguridad,
Tom Ridge, dijo que la incorporación de tareas de este tipo en esta nueva
infraestructura gubernamental responde al impacto que las comunicaciones a
través de la computadora tienen en la actualidad en la vida económica, social y
de seguridad del país.
Por tal razón, la oficina de
Seguridad comenzó a integrar programas de vigilancia de los sistemas de misión
crítica de las redes de comunicación”.
Según los expertos oficiales, un
ataque "ciberterrorista" podría ser dirigido desde fuera de Estados Unidos desde
la terminal de cualquier computadora y penetrar el país por cualquier servidor.
California se considera uno de los
estados propicios para ser víctima de un atentado. Es un estado populoso, además
de ser la sede del Silicon Valley y cuna de muchas firmas
tecnológicas.
El estado cumplió perfectamente los planes "preventivos" desarrollados a nivel
federal tras los ataques terroristas del 11-S
“Desde entonces hemos estado
integrando programas de vigilancia de los sistemas de misión crítica de las
redes de comunicación”, dijo Elías S. Cortez, jefe de la Oficina de Información
del Estado de California, perteneciente al Departamento de Tecnología de la
Información.
Cortez y algunas otras personas, por
ejemplo Dallas Jones, participan en un subcomité de seguridad del que también
forma parte integrante el FBI, y otras oficinas federales que
participan de la guerra contra el "ciberterrorismo".