Bush, luego de jugar con tácticas dilatorias como la de decir
que "iba a estudiar la situación", no acusó recibo de la derrota
y se planteó una estrategia de "huir para adelante": el mismo
día que reconoció su derrota ratificó la "guerra
contraterrorista" como eje de su política exterior y anunció que
las tropas continuarían en Irak hasta "vencer al enemigo
terrorista".
Por las cadenas y diarios norteamericanos los columnistas
comenzaron a "analizar" qué pasaría en Irak si las tropas
ocupantes estadounidenses se retiraran, y llegaron a la misma
conclusión que los generales del Pentágono: sin los soldados
de EEUU Irak se convertiría en un "caos" y el país se partiría
en pedazos.
En realidad el "análisis" mediático no hacía sino reflejar la
opinión generalizada del establishment económico estadounidense
y de las corporaciones petroleras, armamentistas, financieras,
de servicios, y de seguridad que hacen negocios en el Irak
ocupado.
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Incendio por sabotaje en pozo petrolero |
A las que también deben sumarse las corporaciones europeas,
principalmente británicas y francesas, socias privilegiadas en
la depredación con el petróleo y la "reconstrucción".
En suma: cuando EEUU invadió Irak no lo hizo solamente por la
aventura "mesiánica y militarista" de Bush y sus
halcones, sino principalmente para apoderarse del petróleo y el
mercado iraquí.
Detrás de la pesadillesca estrategia de "remodelación del Medio
Oriente" de los neocon del lobby judío "por derecha", están los
"planes de negocios" de las corporaciones de Wall Street y del
Complejo Militar Industrial cuya motivación central no pasa por
la guerra contra el "eje del mal" sino por la mayor
rentabilidad y conquista de mercados.
En ese sentido, la lógica del establishment económico imperial,
el poder real con asiento en Wall Street, el lobby judío (por
derecha y por izquierda) que controla la Casa Blanca tanto con
demócratas como con republicanos, se maneja con el axioma
central de Rothschild: si no hay guerra hay que inventarla
para hacer negocios.
Y de allí surge otra conclusión: Irak fue una "guerra" inventada
para hacer negocios. Y la economía capitalista y la
geopolítica estratégica del Imperio se complementan con la
ocupación de Irak: EEUU cierra su dispositivo de control
militar estratégico de Medio Oriente con proyección al Asia, y
las corporaciones cuentan con un nuevo enclave para hacer
negocios.
Y como ya es estadístico: los imperios (incluido el capitalista)
solo abandonan sus colonias y negocios cuando son derrotados
militarmente.
Y EEUU no fue derrotado militarmente en Irak: su derrota es
política. La cifra de soldados norteamericanos muertos (un
promedio de 2 por día), es casi inexistente comparado con los
160 iraquíes que están muriendo por día, según el último informe
de la ONU. Según esa estadística, por cada 2 soldados
norteamericanos mueren 158 iraquíes.
En la misma proporción, los ataques a las tropas norteamericanas
son mínimos comparados con los ataques a las fuerzas
colaboracionistas iraquíes o a las muertes masivas producida
por la "guerra civil" controlada por la CIA.
Por otra parte, Irak no es uno sino que son "tres Irak":
kurdos al norte, sunies en el centro y chiíes en el sur.
Chiíes y kurdos (75% de la población iraquí) no pelean contra
EEUU, sino que son sus socios políticos en la ocupación
militar. Los que pelean militarmente con las tropas
ocupantes estadounidenses son los sunies (25% de la población
iraquí) que controlaron el poder durante más de tres
décadas con el Partido Baas y Saddam Hussein.
En conclusión: Irak no es Irak, sino que son "tres Irak",
y no hay una "resistencia iraquí" compacta que pelee contra las
tropas invasoras, sino que hay una "resistencia suní" que
pelea simultáneamente contra EEUU y sus cómplices chiíes y
kurdos.
Kurdos y chiíes (incluso una minoría suní) votaron masivamente
en las elecciones con ocupación militar, eligiendo en las urnas
al gobierno "formal" colaboracionista de EEUU que legitima
socialmente la presencia de las tropas invasoras.
Ahí reside la diferencia esencial con la guerra de Vietnam
(falsamente comparada con Irak) donde las fuerzas invasoras
norteamericanas fueron derrotadas militarmente por una nación
compacta con sus fuerzas armadas, guerrilla y población unidos.
En Irak el fenómeno es inverso a Vietnam: EEUU no pelea
contra una nación unida, sino que utiliza a la mayoría de su
población (chiíes y kurdos) con su ejército y su policía para
reprimir a una comunidad minoritaria: los sunies.
Por lo tanto, y en el centro de la cuestión, en Irak no hay
guerra, sino que hay una ocupación consentida en la realidad
por el 75% de la población y una represión policial y
militar contra otro 25% de la misma.
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Trabajadores iraquíes en
refinería de petróleo |
En términos concretos y reales, Irak ya está partido: los
kurdos, en el norte, quieren la "independencia" para controlar
su petróleo; los chiíes proiraníes, en el sur, quieren el
petróleo del sur y el armado de un "gobierno fundamentalista"
con los ayatolas de Irán; y los sunies quieren sacarse de encima
a los chiíes, a los kurdos y a los estadounidenses y armar su
propio gobierno como en la época de Saddam.
La CIA local, que cuenta con 600 agentes en Irak, no mata sunies
sino que organiza la masacre programada con escuadrones
de la muerte conformados por chiíes y kurdos para alimentar la
guerra civil de división (divide y reinarás).
Este es el punto central para comenzar a entender la estrategia
del "caos controlado" con que la embajada norteamericana
y el alto mando militar manejan Irak, cuya "violencia en
espiral" con muertes masivas la paran cuando quieren, como ya se
demostró cuando, 72 horas antes de la elección del 7 de
noviembre, no hubo un sólo ataque en Irak. La ola de
violencia recomenzó solo 24 horas después de la votación y el
resultado d los comicios.
Y esto, a su vez, explica la lógica que hoy esgrime el
establishment económico estadounidense para oponerse al retiro
de las tropas de Irak: si los soldados norteamericanos se
retiran de lo que hoy es una "masacre controlada" por la CIA y
el Pentágono, el país se convertiría en una "triple guerra"
entre kurdos, chiíes y sunies.
(Ver:
¿Porqué Irak y
Palestina permanecieron en "calma" y sin ataques desde 72 horas antes de
las elecciones en Estados Unidos?).
La apariencia formal del "gobierno de Irak" (que contiene a las
facciones y le da una unidad política y económica) estallaría, y
con el también estallarían los negocios con el petróleo,
las armas, los servicios de "seguridad" y la
"reconstrucción" de las corporaciones beneficiarias de la
ocupación.
El martes, Bush ratificó que las tropas norteamericanas se
quedan en Irak, y el Consejo de Seguridad de la ONU (controlado
por Washington) votó por unanimidad ampliar durante un año el
mandato de la coalición multinacional que ocupa Irak,
formada en la actualidad por un contingente de 160.000 soldados,
de los cuales más de 145.000 pertenecen a EEUU.
En una lectura correcta y realista esto significa que: el
establishment de poder económico estadounidense (el "lobby judío
del dólar") que controla a republicanos y demócratas, decidió
que Bush y sus tropas se quedan en Irak.
El retiro de las tropas solo fue -y seguirá siendo- un marketing
de campaña para los demócratas.
En la realidad, ambos partidos ya están trabajando para que la
OTAN controle militarmente Irak, con las bases militares
norteamericanas como trasfondo.
En el 2008 ambos partidos se disputarán la Casa Blanca, y el que
gane se sentará en Washington y hará -como siempre- lo más
adecuado para los intereses del lobby y de sus corporaciones.
Así funciona el Imperio, lo demás son palabras, mitos, y
negocios.
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