Las FARC también acusan al presidente colombiano, Álvaro Uribe de tener la
estrategia de impedir a la Justicia que avance en las investigaciones sobre
los presuntos vínculos de políticos con los paramilitares.
Mientras tanto el llamado canciller de las FARC, Rodrigo Granda, que fue
liberado el lunes y conducido a las instalaciones de la Conferencia Episcopal
en la capital colombiana, afirmó que estaba a la espera de las órdenes de la
guerrilla sobre su papel en el "eventual intercambio humanitario", según
la emisora colombiana Caracol Radio.
"Se desconoce cuanto tiempo más pueda permanecer el guerrillero en sus
instalaciones o hacia dónde se produzca su salida", afirmaron las FARC sobre la
actual situación de Rodrigo Granda, por lo que no se conoce de momento la
función del líder guerrillero en estos momentos.
"Con la libertad condicionada de presos el presidente busca ocultar su verdadera
intención de impedir que las autoridades judiciales avancen en sus
investigaciones a congresistas, militares, personalidades y contra su Gobierno,
por evidentes nexos con la narco-para-política y por su responsabilidad en
múltiples y espantosos crímenes contra civiles acusados de apoyar a la
guerrilla", señala el comunicado publicado en la página oficial de internet de
las FARC.
Uribe "pretende tender cortinas de humo alrededor del espionaje telefónico
ordenado y usufructuado por el mismo y por su cada vez más indignante
servilismo ante las imposiciones de la Casa Blanca".
"Esta farsa uribista es otro engaño a los familiares y amigos de los
prisioneros de ambas partes que, además, distorsiona la característica de
los presos para abultar las cifras, ya que mete en un solo saco", señalan las
FARC en su comunicado firmado en las montañas de Colombia.
En ese saco incluyeron a los guerrilleros "los cuales mantienen su dignidad
revolucionaria rechazando el tramposo ofrecimiento y exigiendo el canje, a los
desertores que traicionaron a las FARC y por su decisión dejaron de ser
guerrilleros, los que naturalmente no son ni pueden ser, parte de ningún canje y
a la población civil acusada de guerrillera", dicen las FARC.
La organización armada califica de "demagógico" el anuncio de liberar
unilateralmente presos: "Nada tiene que ver con un canje que será el resultado
de acuerdos entre el Estado y la insurgencia revolucionaria, donde se definan
criterios, tiempos, nombres, garantías, veedurías y mecanismos".
Las FARC rechazan las "falsas promesas" del gobierno uribirista que desean
convertir el intercambio humanitario "en propaganda para curar las heridas
causadas por la política neoliberal y terrorista de un régimen ilegal como el de
Uribe".
La organización guerrillera exige al gobierno un canje que sea
realizado desde la seriedad y reclaman "el abandono del doble juego oficial que
prevalece", ya que mientras se excarcelan guerrilleros "las tropas oficiales
continúan intentando los rescates a sangre y fuego sin importarles para nada la
vida y la integridad de los prisioneros".
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