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pleno desarrollo de la oscura trama de las sangrientas revueltas contra los
regimenes gobernantes en los países árabes islámicos, el conflicto nuclear con
Irán e Israel como centro, comienza a desarrollar un nuevo capitulo.
En febrero del año pasado, la Agencia
Internacional de Energía Atómica (AIEA) se declaró preocupada por el hecho de
que Irán podría estar fabricando un arma nuclear, basándose en las
informaciones que había obtenido sobre las actividades nucleares de Teherán.
"La información de la que dispone la
Agencia genera preocupaciones sobre la existencia potencial de actividades
secretas pasadas o presentes de Irán, relacionadas con el desarrollo de una
carga nuclear para un misil", dijo el director general de la AIEA, Yukiya Amano,
en un informe al Consejo de los Gobernadores.
Hace tres semanas, el nuevo jefe de
la Inteligencia militar israelí, el mayor general Aviv Kochavi, afirmó que
Irán podría producir bombas nucleares en un plazo de "uno o dos años" una
vez que decida producir más uranio enriquecido.
A su vez el jefe de la inteligencia
militar judía señaló que las sanciones impuestas con el fin de evitarlo no
han tenido el éxito esperado.
"Las sanciones han tenido un impacto en la economía iraní, pero no han tenido
ningún impacto sobre el programa nuclear de Irán", dijo Kochavi ante
la comisión parlamentaria de Defensa.
"Basándose en su infraestructura, el
conocimiento técnico y el uranio que tienen, un año o dos después de que tomen
esa decisión, tendrán armas nucleares", señaló el jefe de inteligencia.
Al mismo tiempo consideró que "la pregunta no es cuándo Irán tendrá una
bomba", sino cuánto tiempo pasará hasta que el líder supremo de la
Revolución Islámica, el ayatolá Alí Jamenei, decida propulsar la producción de
uranio enriquecido.
En la misma línea, el director de Inteligencia Nacional de EEUU, James Clapper,
señaló este jueves que Irán está en condiciones de obtener la bomba
atómica, ya que cuenta con la tecnología necesaria para su fabricación y con
la voluntad de sus líderes para impulsar el proyecto.
En el marco de su presentación ante el Comité de Inteligencia del Senado sobre
las "amenazas" contra EEUU, Clapper reveló parte del contenido del
informe anual que realiza la inteligencia norteamericana sobre el programa
nuclear iraní, cuyos avances hacen pensar que las autoridades mantienen la idea
de desarrollar una bomba.
"Irán está manteniendo abierta la opción de conseguir armas nucleares, en parte,
mediante el desarrollo de sus capacidades científicas, técnicas e industriales",
dijo Clapper, que señaló la intensa actividad de las centrifugadores de
enriquecimiento de uranio del país de los ayatolás.
"Estos hechos refuerzan nuestra idea de que Irán está capacitado para producir
la cantidad de uranio enriquecido suficiente para obtener el arma a corto plazo,
si es que decide hacerlo", advirtió el director de Inteligencia USA.
La
trama de la ojiva iraní
Es un juego (y un cuento) de nunca
acabar.
EEUU, Israel y el eje sionista
europeo, exacerban el conflicto (por ahora mediático) y tiran de la
cuerda amenazando con atacar Irán antes de que desarrolle una bomba nuclear, para luego aflojar y
seguir buscado vías de negociación con el régimen de Teherán.
Y los ayatolas no se quedan atrás:
desde Teherán lanzan rayos y centellas contra EEUU e Israel, ensayan armas y
operativos militares, y pronostican la desaparición del Estado judío en las
llamas del Apocalipsis.
Es un juego diplomático y psicológico
de amenaza y disuasión
que, desde hace años, intenta evitar una verdadera confrontación militar que
incendiaría el Golfo y los mercados internacionales y tendría un desenlace
incierto en Medio Oriente y en el resto del mundo.
La prensa internacional, decadente
y sin análisis, se suma al show con titulares y "noticias" que
no son nada más que una repetición del mismo argumento de "amenaza nuclear"
iraní.
Pero en este tablero de juegos
de guerra simulados, marcados por la
superficialidad y la especulación chatarra de la prensa internacional, están los
que se toman más que en serio la amenaza iraní marcada por el reloj
de la ojiva nuclear. Y esos son los halcones de Washington y de Tel Aviv.
Cuando la logia sionista que gobierna
en Tel Aviv alucina con los ayatolas en poder de una ojiva nuclear, pierde el
sueño y el apetito. Y sabe Dios que no disimulan. Es en lo único que no
disimulan.
Los ultras políticos y militares del Estado judío está convencido de
que Teherán esconde bajo siete llaves el secreto del verdadero desarrollo de
su proyecto nuclear.
En el razonamiento de los expertos,
la ojiva, en realidad, es lo único
que puede desatar un Apocalipsis militar en Medio Oriente.
Pero ¿cuál es el reloj que marca la
hora del desenlace militar en el conflicto con Irán?
Hay uno solo: El reloj de la bomba
nuclear iraní.
El punto que marca la hora del
desenlace militar está señalado por el momento en que Irán esté en capacidad (o
lo más cerca posible) de construir su primera cabeza nuclear.
Y aquí las informaciones son
contradictorias: para los servicios israelíes Teherán ya está en el "umbral" de
la bomba, para la CIA y las agencias occidentales es un proceso que puede durar
entre dos y cinco años más, y para la AIEA el régimen iraní oculta aspectos
avanzados de su plan para construir una ojiva nuclear en menos de un año.
También en este aspecto hay infinidad
de teorías.
Desde que Irán le compró cabezas
nucleares a Corea del Norte, hasta que ya tendría ojivas ocultas producidas
por su programa nuclear, las teorías conspirativas no tienen límites.
Pero, más allá de las hipótesis, lo
concreto, es que la hora del ataque a Irán está señalada por el reloj de su
primera bomba nuclear.
Israel y su estado mayor militar son
claros: Atacar a Irán para desactivar su capacidad de convertirse en potencia
nuclear es una cuestión de supervivencia para el Estado judío.
El interrogante no es si Israel y
EEUU atacan o no atacan las usinas de Teherán (los planes están casi
reconocidos por el Estado judío), sino el momento que eligen para hacerlo.
El punto preciso, la hora señalada,
solo lo conocen los estrategas y los mandos superiores USA-israelíes.
Cuyas decisiones reales (ocultadas y
deformadas por la estrategia de la propaganda y la acción psicológica) nunca van
salir publicadas en la prensa internacional.
En resumen, la hora señalada del
ataque a Irán se ajusta y determina por el nivel de desarrollo de su proyecto
nuclear y por su capacidad para fabricar una ojiva con carga atómica.
Para Israel, el ataque a Irán no es
un objetivo militar, es una cuestión de supervivencia.
En las últimas horas, la prensa europea
y norteamericana, sus analistas de
cotillón, siguen lanzando señales y advertencias de que en el Medio Oriente y en
el Golfo Pérsico se
está cocinando algo grande de la mano de las sangrientas protestas
que ya terminaron con dos presidentes en Egipto y Túnez.
En este escenario, y no por
casualidad el Washington Post informó que un nuevo documento de la comunidad de
inteligencia USA ha determinado que Irán está trabajando en los componentes
de una bomba nuclear, según fuentes del Congreso.
El documento -según el Post-, que ha sido concluido recientemente por los
servicios de inteligencia estadounidenses y presentado a algunos legisladores la
semana pasada, asegura que el debate que existe en Teherán sobre el programa
sugiere que las sanciones internacionales apresura la determinación del
régimen iraní de contar con la bomba.
En este escenario, surgen nuevamente
versiones de acciones militares inmediatas israelíes y norteamericanas en
Gaza y en Líbano, a los que consideran el "patio trasero" de Irán y Siria en
Medio Oriente.
Las protestas árabes islámicas que se
extienden por Africa y Medio Oriente reactualizan nuevamente el "peligro iraní"
adosado al "peligro nuclear" de las usinas de Teherán donde supuestamente se
cocina la temible ojiva de los ayatolas.
El centro del conflicto nuclear
Hoy el meridiano del conflicto árabe
islámico se trasladó al Estado monárquico de Bahrein, uno de los principales aliado de EEUU en el Golfo Pérsico, asediado por la revuelta protagonizada por la mayoría
chií influenciada por el régimen fundamentalista que controla Irán.
El nuevo conflicto se sitúa en el
espacio estratégico del Estrecho de Ormuz donde transita más del 40% de la
producción petrolera mundial y que representa el centro del conflicto de Irán
con EEUU e Israel.
Allí, y no precisamente de
vacaciones, se encuentra estacionada una formación naval con poder nuclear que
ha sido reforzada en los últimos días, según revelan diarios del Imperio
como The New York Times y The Washington Post.
Y el punto siempre es el mismo: Nadie
puede prever qué pasaría con los mercados mundiales y cómo reaccionarían las
bolsas (el barómetro financiero del sistema capitalista) si Irán atacara las
redes petroleras del Golfo o quedara en pie luego de un bombardeo USA-israelí
contra las usinas nucleares y el dispositivo de defensa militar de Teherán.
En este escenario la inteligencia
judeo-estadounidenese salió nuevamente a recrear el fantasma de la ojiva
iraní en proceso de producción.
Por otro lado, y alimentando las
sospechas de que algo "está pasando", en los últimos meses, se realizaron
más de una decena de encuentros entre los halcones del estado mayor israelí y
los lanceros del Pentágono para coordinar una estrategia con los ataques
planificados y agendados, en suspenso, desde hace más de cuatro años.
La novela siempre empieza y termina
con la advertencia que se hacen entre sí los halcones judíos israelo-estadounidenses:
Ojo, si éstos consiguen la ojiva, tendremos que hacer lo que dicen o mudarnos de
domicilio.
En definitiva, en Tel Aviv y el
Pentágono se jode con casi todo, menos con la bomba iraní.
Y para los expertos, la existencia
real de la ojiva es la hora que va a marcar el inicio de las operaciones
militares contra Irán.