Maquiavelo en
América Latina
No obstante la realidad numérica y
estadística de la relación societaria (simbiótica) de Chávez con EEUU
¿Porqué la izquierda sigue llamando
"revolucionario" a su gobierno?
¿Porqué un segmento mayoritario de la
izquierda internacional llama "revolucionario y antiimperialista" a
Chávez, si ni su gobierno, ni sus políticas, tanto en lo económico como en lo
social, jamás se salieron de la naturaleza estructural del sistema capitalista
que siempre rigió en Venezuela?
¿Y porqué el Imperio capitalista
estadounidense (no obstante la inserción probada de Venezuela dentro del orden y
la gobernabilidad capitalista) sigue considerando Chávez como el "enemigo
número uno" de su sistema de dominio en América Latina?.
Hay un precepto estratégico (de
naturaleza maquiavélica) que sostiene que para evitar que surja un enemigo
real que ponga en peligro el sistema de poder vigente, es preciso inventar
un "enemigo de paja", controlable e inofensivo, al que se presentará
como si fuese el enemigo real, o la "principal amenaza" al sistema.
Más allá de sus discurso
"revolucionario", los gobiernos de izquierda liderados por Chávez no alteran los
marcos de la estabilidad económica, la gobernabilidad política y
la "paz social" que los bancos y las trasnacionales capitalistas
necesitan para seguir depredando los recursos estratégicos de América Latina dentro del
marco de la "legalidad democrática".
Los gobiernos de izquierda, más allá
de sus mediáticos discursos anti-EEUU en los foros
regionales, tienen su supervivencia económica y político electoral atada al
destino del Estado capitalista, y son los primeros defensores de la legalidad
y gobernabilidad democrática en la región.
En este escenario,
la estrategia con el "enemigo de paja" tiene como objetivo principal
"desactivar" los conflictos sociales y las luchas populares (naturalmente
violentos y "antisistema") y encauzarlos por caminos "pacíficos" y meramente
"reclamativos", a través de su inserción en el "sistema democrático" controlado
por Washington y el establishment económico capitalista en la región.
La relación "vinculante"
FARC-gobiernos de izquierda trazada por la inteligencia norteamericana
como principal hipótesis de "terrorismo" y de "desestabilización" continental
esconde una profunda razón maquiavélica de "dividir para dominar",
creando un falso enfrentamiento y controlando en forma simultánea a los dos
oponentes.
Chávez y Uribe, Colombia y Venezuela + el "terrorismo" de las FARC, son apenas
la "cáscara" (disfrazada de "conflicto mayor") de un entrelazado de intereses
subterráneos del Imperio norteamericano y del capitalismo trasnacional
(corporaciones y bancos) que controlan a los gobiernos de América Latina, por
encima de las instituciones jurídicas-estatales que las consagran como
"naciones independientes".
En este escenario el
"terrorismo" de las FARC sirve:
A) Para que el Complejo Militar
Industrial y las armamentistas vendan armas a los ejércitos
latinoamericanos que combaten al "terrorismo" bajo "protección" del Comando Sur
de EEUU.
B) Para justificar despliegues
militares imperiales alrededor de las fuentes estratégicas de recursos
naturales y de energía del "patio trasero" que Washington considera (y
controla) como suyos.
C) para las justificaciones
doctrinarias de futuras tareas de represión y "criminalización" de los
conflictos sociales que van a comenzar a cobrar impulso en la región con el
desenlace del proceso recesivo-inflacionario desatado por la crisis global del sistema
capitalista.
¿Y para que sirven
Chávez y los "gobiernos de izquierda"?
Chávez (tal como lo venden las
grandes cadenas del Imperio) es la figura emblemática, la imagen
representativa de la "síntesis", la materialización toda junta del "peligro
dictatorial" y "terrorista" que se cierne sobre América Latina.
Con el presidente venezolano como el
cuco "dictador-terrorista" regional, EEUU compensa la falta del
"enemigo real" que en la época de la guerra por áreas de influencia con la
URSS estuvo representado por la Cuba de Fidel Castro, por entonces exportadora
de revoluciones armadas.
En Chávez se ensamblan mediáticamente
-y psicológicamente- el "teerrorismo" de las FARC y el
"enemigo rojo" de la época de la Escuela de las Américas y de la Doctrina de
Seguridad Nacional.
Como dicen los preceptos básicos de
cualquier libro de estrategia política: hay que inventar un enemigo falso,
maleable y controlable, que opaque y reste protagonismo al enemigo real
que pueda presentarse.
La
imagen de "terrorista" y
"desestabilizador" que Washington y el Departamento de Estado le endosan a
Chávez está orientada a neutralizar la aparición de enemigos verdaderos.
O sea
los líderes populares que
todavía hacen huelgas generales, cortan rutas, toman empresas, y ponen en riesgo
la "gobernabilidad" y los "negocios" de los bancos y trasnacionales capitalistas
en América Latina.
En resumen, con Chávez, Morales y
Correa, no hay ninguna posibilidad de crecimiento de la izquierda revolucionaria
en las calles, sino que hay crecimiento de la izquierda electoral y
gubernamental. Una izquierda de cotillón institucional, disciplinada,
asimilada e integrada al sistema.
Una izquierda de Estado capitalista,
con aparatos sindicales y movimientos y partidos de izquierda cumpliendo su
función "opositora" dentro de los marcos del sistema "democrático", y de los
parámetros establecidos de preservación de la "gobernabilidad", la "paz social"
y la "estabilidad", precisamente lo que el sistema necesita para su "crecimiento
económico" sin distribución social de la riqueza.
La falsa pelea Uribe-Chávez, con las
FARC como detonante, sintetiza a dos puntas la estrategia con el "enemigo de
paja" para dominar y controlar por "izquierda" y por "derecha", según el
viejo precepto maquiavélico aggiornado por Washington y sus herramientas de
poder.
Tanto Chávez (en menor grado) y Uribe (en forma totalizada) tienen sus líneas de
comando y de inteligencia militar infiltradas por la CIA y el Comando Sur de EEUU, los implementadores de la estrategia de control militar de Washington en
la región.
En la práctica, si Chávez quisiese ordenar una guerra contra Colombia que no
figurase en los planes de EEUU sería
eliminado o derrocado por un golpe interno, lo que indica claramente que
si detona finalmente un conflicto militar regional es porque Washington lo está
utilizando para sus planes.
En este escenario, los superficiales analistas y periodistas del sistema
(asalariados de las empresas y de los consorcios mediáticos) solo pueden ver la
cáscara sin el contenido: La falsa guerra Chávez-Uribe, tiene su límite en la
"gobernabilidad democrática" impuesta por Washington como estrategia de
dominio en la región.
La falsa guerra de "izquierda" y "derecha" (con las FARC en el medio) queda
desmontada frente a una realidad:
En lo político, los gobiernos de
izquierda (tanto como los de derecha) se rigen por dos principios doctrinarios
básicos: 1) defensa irrestricta del "sistema democrático" como marco de
regulación política y social establecida por el sistema capitalista a nivel
regional. 2) Programas de lucha contra el "terrorismo", el
"narcotráfico" y el "crimen organizado", establecido como hipótesis de
conflicto regional por el Departamento de Estado y el Pentágono.
Y si Chávez, Correa y Morales (en la realidad concreta y estadística) hacen lo
mismo que Uribe, Alan García o Calderón ¿En qué se diferencian?
En el discurso, sólo en el discurso. Maquiavelo (USA) separó la realidad del
discurso y dio con la fórmula buscada: Los enemigos de paja.
La colonización mental, la manipulación informativa, el desdoblamiento de la
realidad, la comprensión atomizada de los procesos políticos y sociales, y la
programación de las mayorías con la "democracia" made in USA descerebrante,
hizo el resto.
Ganó Maquiavelo, y se hizo realidad la máxima de Lenin: "La estupidez es lo
más difícil de combatir"
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(*) Manuel Freytas es periodista, investigador,
analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación
estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.
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