No hay mejor
estrategia para saber en que anda el Imperio que la de leer lo que dicen
los representantes y voceros más genuinos del capitalismo sionista que controla
el mundo desde Nueva York. Es el caso de The Wall Street Journal, quien acaba de
reconocer que la caída del dólar amenaza su dominio global pero que el mundo no
está listo para abandonarlo. Y esgrime sus propios argumentos para probarlo.
En un articulo publicado este viernes, el Journal sostiene que el dólar, víctima
de los temores sobre una recesión en EEUU, está cayendo en forma precipitada,
creando una serie de desafíos no sólo para Washington, sino para todos los que
dependen de la moneda estadounidense, desde los comerciantes de azúcar en
Brasil a los banqueros centrales del Golfo Pérsico.
El jueves, el dólar tocó un nuevo mínimo contra el euro, la culminación de un
desplome de seis años en los cuales el dólar ha perdido más de 40% de su
valor contra la divisa europea y más del 20% contra una canasta más amplia
de monedas.
En Nueva York, el dólar se
intercambiaba a 1,52 euros por unidad, dos días después de perforar la barrera
de 1,50 euros.
El último tropiezo -según el Journal- ha sido motivado por un conjunto de
cifras que muestran un debilitamiento del mercado laboral estadounidense, la
agudización de la crisis inmobiliaria y la desaceleración del crecimiento
económico, que en 2007 registró su ritmo más bajo en cinco años.
Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal -señala el diario-, contribuyó a
la caída de la moneda al destacar, durante su testimonio ante el Congreso el
jueves, los aspectos negativos e indicar que la debilidad del dólar es una de
las escasas luces en el panorama de la economía estadounidense, al ayudar a
las exportaciones, el empleo y el déficit comercial.
No obstante, y según el Journal, pese al pesimismo reinante, y a los que
sostienen que puede perder su puesto de divisa dominante, "el mundo no
está preparado para prescindir del vapuleado dólar".
Y lo fundamenta diciendo que, a pesar
de sus fallas, el dólar sigue siendo el lenguaje común de las finanzas y
el medio predilecto de intercambio de todo tipo de cosas, desde el azúcar al
trigo y el petróleo.
Esa demanda por el dólar como la
divisa dominante del comercio internacional y de las reservas de los bancos
centrales aumenta su valor, y, de acuerdo con el Journal, destronar al
dólar requerirá una enorme reorganización del sistema financiero mundial que
pocas partes parecen preparadas a enfrentar.
Es difícil predecir si el dólar
continuará declinando. Si lo hace, sin embargo, las empresas y las autoridades
de todo el mundo enfrentarán durante muchos años los problemas creados por su
dependencia de la divisa verde, sigue el diario.
Y a continuación The Wall Street
Journal agrega su propia batería argumental para justificar la permanencia
del dólar:
--- La debilidad del dólar, por ejemplo, aagrega una presión alcista sobre los
precios de las materias primas. La amplia mayoría de ellas se negocia en dólares
y ahora su precio se está disparando. Los commodities se han abaratado para los
compradores que cuentan con otras divisas, impulsando la demanda. Un dólar más
débil también significa que las reservas de muchos bancos centrales están
perdiendo valor, un dilema que no tiene fácil solución.
--- El dólar está involucrado en el 86%% de los US$3,2 billones (millones de
millones) de transacciones diarias de divisas en el mundo, a menudo como
paso intermedio en el intercambio de otras dos divisas, según el Banco
Internacional de Pagos. Aunque esto constituye un descenso con relación al 90%
que representaba en 2001, ninguna divisa se le acerca.
--- Casi dos terceras partes de las resservas de los bancos centrales del
mundo están denominadas en dólares, a pesar del temor de que se produzca un
éxodo masivo de la divisa. El euro representa alrededor de una cuarta parte, un
alza del 18% frente a 1999, cuando se introdujo, pero menos que la participación
de sus divisas predecesoras en 1995. Debido a que EE.UU. es un socio comercial
tan importante para tantos países, no es fácil diversificar las reservas de los
bancos centrales.
--- El dólar también está profundamente arrraigado en el comercio (mundial). Las
empresas reducen sus costos de transacción al usar una divisa común. Más del
80% de las exportaciones de Indonesia, Tailandia y Pakistán, por ejemplo, se
facturan en dólares, según las últimas cifras disponibles del Banco Central
Europeo, aunque menos de una cuarta parte de sus exportaciones van a parar a
EE.UU.
--- Para los países con una fuerte dependeencia de las exportaciones de materias
primas como el petróleo, las cifras pueden ser incluso más altas. Casi el 100%
de las exportaciones de Argelia se facturan en dólares, aunque sólo el 27% van a
EE.UU. "No existe una arquitectura financiera global para suplantar al dólar
como la moneda de reserva del mundo", dice Joseph Quinlan, principal estratega
de mercado para Bank of America.
Y también el Journal argumenta
algunos aspectos del "dólar débil:"
--- Un dólar débil ayuda a las exportacionnes estadounidenses al abaratar sus
costos en el extranjero, lo cual puede reducir el déficit comercial
estadounidense. De esta manera, el Departamento del Tesoro, aunque
oficialmente apoya un dólar fuerte, aún no ha protestado por su descenso
paulatino.
--- Un dólar barato también añade presiión al alza sobre los precios de las
importaciones, un factor que complica la lucha de la Reserva Federal contra
la inflación. Los exportadores de otros países, quienes con frecuencia prefieren
mantener los precios estables en dólares que perder ventas, a menudo soportan
parte de la carga de la caída de la divisa y reducen su impacto inflacionario en
EEUU.
Citando un ejemplo de la dependencia
del mundo al dólar, The Wall Street Journal señala que Brasil (la quinta
economía del mundo) exporta cerca de 20 millones de toneladas de azúcar al
año cotizadas en dólares.
"Simplemente exportamos en dólares",
explica citado por el Journal, Felipe Vicchiato, ejecutivo para las relaciones
con los inversionistas de Grupo São Martinho, que vende azúcar desde Rusia a
Dubai.
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