as distintas metodologías
instauradas para lograr ese propósito (bombardeos, "guerra civil", bloqueos
económicos, genocidios sociales desembozados por medio del hambre provocada) no
lograron doblegar a los combatientes palestinos que aterrorizan con sus cohetes
artesanales a las ciudades fronterizas israelíes.
En junio pasado, Hamás expulsó a los
cómplices locales de Israel en Gaza (Abbas y el aparato militar de Al Fatáh), y
esa movida fue respondida con un bloqueo económico genocida contra su población
por parte del eje Israel-USA-UE que, según la ONU y las organizaciones
internacionales, ya ha llevado a un estado de emergencia alimentaria y
sanitaria a un millón y medio de palestinos que habitan la Franja.
En otra incursión sangrienta de los
tanques y tropas israelíes (que se repiten cíclicamente) entre el miércoles y
el jueves fueron asesinados más de 20 palestinos, mientras Hamás llamaba a
su brazo armado a "golpear al enemigo sionista en todas partes y con todos los
medios posibles, ya que no comprende otro lenguaje que la fuerza".
Mientras tanto, y entre constantes rumores
de guerra en la región que surgen de la propia prensa judía, el
Gobierno israelí puso nuevamente a sus fuerzas de seguridad en estado máxima
alerta.
El ministro de Defensa israelí, el
ultra halcón Ehud Barak, dijo que "los incidentes nos recuerdan que parte de
nuestros enemigos no aceptan el hecho de que estamos aquí para quedarnos.
Aun en momentos de dolor no debemos perder el criterio. Estamos conscientes del
sufrimiento de los pobladores de Gaza, pero nos es más importante el de los
habitantes del sur israelí, que sufren incesantes misiles Kassam y terrorismo".
Tras la sangrienta jornada del
miércoles, en la que 18 palestinos murieron a manos del ejército israelí
después de la muerte de tres soldados israelíes, Hamás llamó este jueves a
la venganza total.
En un comunicado, la organización que controla Gaza llama a la respuesta
de las Brigadas de Ezedin el Kassam, su brazo armado, a responder a los ataques
israelíes de ayer "de manera adaptada, sin importar el momento o el lugar".
La jornada del miércoles había
comenzado con una redada israelí en busca de un responsable de Hamás. La
operación represiva desencadenó un combate entre soldados y combatientes
palestinos que se cobró la vida de cinco de ellos y de tres
soldado judíos.
El mando militar israelí lanzó una de
sus clásicas "respuestas militares" y los bombardeos aéreos y la artillería
terrestre causaron la muerte de otros 14 palestinos, entre ellos cinco niños,
un anciano y un fotógrafo de Reuters.
"Durante 10 días, miles de policías
serán desplegados en todo el país, en todas partes, calles, centros
comerciales", ha declarado Micky Rosenfeld, responsable de la policía
israelí. Además,
se procederá al cierre total de Cisjordania hasta el día 27.
El primer ministro israelí, Ehud Olmert, se ha referido este jueves a los
incidentes de ayer, diciendo que Israel "va a hacer pagar a Hamás el precio
de lo que pasa en Gaza". "Consideramos a Hamás el único responsable de lo
que pasa en la Franja, una guerra", aseguró.
Un portavoz de Hamás, Fawzi
Barhoum,señaló a la agencia France Presse que "todas las opciones están
abiertas" para responder a los ataques.
Según los corresponsales
internacionales, la jornada de ayer fue especialmente sangrienta, también para
el ejército israelí, ya que no es habitual que las fuerzas invasoras pierdan
tres soldados en un mismo día.
Por eso no sorprendió que el alto
mando militar pusiese nuevamente a las fuerzas de seguridad en estado de
alerta avanzada y que se hayan cerrado los accesos a Cisjordania por temor a
un atentado durante la Pascua judía, que comienza este sábado y dura una
semana.
A pesar de que, solamente en lo que
va del año el ejército judío ya asesino a más de 400 palestinos, entre ellos
mujeres y niños, hoy el "reclamo internacional" avanza sobre Israel por el
asesinato de un cámara de Reuters.
El Ejército judío dijo "lamentar"
la muerte del periodista palestino empleado de Reuters, Fadel Oda, de 21 años,
en los ataques aéreos y de artillería que llevó a cabo en la Franja de Gaza.
"Lamentamos la muerte del cámara
palestino, junto a ello, hay que recordar que se trata de una zona en la que hay
combates todos los días (entre el ejército) y organizaciones terroristas
armadas, radicales y peligrosas", dijo un portavoz en la televisión pública
israelí.
Oda, y sus dos asistentes locales,
murieron a causa de un proyectil de artillería que impactó en el vehículo que
iba claramente identificado como medio de prensa y que circulaban por el campo
de refugiados de El-Bureij, foco de los enfrentamientos armados que cobraron las
vidas de tres soldados israelíes.
Según el ejército israelí, la
existencia de organizaciones terroristas en la zona "es la que pone en
peligro la vida de periodistas y de otras personas no involucradas" en el
conflicto.
Mientras tanto, los rumores de una
guerra regional inminente siguen surcando el espectro de la prensa israelí.
En Tel Aviv, las versiones de
posibles "operaciones simultáneas" a gran escala de Israel contra Gaza,
Líbano y Siria, son moneda diaria y corriente entre los analistas y
comentaristas.
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