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Mozo cortando una de las tortas de
la fiesta de la independencia americana. |
La misión estratégica
Si bien las mayorías (por la
complicidad del poder para ocultarla) ignoran la existencia y la función de la
"Embajada", para los que escudriñan información clasificada, el poder
de la Casa de
Washington en la Argentina no tiene misterios.
Estadísticamente, hay tres misiones
centrales que cumplen la "Embajada" y el "Virrey" de Washington:
A) Velar por los intereses
estratégicos (políticos y militares) de EEUU en la Argentina.
B) Velar por los intereses
económicos de los bancos y trasnacionales estadounidenses en la Argentina.
C) Preservar al país de sucesos
que generan "desorden y caos" (económicos, políticos, sociales) que
puedan alterar
la "gobernabilidad institucional".
En resumen, la tarea concreta del
"Virrey" consiste en: Hacer lobby empresarial para sus transnacionales en la
Argentina, controlar (con la CIA local) cada paso de las corporaciones del poder
local (empezando por el Gobierno de turno y las FFAA), y controlar y/o
neutralizar los procesos políticos y sociales que puedan alterar la marcha
normal del sistema capitalista en la Argentina (huelgas salvajes, estallidos
sociales, cortes de ruta, etc).
El
poder invisible
El primer eslabón de control de la
"Embajada" es la información institucional:
La "Embajada", a través de la CIA,
dispone de una red interactiva de captura de información en todas las
áreas de decisión de poder (gobierno, ministerios, gobernaciones, intendencias, cámaras empresariales, gremios, etc), que le permite tener una
base de datos actualizada sobre "quién es quién" y las políticas de cada área
del poder, además de las luchas internas de grupos por el poder.
Esto quiere decir, que sin la
necesidad escuchar conversaciones ni poner cámaras ocultas (aunque también
lo hace), la "Embajada" cuenta con información actualizada al minuto de la
actividad pública y privada de cada funcionario, empresario, sindicalista o
político que maneja niveles de decisiones en el poder, el gobierno en primer
término. La "Embajada" (a través de la CIA y su entrelazamiento con la SIDE y los
servicios locales) sabe antes que nadie a que hora la presidenta Cristina tiene sesión con su
psicoterapeuta, cuales son sus gustos de ropa íntima, sus "deslices" y
"debilidades" de todo tipo, y el monto de los negociados y fusiones
empresariales que su marido, el ex presidente Kirchner, realiza en sus oficinas
de Puerto Madero.
Esa es la razón principal por la cual
la "Embajada" es el "poder invisible" que todos temen y nadie nombra. Y esa
es la razón principal por la cual el poder local (empezando por el gobierno de
turno) averiguan para qué lado soplan los vientos de la "Embajada" antes de dar un
sólo paso. Un error en la lectura de las "señales", le puede costar la
destitución, un proceso judicial por "corrupción", la cárcel o una muerte
"extraña".
"Con la Embajada no se jode" :
Primer axioma de los que quieren conservarse "saludables" en el poder, empezando
por el presidente de turno.
El segundo eslabón de
control son las operaciones encubiertas:
Manejando información procesada
de las corporaciones de poder (empezando por el gobierno) la "Embajada" opera
constantemente para direccionar los procesos de acuerdo con sus intereses y
objetivos a través de empresas pantallas, instituciones culturales, económicas,
políticas, etc (por ejemplo las ONG), y agentes vernáculos
infiltrados en los distintos ámbitos.
En las fuerzas armadas, los servicios
de inteligencia y la policía locales, la CIA y el Comando Sur (subordinados a la
embajada) mantienen delegaciones y concertan operaciones conjuntas en el marco
de la "guerra contraterrorista" y el combate contra el narcotráfico.
Para conseguir sus objetivos, la
"Embajada" no trasmite órdenes sino "señales" y "evaluaciones".
Por ejemplo: Si quiere que el
gobierno se entere de lo que EEUU piensa sobre el paro agrario, se contacta con
algún directivo de las cámaras empresariales (industriales, bancarias,
agroindustriales, etc) que luego se lo trasmite a los funcionarios de alto nivel
del gobierno como "evaluación propia".
Si quiere direccionar opinión pública
en contra o a favor (o mandar un mensaje público al gobierno) recurre a los
"columnistas estrellas" de los grandes consorcios mediáticos que
habitualmente se reúnen en "charlas de trabajo" con las primeras líneas de la
"Embajada".
Generalmente, cuando los expertos que
manejan información estratégica actualizada del poder en la Argentina quieren
saber puntualmente que piensa la "Embajada" en tal o cual tema, no tienen nada más
que leer a columnistas o analistas relevantes en Clarín, La Nación,
Ámbito Financiero, etc. Es lo que hacen los funcionarios más inteligentes del
gobierno, y, en general, todos los que quieren supervivir en el poder.
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Ministra de Defensa, Nilda
Garré, ingresando a la fiesta de la embajada americana. Detrás, de poncho, el
juez Federal Rodolfo Canicoba Corral, en julio de 2006 |
La polea de trasmisión del poder
Para la franja mayoritaria de los argentinos que consumen "información" por
diarios, radios y televisión- la embajada de EE.UU. es una representación
diplomática más, con apariciones formales y protocolares en los medios que en
nada difieren de las demás delegaciones de otros países en la Argentina.
Sin embargo, en los códigos de los asociados locales del Imperio, la embajada de EEUU no es una embajada más: es LA EMBAJADA: un organismo omnipresente y
determinante en todos los procesos económicos, políticos, electorales,
sindicales y mediáticos de la Argentina.
Para conseguir sus objetivos
estratégicos, la "Embajada" cuenta con una columna vertebral: Las cámaras
empresariales (el poder económico), y los medios de comunicación (el
poder mediático).
Con las cámaras empresariales (la
corporación de poder capitalista), presiona y controla al gobierno de turno, y
con los medios de comunicación (la corporación de poder comunicacional),
direcciona la conducta masiva y presiona al gobierno de turno hacia el objetivo
buscado.
Las corporaciones del poder económico
y de los medios de comunicación representan el único límite que no pueden
traspasar los gobiernos de turno en la Argentina: El que se mete con ellos,
muere.
Los Kirchner, por ejemplo,
domesticaron los sindicatos, compraron a un sector de la izquierda y de los
piqueteros, avanzaron contra las FFAA, la Iglesia, y todo lo que se le opusiera,
construyeron un poder político-económico inédito con la corrupción política,
pero empezaron su "ocaso" cuando se metieron con la principal corporación
del poder económico (el lobby agropecuario) y los medios de comunicación (los
ataques de Cristina) durante el último paro del campo.
La corporación mediática, los altos
directivos o propietarios de consorcios mediáticos mantienen una relación de
"intereses comunes" con la embajada de Estados Unidos.
Son como parte de la familia. Sus
integrantes forman parte del establishment de poder económico, y en muchos casos
(el del Grupo Clarín, por ejemplo) mantienen intereses comerciales
diversificados en otros rubros, al margen del negocio mediático.
La relación de la "Embajada" con los
medios (consorcios mediáticos) se desarrolla en tres niveles:
A) el contacto personal directo -y a veces amistoso- del embajador, o
altos funcionarios de la embajada, con los directivos superiores, propietarios,
o periodistas "estrella" de los más importantes medios de la Argentina.
B) la red de periodistas "prestigiosos", con amplia llegada al público
masivo, que mantienen un aceitado contacto -en carácter de informantes u hombres
de consulta- con los más altos niveles de la representación diplomática
estadounidense. Y que, en muchos casos, trabajan como agentes mediáticos
encubiertos de la CIA.
C) la red de periodistas (columnistas, corresponsales, o cronistas
acreditados en organismos oficiales o empresariales clave) quienes se relacionan
indirectamente con los canales secretos de la "Embajada" a través de sus
"fuentes".
Estas pueden ser un funcionario
oficial, un empresario, un banquero, un político, un sindicalista o un
gobernador con llegada al embajador o a los más encumbrados funcionarios de la
delegación diplomática.
En muchos casos, algunas de estas
"fuentes" del periodista- son agentes de la CIA infiltrados en el
gobierno o
el mundo empresarial. La CIA cuenta con diversas empresas, fundaciones, ONG y
organismos sociales y empresarios-, que sirven como pantalla para sus
operaciones mediáticas en el país.
Los periodistas de "prestigio" que
cumplen con esa función, están ligados (por derecha o por izquierda) con los
planes estratégicos de la filial diplomática de Washington en el país.
Sus contactos con la "Embajada" están ocultos y disimulados dentro de una
compleja estructura de inteligencia manejada por la estación local de la CIA que
funciona en la representación diplomática.
Sus nombres y sus estrategias operativas son conocidos por todo el espectro de
la inteligencia y el poder político local que frecuenta información emanada de
la representación norteamericana.
Su función de "sumos sacerdotes" del periodismo del sistema, los hace
invulnerables a cualquier crítica ante la opinión pública. Así por ejemplo, si
Verbiztky o Morales Solá -uno "progre" y el otro de derecha- dicen que la
desocupación y el hambre no parten de la explotación capitalista sino de la
corrupción política y de la "falta de transparencia democrática de las
instituciones", hay que creerles sin poder siquiera sonreír ante el chiste.
Tienen la impunidad masiva para esconder el poder real (simbolizado en la
"Embajada" y sus redes de influencia), y para presentar a los administradores políticos
del Imperio
(los políticos y el gobierno de turno) como si fueran los actores principales de
la película del saqueo capitalista y sus emergentes sociales en la Argentina.
Los consorcios periodísticos tienen
-además- intereses económicos concretos conn las empresas y bancos representados
por la Embajada en el país. La mayor parte de la "torta" publicitaria que
financia la rentabilidad de esos multimedios, proviene de las corporaciones, los
bancos y las empresas privatizadas ubicadas bajo el paraguas "lobbista" del
embajador norteamericano de turno.
Estos grupos -por medio de sus hóldings y redes mediáticas- son los fabricantes
hegemónicos de la información direccionadora de conducta masiva que a diario
consume la mayoría de la sociedad argentina.
Los encubridores
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Daniel Hadad, titular del
grupo que controla Canal 9, Radio 10, y diario Infobae, un habitué de la casa,
ingresa a la fiesta de la embajada USA en Argentina, en julio de 2006. |
Así como las corporaciones económicas
controlan el mercado interno y el comercio externo, y "forman" la cadena
de precios, los medios de comunicación "forman" y controlan el cerebro
colectivo y la opinión pública a través de la manipulación informativa.
Esos multimedios concentradores (a través de la "selección y valoración de la
noticia") deciden -en tácita complicidad corporativa- de qué se habla, o de qué
no se habla en el país. Son los dueños de los contenidos y de los ejes de la
información del día. Y, por razones obvias, esa información -recreada
masivamente por sus periodistas y analistas en diarios, radio y televisión-
nunca debe contraponerse a los intereses estratégicos del sistema capitalista,
cuyos intereses esenciales están defendidos por la embajada de EEUU en la
Argentina.
Los consorcios mediáticos (al margen
de su discurso con la "objetividad" y la "libertad de prensa") tienen como
misión central: "analizar" e "informar" sobre todos los procesos de la vida
económica, política, social o institucional del país, sin nombrar a la
"Embajada" ni a las trasnacionales que los financian a través de la
publicidad comercial.
Esta costumbre (analizar la "realidad
argentina" sin mostrar los vasos comunicantes que la ligan a los intereses
estratégicos del capitalismo transnacional representados por el embajador
norteamericano de turno) responde a un objetivo principal: sacar de escena el
poder real (la "Embajada") y mostrar sólo el poder formal (el
gobierno de turno).
Esa es la razón principal de porqué,
en la Argentina, de eso (la "Embajada" y el sistema capitalista) no se
habla.
Galería de fotos: de los asistentes a la fiesta (incluidos funcionarios del gobierno) del 4
de julio de 2006 en la Embajada de EEUU en la Argentina
Informe relacionado:
Los Kirchner y el "modelo"
capitalista en la Argentina
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(*) Manuel Freytas (
manuelfreytas@iarnoticias.com) es periodista, investigador y analista, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más referenciados de la red.
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