El "medio es el mensaje", y las
cadenas televisivas son el primer eslabón (la usina generadora) de lo que luego
la prensa internacional y los medios locales convierten en "noticia mundial":
Lo que no ingresa en este circuito, simplemente no existe.
Y además de ser el "mensaje", la
CNN, junto con las otras cadenas internacionales (que hegemonizan la
comunicación masiva a nivel planetario) determinan lo que es "importante"
(valoración de las noticias) y lo que es "secundario", además de decidir
qué ingresa o no (selección de las noticias) en el flujo informativo diario.
A lo que es "importante" se le
destaca cobertura especial (generalmente "en vivo") con gran despliegue
de títulos, sonidos, imágenes y corresponsales, mientras que a lo "secundario"
sólo se le destina un pequeño espacio sin relevancia en el "paquete
informativo".
A fines de 2007, en un escenario
mundial en el que se combinan interactivamente los fantasmas de una recesión
mundial en puerta, una escalada simultánea de los precios del petróleo y
de los alimentos que ya comienza a perfilarse a escala global, conflictos
militares en desarrollo o a punto de un desenlace en Medio Oriente,
Asia y África, y conflictos geopolíticos y económicos por áreas de
influencia entre las potencias, las cadenas informativas y la prensa
internacional (agencias, diarios y radios) han decretado que lo que "interesa
al mundo" es la liberación de los tres rehenes de las FARC en Colombia.
Este statu quo "informativo" con
el "canje humanitario" apenas fue quebrado por la "conmoción internacional"
causada el jueves por el asesinato de Benzir Bhutto en Pakistán, pero continuaba
este viernes con el apresto para recibir a los rehenes liberados.
Mientras a las matanzas diarias en
Irak, Afganistán, Africa y Medio Oriente, o a los bombardeos turcos en el norte
de Irak se les asigna un lugar "secundario" (pequeños espacios sin
relevancia en las portadas en los titulares) las grandes cadenas han decidido
que la "preocupación del mundo" (lo "importante") pasa estos últimos días
del año por la liberación de los rehenes de las FARC en Colombia.
Los mismos consorcios mediáticos
(locales e internacionales) que a diario manipulan y falsifican información
sobre la situación de América Latina, o que a diario deforman la comprensión del
proceso de concentración de riqueza en pocas manos y esconden la relación
depredación capitalista = pobreza y exclusión social de más de 200 millones de
latinoamericanos, de pronto descubren (y resaltan a través de títulos y de
coberturas en "vivo) el carácter "humanitario trascendental" de la
liberación de los tres rehenes de las FARC.
En el universo de las grandes
cadenas informativas (moldeado a fuego en el cerebro de los televidentes) no
imperan la lógica y el razonamiento sino los títulos y las imágenes elegidas por
los que determinan lo que "es noticia" y lo que "no es noticia".
Esta ecuación define, a su vez, el
poder hegemónico (sobre el cerebro de las mayorías) que detentan quienes
manejan los niveles de decisión a la hora de valorar lo que es
"importante" o lo que es "secundario" en el proceso informativo
mundial.
Por medio del proceso de
"valoración" y "selección" de las noticias las grandes cadenas
mediáticas hacen que los hechos y los procesos "existan o no existan"
(según le convenga a los intereses de establishment de poder económico que
alimenta sus estructuras comerciales).
Así como las técnicas de manipulación
mediática sirven para imponer y nivelar un "pensamiento único" (afín a
los intereses del dominador) también sirven para
esconder la realidad, crear cortinas de humo, y fabricar "atención social",
o "indiferencia", ante los distintos acontecimientos locales o
internacionales que se van sucediendo.
Las grandes cadenas, cuando quieren
imponer un "eje de información" o de "noticia" lo imponen. Y lo imponen
mediante una metodología: con repetición secuencial y con coberturas en vivo.
Si las grandes cadenas televisivas
trasnacionales trasmiten una cobertura en vivo, imponen planetariamente la
información a las cadenas y medios locales que la retrasmiten y potencian a
las sociedades ubicadas en su área de influencia.
Así como el medio es el mensaje
(según la teoría de Mac Luhan) la TV es la masividad del mensaje globalizado
a nivel planetario, y lo que no está en las pantallas simplemente no existe.
En
consecuencia, el "consumidor" de TV (el alienado
programado) también se rige por un axioma elemental: si no está en la
pantalla no existe.
Y como ni Irán, ni los precios del
petróleo (el eje del desenlace estratégico de la crisis global que se avecina)
ni las matanzas imperialistas en África, Asia y Medio Oriente, ni las
estadísticas de pobreza y marginación mundial aparecen destacados (en
coberturas "en vivo") por las pantallas o
los titulares de las grandes cadenas informativas este fin de año, para el
televidente nivel promedio estadístico simplemente esos procesos no existen.
Y
se convierte en realidad la lógica de Mac Luhan: El medio es el mensaje.
Y el mensaje es el Imperio capitalista, así de sencillo.