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Masiva concentración en apoyo a la salida del aire de RCTV |
Pero cuando Chávez se pone a hacer
política y escalamiento de poder cerrando medios de comunicación del sistema
(los nuevos ejércitos que sustituyeron a los militares en el control social y
manipulación de cerebros) la cuestión toma otro color y Chávez se vuelve
"peligroso" hasta para los banqueros y empresarios de Wall Street que hasta
ahora lo protegieron.
Con los medios y la "libertad de
expresión capitalista" no se juega, por la sencilla razón de que la
corporación mediática (aparte de ser una rama del capitalismo transnacional que
hace negocios con la comunicación y la sociedad de consumo) es la columna
vertebral del nuevo sistema de dominación con urnas y democracia.
Y en esta simbiosis, quien ataca,
cierra y/o cercena la "libertad de expresión" de los medios (léase
libertad de hacer negocios y alienar para el sistema), está atacando a
los cimientos de la "democracia" misma y alterando los esquemas de
gobernabilidad en "paz", esa paz que las transnacionales y los bancos
precisan para seguir transfiriendo impunemente la riqueza y el trabajo acumulado
de América Latina a los países imperialistas centrales.
Este es el mecanismo que violó Chávez
con su maniobra de cerrar RCTV, dejando la mayoría del mercado
publicitario y el negocio mediático "diversificado" en manos de Venevisión, el
emporio de Hugo Cisneros, un ex golpista convertido en aliado del gobierno
venezolano.
En este escenario, la movida de
Chávez detonó una reacción generalizada de las cadenas mediáticas del lobby
sionista (regionales e internacionales) que hoy se suman a la estrategia de
"condena" y aislamiento del presidente venezolano que el Departamento de
Estado está instrumentando con la complicidad de la SIP, la OEA, y el resto de
los aparatos corporativos de la prensa del sistema en América Latina.
Simultáneamente Washington, a través
de sus gobiernos aliados "sin fricciones" en la región, y con la novedosa
incorporación de Lula y de Brasil a la tropa, ya está tejiendo una nueva
maniobra envolvente para aislar y derrocar a Chávez, no ya bajo el rótulo de
"comunista" sino de "dictador".
Probablemente Chávez (a quien hasta
hora le fue bien con el negocio de hablar con la izquierda y negociar con la
derecha) haya tocado un pico de inflexión en su carrera política sin darse
cuenta todavía del resultante final de su movida con el cierre de RCTV.
Y quizás, tarde, Chávez llegará a
aprender que en el sistema capitalista se puede tocar, vender, negociar y
comprar cualquier cosa (incluso ideología "revolucionaria" de cotillón),
menos meterse con la columna vertebral de la estrategia de dominación, o sea
con los medios de comunicación y la "libertad de expresión".
Eso es sagrado, sobre todo si se
quiere sobrevivir como gerente encubierto de Washington y sus transnacionales
por el "ala izquierda" del Imperio .