EAB consigue detectar lo que la poseída fauna neoliberal
mexicana no ve, ya que padece lo que los neurólogos conocen como "ceguera
funcional": se disipa la neblina estadística y la evolución de la economía de EU
aparece con toda claridad.
En su boletín anterior, GEAB había enunciado el punto
muerto de la venta al menudeo en enero 07, déficit comercial récord en 2006,
confirmación de la desaceleración económica por la Reserva Federal, quiebras en
serie de los organismos de préstamos hipotecarios, continuación del desplome de
bienes raíces en Estados Unidos, etcétera. Nada sobre lo que no hubieran sido
alertados anticipadamente los dilectos lectores de Bajo la Lupa.
Según LEAP/E2020 (Laboratoire Européen d'Anticipation Politique
Europe 2020), "en abril convergerán las tendencias negativas, cuando las
múltiples crisis sectoriales se transformarán en una crisis generalizada, una
profunda depresión (¡super-sic!) que afectará al conjunto de los actores
económicos, financieros, comerciales y políticos".
Las nueve consecuencias directas que convergerán en Estados Unidos
son: 1. Aceleración del ritmo e importancia de las quiebras de las sociedades
financieras, que pasarán de una por semana a una por día. 2. Alza espectacular
de embargos inmobiliarios: 10 millones de estadounidenses arrojados a las calles.
3. Desplome acelerado del precio de los bienes raíces: un mínimo de 25 por
ciento. 4. Entrada en recesión de la economía. 5. Baja precipitada de la tasa de
interés. 6. Conflicto comercial con China. 7. China se despoja del dólar y
reversa del carry trade del yen (nota: especulación que usa el
diferencial de la tasa fija del yen, que recientemente cambió, frente a otras
divisas más variables; ver Bajo la Lupa 5-4-06 y 8-11-06). 8. Desplome brutal
(sic) del dólar frente al euro, el yuan, y el yen. 9. Desplome de la libra
esterlina.
Muy a destiempo, el mago malhadado y malvado Alan Greenspan -con 11
días de atraso en relación con el boletín No.12 del GEAB- advirtió por vía
satelital a una conferencia de negocios en Hong Kong que el "ciclo económico que
empezó en 2001 estaba llegando a su fin", y que la economía de EU "podría caer
en recesión en los últimos meses de este año". En la peculiar jerigonza
hermenéutica de los esotéricos monetaristas centralbanquistas, el octagenario
jubilado Greenspan importuna "a la mayoría de los pronosticadores", quienes
consideran a duras penas que habrá una "desaceleración más allá de 2008" (Ap,
26-2-07).
No se le puede pedir al ex presidente de la Reserva Federal, quien
pretende curarse en salud tras bambalinas, que adopte en forma más perentoria
los hallazgos de los muy solventes analistas europeos. Lo real es que el
israelí-estadounidense Greenspan, íntimamente vinculado a la fauna de
neoconservadores straussianos (v.g Paul Dundes Wolfowitz), quienes idearon la
unipolaridad y su guerra preventiva, dejó una papa caliente a su sucesor, Ben
Shalom Bernanke.
No es gratuito que el ciclo económico bélico-financiero-económico
estimulado por la Reserva Federal haya iniciado en 2001, año poco común en la
historia de la humanidad. Lo mejor de la exposición de Greenspan fue que no ve
que la "desaceleración del mercado inmobiliario de Estados Unidos se haya
desparramado a la economía en forma significativa".
En contrapunto, el usualmente bien informado analista británico
Ambrose Evans-Pritchard aduce que la "crisis hipotecaria en EU va a la
descomposición" (The Daily Telegraph, 24-2-07). El banco británico HSBC,
que sufrió una paliza en el mercado hipotecario estadounidense, puso de lado 10
mil 400 millones de dólares para paliar las contigencias, mientras el "pánico ha
empezado a arrastrar a un sector de los empréstitos hipotecarios después de la
quiebra de 22 prestamistas en los pasado dos meses". Evans-Pritchard lanza la
palabra impronunciable: "sequía crediticia" (credit crunch), que no
escuchábamos desde 1998, cuando el megaespeculador György Schwartz (alias George
Soros) se consagró a demoler las economías asiáticas.
Puntualiza que "el costo de los seguros para cubrir las pérdidas se
ha incrementado en forma exponencial, y ha provocado temores de una 'sequía
crediticia' que se difunda a todo el sector inmobiliario". Cita a Peter Schiff,
director de Euro Pacific Capital, quien diagnostica que el sector inmobiliario
se encuentra en una "descomposición imparable", una "espiral que se autoperpetua".
Desde luego que no se puede esperar que los funcionarios de la
Reserva Federal reconozcan la "descomposición" (nota: la palabra en inglés es
muy fuerte: meltdown, que literalmente significa "pulverización", y que
mejor hemos traducido como "descomposición"), por lo que intentan mostrar su
mejor rostro radiante negando tal "desparramamiento" a todo el sector
inmobiliario y a la economía en general.
¿Cómo afectará el derrumbe inmobiliario de EU al México blindado
(sic), con el que se conectó en megainversiones trianguladas y blanqueadas en
las colonias residenciales de sus principales ciudades? ¿Podrá resistir el de
por sí atribulado "Felipe El Breve" la inminente recesión
estadounidense
que no ven sus economistas neoliberales debido a su "ceguera funcional"?
Evans-Pritchard cita al indeseable perturbador (por romper filas con
la opinión "consensual" lubricada en los multimedia por los monetaristas
centralbanquistas) Nouriel Roubini, profesor de economía de la Universidad de
Nueva York, quien, al contrario del mendaz Greenspan, afirma que el estallido de
la burbuja inmobiliaria "jala lentamente a Estados Unidos a la recesión". Los
datos técnicos son apabullantes y nada boyantes. Según Roubini, está ocurriendo
un "fenómeno extraño". Normalmente, la "recesión viene primero y provoca
problemas crediticios en su despertar". Ahora, "EU enfrenta un 'ciclo en
reversa', cuando la 'sequía crediticia' ha golpeado antes de la desaceleración".
Se burla sin piedad al comentar que "tenemos ya una recesión en los sectores
inmobiliario y automotriz, en la manufactura y en las inversiones reales. Si
todo esto sucede en lo que el consenso (sic) denomina economía Goldilocks, ¿qué
pasará, entonces, cuando la economía se desacelere?".
Recordemos que la "economía Goldilocks" describe la economía
estadounidense a finales de la década de los 90, que "ni está muy caliente ni muy
fría, sino en su punto", lo que para algunos economistas representa una óptima
situación que ahorra al gobierno tomar medidas correctivas.
Ahora se entiende por qué anda para arriba y para abajo en todo el
mundo el vicepresidente Richard Bruce Cheney, quien rabiosamente busca
bombardear con armas nucleares a Irán con el fin de sacar a Estados Unidos de su
recesión.
Las recesiones en EU suelen ser ominosas para la salud planetaria en
términos económicos y militares. ¿Lo que no pudo resolver la Reserva Federal lo
intentará ahora el complejo militar-industrial con su enésima guerra?.