l
establishment lo detesta. El imperialismo, en palabras de George W. Bush lo
ubica, apenas un escalón por debajo del terrorismo. Los diarios del sistema lo
descalifican por irracional y demagógico. Los gestores de negocios disfrazados
de economistas lo consideran poco serio por tener la mala costumbre de
distribuir hacia abajo cuando en su lógica lo único científico es distribuir
hacia arriba.Las izquierdas
latinoamericanas que no comprendieron la cuestión nacional de los países
dependientes o semicoloniales lo critican por sus limitaciones.
El populismo sepultado en las dos
últimas décadas renace después que durante el mismo período se ejercitara la
economía “científica”, el neoliberalismo salvaje, con libreto del Consenso de
Washington, con aplicación disciplinada de las recetas de los organismos
internacionales, con inspiración teórica de la Escuela de Chicago.
Ataquen a la Bestia Negra
La bestia negra populista más
“preocupante” es Hugo Chávez. El “pintoresco”, para ser benévolo, Carlos
Escudé lo califica en “La Nación” del 11-01-2007 como “el ascenso de un
enemigo serio”. Con su verborragia inconsistente y sin tapujos sostiene: “Con
el dinero de su gente, Chávez exportó populismo en una medida sin
precedentes……La estrategia es vistosa y ha vendido bien en Venezuela. Si fuera
repudiada por el pueblo cuyos recursos se malgastan, Chávez no habría recibido
el 63% del voto popular en las elecciones de diciembre”. Escudé no comprende
lo que si comprende el pueblo. Por eso remacha sus detritus con: “ El
boliviarianismo (sic) es una fantochada”.
El intelectual sin intelecto,
Marcos Aguinis, afirma en La Nación del 12-01-2007: “…( Chávez) ha hundido a
su país en el pozo más corrupto de su corrupta historia”. No vacila en mentir
descaradamente, sosteniendo: “ La impunidad es tan gruesa que ni siquiera se
preocuparon de maquillar el fraude”. Su desparpajo lo lleva a afirmar lo que
muchos escuálidos venezolanos han reconocido como una victoria legítima
después de los contundentes resultados de las últimas elecciones.
Enrique Krauze, ingeniero y Doctor
en Historia, un Aguinis mejicano, declara en La Nación 10-01-2007,
refiriéndose a la Argentina: “ Es un país dotado para ser moderno, pero que
persiste en el populismo. Eso empezó con Juan Domingo Perón y llega hasta hoy
con Néstor Kirchner el que tiene rasgos populistas y de intolerancia
francamente antidemocráticos que no me gustan”. Y obviamente cuando analiza a
su propio país, el prisma es el mismo: “No me cabe la menor duda que si
hubiera ganado López Obrador la democracia mexicana hubiera muerto”
El sociólogo José Bilbao Richter
escribe: “La insistencia en imponer el populismo, constituye una patología del
mal en tanto su teoría y prácticas alienantes instalan de a poco la tiranía
como sistema sociopolítico. Es preciso recordar que el populismo remita a
antiguas tradiciones conductuales de masas incultas y violentas que debido a
su precariedad intelectual e incapacidad para solucionar su situación
socioeconómica, precisan y buscan al caudillo o líder indiscutido que los
identifique y “ les prometa un cambio” con actitudes y metodologías
revolucionarias contrarias a todo proceso de cambio social evolutivo”
El sociólogo Nicolás Casullo en
Página 12 del 28-05-2006 hace mención al desprecio de sectores de izquierda
hacia el populismo: “En un documento de los años 70, donde, bajo la rúbrica de
Mario Roberto Santucho, puede leerse la necesidad de “ luchar contra el
populismo y el reformismo político, políticas ligadas a los intereses
imperialistas” para acotar seguidamente: “ Montoneros es una corriente popular
infectada por la enfermedad populista y su confianza en el peronismo
burgués….. El populismo hablaba por entonces de revolución socialista.”
El sociólogo brasileño Emir Sader
sostiene: “El término populista, nacido para designar, por parte de algunas
corrientes de la sociología política, a gobiernos como los de Getulio y de
Perón, ha sido retomado, en el marco del discurso neoliberal, para designar a
las políticas consideradas "irresponsables", "aventureras", "inflacionarias",
que promueven concesiones sociales incompatibles con las leyes de hierro del
ajuste fiscal. Serían concesiones ficticias, que terminarían produciendo su
contrario: la inflación corroería el poder adquisitivo de los salarios
reajustados, el desequilibrio fiscal llevaría a las crisis financieras que
frenarían el crecimiento económico, la elevación de impuestos y el aumento de
los gastos estatales inhibiría la capacidad de inversión, etc. etc.
Si recurrimos a un clásico del
marxismo, Federico Engels en “El origen de la familia, de la propiedad y el
estado” describe ahí los estados de la evolución humana en: salvajismo,
barbarie, civilización.
La socióloga Maristella Svampa en
su libro “El dilema argentino: civilización o barbarie” precisa: “Pero si para
la burguesía la opción se planteaba en términos de oposición entre la
Civilización y la Barbarie, para el socialismo, que aspiraba a superar
dialécticamente ese estado de sociedad, la antinomia se reescribiría
sustituyendo los polos: la disyuntiva sería entonces entre socialismo y
barbarie……Se configuran así tres funciones básicas de la imagen “Civilización
o Barbarie”: en primer lugar la del mecanismo de invectiva política que busca
desacreditar al adversario. En segundo lugar, la imagen se incorpora al
funcionalismo legitimador de la burguesía ascendente, o en otros términos,
como mecanismo de legitimación política de una clase social que se
autoproclama depositaria de los valores del Progreso y Civilización. En tercer
lugar, la imagen vehiculiza también el fantasma de la desagregación social y
se revela en ello como una representación de lo social”
La
Zoncera Madre
Denostar el populismo es una
práctica que tiene su matriz en la zoncera mayor que ha cruzado la historia
oficial con origen en Sarmiento de “Civilización o barbarie”. Todo lo popular
es bárbaro. Todo lo que se genera en los sectores dominantes o en la metrópoli
es civilizado. En la guerra civil que vivió nuestro país en el siglo XIX, a lo
largo de seis décadas, la culta Buenos Aires debía civilizar al interior
bárbaro. Los caudillos provinciales como Vicente Ángel Peñaloza, Felipe
Varela, José Gervasio Artigas, Facundo Quiroga, Francisco Ramírez, Estanislao
López, entre otros, fueron la exteriorización de la barbarie en la historia
mitrista.
Se soslaya, se escamotea, se miente
que había en juego proyectos económicos o al menos intereses enfrentados,
teniendo a su vez las provincias cuestiones económicas comunes y
contradictorias. Por otra parte en el puerto de Buenos Aires confluían los
comerciantes y hacendados de la provincia de Buenos Aires, también con
intereses comunes y contradictorios, pero unidos en la férrea intención de no
nacionalizar los recursos de la aduana del puerto de Buenos Aires. Las
montoneras, como decía Arturo Jauretche, eran el sindicato del gaucho.
Es justamente el hombre de Forja,
quien desenmascara la falacia de Civilización o Barbarie en su Manual de
Zonceras Criollas: “ La idea no fue desarrollar América según América,
incorporando los elementos de la civilización moderna; enriquecer la cultura
propia con el aporte externo asimilado, como quién abona el terreno donde
crece el árbol. Se intentó crear Europa en América transplantando el árbol y
destruyendo lo indígena que podía ser obstáculo al mismo para su crecimiento
según Europa y no según América. La incomprensión de lo nuestro preexistente
como hecho cultural o mejor dicho, al entenderlo como hecho anticultural,
llevó al inevitable dilema: Todo hecho propio, por serlo, era bárbaro, y todo
hecho ajeno, importado, por serlo era civilizado. Civilizar, pues, consistió
en desnacionalizar- si Nación y realidad son inseparables………..Que la
oligarquía haya creído un éxito definitivo de la zoncera Civilización y
Barbarie, lo que llamó “el progreso” de la última mitad del siglo XIX y los
años iniciales del presente, ha sido congruente con sus intereses económicos.
Alienada al desarrollo dependiente del país, su prosperidad momentánea lo hizo
confundir su propia prosperidad con el destino nacional”
……¿Por qué la parte de “la
intelligentzia”, democrática o marxista, no pudo entender un hecho tan
evidente (irigoyenismo, peronismo) en ninguna de las dos oportunidades?
La oligarquía trató de invalidarlo
porque sus intereses concretos coincidían con los criterios de civilización y
barbarie, pero en el otro caso la explicación solo es posible a puro vigor de
la zoncera: incapaz de salir del esquema y partiendo del mismo supuesto
histórico de que las masas en el pasado habían expresado sólo la barbarie
frente a la civilización, vio en su nueva presencia una simple recidiva. De
ahí lo de “aluvión zoológico” y “ libros y alpargatas”, que son zonceritas
biznietas de “civilización y barbarie” y cuyo sentido permanente supera la
insignificancia de que las enunciaron, pues revelan el modo de sentir de “la
intellitgencia” in totum, incapaz de pensar fuera de la ideología, es decir de
lo conceptual ajeno y opuesto a los hechos propios”
Civilización o Barbarie o la crítica al Populismo en el siglo XIX
En la notable prosa de Sarmiento,
los primeros párrafos de Facundo ya definen la contradicción que da título a
su libro: “¡Sombra terrible de Facundo, voy a evocarte, para qué, sacudiendo
el ensangrentado polvo que cubre tus cenizas, te levantes a explicarnos la
vida secreta y las convulsiones internas que desgarran las entrañas de un
noble pueblo! …..Facundo no ha muerto, está vivo en las tradiciones populares,
en la política y en las revoluciones argentinas, en Rosas su heredero, su
complemento; su alma ha pasado a este otro molde, más acabado más perfecto; y
lo que en él era sólo instinto, iniciación, tendencia, convirtíose en Rosas en
sistema, efecto y fin………..La historia de la tiranía de Rosas es la más
solemne, la más sublime, y la más triste página de la especie humana……”
Facundo Páginas 13 y 26 Edición Colihue.
Citando a Guizot, como el
historiador de la civilización europea, transcribe: “Hay en América dos
partidos: el partido europeo y el partido americano, el más fuerte”
Es fácil deducir que Sarmiento,
como lo hicieron sus discípulos de todo el espectro ideológico, hubiera
aplicado los mismos adjetivos al Irigoyenismo, al Peronismo, a Velasco
Alvarado, a Velazco Ibarra, al Movimiento Nacionalista Revolucionario, a Juan
José Torres, a Salvador Allende, a Hugo Chávez, a Evo Morales, a Néstor
Kirchner, como hoy lo hacen los Escudé, los Aguinis, los Krauzer, los
Grondona. .
Pero ante este pensamiento
sostenido por los sectores triunfantes en la guerra civil argentina, se yergue
el poderoso análisis de Juan Bautista Alberdi, sin dudas el pensador más agudo
de la Argentina de la segunda mitad del siglo XIX. Su método de aprehensión de
la realidad, su lenguaje tiene una modernidad, del cual bien podrían aprender
tantos farsantes contemporáneos que posan de pensadores, opinadores, filósofos
que no pasan de Licenciados en Filosofía, sociólogos intoxicados de lecturas
mal digeridas, editorialistas especializados en dar formas a los “ off de
record”.
Escribe Alberdi: “¿Qué es el
caudillo en Sud América, según los hechos de que Mitre es expositor, más bien
que según la palabra de su narración? ¿A quienes acaudilla? ¿De quienes es
caudillo? ¿Quién lo constituye, quién lo crea, quién le da poder y autoridad?
La voluntad de la multitud popular, la elección del pueblo. Es el jefe de las
masas, elegido directamente por ellas, sin ingerencia del poder oficial…….es
el órgano y brazo inmediato del pueblo, en una palabra, el favorito de la
democracia.
¿Cómo, entonces el que se dice
demócrata por excelencia afea y presenta de malos colores al que es expresión
y símbolo de la democracia? Es que Mitre, como militar, es monarquista sin
saberlo, en este sentido.
El caudillo supone la democracia,
es decir, que no hay caudillo popular sino donde el pueblo es soberano……El
caudillaje que apareció en América con la democracia no puede ser denigrado
por los que se dicen partidarios de la democracia, sin el más torpe
contrasentido. Baste decir que son los españoles realistas los primeros que
dieron este título a los Bolívar, Carrera, Güemes, Araóz, etc. Según los
españoles, el caudillaje americano, era el patriotismo, el americanismo, la
revolución de la independencia.
A esto responden que hay dos
democracias en América, la democracia bárbara, es decir, la popular, y la
democracia inteligente, es decir anti-popular.
Llamar democracia bárbara a la del
pueblo de las campañas de América, es calificar de bárbaro al pueblo
americano……Los realistas no emplearon contra la revolución peor
lenguaje…..Artigas, López, Güemes, Quiroga, Rosas, Peñaloza, como jefes, como
cabeza y autoridades, son obras del pueblo, su personificación más espontánea
y genuina. Sin más título que ese, sin finanzas, sin recursos, ellos han
arrastrado o guiado al pueblo con más poder que los gobiernos. Aparecen con la
revolución americana: son sus primeros soldados.” Grandes y pequeños hombres
del Plata” de Juan Bautista Alberdi Editorial Plus Ultra Páginas 154 y 155
Defensa de "La Barbarie"
La dificultad de muchos
intelectuales, de sectores universitarios de clase media, es la imposibilidad
de mirar al país desde el país, los que los lleva a cierta infalibilidad en el
error cuando toman posicionamiento ante los procesos sociales. Ernesto Sábato
no podría reimprimir hoy, sin pudor, “La otra cara del peronismo”. Sebreli
agotó la fertilidad de su pensamiento en los lejanos sesenta y termina de
cobertura intelectual de López Murphy, como su discípulo Fernando Iglesias que
en un gesto de humor involuntario pretende dar cátedra de que es ser de
izquierda hoy, mientras se embelesa con los ladridos del bulldog. Ejemplos,
entre miles que podrían exhibirse que hacen realidad una frase afortunada de
Sarmiento: “ El título no quita las orejas”.
No hay en Aguinis, en Vargas Llosa
y su hijo Alvaro, en Carlos Alberto Montaner, en Plinio Apuleyo Mendoza, (
Estos tres últimos autores de un trabajo involuntariamente autobiográfico”
Manual del perfecto idiota Latinoamericano”) Enrique Krauze, en Mariano
Grondona, la sabiduría y la profundidad de un texto elegido al azar, de un
alambrador convertido en canta autor popular como José Larralde. Alguien que
para estos intelectuales colonizados, representaría la expresión de la
barbarie, de la masa inculta que ellos se toman el trabajo de ilustrar para
que voten a favor de los intereses del amo.
“Quién me enseñó a ser bruto,/
quién me enseñó, quién me enseñó./ Si en la panza de mama,/ no había ni
escuelas ni pizarrón,/ y asigún dicen nací varón/
porque en el pique faltaba un pión./ Quién me enseñó, quién me enseñó./
Quién me enseñó a ser bruto,/quién me enseñó, quién me enseñó./Si me crié
entre dotores de reja y pico, pala y pastón/ y asigún dicen clavé el garrón/
porque no quise ser chicharrón/
Quién me enseñó, quién me enseñó./
Quién me enseñó a ser bruto,/quién me enseñó, quién me enseñó./
Lástima que no entienda/ de lengua fina pa’ ser señor/y asigún dijo un día el
patrón/que en Inglaterra se está mejor,/me lo contó un día el patrón/
Quién me enseñó a ser bruto,/quién me enseñó, quién me enseñó,/
a ser tan revirao/y a no aguantarle la procesión,/
será por sabio que no entendió/ que el hambre engorda sólo al que hambrió/Quién
me enseñó, quién me enseñó./ Sé que soy hueso y carne,/
alma y conciencia, pueblo y sudor,/ con eso ya me alcanza/ pa’ ser un bruto
que alza la voz/
sin más motivo que la razón/
del que no quiere ser chicharrón/
Quién me enseñó, quién me enseñó./
Quién me enseñó a ser bruto,/
quién me enseñó, quién me enseñó,/si en la panza de mama,/
no había ni escuelas ni pizarrón,/ y asigún dicen nací varón/
porque en el pique faltaba un pión./
Quién me enseñó, quién me enseñó./
quién me enseñó”
Defensa del Populismo, hoy
El populismo en América Latina está
vinculado a la nacionalización de los resortes básicos de la economía, a una
fuerte presencia y participación del estado, a un enorme apoyo popular, a una
mejoría en la distribución del ingreso, a una mayor protección de los sectores
asalariados, a intentos y en muchos casos consolidación de procesos de
industrialización, a una limitación significativa del accionar del
establishment, con diferentes grados de limitación al ejercicio irrestricto de
la propiedad.
En los mejores ejemplos hay una
práctica de un nacionalismo latinoamericano, recogiendo las banderas de
Bolívar, San Martín o Artigas
El populismo adopta la forma de un
movimiento que pone en el tapete la cuestión nacional, por encima de las
clasificaciones de derecha y de izquierda, es decir que pasa a un segundo
plano la contradicción burguesía versus proletariado.
Estas tensiones, que el caudillo
que encarna las necesidades y aspiraciones populares traduce en movimientos
pendulares, provoca la confusión en observadores que tratan de adaptar la
cabeza al sombrero
El populismo fue acusado de
antidemocrático, dictatorial, censor de la libertad de prensa, de concertar y
ganar elecciones fraudulentas, de demagógico, de engañar al pueblo, de
corrupción, en algunos casos de culto a la personalidad, de despilfarro de
recursos, de dar pescado en lugar de enseñar a pescar.
Cuando fueron derrocados por los
poderosos sectores afectados se hizo invocando siempre sus errores pero en
realidad fueron destituidos por sus aciertos.
Los vencedores demolieron o
intentaron hacerlo sus avances, mientras que potenciaban en forma superlativa
los errores reales o presuntos del populismo.
Desde la izquierda cosmopolita y/o
bullanguera se ataca a los gobiernos populistas por sus limitaciones, con lo
que en los hechos coinciden con los poderosos que son los que realmente
usufructúan la derrota de los gobiernos populistas.
Como dijera el político e
historiador Jorge Abelardo Ramos, referente de la izquierda nacional: “la
ultraizquierda no es un enemigo del imperialismo, sino una función de él”
¿Cual es una posición coherente a
asumir desde una posición de izquierda, integrante del campo nacional, ante
los gobiernos populistas? Apoyarlos, porque los enemigos que desata son los
mismos que combate esa izquierda. Y los sectores beneficiados son los que
históricamente reivindica.
Desde la misma vereda, y con
absoluta independencia, se deben señalar las limitaciones, las falencias, las
insuficiencias del proceso transformador que se apoya.
Ernesto Laclau, un hombre que paso
por la izquierda nacional es hoy el teórico de prestigio internacional que
defiende con énfasis al populismo. En su libro “LA RAZÓN POPULISTA” escribe:
“El populismo por si mismo tiende a negar cualquier identificación con, o
clasificación dentro de, la dicotomía izquierda/ derecha. Es un movimiento
multiclasista, aunque no todos los movimientos multiclasistas pueden
considerarse populistas. El populismo probablemente desafíe cualquier
definición exhaustiva.....el populismo generalmente incluye componentes
opuestos.......unido a cierta forma de autoritarismo a menudo bajo un
liderazgo carismático. También incluye demandas socialistas (o al menos la
demanda de justicia social), una defensa vigorosa de la pequeña propiedad,
fuertes componentes nacionalistas, y la negación de la importancia de clase.
La vaguedad de los discursos
populistas ¿ no es consecuencia, en algunas situaciones, de la vaguedad e
indeterminación de la misma realidad social. Y en ese caso ¿no sería el
populismo más que una tosca operación política e ideológica, un acto
preformativo dotado de una racionalidad propia es decir que el hecho de ser
vago en determinadas situaciones es la condición para construir significados
políticos relevantes?
......Se dice que el populismo
“simplifica” el espacio político, al reemplazar una serie compleja de
diferencias y determinaciones por una cruda dicotomía cuyos dos polos son
necesariamente imprecisos”
...Así podemos afirmar que para
progresar en la comprensión del populismo, es una condición sine qua non
rescatarlo de su posición marginal en el discurso de las ciencias sociales,
las cuales la han confinado al dominio de aquello que excede al concepto, a
ser el simple opuesto de formas dignificadas con el estatus de una verdadera
racionalidad............El populismo no sólo ha sido degradado, también ha
sido denigrado
....El populismo se presenta a si
mismo como subversivo del estado de cosas existentes y también como el punto
de partida de una reconstrucción más o menos radical de un nuevo orden, una
vez que el anterior se ha debilitado..... Sin la erosión progresiva del
sistema oligárquico en la Argentina de la década de 1930, el surgimiento de
Perón hubiera sido impensable.
..... En primer lugar, debemos
preguntarnos si la imposibilidad (o probable imposibilidad) de definir el
populismo no proviene del hecho de haberlo descrito de tal manera que
cualquier aprehensión conceptual del tipo de racionalidad inherente a su
lógica política ha sido excluida a priori. Pensemos que, de hecho, esto es lo
que ocurre. Si al populismo se lo define en términos de “vaguedad “,
“imprecisión”, “pobreza intelectual”, como un fenómeno de un carácter
puramente “transitorio” “manipulador” en sus procedimientos etcétera, no hay
manera de determinar su diferencia específica en términos positivos. Por el
contrario, todo esfuerzo parece apuntar a separar lo que es racional y
conceptualmente aprehensible en la acción política de su opuesto dicotómico:
un populismo concebido como irracional e indefinible. Una vez tomada esta
decisión intelectual estratégica, resulta natural que la pregunta ¿qué es el
populismo? sea reemplazada por otra diferente ¿a que realidad social y
política se refiere el populismo?”
La primera respuesta es que suele
reflejar un frente de intereses afectados en diferentes grados por poderes
internos y externos, que someten o mantienen en diferentes grados de
subdesarrollo o colonialismo al país.
En un reportaje concedido a la
Revista XXIII Internacional, correspondiente a los meses de septiembre/
octubre del 2006, Laclau afirma: “Quisiera decir que la democracia liberal no
está en cuestión en ninguna de las experiencias que hoy son llamadas
populistas, ni en Venezuela ni en Bolivia. Cierta gente habla de una posible
deriva autoritaria de los regímenes populistas. La respuesta es que si ha
habido un peligro para las democracias latinoamericanas en los últimos treinta
años, no ha venido del populismo sino del neoliberalismo. José Alfredo
Martínez de Hoz hubiera sido imposible sin Videla y los Chicago Boys en Chile
necesitaban de la dictadura de Pinochet para aplicar sus recetas…….Por eso lo
que es importante es mostrar que la desestabilización del consenso de
Washington no conduce al caos sino a una estabilidad de nuevo tipo. Y en ese
aspecto los signos son alentadores”
El
Populismo
El populismo está lejos de ser un
dechado de virtudes. Tiene reales limitaciones, deficiencias, problemas de
avances económicos y de construcción política, contradicciones poderosas en su
seno.
Pero como decía Carlos Marx “Los
hombres hacen la historia, no en las condiciones elegidas por ellos” Es la
mejor respuesta que los pueblos coloniales y semicoloniales han encontrado,
hasta ahora, en sus momentos de mayores avances. Por eso cuando irrumpen, la
posición que se adopte con relación a ellos, desmantela o afirma todo el real
o presunto discurso revolucionario.
Y ahí siempre entran a jugar las
usinas de colonización ideológica de las cuales los medios son actores
fundamentales.
Por eso, antes de quedar prisionero
de los intereses ajenos, es bueno tener presente estas tres reflexiones:
Decía Stephen Biko, político
sudafricano, convertido en mártir del nacionalismo negro tras su muerte en
prisión: “El arma más poderosa del opresor es la mente del oprimido.”
O Ernesto Laclau: “El populismo no
sólo ha sido degradado, también ha sido denigrado”
O el excepcional Alberdi: “El
caudillo supone la democracia, es decir, que no hay caudillo popular sino
donde el pueblo es soberano…”.