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(IAR-Noticias)
21-Diciembre-06
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Movilización de Hezbolá en Beirut. |
Según el enviado del diario ABC de
España en Beirut, Mikel Ayestarán, la imagen del palacio gubernamental libanés
es "desoladora".
En el Grand Serail
(sede del gobierno) conviven, sin salir al exterior para nada, el primer
ministro y los miembros de su gabinete desde que el pasado 21 de noviembre un
desconocido acribillara a balazos al ministro de Industria, Pierre Gemayel.
Siniora y los suyos adoptaron esta medida argumentando "motivos de seguridad",
por miedo a que les ocurriera los mismo que al líder falangista cristiano.
Una triple fila de alambres de espino y un militar cada medio metro
protegen a las fuerzas de la mayoría de las protestas organizadas por la
oposición.
La aproximación al recinto no está permitida, y a las puertas del mismo sólo se
pueden encontrar los minibuses que el gobierno fleta para traer a un grupo de
seguidores cada vez que organiza una rueda de prensa.
Según Ayestarán, Beirut registra desde hace dos semanas las mayores
manifestaciones que ha vivido Líbano en sus 63 años de independencia.
Hace unos días un millón de simpatizantes de la oposición, una cuarta parte de
los habitantes del país, volvió a responder a la llamada de sus líderes para
pedir la dimisión del gobierno actual.
Desde el pasado 1 de diciembre, por tanto, los siete partidos de la oposición,
liderados por Hezbolá, mantienen un camping gigante en el lujoso centro de
Beirut, en la misma puerta del lugar donde está encerrado el primer ministro.
La técnica de presión pacífica combina esta acampada con las manifestaciones
multitudinarias de los fines de semana, pero parece que tras dos marchas
históricas se ha terminado la paciencia de los opositores, que exigen ahora la
convocatoria inmediata de elecciones anticipadas antes de empezar a tomar
nuevas medidas, asegura el corresponsal de ABC en Beirut
Para la minoría parlamentaria no ha encajado bien la actitud del primer ministro y
considera que su decisión de encerrarse es sólo una estrategia para no
escuchar al pueblo.
El parlamentario de Hezbolá Ali Mokdad es uno de los que ha acusado en público
al primer ministro de "convertir el palacio de todos los libaneses en el
hotel de Fouad I".
"Debe salir a la calle a escuchar lo que su gente le pide: que se vaya", señala
el parlamentario opositor citado por ABC.
Por su parte -añade ABC- el líder del Movimiento Patriótico Nacional, Michelle
Aoun, fue más lejos y advirtió al actual gobernante de que "sus alambres de
espino no le podrán proteger en caso de una tercera manifestación.
Cuando un
gobierno es corrupto, es legítimo que la gente adopte las medidas que le parezca
oportunas".
Todos los ojos están puestos en el palacio y se espera la respuesta del
mandatario a la escalada de tensión que vive el país.
La salida del gobierno de los miembros de la oposición significó el punto de
arranque de una crisis cuyo presente y futuro se antoja muy complicado. Siniora
gobierna ahora con una mayoría que se muestra débil frente a las continuas
exhibiciones de fuerza de sus contrarios, señala el corresponsal de ABC.
Desde el asesinato de Gemayel el 21 de noviembre, Siniora y su Ejecutivo viven
encerrados a cal y canto y protegidos por alambres de espino.
La presión exterior de Hezbolá se hace casi insoportable, concluye Mikel
Ayestarán desde Beirut.
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