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Rafael Correa |
Con su lenguaje descarnado y despojado de sutilezas el más
influyente vocero del capital financiero estadounidense, el
diario The Wall Street Journal, analiza al presidente electo de
Ecuador, Rafael Correa, y realiza un "inventario" de los
conflictos (y hasta de la posible destitución) que podría enfrentar
si persiste en su "sociedad con Chávez" y en sus promesas de
ruptura con la agenda económica, política y militar de
Washington en la región.
En un artículo
titulado "La deuda, la Constitución y Hugo Chávez marcarán el
gobierno de Correa en Ecuador", el Journal sostiene que el
nuevo presidente electo de Ecuador planea transformar al país
andino al disolver el Congreso, reformar la Constitución y
repudiar la deuda.
"Su retórica
populista ya está provocando problemas en Wall Street. Y si
intenta poner en práctica sus planes, también enfrentará
mucha oposición en su propio país", añade.
Para el Journal
la agenda internacional de Correa prevé el hundimiento de las
negociaciones con Estados Unidos para un tratado de libre
comercio y la no renovación de un acuerdo sobre narcotráfico con
el ejército estadounidense.
Con respecto a la
política interna -señala- Correa podría reformar la Constitución
para reducir el poder de los partidos políticos y reducir la
independencia del Congreso y el Poder Judicial.
Cada uno de estos cambios pondría a Correa en conflicto con
intereses poderosos -advierte el Journal-, desde los
exportadores, quienes dicen que el tratado de libre comercio con
EE.UU. es fundamental para poder competir, hasta los
legisladores elegidos el mes pasado, quienes podrían tratar de
proteger con celo su poder y su independencia.
"El Congreso
ecuatoriano, dominado por los rivales de Correa, tiene un
extraordinario poder para destituir presidentes, algo que,
últimamente, ha hecho con bastante regularidad. Ecuador ha
tenido siete presidentes en 10 años", agrega el vocero de Wall
Street en alusión a que Correa no tiene representación
parlamentaria y podría ser destituido fácilmente por un "golpe
institucional" como el que le hicieron a Lucio Gutiérrez.
"Los planes de Correa
deberán superar un sinfín de vallas", advierte el Journal.
Luego señala que "es
poco probable que los organismos multilaterales, como el Banco
Mundial, aprueben una reducción de los pagos de Ecuador. Una
renegociación de la deuda podría perjudicar a la economía, al
dificultar su acceso a los mercados financieros
internacionales".
Los inversionistas
-según el Journal- se desprendieron ayer de los bonos soberanos
de Ecuador ante el temor de que Correa cumpliera con su promesa
de reducir a la mitad los pagos de servicios de deuda del país,
lo que provocó que los rendimientos de esa renta fija se
dispararan.
"Correa, un
economista de 43 años que estudió en EE.UU., argumenta que su
amplia victoria es también un mandato para impulsar su programa
de cambios radicales, diseñado para aliviar la pobreza y
disputarle el control del país a una pequeña elite política",
apunta el Journal. Y agrega: "El nuevo presidente también busca
la ayuda de Venezuela y de su presidente, Hugo Chávez, quien ha
prestado cientos de millones de dólares a gobiernos amigos".
La venta masiva de
bonos ecuatorianos muestra -según el Journal- los obstáculos
que enfrentará el nuevo gobierno.
Una medida de la
impresión que Correa ha causado en los mercados esta dada por
los CDS (del inglés credit default swaps, un seguro para
inversionistas contra la cesación de pagos de un país)
ecuatorianos cuestan tanto como los de Irak, puntualiza el
diario.
Todas estas
dificultades -en la visión del Journal- podrían arrojar a Correa
a los brazos de Chávez.
"Durante un corto
período como ministro de Hacienda el año pasado, Correa viajó a
Caracas para arreglar un préstamo de US$300 millones, en un
momento en el que una potencial línea de crédito del Banco
Mundial estaba a punto de caerse. Es posible que vuelva a acudir
a Venezuela en el caso de que Ecuador necesite asistencia
financiera", concluye The Wall Street Journal.