(IAR-Noticias)
04-En-06
Hace unas pocas semanas, la prestigiosa casa editora Doubleday sacó a la luz un
libro titulado Do as I Say, not as I Do (Haz lo que yo digo, no lo que yo hago).
El principal logro de Schweizer ha sido el poner al descubierto las inmensas
contradicciones, la enorme hipocresía de estos liberales de izquierda que
predican una cosa en el micrófono y hacen lo opuesto en sus actividades
privadas.
Por Armando Gonzáles - El
Nuevo Herald
El libro se ha situado rápidamente
en el tope de las listas de ''más vendidos'' y es el número uno en Amazon.com.
El autor de esta obra es el Dr. Peter Schweizer, académico investigador en The
Hoover Institution, uno de los más prominentes centros de investigación social
en el país. Schweizer basó su investigación,
que dio origen al libro, en las actividades privadas de negocios de once
prominentes liberales entre los cuales se cuentan el Senador Ted Kennedy (D-MA),
la congresista Nancy Pelosi (D-CA), la actriz y cantante Barbra Streisand y la
figura que inspiró esta columna: el cineasta y activista de extrema izquierda
Michael Moore.
El principal logro de Schweizer ha
sido el poner al descubierto las inmensas contradicciones, la enorme hipocresía
de estos liberales de izquierda que predican una cosa en el micrófono y hacen lo
opuesto en sus actividades privadas.
Michael Moore se ha vendido al
público durante años como un miembro de la clase trabajadora, uno de ''los de
abajo'' que denuncia los desmanes de ''los poderosos'', critica despiadadamente
el sistema capitalista y se solidariza plenamente con los sindicatos obreros y
los norteamericanos negros.
Se ha vanagloriado en repetidas
ocasiones de ''no poseer acciones o bonos en el mercado de valores'' y se ha
declarado defensor de la ``acción afirmativa''.
En su libro, Schweizer pulveriza
cada una de estas aseveraciones y expone la enorme deshonestidad intelectual de
este hipócrita. Moore no proviene de un hogar de ''cuellos azules''.
Su padre era dueño de su casa,
tenía dos automóviles, educó a sus cuatro hijos en escuelas católicas privadas y
tres de ellos fueron estudiantes universitarios. Moore padre trabajó toda su
vida para General Motors, jugaba golf casi diariamente en un club privado, tenía
cuatro semanas de vacaciones y se retiró confortablemente a la edad de 53 años.
Cuando Michael Moore decidió
interrumpir sus estudios universitarios y publicar un pequeño periódico, The
Michigan Voice, no pasó estrecheces económicas como ha tratado de hacer creer.
Aunque él nunca lo ha mencionado,
su mecenas era John Stuart Mott, nieto de uno de los fundadores de General
Motors y radical de izquierda, como Moore, que subsidió The Michigan Voice y
alojaba a Moore, cuando estaba de visita en New York, en su lujoso penthouse en
el Upper East Side.
Moore llegó a establecerse en New
York hasta que, en vísperas de recibir millones de dólares en ganancias por uno
de sus éxitos, Bowling for Columbine, estableció residencia en Michigan donde el
impuesto estatal sobre la renta es 3.9 por ciento a diferencia del de New York,
7.7.
Este defensor de los
afroamericanos reside en el exclusivo enclave de Central Lake, Michigan donde,
de acuerdo con el censo, viven 2,251 residentes, ninguno de los cuales es negro.
De los 135 individuos que Moore ha
contratado a través de su carrera de cineasta para la producción de sus
películas, solamente tres son negros. Este defensor de los sindicatos obreros
lleva a cabo casi toda su actividad cinematográfica en Canadá, bien lejos de
esos fuertes sindicatos obreros de Hollywood.
Y, por último, este enemigo del
sistema capitalista, este hipócrita que ''no posee acciones ni bonos'', cuenta
con un extenso portafolio multimillonario administrado por un oficial de la
firma Fleet Financial en el que se incluyen acciones en muchas de las compañías
que Moore ha atacado despiadadamente en público: farmacéuticas como Pfizer y
Merck, HMO's como Pharmacia Corp. y Tenet Healthcare, petroleras como Sunoco y
Noble Energy y, para colmo, Moore posee miles de acciones en industrias de
defensa como Boeing, Honeywell, Loral y, para completar el cuadro, ¡Halliburton!
Quisiera tener más espacio porque
hay mucho más material en la hipócrita vida de este personaje. Recuerden esto,
mis queridos lectores, cuando Michael Moore vuelva a sus andadas políticas. Yo
no sé ustedes, pero a mí se me hace la boca agua.
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