El más completo directorio en español

HOME| Titulares| Diarios| Radios| TV.| Buscadores| Economía| Mundo| Alternativos| Archivo| Mail

 

Latinoamérica

Argentina

Norteamérica

Europa

Medio Oriente

Irak

Asia

Africa

Medios

Internet

Autores

Especiales

Archivo

TITULARES
del Mundo

I Argentina I Brasil I
I América Latina I
I España I EE.UU. I
I Canadá I Europa I
I Asia I Africa I
I Oceanía I

EN VIVO

Radios del
Mundo


I América Latina I
I España I EE.UU. I
I Canadá I Europa I
I Asia I Africa I
I Oceanía
I Medio Oriente
I Internacionales I

MEDIOS
ALTERNATIVOS


I Periódicos
 
y Redes
I
I
Agencias
 de Noticias I
I
Publicaciones
 
y Sitios I
I
Prensa
 
de Izquieda I

BUSCADORES

del Mundo


I América del Norte I
I América Central I
I América del Sur I
I Europa I España I
I Africa I Asia I
I Medio Oriente I
I Oceanía I
I Temáticos I
I Internacionales

TELEVISION

      del Mundo


I América Latina I
I España I EE.UU. I
I Canadá I Europa I
I Asia I Africa I
I Oceanía
I Medio Oriente I

ECONOMIA
MUNDIAL


I América Latina I
I Africa I Asia I
I España I EE.UU. I
I Europa I
I
Oceanía I  
I Canadá
I Medio Oriente
Bolsas del Mundo I

MEDIOS

del Mundo


I Agencias
de Noticias I

I Diarios I 
I Revistas I
I Radios I
I Televisión I

 

Agregar 
a favoritos

Recomendar
 este sitio

 
 

SECCIONES

NORTEAMERICA  

Tuesday, 21 de June de 2005

Informe del Inspector General del FBI:

Más evidencias de complicidad del gobierno con el 11-S

 

(IAR-Noticias) 21-Jun-05    

Un informe publicado el 9 de junio por la Oficina del Inspector General del FBI levanta nuevos cuestionamientos acerca del rol del gobierno de EEUU en los ataques terroristas del 11-S. El estudio interno del FBI provee varias revelaciones importantes acerca de como las agencias de inteligencia estadounidenses  ignoraron y aún suprimieron los avisos en el período que llevó a los ataques al Centro de Comercio Mundial y al Pentágono que mataron a 3000 personas.

Los comentarios de la prensa publicados a las pocas horas de que el informe fuera conocido dan un idea muy distorsionada del documento, el cual contiene más de 400 páginas. Ningún reporte que haya seguido el contenido basado en un concienzudo estudio del texto, ha aparecido todavía en la prensa.
 
El comentario inicial en los medios ha invariablemente proclamado el argumento standard de que el FBI y la CIA fueron culpables de una falla "en unir los puntos", debido: a un letargo de la burocracia, a incompetencia individual, a rivalidades entre las agencias, y a una pobre perfomance de los programas de computadoras. Esta presentación de los hechos es completamente no seria.
 
El aparato de inteligencia de EEUU es el más poderoso instrumento para espiar en el mundo, no un grupo de policías de pueblo. Si ellos ignoran avisos y suprimen información, una presunción legítima es que ellos lo hayan hecho intencionalmente. La pregunta: ¿Han, una o más agencias o funcionarios de alto nivel, proveído protección a conocidos asociados de Al Qaida, los cuales al final participaron en el secuestro-bombardeo?.

Exactamente quien conoció, que se conoció y hasta que nivel del gobierno, no está claro todavía. Pero los beneficios políticos del 11-S para la administración Bush son innegables. Esta usó los ataques terroristas como un revulsivo para llevar a la opinión pública detrás de un gran cambio de políticas, tanto domésticas, como externas. Sin el 11-S, le hubiera resultado políticamente imposible al gobierno embarcarse en intervenciones militares en Asia Central y el Medio Oriente y lanzar un ataque sin precedentes sobre la libertades civiles en casa.

El informe interno del FBI examina los tres mejores conocidos episodios en los cuales el organismo, que es la agencia líder para contraterrorismo dentro de EEUU, desacierta o ignora señales importantes de los ataques terroristas que estaban por venir. Dos de los casos involucran a agentes locales del FBI que han sido despreciados o suprimidos por el cuartel central del FBI. En el tercer caso, la CIA deliberadamente mantuvo al FBI en la oscuridad con la asistencia de ciertos funcionarios del (propio) FBI.

El primer caso es el memo electrónico de julio 10 de 2001 de Kenneth Williams, un agente del FBI en Phoenix, Arizona, haciendo notar el número de estudiantes vinculados con  fundamentalistas islámicos enrolados a la escuela de aviación local, y sugiriendo realizar una pesquisa a nivel nacional para determinar si había algún patrón repetitivo.

El segundo es la respuesta del buró al arresto de Zaccarias Moussaoui, un fundamentalista islamita que fue detenido por el servicio de Inmigración y Naturalización después de su intento de obtener entrenamiento sobre un Boeing 747, y levantar sospechas en el área de la escuela de vuelo de Minneapolis. Moussaoui fue detenido por cargo de inmigración a principios de agosto de 2001, pero el cuartel general del FBI bloqueó los esfuerzos de los agentes de Minneapolis para proseguir una investigación que podría haber identificado otros operativos de Al Qaida en la escuelas de vuelo de EEUU.
El tercer caso es el de Khalid al-Mihdhar y Nawaf al-Hazmi, que se alega han participado en el secuestro del vuelo 77 de American Airlines, que impactó en el Pentágono el 11-S. A pesar de estar en una lista de vigilancia de la CIA por sus conexiones con Al Qaida, los dos vivieron abiertamente en San Diego por 3 años o más. La CIA sólo notificó al FBI de su presencia en USA en agosto 27-2001, veinte meses después de su arribo, y sólo dos semanas antes del 11-S.

El capítulo en el Informe General sobre "el memo de Phoenix" (llamado Comunicación Electrónica o EC, en la jerga del FBI), revela que el documento fue enviado a la atención de 6 personas en los cuarteles generales del FBI y a 2 más en la división de Nueva York. Entre los receptores se incluyeron: personal y directivos de ambos, la unidad "Osama ben Laden" y la unidad "Fundamentalistas Radicales", comprendiendo esta última a un grupo separado de agentes asignados a investigar a militantes islamitas directamente afiliados a Al Qaida.

Ninguno de los agentes que recibieron el EC tomaron ninguna acción seria. Varios ni siquiera la leyeron. El informe atribuye la inacción y desatención a la falta de recursos dedicados a las actividades antiterroristas en el verano de 2001. Por ejemplo, había sólo una analista investigadora asignada a la unidad "ben Laden" del FBI en el 2001, y ella fue transferida a otra unidad en julio de 2001.

Un agente de la oficina de campo que envió el EC de Phoenix replicó que "no era secreto" que árabes estuvieran recibiendo entrenamiento de aviación en EU, (la preocupación de Willians, sin embargo, no fue sobre "árabes", sino sobre individuos afiliados a los radicales fundamentalistas quienes públicamente justificaban ataques terroristas sobre blancos norteamericanos).  La oficina de campo del FBI de Nueva York, la cual ejerce el rol líder en contraterrorismo, rechazó de plano la propuesta de Willians para un más profundo estudio del tema de las escuelas de vuelo.

Uno de estos ejemplos es el siguiente: "En agosto 1998, una agencia de inteligencia avisa a la División Nueva York sobre un supuesto plan de árabes no identificados para explotar un avión cargado de explosivos, proveniente de Libia, contra el Centro Mundial de Negocios".
Ese aviso previo no reportado directamente contradice las declaraciones hechas repetidamente por los funcionarios de la administración Bush, especialmente Condy Rice, de que "nadie podía haber imaginado" que aviones secuestrados podrían ser usados como bombas voladoras contra blancos de EEUU.

El capítulo completo sobre Moussaoui, 115 pág. de extensión, es redactado de la versión publicada en la última semana, por orden del juez federal que preside el juicio por terrorismo a Moussaoui. Sólo unas pocas referencias al mismo sobreviven en otras partes del informe.

Un análisis completo de este episodio figura al final del redactado capítulo, después de la sentencia a Moussaoui. Pero lo concreto de la situación es que los agentes locales del FBI de Minneapolis solicitaron el permiso para llevar a cabo más investigaciones, incluidas la de registrar la computadora de Moussaoui, mientras los supervisores del cuartel central del FBI respondieron con la necesidad de una autorización de una corte especial bajo el Acta de Vigilancia de Extranjeros (FISA). Pero, los supervisores se negaron a solicitar la autorización FISA, diciendo que el caso no alcanzaba a llenar los requisitos de la Corte.

En un pasaje, el Informe del Inspector General cita una declaración de un alto abogado del FBI diciendo que: "él no ha visto jamás un agente supervisor especial en los cuarteles centrales tan inflexible para que una FISA no pueda ser obtenida y al mismo tiempo, a un agente de campo tan inflexible para que esta lo sea. El informe señala que el agente de campo de Minneapolis buscó también una "FISA expedita" la cual "normalmente involucra informes de sospecha sobre un inminente ataque u otros peligros inminentes.

Mientras los supervisores del FBI bloqueaban las acciones sobre Moussaoui, un agente de enlace de la CIA en Minneapolis informaba a la CIA del arresto. El director de la CIA, George Tenet fue puesto en antecedentes sobre el asunto.

Hacia fines de agosto, funcionarios de la inteligencia francesa proveyeron al gobierno de EEUU información sobre las conexiones de Moussaoui con grupos fundamentalistas, pero el FBI aún así no tomó acciones. Moussaoui, que fue detenido por violaciones sobre inmigración, no fue siquiera transferido en custodia desde el Servicio de Inmigración y Naturalización al FBI hasta después del 11-S.
 
Los secuestradores de San Diego

El material más probatorio en el informe del Inspector General del FBI está relacionado con Khalid al-Mihdhar y Nawaf al-Hazmi, dos de los secuestradores del 11-S quienes vivieron la mayor parte del 2000 y 2001 en el área de San Diego. El informe detalla, al menos cinco instancias durante ese período en que el FBI debería haber detectado y tomado en cuenta  su presencia y propósitos.

Los dos hombres entraron a EEUU en enero 15 de 2000, volando procedentes desde Bangkok, Tailandia, al aeropuerto internacional de Los Angeles. Midhar, fue uno de los  participantes en una reunión de operativos de Al Qaida en Malasia, donde él y otros fueron fotografiados por un ignoto servicio de inteligencia Estas fotos fueron suministradas a la CIA.
 
La Agencia de Seguridad Nacional ha identificado a Hazmi como un asociado de Midhar. Los dos hombres fueron rastreados por la CIA viajando de Malasia a Tailandia.

Cables de la CIA contemporáneos analizan el viaje de Mihdhar y el hecho que tenía una visa de EEUU en su pasaporte saudí. Tan intensa fue la vigilancia que los agentes obtuvieron una fotocopia del pasaporte y la "estampilla" de la visa y la enviaron a los cuarteles centrales en Langley, Virginia. Dos meses más tarde, la estación de la CIA en Bangkok identificó a Hazmi como el compañero de viaje de Mihdhar, e informó que él había viajado de Bangkok a Los Angeles el 15 de junio de 2000.

La información más crítica sobre Mihdhar y Hazmi fue retenida por el FBI por más de un año y medio. El FBI fue informado de la reunión de Malasia tan pronto como ésta se llevó a cabo, incluso sobre la presencia de Mihdha en ella. Pero no hubo mención de su pasaporte con una visa de múltiples-entradas en EEUU, proporcionándole fácil acceso al territorio norteamericano, donde el FBI tiene la principal responsabilidad en contraterrorismo.

Tampoco la CIA le informó al FBI que Hazni había ingresado realmente en el país, lo cual debería haber necesariamente disparado un alerta. La misma CIA no puso al hombre en ninguna otra lista de vigilancia.

Dos semanas después de su arribo a Los Ángeles, Mihdhar y Hazmi se trasladaron a San Diego, aparentemente urgidos por su nuevo conocido, Omar Bayouni, puesto bajo la vigilancia del FBI, y supuesto operativo o agente de la inteligencia saudí.  Él invitó a los recién llegados saudíes a San Diego, donde les alquiló un departamento en el complejo donde habitaba. Bayouni firmó como garante y también emitió un cheque para pagar el alquiler porque los dos hombres sólo tenían efectivo.

En mayo de 2000, los dos hombres alquilaron una habitación a otro individuo de San Diego, quien era un informante del FBI, y que informó de su llegada y sus nombres al agente que lo controlaba. Éste no preguntó los apellidos y no mostró otro interés.
El informante no es mencionado en el informe del Inspector General, pero ha sido identificado en informes de prensa previos como Abdussattar Shaikh, otro inmigrante saudí (ambos Shailk y el que lo controlaba en el FBI, ahora retirado, rechazaron hablar con el Inspector General del FBI.
 
Las acciones de Hazmi y Mihdhar sugieren fuertemente que ambos han sido protegidos y que ellos lo sabían. Ellos se manejaban, no como ocultos conspiradores, tratando de mantenerse un paso adelante del más poderoso aparato de espionaje de la tierra, sino como personas indiferentes a las amenazas a su seguridad.

De acuerdo al informe del FBI: "...ellos no intentaron esconder sus identidades. Usando los mismos nombres de sus documentos de viaje y con algún contacto, al menos, en la comunidad de inteligencia, alquilaron un departamento, obtuvieron su licencia de conducir del Departamento de Vehículos del estado de California, abrieron una cuenta bancaria y recibieron tarjetas de crédito. Compraron y usaron automóviles y seguros, tomaron lecciones de vuelo en una escuela local, y obtuvieron un teléfono figurando el nombre de Hazmi en la guía".
.
Aún cuando no es la primera vez que las acciones de Hazmi y Mihdhar han sido detalladas, uno se refriega los ojos asombrado ante este capitulo. Hazmi sólo podría haber hecho más obvia su presencia si hubiera puesto un aviso en las Páginas Amarillas, en la "T", por terrorista. Pero la CIA, que sabía quien era decidió no exponerlo al FBI.
En junio de 2000, Midhar dejó los EEUU, no retornando hasta julio 4 de 2001, cuando voló hacia el aeropuerto Kennedy de Nueva York. Residió en San Diego varios meses, luego se trasladó a Phoenix y eventualmente a la Costa Este.

Siguiendo la voladura del US Cole en diciembre de 2000, el interés en Mihdhar and Hazmi revive. Una fuente de inteligencia de EEUU identificó a uno de los participantes en la reunión de enero de 2000 en Malasia como el jefe del ataque al Cole, y el FBI, que tenía las responsabilidad de conducir esa investigación, comenzó un seguimiento de todos los que estuvieron en la reunión.

Sin embargo, en reuniones efectuadas en enero de 2001 y de nuevo en mayo y junio de 2001, los funcionarios de la CIA no le informaron  al FBI que Midhar, asociado con los sospechosos de organizar el ataque al Cole, tenía un visa de EEUU, o que Hazni, el socio de Midhar, había ingreado a los EEUU.

Mucho de este material en el informe es difícil de seguir, en parte por su complejidad burocrática, en parte por el tamaño de la redacción, aparentemente para ocultar la nacionalidad de la agencia de inteligencia que ha monitoreado la reunión de Malasia (lo más probable el Mossad). El Informe del Inspector General cita la cooperación de los servicios de seguridad de Tailandia, Malasia y Yemen, sin aclaración.

La CIA finalmente le informó al FBI lo que sabía sobre Mihdhar y Hazmi en agosto 27-2001, cinco días después de que el FBI descubriera independientemente, en agosto 22, que Midhar podría estar en los EEUU, abriendo su propia investigación. La oficina del FBI de Nueva York fue notificada, pero la tarea de rastrear a Midhar le fue conferida a un agente novicio como su primer caso de inteligencia, y con la indicación de baja prioridad. Los pasos preliminares para localizar a Mihdhar y Hazmi solo fueron tomados hacia el 11 de setiembre, cuando los dos hombres abordaron el avión de American Airlines.

Evidencias de encubrimiento de la CIA

El informe del Inspector General revela por primera vez que la CIA no sólo falló en informar al FBI sobre Midhar, sino que funcionarios de la Agencia intervinieron para suprimir un memorándum escrito por un agente del FBI dirigido al Centro de Contraterrotismo de la CIA (CTC), quien deseaba notificar al FBI acerca de sospechosos de terrorismo con visas de EEUU. El detalle del relato de este incidente, en el informe del FBI, complica fuertemente a la CIA en el encubrimiento.

El agente del FBI, llamado "Dwight" en el informe del Inspector General, escribió el memorándum, un Informe de la Central Inteligencia (CIR), el 2 de enero de 2000, sólo horas antes de la realización de la reunión de Malasia. El mismo día una funcionaria de oficina de la CIA, llamada "Michelle", ejecuta instrucciones de su supervisor bloqueando la distribución del los CIR al FBI.

Tres horas después, "Michelle" escribe y hace circular un cable interno de la CIA que resume la información sobre Midhar, incluyendo su visa de EEUU de múltiples entradas. Este circular declara que sus documentos de viaje han sido copiados y pasados "al FBI para más investigaciones". Esta mentira fue usada luego por la CIA para sostener su declaración inicial según la cual ellos habían notificado acerca de Midhar.

Este cable (de la agente "Michelle") no puede ser un error inocente, ya que fue enviado después de que su autora cambiara las instrucciones a "Dwight" ordenando que su memo del FBI no fuera enviado. Bajo interrogatorio del Inspector General, nadie de la CIA o el FBI pudo corroborar la declaración del cable de "Michelle", afirmando que la CIA había notificado al FBI, sobre Midhar.  Una declaración  diametralmente opuesta a la que la CIA había realizado en la práctica.

El informe aclara que la CIA inicialmente retuvo información sobre la existencia del memorandum de "Dwight", de enero de 2000, enviado desde la oficina del Inspector General.
Cita el informe:
"En febrero de 2004, sin embargo, mientras nosotros estábamos revisando una lista de documentos de la CIA, a los que habían tenido acceso empleados del FBI asignados en la CIA, notamos el título de un documento que parecía ser relevante a esa revisión y que no había sido anteriormente informado a nosotros. La Oficina del Inspector General de la CIA (OIG) no había obtenido este documento en conexión con esta revisión. Nosotros obtuvimos el documento, conocido como Reporte de la Central Inteligencia(CIR). Este CIR era un escrito dirigido al FBI conteniendo información sobre el viaje de MIdhar y la posesión de una visa de EEUU. Como resultado del descubrimiento de este nuevo informe, más tarde determinamos que no había sido enviado al FBI antes del 11/9. (ver sección III, A, abajo). Nosotros tuvimos que reentrevistar a varios agentes del FBI y la CIA y obtener documentos adicionales de la CIA. El descubrimiento de este documento de la CIA retrasa la finalización de nuestra revisión". 

El tono agrio es inequívoco. Primero la CIA retiene el documento procedente desde el FBI, luego la CIA trata de ocultar la existencia del documento con la prueba postmorten del FBI.

El encubrimiento fue seguido por una curiosa epidemia de amnesia. Ninguno de los que recibieron o leyeron el CIR escrito por "Dwigth", incluyéndolo a Dwigth" mismo, pudo recordar nada sobre éste
Otra vez del informe:
"Cuando nosotros entrevistamos a todos los individuos relacionados con el CIR, ellos dijeron que no recordaban nada sobre el mismo. Dwigth le dijo al OIG que él no recordaba haber tenido en cuenta la información sobre Mihdhar, no recordaba ninguna discusión sobre las razones para retardar el envío  y la distribución de los CIR. Malcolm dijo no recordar haber revisado nada de los tráficos de cables, o ninguna información, acerca de Hazmi y Mihdhar. Eric dijo al OIG que él no recordaba el CIR".

"Los empleados de la CIA también dijeron que ellos no recordaban el CIR. Aunque James, el empleado de la CIA destinado en los cuarteles del FBI, declinó ser entrevistado por nosotros, afirmando que no recordaba el CIR, ni ninguna conversación para ponerlo en retención, o porque no fue enviado".

Otra vez, el tono de incredulidad es claro. Ninguno de estas personas recuerda nada, ¡y uno de ellos hasta rechaza ser entrevistado!. Y esto no es acerca de algo menor, sino que concierne al primer informe sobre un hombre quien fue uno de los secuestradores del 11-S.
 
Un lavado de imagen política

El informe del Inspector General del FBI es, al igual que todas las previas investigaciones de los eventos del 11-S, la demostración de un encubrimiento por parte del aparato del estado. Estas investigaciones comparten una común postura: excluyen completamente, a priori, la consideración de alguna complicidad del gobierno en los ataques terroristas. En lugar de eso, nos encontramos con  la familiar letanía de golpes en el pecho sobre errores, complacencia, falta de atención y recursos inadecuados.

A pesar de la explicación "todo uso" de que "fueron cometidos errores", los nombres no son nunca señalados en ninguna de esas pruebas. Nadie es ni siquiera considerado responsable. Nadie es exonerado o penalizado.
Hay una razón definida para esto: el gobierno de EEUU no desea generar un síndrome Watergate, en el cual penalizaciones a bajo nivel llevan a las personas a denunciar a las de más alto rango, y enfoca la atención en los roles de los funcionarios de mayor jerarquía.

Queda muy poca duda que una sección del aparato de inteligencia americana funcionó como ángel de la guarda de al menos alguno de los secuestradores. La pregunta es: ¿Porqué?.

Hasta que no haya una investigación del 11-S genuinamente independiente, totalmente liberada del aparato militar o de inteligencia de EEUU, es imposible especificar con precisión  el rol del gobierno en estos eventos.

Pero sobre la base de sólo un análisis político, está claro que el 11-S no cayó del cielo. Como en la investigación de cualquier crimen, una pregunta clave a ser formulaba es: ¿quién se beneficia?.

Para la poderosa sección de la elite gobernante y su aparato de Estado, un gran ataque terrorista en el territorio de EEUU era anticipado, deseado, y probablemente fue facilitado, de manera de crear el necesario clima de miedo y fervor patriótico para implementar un programa aterrador de política reaccionaria, tanto en casa como en el exterior.

Sin el 11-S, no hubiera habido ocupación de Irak por parte de EEUU, colocando un ejército emplazado en el centro del más grande reservorio de petróleo del mundo; no habría habido bases de EEUU a lo largo del Asia Central, cuidando las segundas reservas del mundo en petróleo y gas. Y sin 11-S, la administración Bush hubiera sido incapaz de sostenerse políticamente a sí misma,  enfrentando una deteriorada economía y una amplia oposición al recorte de tasas para los millonarios y medidas sociales para aplacar a los fundamentalistas cristianos de derecha.

El partido Demócrata está profundamente implicado, apoyando tanto a la guerra en Irak como al  encubrimiento del rol del Estado en los ataques del 11-S. La administración Clinton buscó provocar una confrontación con Irak en 1998, pero tuvo que volver atrás en respuesta a la oposición del público a una nueva guerra en el Oriente Medio, oposición que sólo fue vencida después del 11-S.

Más que nada, la conexión de las agencias de inteligencia de EEUU con reaccionarios fundamentalistas islámicos como ben Laden se remonta a casi dos décadas, involucrando administraciones demócratas y republicanas por igual.
 
A pesar de sus diferencias tácticas con la Casa Blanca y las peleas  por posiciones de influencia, el Partido Demócrata acepta el programa básico de la administración Bush.

Si hubieran retornado los Demócratas al gobierno, no se hubieran retirado de Irak o Asia Central, no hubieran rescindido los recortes de impuestos a los ricos, ni rechazado el Acta Patriótica de USA, ni los ataques a los derechos democráticos.

Traducción:
José Petrosino

Original en inglés:
http://www.wsws.org/articles/2005/jun2005/fbi-j15.shtml


 

 VOLVER A HOME

comentar esta nota

© Copyright 2003  iarnoticias.com | Derechos reservados | Director Rodrigo Guevara

 

Se autoriza el libre uso, impresión y distribución de toda la información editada, siempre y cuando no sea utilizada para fines comerciales y sea citada la fuente.

contactos@iarnoticias.com