(IAR-Noticias) 17-Nov-04 Por Manuel Freytas
Condoleezza y la "interna" de
La Casa Blanca
Rummy,
o sea Donald Rumsfeld, el halcón mayor, odia a los negros. Primero porque son
negros. Segundo porque son negros. Donde hay un negro "puede haber un
comunista", suele decir.
Los comunistas (que se
extinguieron con la guerra fría) siempre terminan abrazados con los negros y los
terroristas, según el decálogo racista del secretario de Defensa.
El secretario de Estado
Colin Powell es negro. Condoleeza Rice, asesora de Seguridad Nacional de la
Casa Blanca, nominada como nueva secretaria de del Departamento de Estado, es negra. Pero hay una diferencia: Powell es un negro paloma.
Y Condoleezza, es una halcona negra que se come a las palomas de
cualquier color.
Por lo tanto, los halcones
imperialistas blancos del Pentágono, cuyo jefe es Rumsfeld, aman a Condoleezza
con el mismo fervor que odian a Powell.
Colin Powell y Condoleezza
Rice, ambos negros, no son precisamente dos vidas paralelas en el entorno
íntimo de la Casa Blanca manejada por W. Bush.
Papá Bush, el verdadero jefe
del clan petrolero en el poder, nunca confundió la misión de cada uno:
Powell está para el papelerío burocrático de la ONU, Condoleezza está
para trazar doctrinas y líneas estratégicas que siempre terminan en las
invasiones a los países "bárbaros" productores de petróleo.
La poderosa asesora en
Seguridad Nacional, hoy nominada para conducir la política exterior
norteamericana , junto al vicepresidente Dick Cheney y al secretario
de Estado Colin Powell conforman el núcleo más importante del “equipo
estratégico” del gabinete presidencial de George W.Bush.
Todos estos personajes
responden incondicionalmente al liderazgo político e intelectual de Papá Bush,
quién luego de perder su reelección los colocó al lado de su hijo W. con la
intención de orientarlo hacia la presidencia de EEUU.
Condoleezza (o "Condi" como la llaman en la Casa blanca) cosecha la
admiración intelectual de los Bush (padre e hijo) y ejerce una influencia más
que notable en el círculo íntimo presidencial.
A instancias de su
padre, el presidente Bush la
nombró, en octubre pasado, al frente de una comisión clave a cuyo cargo
se encuentra la supervisión de todas las tareas de "reconstrucción" de
Irak y Afganistán, incluidas las operaciones militares.
Según reveló el diario The New York Times, la
creación del
Grupo de Estabilización
de Irak
en la Casa Blanca se formalizó a través de un comunicado enviado a tres
despachos: los del secretario de Estado, Colin Powell; el del jefe del
Pentágono, Donald Rumsfeld, y el despacho del director de la CIA, George Tenet.
Los
tres destinatarios perdieron poder,
y la designación detonó una "interna" entre Rumsfeld, Tenet y Condoleezza cuyo
pico máximo se desarrolló durante la captura de Saddam cuando la CIA y el
Pentágono se hicieron cargo de su custodia obstruyendo la labor del
equipo de la asesora de Seguridad Nacional.
Dicen que en todas estas
conflagraciones Papá Bush -líder histórico indiscutido del grupo de los
halcones- oficia de "moderador" y que finalmente todos hacen formalmente
las paces en reuniones familiares del clan presididas por el ex presidente, ex
director de la CIA, y armador de la estrategia conocida como el Irangate en la
década del 80.
Condoleezza Rice y Colin Powell, las dos personas de "máxima confianza" de la
familia Bush, no son precisamente dos vidas paralelas en el entorno
imperial de la Casa Blanca.
A la hora de tomar decisiones el presidente George W. Bush tiene que
optar entre dos posturas excluyentes: la línea de los halcones encabezada
por Rumsfeld, y representada como nadie por la consejera de Seguridad Nacional
Condoleezza Rice, y el grupo de las palomas del Secretario de Estado
Colin Powell.
En el entorno de Bush, son
pocos y se conocen todos. Está perfectamente delimitado el territorio de
operaciones y los lobbys que cada uno hace en defensa de los intereses
económicos que representa.
Y hay dos líneas matrices:
Rumsfeld y Condoleezza representan el lobby de las petroleras y la
industria armamentista, en tanto que Powell y sus palomas juegan principalmente
para el capitalismo financiero concentrado en Wall Street.
Para decirlo de otra
manera, el lobby de los halcones representa en mayor grado los
"intereses nacionales" del Estado imperial norteamericano, de donde extraen
su principal fuente de negocios a través del Complejo Militar Industrial..
En cambio los
monstruos financieros
de Wall Street, los megaconsorcios como el Morgan o el Citigroup, financian
tanto los proyectos locales como los emprendimientos de consorcios europeos,
asiáticos, o de cualquier punto del planeta.
En Wall Street
prefieren a Powell, un general negro de cinco estrellas devenido en
diplomático de carrera, y cuya misión esencial es la de negociar en la ONU los
arreglos políticos y diplomáticos con el capitalismo europeo,
principalmente en lo atinente a Irak.
En cambio Rumsfeld y
Condoleeza, el ala "militarista" de la Casa Blanca, no comulgan mucho con la
diplomacia. "Sólo están para tirar misiles y arruinar negocios",
suelen decir de ellos los capitostes del capitalismo financiero con sede en
Nueva York.
Los halcones racistas, por
su lado, lo viven a Powell como una "oveja negra" de la familia
que tienen que soportar en nombre de la "democracia participativa" del
grupo de guerreros encabezado por papá Bush.
Para Condoleezza y los
halcones, Powell es una paloma que viste uniforme militar, a quien no le
perdonan su pasado de demócrata converso.
En 1989, el hoy
vicepresidente Dick Cheney postuló a Colin para presidir la junta de jefes de
estado mayor, la jefatura operativa máxima del poder militar de Estados Unidos.
Los halcones nunca terminaron de lamentar esta decisión. Powell era entonces
demócrata, pero le fue leal a Reagan por conveniencia.
En los extramuros del Pentágono desprecian a Powell por su "blandura" y su
permanente coqueteo con los europeos que pusieron piedras a la invasión militar
de Irak, y ahora "vienen a reclamar la tajada del pastel", dicen refiriéndose a
los contratos de Irak reclamados principalmente por Rusia, Francia y Alemania. .
En cambio
los halcones admiran y temen
a Condoleezza Rice por su inteligencia y su falta de escrúpulos a la hora
de tomar decisiones militares.
Para los racistas del
Pentágono Condi es
una diosa blanca metida en la piel de una negra. Sobre ella Rumsfeld suele
decir: "Condi... Condi..., esa sí que es una chica de acción".
La halcona
negra
La asesora de Seguridad
Nacional, selecta, de Estados Unidos posee una sólida formación universitaria, y
es dueña de un extenso currículum donde se destaca por su especialización
en asuntos rusos y de control de armas.
Siempre apoyó
el proyecto de un
escudo defensivo contra misiles balísticos impulsado por Rumsfeld y
sostiene que Estados Unidos debería examinar a fondo su marco doctrinario
estratégico cuyos principios se remontan a la Guerra Fría.
Condoleezza Rice, de 49
años, fue la arquitecta principal de la nueva Doctrina de Seguridad Nacional
presentada por Bush al Congreso estadounidense el año pasado.
En ese nuevo marco
doctrinario se establece que Estados Unidos abandona la estrategia de la
disuasión militar (sostenida durante toda la Guerra fría) y pasa a la
guerra preventiva contra los enemigos de la gran nación norteamericana.
La "chica negra" de los
halcones supo plasmar como nadie las ideas del grupo sobre cómo terminar con los
bárbaros enclavados en el "eje del mal". Saddam fue el primero en probar
la medicina y, aunque "empantanados" en Irak, la agenda imperial de los halcones
-cuya cabeza estratégica es Condolezza- ya tiene otros países en la mira.
Condi posee un bachillerato universitario y doctorado en ciencias políticas en
la Universidad de Denver; licenciatura en la Universidad Notre Dame, y en su
legajo figura como catedrática y administradora en la Universidad de Stanford, y
becaria del Instituto Hoover.
Ha escrito o colaborado en
varios libros, incluyendo " Alemania Unificada y Europa Transformada" (1995), "
La Era de Gorbachov" (1986), y "Lealtad Incierta: La Unión Soviética y el
Ejército Checoslovaco" (1984). A su llegada a Washington en 1986, trabajó en
planificación estratégica nuclear en el Estado Mayor Conjunto como parte de una
beca del Consejo de Relaciones Extranjeras.
Antes de su paso por la administración de W. Bush fue miembro del personal del
Consejo de Seguridad Nacional, 1989-1991, directora y luego directora principal
de Asuntos Soviéticos y de Europa Oriental; posteriormente fue nombrada ayudante
especial del asesor de Asuntos de Seguridad Nacional.
Para sus admiradores del
Pentágono, deslumbrados por la capacidad intelectual de la halcona negra, Condi
es algo así como una especie de "Kissinger con polleras".
Condolezza, quien integró
junto a Cheney y Powell el equipo de campaña de W.Bush en el 2000, fue reclutada para las
filas republicanas en 1984, durante una cena en Washington con Brent Scowcroft,
quien luego sería consejero de Seguridad Nacional durante el gobierno de Bush
padre.
Tras un fugaz romance con la
luminaria negra (se dice que Condi es lesbiana pero que practica relaciones con
hombres) Scowcroft la introdujo en el ambiente social de la política de
Washington. En 1989, Rice se incorporó al CSN como encargada de los asuntos
soviéticos.
Rice mantiene un férrea
amistad (muchos dicen que hubo algo más) con George Shultz, quien fuera poderoso
secretario del Tesoro y luego secretario de Estado en la era de Reagan.
Precisamente fue Shultz
quien la contactó con papá Bush quien la ubicó como jefa del equipo exterior
del entonces candidato presidencial, su hijo pródigo W.
Condi se caracteriza por un carácter firme, una preparación intelectual sólida,
y por el bajo perfíl que cultiva en su relación privilegiada con el
despacho presidencial.
Es dueña de un estilo claro
y sencillo para exponer sus ideas, y siempre comienza sus conferencias con la
misma frase:"¿Cuáles son los intereses de Estados Unidos?"
Condi se reúne con el presidente todos los días, y comparte largas jornadas de
trabajos a solas con él.
Por el lado de los que sirven el café en la Casa Blanca, se comenta que esas
sesiones suelen prolongarse más de la cuenta.
No faltan los suspicaces que
se preguntan: ¿de qué puede hablar tan extensamente la genial Condolezza con
W.?
Algunos se responden
diciendo que ambos dan rienda suelta a su pasión compartida por el fútbol
americano, elaborando largos comentarios sobre los resultados.
Para Condoleezza Rice, según sus biógrafos, el mundo es un campo de batalla
marcado estrictamente por la teoría de la selectividad de las especies.
Es una guerrera nata, dotada
de capacidades estratégicas que asombran a sus interlocutores . Siempre dice que
ella no fue marcada por el racismo que padeció durante su niñez. Sin
embargo, los que la subestimaron o intentaron minimizarla ante el poder, conocen
de su persistencia casi obsesiva por el revanchismo.
Cuanto la agreden, como
buena halcona, muestra las garras y ataca con lo que tiene: el poder.
Condi se desempeñó en el CSN durante los años de la crisis terminal de la Unión
Soviética.
Su fervor anticomunista, no
le impidió tomar como suyo un precepto táctico de Stalin: “se va a la derecha
aislando a la izquierda, luego a la inversa, para después regresar a la derecha
sin tener enemigos al frente”.
En Washington, los rumores de pasillo indicaban que durante el desarrollo de
las operaciones terrestres para la toma de Bagdad, Condolezza Rice seguía
atentamente la cobertura informativa de la CNN en español.
Los halcones habían evaluado
las asimetrías existentes entre la información de la CNN en inglés y su filial
en español.
Los comentarios de algunos
presentadores y corresponsales denotaban una actitud crítica respecto de
las tropas invasoras, y dedicaban abundante cobertura de imágenes de las
marchas pacifistas. Una actitud informativa que difería notablemente de la
versión en inglés.
Entre los días 28 y 29 de
marzo, la CNN en español dedicó largas horas a informar sobre los rumores que
anunciaban una detención de la campaña de invasión militar.
Se hablaba del "fracaso"
de la estrategia de Rumsfeld, y del "malestar" existente entre los altos mandos
militares del Pentágono.
De acuerdo a las versiones
que corrían en Washington, los halcones investigaron las fuentes de esos
rumores, y llegaron a la conclusión que las mismas partían de sectores ligados
al actual jefe del Estado Mayor General, Richard Myers, quien mantiene viejos
roces con Rumsfeld y los arquitectos de la estrategia militar de invasión.
Myers, y otros oficiales de
su entorno, fueron relegados por el secretario de Defensa en la confección de
esos planes.
Furiosa,con los informes de
inteligencia en la mano, Condolezza le habría puesto al tanto a Bush de la
supuesta maniobra.
Veinticuatro horas después,
en una reunión cerrada entre Bush, Condolezza y Rumsfeld, se habría formalizado
la decisión de incrementar el potencial ofensivo de las tropas de la Tercera
División de Infantería que avanzaban hacia la toma de Bagdad.
Tres días después esas
fuerzas tomaron la capital iraquí.
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