(IAR-Noticias) 04En04 Por Manuel Freytas
La
prensa, los periodistas, y el "mundo del poder" se habían olvidado de él hasta
que, en el primer día del año, apareció con su hijo W. cazando codornices en una
zona polvorienta y desolada del sur de Texas.
George Bush (o
"Papá Bush" como lo llaman familiarmente) acompañó a su hijo por el
sur tejano, en una típica jornada de campaña electoral en la cual W. saludó
familiarmente a los lugareños diciendo en un chapuceado español "¿como
estás?".
En una clásica pose para
la prensa W. cargó en sus brazos a una bebé - Liana Flores, de nueve meses - y
la besó en las mejillas antes de dirigirse a la finca privada El Tule para
cazar con su padre, el ex presidente George Bush, y algunos amigos "no
identificados".
El viaje para cazar
codornices seguramente sirvió de excusa a los Bush para liberarse por un rato
del entorno familiar y distenderse con una de sus clásicas charlas
de "estrategia".
El presidente y su
padre, desde el comienzo de sus vacaciones, permanecieron recluidos con
su familia y amigos en su finca de Crawford, situada en la parte media de
Texas.
Entre esos amigos se
encontraba el ex secretario de Estado
James Baker, hombre de confianza de la familia
Bush, quien acababa de regresar de Asia, donde obtuvo promesas de China y Japón
para ayudar a “reducir la deuda iraquí” de más de 100.000 millones de dólares.
A
instancias de su padre W. Bush nombró a Baker -un reconocido lobbista de
Wall Street especializado en "reestructuración de deudas externas"-
como embajador especial para la deuda iraquí con el objetivo de negociar
con los acreedores a cambio de una mayor participación en el botín de guerra.
Baker, junto a la poderosa asesora
en Seguridad Condoleeza Rice, el vicepresidente Dick Cheney y el secretario de Estado Colin Powell conforman el núcleo
más importante del “equipo estratégico” de campaña de W.Bush, quien aspira a ser reelegido en noviembre.
Todos estos personajes responden
incondicionalmente al liderazgo político e intelectual de Papá Bush, quién luego
de perder su reelección los colocó al lado de su hijo W. con la intención de orientarlo
hacia la presidencia de EEUU.
Para los especialistas la
presencia de Baker en Irak "cierra” la llave de control que ejerce Papá
Bush -a través de su hijo- sobre los resortes claves de decisión económica, política y militar de ese país ocupado.
A instancias de su padre el
presidente Bush nombró, en octubre pasado, a Condoleezza Rice al frente
de una comisión clave a cuyo cargo se encuentra la supervisión de todas
las tareas de "reconstrucción" de Irak y Afganistán, incluidas las
operaciones militares.
Según reveló
el diario The New York Times, la creación del
Grupo de Estabilización
de Irak
en la Casa Blanca se formalizó a través de un comunicado enviado a tres
despachos: los del secretario de Estado, Colin Powell; el del jefe del
Pentágono, Donald Rumsfeld, y el despacho del director de la CIA, George Tenet.
Los tres destinatarios perdieron
poder, y la designación detonó una "interna"
entre Rumsfeld, Tenet y Condoleezza cuyo pico máximo se desarrolló durante
la captura de Saddam cuando la CIA y el Pentágono se hicieron cargo de su
custodia obstruyendo la labor del equipo de la asesora de Seguridad
Nacional.
Dicen que en todas
estas conflagraciones Papá Bush -líder histórico indiscutido del grupo de los
halcones- oficia de "moderador" y que finalmente todos hacen formalmente
las paces en reuniones familiares del clan presididas por el ex presidente, ex
director de la CIA, y armador de la estrategia conocida como el Irangate en la
década del 80.
El Clan Bush
Nadie
duda en Washington que el "exitoso" W. Bush es la obra maestra
de su padre.
En los extramuros del poder norteamericano siempre se dijo que Papá Bush planificó
la presidencia de su hijo como si fuera una operación de la CIA, de la que
fue su director durante el gobierno de Gerald Ford.
Siempre se comentó que W. Bush es el hijo "bobo" de George.
Y hay quienes aseguran que el
vicepresidente Cheney es una especie de "tutor político" de W. puesto
por su padre. Y que Papá Bush, a través de su hijo "bobo",
sigue ejerciendo funciones de "presidente en las sombras" de los Estados
Unidos.
Acostumbrado
al diseño de prolijas operaciones de inteligencia, cuyo pináculo fue el Irangate
durante la administración Reagan, el ex presidente no se acogió a la jubilación
como otros ex mandatarios estadounidenses.
Con sus 79
años cumplidos el 12 de junio pasado, no dejó de intervenir en ningún momento en la construcción
de la carrera política de sus dos hijos: Jeb Bush, gobernador de la Florida, y
George W. Bush, ex gobernador de Texas por dos períodos y actual presidente de
los Estados Unidos.
Papá Bush,
y su influyente esposa, Bárbara Bush, manejan un clan familiar
que sucede en el tiempo a otro clan célebre del poder estadounidense: la
familia Kennedy.
Con
ciertas diferencias destacables: los Kennedy eran demócratas, y los Bush son
republicanos conservadores de cuño militarista. Los Kennedy lidiaron con el imperio
soviético durante la Guerra Fría, y los Bush son los encargados de terminar
con el reinado bíblico del "eje del mal".
El
currículum de Papá
George
Herbert Walker Bush, nació el 12 de junio de 1924 en Milton, Massachusetts. Los
Bush eran una familia aristocrática de Massachusetts, en la tradición de
los wasp (blancos, anglosajones y protestantes), que habían acrecentado
su patrimonio con negocios exitosos en Wall Street.
El
fundador de la familia, Prescott Bush, cultivó también el hábito
de combinar negocios y política y sirvió como senador del Partido Republicano
(RP) por Connecticut.
De esta manera, George, a pesar de su afincamiento con el petróleo texano, es
un auténtico descendiente de los padres fundadores del patriciado del
dinero de Wall Street.
A los 18
años Bush padre se alistó en las fuerzas armadas. Recibió su diploma
como el piloto más joven de la Marina, y voló en 58 misiones de combate durante
la Segunda Guerra Mundial.
Derribado
en una oportunidad, fue condecorado con la Cruz Distinguida de Vuelo por su
valentía en acción. En la Universidad de Yale, donde cursó estudios, fue
capitán del equipo del béisbol y miembro de la fraternidad Phi Beta Kappa .
Luego de graduarse, Bush emprendió una exitosa carrera empresarial en la
industria del petróleo de Texas.
En enero
de 1945, a los 21 años, se casó con Bárbara Pierce. Tuvieron seis hijos, George W., Robin (quien murió cuando niño), John (conocido como Jeb), Neil,
Marvin, y Dorothy.
Como lo
fue su padre, George fue elegido senador por Connecticut en 1952. Luego
vino un ciclo de cargos del más alto nivel en Washington. Embajador en las
Naciones Unidas, Presidente del Comité Nacional Republicano, Jefe de la Oficina
de Asuntos de los EEUU en la República Popular de China.
La
culminación de este período se concretó con su nombramiento como director de
la CIA durante la administración de Gerald Ford.
En el año 1980, George Bush compitió en las primarias por la precandidatura
republicana para presidente. Perdió con Ronald Reagan, quien lo eligió como su
compañero de fórmula en las presidenciales de ese año.
Convertido
en el vicepresidente de Reagan, se transformó en el articulador en las sombras
de las políticas anticomunistas desarrolladas en Africa, Asia, Medio
Oriente y América Latina.
George,
con su natural rapidez mental y espíritu de halcón, fue el encargado de hacer
realidad la política del garrote (leáse guerra por áreas de influencia
con el imperio soviético) esbozada por Reagan en sus discursos.
Su misión,
al margen de su cargo como vicepresidente, estaba orientada a descabezar y
desarticular lo que quedaba de las organizaciones revolucionarias combatientes,
principalmente la revolución sandinista de Nicaragua.
En 1988, se convirtió en el presidente de los Estados Unidos.
La Unión
Soviética agonizaba, los jerarcas de la KGB hacían fortunas con la droga
y el contrabando de armas, y Papá Bush cambió la caza de comunistas por
la caza de "dictadores tercermundistas", situados en enclaves de
valor militar estratégico o en zonas petroleras.
Fiel a su tradición familiar, Papá Bush nunca se olvidó de combinar los
negocios con la guerra.
Posteriormente
invadió Panamá, derrocó a Manuel Noriega, un viejo socio suyo, y luego se
dedicó a lanzarle la Operación Tormenta del Desierto a su antiguo amigo,
Saddam Hussein.
El heredero
Arquitecto
de la primera victoria en la Guerra del Golfo contra Saddam, en 1991, a
George padre el triunfo y la popularidad se le escurrieron de las manos, cual
mercurio fuera del termómetro.
En 1992,
el capitalismo neoyorquino no andaba para "guerras petroleras".
Su fuente de ganancia expansiva se encontraba en la "apertura de los
mercados" del mundo dependiente, para posibilitar el reinado del "capitalismo
sin fronteras" de los megabancos y grupos de inversión de Wall Street.
La guerra
y el Complejo Militar Industrial deberían esperar su turno, y el Consenso de
Washington (cónclave en las sombras del poder real estadounidense) había
decidido que Bill Clinton era el hombre ideal para comandar este proceso.
Papá Bush
fue derrotado electoralmente por Clinton en 1992, y volvió a su rancho y a su
familia. Y por supuesto, a sus negocios petroleros. Convencido que de una
derrota electoral en EE.UU. no se vuelve fácilmente, y conciente, como buen
experto en inteligencia, de sus debilidades y de su fortaleza, decidió apostar
a una estrategia diferente.
De
ahora en más, el "cerebro gris" de la aministración Reagan,
intentaría volver al poder materializado en cualquiera de sus dos hijos, Jeb o
W., cuyos niveles intelectuales y formación cultural no son considerados
precisamene como vidas paralelas.
Por esas
cosas de los destinos filiales, W. es el hijo predilecto de papá Bush, y Jeb es
el protegido de mamá Bárbara. Cuando George Bush Jr. tenía dos años, su padre
se trasladó con él y con su madre Bárbara a Texas, donde emprendió una próspera
carrera en la industria del petróleo.
George
Bush Jr. creció y se educó en este estado sureño, que se convirtió en su
terruño adoptivo. La familia primero vivió en Odessa y desde 1951 en la más
populosa Houston, donde Bush padre fundó su primera empresa petrolera.
W. recibió
una esmerada educación en la Escuela Preparatoria Phillips de Andover, y en
1964, pese a la mediocridad de su expediente académico, se matriculó en la
prestigiosa Universidad de Yale.
En 1968
abandonó las aulas con una licenciatura inferior en Historia y acto seguido se
alistó en la Guardia Nacional del Aire de Texas, donde recibió entrenamiento
como piloto de combate hasta ser destacado en el 111 Escuadrón de Cazas.
Los que
frecuentan al clan dicen que W. profesa una admiración incondicional hacia su
padre.
Siempre se dijo que W. Bush es el hijo "bobo" de George. Y si
se compara la biografía y el curriculum de ambos (y a esta altura de los
éxitos bélicos de W.) uno llega a la conclusión de que el
verdadero fabricante del guerrero es su papá.
Durante toda su carrera política no dio ningún paso sin consulta previa con su
célebre progenitor.
Papá Bush decidió apostar a su hijo, parco y reservado,
de movimientos acerados y robóticos, de una clara reminiscencia con el
personaje de la serie Robocop, en la convicción que era el hombre ideal para
cumplir la obra que él no había concluido.
En 1986 W.
Bush, que había fijado su nueva residencia en Dallas, ingresó al círculo de
asesores de su padre, entonces vicepresidente de Ronald Reagan.
De 1987 a
1988 estuvo en Washington para participar en la campaña presidencial de su
padre, que culminó con su entrada en la Casa Blanca el 20 de enero de 1989.
Del brazo
del prestigio y la aureola de su padre, W. siguió construyendo su futuro
político.
En enero de 1995 se convirtió en el 46º gobernador del estado sureño de Texas,
donde gobernó por dos períodos consecutivos.
Su éxito lo llevó a pensar en la presidencia de EE.UU.
Antes de 1994, papá Bush no tuvo en claro quien iba a ser su sucesor, si W. o
su hermano menor Jeb, ya convertido en el gobernador de Florida.
Finalmente el amor filial entre padre e hijo se impuso en el seno de la
familia, y papá Bush proclamó a W. como futuro presidente de EE.UU.
Posteriormente
juntó y organizó a todo su viejo equipo de halcones, con Cheney y Rumsfeld a la
cabeza, y consiguió que su hijo fuese proclamado nuevo regente del
imperio americano
El
presidente en las sombras
Durante el
desarrollo de la campaña militar que concluyó con la ocupación de Irak, la
comunicación entre W. y su padre era permanente, y las decisiones fundamentales
se tomaban el la residencia presidencial de Camp Davis donde la familia se
reunía con Papá Bush presidiendo la mesa.
El
operador principal de Papá Bush dentro del grupo de los halcones, es su viejo
amigo y socio, el vicepresidente Dick Cheney.
Por medio de él,
monitorea las andanzas del grupo y preserva a su
hijo de las acechanzas del poder.
Cheney es una especie de tutor político de W., y Papá Bush, a través de
él, sigue ejerciendo sus funciones de "presidente en las sombras" de
los Estados Unidos.
Al
contrario de lo que se dice por ahí, George W. Bush no es un
"improvisado" de la política.
El hijo pródigo de papá Bush trajinó un largo camino en la selva del poder
político antes de recalar en el Jardín de las Rosas, en la Casa Blanca.
Si bien su figura empalidece ante la de su padre, nada tiene que envidiarle a
la de Ronald Reagan, un actor mediocre de Hollywood, que llegó a la
presidencia por el único mérito de sus discursos anticomunistas plagados de
amenazas contra el "trapo rojo" soviético.
Halcones y
guerreristas ambos, a Reagan le tocó el papel de "comunicador" de lo
que otros ejecutaban. En tanto que el destino de W., no tocado por la
varita de la oratoria, es el de ejecutar lo que otros pensaron
por él.
Curiosamente,
en
el camino de ambos siempre estuvo la sombra señera de papá Bush.
El hombre que superó la visión del conflicto Este-Oeste, imperante durante la
disputa por áreas de influencia con la Unión Soviética en la Guerra Fría, y
logró plasmar otra geopolítica de conquista fundada en el precepto bíblico del "eje
del mal".
Sobre esos
pilares fundamentales de caracterización del "nuevo enemigo",
Condoleezza Rice y los halcones edificaron la nueva Doctrina de Seguridad
Nacional de EE.UU., e instalaron la estrategia del "ataque
preventivo" bajo la atenta mirada y supervisión de papá Bush, el jefe
de la Orden.
Para los
expertos, George Herbert Walker Bush, es el verdadero cerebro de los dos hitos
fundamentales del expansionismo militar norteamericano: la conquista de los
ex enclaves soviéticos en Asia Central y Europa del Este, y el control militar
estratégico de Medio Oriente y el Golfo Pérsico, cuyo círculo se cierra con la
ocupación de Irak.
Papá Bush
lo hizo, primero con Reagan, después con él mismo, y luego con su
hijo W. Y ahora, a los 79 años, dicen que va por más.
Por lo pronto, comenzó el año cazando codornices
junto a su hijo Presidente.
Para los especialistas:un ensayo simbólico de la cacería de
"terroristas" que el
gurú de los halcones tiene
pensada para que su hijo remonte en las encuestas electorales.
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