(*)
Los organizadores del IIEc se lucieron al
haber invitado a dos súper-pesos pesados: Paul Brenner, director
del Centro de Teoría Social e Historia Comparativa de la UCLA, y
Giovanni Arrighi, uno de los más sólidos pensadores del mundo
(ahora en la Universidad Johns Hopkins), quien, en la misma
frecuencia que Bajo la Lupa (16-05-07), sepultó al caduco
decálogo neoliberal del Consenso de Washington y le dio vuelo al
nuevo Consenso de Pekín que ilustra en su nuevo libro Adam Smith
en Pekín.
Este punto de las invitaciones foráneas es relevante cuando el
entreguista ITAM, centro de adoctrinamiento neoliberal bajo la
férula de los cadavéricos Chicago Boys, en un reciente acto
invitó al cartucho quemado Francis Fukuyama, lo que resalta de
qué lado se concentra la savia de la sapiencia geoestratégica.
Parte sustantiva de nuestra ponencia se basó en la propia
confesión de The Financial Times (11-03-07), portavoz del
neoliberalismo global, que reprodujimos en Bajo la Lupa
(21-03-07), sobre el auge irresistible de las "nuevas siete
hermanas estatales del petróleo": Gazprom (Rusia), Aramco
(Arabia Saudita), INOC (Irán), Petronas (Malasia), CNPC (China),
Petrobras (Brasil) y PDVSA (Venezuela).
El auge de las petroleras estatales se ha ejercido en detrimento
de las otrora siete hermanas anglosajonas, hoy megafusionadas en
cuatro: Exxon-Mobil, Chevron-Texaco, BP y Royal Dutch Shell.
Otra referencia en la que abrevamos fue el relevante ensayo Los
estados se apoderan del arma (sic) petrolera, de Jean-Pierre
Sereni (Le Monde Diplomatique, marzo 07), lo que curiosamente ya
había anticipado una prospectiva del Pentágono (Rebelión,
3-07-06) sobre la resurrección nacionalista petrolera en América
Latina (AL).
El periodista galo Sereni confirma el desplazamiento del sexto
lugar que ocupaba la trasnacional británico-holandesa Shell en
diciembre pasado por la empresa estatal Petrochina, filial de
CNPC, que cotiza en Wall Street y en Hong Kong.
China padece déficit petrolero, pero juega a las mil maravillas
con sus otras dos empresas estatales, Sinopec y CNOOC, que ya
operan en 40 países, lo que confirma que Pekín entiende
perfectamente los alcances de la guerra geoenergética global
desatada por la dupla anglosajona.
Las empresas estatales, tanto de la OPEP como fuera de su seno,
controlan respectivamente 53 por ciento y 16 por ciento de los
yacimientos mundiales, es decir, 69 por ciento, donde brillan
las "nuevas siete hermanas estatales", frente al magro 9 por
ciento de las viejas siete hermanas anglosajonas hoy condensadas
en cuatro y cuyo devenir se torna dramáticamente incierto cuando
su producción representa 13 por ciento del total mundial. Más
aún: según la consultora PFC Energy, 77 por ciento de los
hidrocarburos del mundo pertenecen al sector público.
El ascenso de las empresas petroleras nacionales es inversamente
proporcional al declive de las trasnacionales privadas
anglosajonas, entre las que habría que diferenciar ahora a las
americanas, que no les ha ido tan mal en Asia Central y Africa
(v. gr. Exxon-Mobil y Chevron-Texaco), de las británicas que
andan naufragando, como BP, que buscaría su salvación mediante
una megafusión con Shell.
Nadie niega que las trasnacionales anglosajonas detentan los
"mejores especialistas del mundo capaces de concebir proyectos
vanguardistas de tecnología de punta". Ese no es el problema,
sino el oleaje nacionalista que se abatió en el sector como
consecuencia de la derrota militar de la dupla anglosajona en
Irak.
El paradigma de la renacionalización lo constituye la rusa
Gazprom que padecía el "síndrome Pemex" en su aciaga fase de "piratización"
(título de un libro de Marshall Goldman, de la Universidad de
Harvard), más que de "privatización", a partir de 1992:
"pérdidas anuales en promedio de 2 mil millones de dólares,
desviadas por sus dirigentes, y descenso de 10 por ciento de sus
reservas". Con la llegada al poder 10 años más tarde del zar
geoenergético global Putin, opera el milagro de restauración de
la propiedad (la mayoría en manos del estado) y reservas
(tercera parte del total mundial). Se calcula que en tres años
Gazprom puede valer en términos de capitalización del mercado el
equivalente de las reservas de divisas de China.
A nuestro juicio, el desproporcionado exorcismo en México de
Venezuela (otro éxito de la nacionalización petrolera y del
mayor crecimiento económico en el continente americano en los
recientes tres años) sirve para impedir la creación de un eje
PDVSA-Pemex que sería la peor pesadilla de la teocracia
torturadora bushiana.
La texana Exxon-Mobil obtuvo el año pasado un ingreso descomunal
por casi 348 mil millones de dólares que constituye el
equivalente al PIB de casi 90 por ciento de los países de la
ONU, según Sereni. La gran paradoja de tal "opulencia
financiera" proviene de la "impotencia en reinvertir eficazmente
sus enormes ganancias y en encontrar proyectos que respondan a
criterios extravagantes de rentabilidad impuestos a los
ingenieros" y que se han consagrado a la "antropofagia
bursátil".
La española Repsol, privatizada por Aznar, "se encuentra en
venta" después de haber recibido una paliza en Sudamérica debido
a la nacionalización de Bolivia (y, quizá, muy pronto
Argentina). La reciente privatización de Eni, principal empresa
industrial italiana, tampoco la salvó de la nueva realidad
geopolítica.
Algo muy fuerte ha de haber sucedido entre BP y el gobierno de
EU que hasta James Baker III, favorito apagafuegos texano del
clan bushiano, amonestó a lord Browne de Madingley, mandamás de
la petrolera británica y directivo de Goldman Sachs, antes de
ser defenestrado y linchado por sus andanzas eróticas.
¿La guerra de espías en Londres con polonio 210 radiactivo,
tendría que ver con la expulsión de Shell de los yacimientos
rusos de Sakhalin-2 y ahora, probablemente, de BP del yacimiento
gasífero de Kovykta? Pese al choque de espías y a la expulsión
británica de los negocios energéticos en Rusia, ambos mantienen
estrechas relaciones comerciales como paradigma multidimensional
y multivectorial del nuevo orden hexapolar.
No es momento de ahondar sobre los intensos rumores de que buena
tajada de la banca española como de la petrolera Repsol fungen
como caballos de Troya en AL de las trasnacionales anglosajonas
que serían sus verdaderos propietarios tras bambalinas. Tampoco
es momento de abordar la crisis financiera de España catalizada
por el estallido de la burbuja de los bienes raíces que le ha
orillado hasta desprenderse de buena parte de sus reservas de
oro (¿originarias de México y Perú?).
¿Piensa Jesús Reyes alias Herodes (por desear aniquilar al niño
Pemex) rescatar a la casi quebrada Repsol con concesiones en las
aguas profundas del Golfo de México en pago por la inmunda
campaña el pasado 2 de julio del aznarista Solá en colusión con
la encuestadora GEA (propiedad de Chucho Reyes quien también
controla el Cisen) y el fétido IFE que "preside" un
reyesherodista?