Los 37 votos a favor de los 40
posibles demuestran la hostilidad de la Cámara hacia el régimen iraní y la
posibilidad de que, en un futuro cercano, éste pueda desarrollar armas
nucleares.
Entre otras medidas, la legislación podría cortar la ayuda económica a
cualquier país que ayudara a Irán bien invirtiendo en su sector energético,
bien permitiendo a una empresa privada llevar a cabo tal inversión.
La medida aprobada por la Cámara
de Representantes de EE UU ya ha provocado las primeras reacciones por
parte de Rusia y China, dos países que Washington necesita para detener el
programa nuclear iraní.
El embajador ruso en China señaló
que ambos países, miembros permanentes (y con derecho a veto) del Consejo de
Seguridad de la ONU, exigen una solución diplomática urgente a la crisis
creada a raíz de las ambiciones nucleares de Irán.
Según Sergei Razov, tanto Rusia como China creen en "la necesidad de buscar
soluciones políticas a este asunto a través de vías diplomáticas". "La
cooperación rusa y china ha jugado un importante papel manteniendo la cuestión
nuclear iraní en el camino de una solución diplomática”, añadió.
La situación en Irán fue remitida al Consejo de Seguridad después de que la ONU
tuvo noticia de que Teherán no estaba colaborando con los inspectores enviados
para evaluar su programa nuclear.
El presidente George W. Bush
insistió en buscar una salida diplomática a las negociaciones, pero nunca
ha descartado del todo la opción militar, aunque expertos creen que la
implicación de Estados Unidos en Irak puede ser un factor limitante.
La Casa Blanca cita preocupaciones sobre Irán: que patrocina el terrorismo,
amenaza a Israel, trata de hacer fracasar el proceso de paz en Oriente Medio,
desestabiliza la democracia en Irak y niega la libertad plena a los iraníes.
Washington argumenta que esto sólo puede resolverse si Irán toma la decisión
estratégica de cambiar sus políticas, abrir su sistema político y
permitir la libertad.
A pesar de la experiencia en
Irak, el Gobierno de EEUU sigue dispuesto a lanzar 'ataques preventivos'
contra quienes consideren una amenaza y señala a Irán como el país que ahora le
plantea el mayor desafío, según un documento de estrategia para la seguridad
nacional de la Casa Blanca.
"No excluimos el uso de la fuerza antes de que un ataque de produzca, incluso si
persiste la incertidumbre sobre la fecha y el lugar del ataque del enemigo", se
afirma en el texto de presentación de la nueva doctrina de seguridad nacional.
Sin embargo, el documento (de 49
páginas y cuya publicación estaba prevista para este jueves), la Casa Blanca
describe como una prioridad la cooperación internacional para disipar las
crisis.
"En particular con los más antiguos y los más cercanos de nuestros amigos y
aliados", entre los cuales figuran algunos países contrarios a la guerra en
Irak.
El Gobierno estadounidense se
había arrogado ya el derecho al ataque preventivo en el anterior documento de
estrategia de defensa. "El lugar de la prevención en nuestra estrategia de
seguridad nacional sigue siendo el mismo", se dice en el informe de presentación
de la nueva doctrina de seguridad.