El Holocausto a
debate en Teherán, algo que crea inquietud en Israel. Oradores
procedentes de una treintena de países han analizado la cuestión
estos días en Irán. Casi todos han reconocido que los nazis
mataron a millones de judíos, pero han cuestionado la
utilización que hoy en día hace Israel de lo ocurrido en Europa
hace sesenta años.
Revista
Gara
El ministro de Exteriores de Irán, Manuchehr Mottaki, se refirió
el pasado lunes a las manifestaciones de preocupación de algunos
países occidentales: «Algunos de nuestros amigos en Europa dicen
que no se ponga en entredicho este fragmento de la historia el
Holocausto. Nosotros comprendemos su preocupación pues hace
unos sesenta años que, en virtud de una interpretación oficial,
se han definido en el mundo unas interacciones, las cuales
posiblemente se pongan en entredicho».
«El propósito es
crear un ambiente para que cada cual plantee sus ideas acerca de
un episodio histórico. Nosotros no buscamos ni ratificar ni
negar el asunto aclaró, en declaraciones recogidas por la
agencia Irna.
El alboroto formado
se debe al hecho de que saben que si la lectura oficial del
Holocausto se pone en tela de juicio, la naturaleza y la
identidad del régimen sionista también se pondrían en
entredicho.
Sin embargo, en el
caso de que la historicidad de esta cuestión quede demostrada,
entonces nos deberán responder por qué deben ser los habitantes
originarios de los territorios palestinos los que deben pagar
por los crímenes de los nazis», espetó.
Los descendientes
La canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro
israelí, Ehud Olmert, condenaron ayer «rotundamente» la
conferencia sobre el Holocausto. «La celebración de esta
conferencia demuestra con qué amenaza tiene que vivir Israel»,
señaló Merkel. Olmert opinó que la política iraní es
«inaceptable» y que pone de manifiesto «el peligro que emana de
ese país para la cultura occidental».
Ni la alemana ni el israelí explicaron por qué es tan rechazable
el simposio de Teherán. Dan por bueno que Irán «niega el
Holocausto» y veteranos políticos como el viceprimer ministro de
Israel, Simon Peres, van más allá y declaran que «cuando Mahmud
Ahmadineyad el presidente iraní niega el Holocausto, llama a
un nuevo Holocausto».
Numerosas declaraciones de gobernantes occidentales insistieron
en las mismas ideas, aunque nada tengan que ver con lo que se ha
dicho en la conferencia de Teherán.
«La reunión en
Teherán de los que niegan el Holocausto es una afrenta al mundo
civilizado y también a los valores tradicionales iraníes de
tolerancia y respeto mutuo», señaló el portavoz de la Casa
Blanca, Tony Snow.
El evento de Teherán ha ofrecido imágenes curiosas, como los
saludos entre gobernantes iraníes y judíos ortodoxos llegados
desde Austria, que rechazan el sionismo y el Estado de Israel.
También ellos subrayaron la «ilegitimidad del régimen sionista».
El rabino David Weiss
relató a los periodistas su encuentro en Nueva York con el
presidente iraní: «nos dijo que no niega la muerte de los
judíos, pero cuestiona por qué se aprovechan de eso para oprimir
a los palestinos».