En medio de los temores de una nueva carrera armamentista en respuesta a la
aventura nuclear de Pyongyang, diplomáticos y analistas independientes
consideran que es tiempo de que las naciones con poderío atómico cumplan con sus
obligaciones hacia el desarme.
"La falta de implementación por parte de los estados nucleares de su compromiso
hacia el desarme ha socavado su autoridad moral", afirmó esta semana ante
diplomáticos Hans Blix, ex jefe de inspectores de armas de la Organización de
las Naciones Unidas (ONU).
Blix señaló que varios países no nucleares se sienten muy "frustrados" y que, en
algunos casos", hasta "burlados" porque no se toma ningún tipo de acción hacia
el desarme de las potencias.
Los cinco países con armas atómicas declaradas son China, Estados Unidos,
Francia, Gran Bretaña y Rusia, los miembros permanentes del Consejo de Seguridad
de la ONU y con poder de veto.
Estos países están obligados a llevar adelante iniciativas de desarme por el
Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), pero hasta ahora no han mostrado
ninguna señal de estar interesados en hacerlo.
En 2000, los delegados en la Conferencia para la Revisión del TNP llamaron a
Estados Unidos y a otras potencias nucleares a adoptar medidas prácticas para
eliminar sus arsenales. Los gobiernos se comprometieron a hacerlo, pero nunca
convirtieron en hechos sus palabras. Entre las medidas exigidas está la
implementación del Tratado para la Prohibición Completa de Ensayos Nucleares (TPCEN)
e iniciar negociaciones para un tratado internacional y verificable que prohíba
la producción de material fisible para la fabricación de armas.
La semana pasada, miembros del Comité de Desarme de la Asamblea General de la
ONU condenaron el ensayo de Corea del Norte y señalaron que éste reveló la
"urgente necesidad" de que las potencias también se integren al TPCEN.
Los delegados señalaron que, a pesar de tener una postura firme contra la
proliferación nuclear, Washington no ha mostrado disposición para apoyar ese
acuerdo. Estados Unidos impuso una moratoria unilateral sobre los ensayos, pero
se resiste a negociar una prohibición a la producción de material fisible.
Por eso, analistas y diplomáticos consideran que el comportamiento de Washington
es en parte responsable del ensayo nuclear de Pyongyang.
"Los norcoreanos tienen razón cuando dicen que afrontan amenazas nucleares",
dijo a IPS el director del Comité de Abogados sobre Políticas Nucleares, John
Burroughs.
El analista criticó la decisión de Corea del Norte de realizar la prueba, pero
añadió que "nadie debería estar sorprendido" de que ésta haya sido en reacción a
la revisión hecha por el gobierno de George W. Bush en 2001 de la política
nuclear de Estados Unidos.
Bush justifica el uso de armas nucleares en lo que considera "guerras
preventivas".
Estados Unidos tuvo instaladas armas nucleares en Corea del Sur durante 43 años
antes de retirarlas en 1991, según la independiente Federación de Científicos
Estadounidenses, con sede en Washington.
Mientras, Irán sigue defendiendo su plan de desarrollo nuclear en fuertes
términos, asegurando que tiene solo fines pacíficos y señalando que Estados
Unidos y los otros cuatro miembros del Consejo de Seguridad no cumplieron con
sus obligaciones de desarme, a lo que calificó de "hipocresía y doble discurso".
Blix parece haber entendido el malestar norcoreano e iraní contra las potencias.
"Si los compromisos (bajo el TNP) hubieran sido cumplidos, las negociaciones con
Corea del Norte e Irán habrían sido menos difíciles", señaló.
Preocupado por la situación en la península coreana, el Movimiento de Países No
Alineados (Noal), el mayor bloque del Sur en desarrollo, exigió un cambio de
actitud de parte de las cinco potencias nucleares que están en el Consejo de
Seguridad.
En un comunicado, el Noal sostuvo que los esfuerzos hacia la no proliferación
deben ser "paralelos a los esfuerzos simultáneos destinados al desarme".
El movimiento sostuvo que las armas nucleares son una "amenaza a la humanidad" y
señaló estar profundamente preocupado por la lentitud de los esfuerzos por el
desarme atómico internacional.
El Noal sostuvo que era tiempo de que los países nucleares comenzaran a dar
pasos para la "total eliminación" de las armas, y afirmó que Estados Unidos y
Rusia deberían ser los primeros.