Ocurre que se montó una gigantesca operación de prensa, motorizada por Clarín,
Página/12 (es decir, lo mismo) y La Nación, con participación menos estelar de
otros medios, más el correspondiente eco en los del interior y exterior del
país.
Los firmantes de las notas son las primeras plumas del Club de San Isidro:
Sergio Rubín, Julio Algañaráz, José Ignacio López, además de otros cronistas de
tendencia liberal o francamente marxista: Elizabetta Piqué, Washinton Uranga,
Horacio Verbitski y firmas menores.
La víctima inmolada ha sido el Card. Bergoglio, aunque los daños colaterales no
han dejado de alcanzar a los titulares del más conspicuo progresismo clerical,
como Mons. Casaretto, Mons. Radrizzani y la seguidilla de eméritos que debieron
salir a desmentir, ya en tiempo de descuento, su adhesión a la queja que
presuntamente llevaba el Card. Bergoglio a Roma.
De donde el tradicional apotegma "qui prosit?" (¿quien se beneficia?) que da la
pista de toda investigación debería servirnos para explicar lo que está pasando.
Aunque aún no hemos podido entender muy bien qui prosit.
¿Carga explosiva mal calculada?
El lunes 6 de febrero, la Agencia oficiosa AICA apresuraba comunicados de los
obispos dimitentes de Resistencia y Rosario dando la bienvenida a sus sucesores,
al parecer no tan bienvenidos días antes. La notable simultaneidad de las
declaraciones, difundidas también por el vocero de la CEA y la oficina de prensa
del Arzobispado de Buenos Aires no parecen casuales sino convenidas de apuro. O
bien forman parte de un "plan B", en caso de que las gestiones en Roma toparan
con un muro, como parece haber sucedido.
Los lectores de Panorama y de los comentarios druídicos no podrán decir que no
se les anticipó. La operación "clavo rojo" está en marcha a una velocidad
insospechada, como resultado del impulso que le dio la campaña antes citada y
que reseñaremos a continuación. A fin de no parecer demasiado crípticos,
recordamos que "Clavo Rojo" tiene por objetivo trasladar al Card. Bergoglio a
algún cargo en la Curia Romana y de alguna manera oficializar la intervención de
hecho que la Santa Sede ha establecido sobre la Conferencia Episcopal Argentina.
Es difícil dar crédito a nuestros ojos al ver al Card. Bergoglio -eclesiástico
por demás cauto- haciendo el papel de hombre-bomba como portavoz de las quejas
del Club de San Isidro... Y luego a todos los progres del Club igualmente en
quejosa retirada. Creemos que se puede aplicar la clásica noción de hybris que
formularon los griegos, la cual, en términos cristianos resumiríamos en el dicho
"Dios ciega a los que quiere perder". Porque a veces se confía tanto aquel que
arma la bomba, que luego la explosión termina matándolo a él mismo. Y ese parece
haber sido el resultado de la campaña de prensa de la que nos ocupamos aquí.
Aunque persisten interrogantes que no podríamos responder, tales como: porqué el
Cardenal Bergoglio aceptó el papel de hombre-bomba; porqué la prensa pro Club
batió tanto el parche sobre el asunto y finalmente si el gobierno nacional no ha
tenido alguna intervención. Esto último nos parece más verosímil ya que el gran
dictador de la información, Horacio Verbitski se ha ocupado del tema en persona
y recientemente ha golpeado con dureza al Cardenal en su último libro.
Decíamos ayer.
Refresquemos algunos hitos de la política bergogliana. A propósito de la
designación del sindicalista Custer como embajador de la Argentina ante la Santa
Sede decíamos: "Fuentes bien informadas, dicen que detrás de su promoción se
encuentra el mismísimo Cardenal Primado Mons. Bergoglio con fluidas relaciones
con el sector "prolijo" de la "teología de la liberación". Sin hacernos eco
totalmente de esta versión, lo cierto es que no quedan demasiadas alternativas
para explicar -localmente- la llegada de Custer a la embajada". (La Política de
Culto del Gobierno, de Carlos Benigni). En esta misma nota se mencionaba la
relación de Custer con Methol Ferré y otros "teólogos de la liberación
reciclados" tras la condena motorizada por el Card. Ratzinger, actual pontífice,
a principios de los ’80.
Cuando la exposición blasfema del presunto artista León Ferrari en Buenos Aires,
el Cardenal Primado deslizó la palabra "blasfemia". Lo hizo sin querer. Frente a
la enorme presión que se acumulaba del lado de los fieles tanto como del clero y
la nunciatura, y viendo que la tropa iba a salir a la calle de cualquier manera,
el Prelado abrió un poquito la válvula de escape, sin medir adecuadamente la
fuerza que tiene la palabra del Cardenal Primado. Acción y reacción, un
escándalo mediático sobre censuras y libertades y casi un conflicto de
proporciones con el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Hubo fuertes
tensiones, que luego se resolvieron con unas concesiones económicas por parte de
la Ciudad al Arzobispado a cambio de no remover las aguas.
A poco de cerrada la exposición blasfema, el incendio de Cromañón dio al
Cardenal el arma de la vindicta contra el Gobierno de Kirchner, que lo había
ignorado y humillado. En efecto, todos los que esperamos vanamente
movilizaciones oficiales de la Diócesis Primada contra el aborto, las leyes de
salud reproductiva, eduacación sexual, las uniones de homosexuales o al menos la
defensa del templo catedralicio nos vimos sorprendidos de la "opción
preferencial" por las víctimas de Cromañón que hizo el Cardenal Primado,
secundado esta vez por su vicario, Mons. Lozano, quien después de un año de
misas en el "santuario de las zapatillas" recibió en premio la diócesis de
Gualeguaychú, donde ha optado preferencialmente por los ecologistas...
Maccarone... y después...
Siendo ya presidente de la CEA y teniendo el a su lado a Mons. Radrizzani como
figura ascendente dentro del ala progresista del episcopado, el vergonzoso caso
del ex obispo de Santiago del Estero encontró a la Comisión Permanente de la CEA
solidarizándose con el prelado sodomita. No se puede sino recordar con ira
(santa) el abandono de Mons. Baseotto, obispo castrense, cuando pocos meses
antes fue defenestrado por Kirchner de su cargo. Eran los días de la agonía de
Juan Pablo II y muchos apostaban a un Papa "ultraliberal" en la Cátedra de
Pedro. "Nosotros no somos Baseotto", repetían entonces muchos obispos, hace
menos de un año, los que ahora dicen que la unidad del episcopado es intangible,
mientras hacen gestiones discretas para detener las designaciones romanas de
obispos no progresistas.
Todos los de la línea liberal querían a Casaretto o a Radrizzani en Rosario una
vez que se hundió "Macca" a causa del remisero infiel. El primero, siempre
ternado, nunca elegido, arrastra el karma de la mala gestión. Casaretto necesita
huir de San Isidro porque las cosas allí huelen a podrido intenso, pero quiere
huir para arriba. Y choca siempre con alguien. Hasta con el impensable y nunca
ternado Mons. Mollaghan.
De Radrizzani, el salesiano "padre obispo" izquierdista recordemos sus
declaraciones con motivo de la elección de la proabortista jueza de la Corte
Suprema de Justicia, Dra. Argibay: "Tiene un alto prestigio internacional y eso
va a revitalizar la Corte." Esto dicho mientras todo el movimiento provida
trabajaba incansablemente para evitar la espantosa designación.
Persecución y dolor.
No poca indignación ha causado la durísima persecución dentro del clero de la
Sede Primada. Todo rasgo de inclinación tradicional o militancia provida es
presunción suficiente como para que el sospechado caiga en espantosa desgracia.
Hemos dado reiterados ejemplos. Así también como la inútil apelación a la
autoridad máxima de la arquidiócesis cuando se trata de detener algún abuso
litúrgico, o situación escandalosa de algún curita ligero de cinchas. No hay voz
para los que no comulgan con la incomprensible política oficial.
A poco de lograr buena prensa con Cromañón, el Cardenal Primado inició la
campaña de captación de benevolencia de los sectores izquierdistas. A saber:
proceso diocesano de canonización de los palotinos asesinados durante el
gobierno militar, reivindicación del P. Mugica, devolución de licencias al
terrorista franciscano Antonio Puigjane, entierro del reaparecido cadáver de la
fundadora de las Madres de Plaza de Mayo en la iglesia de la Santa Cruz. Todo
esto con pompa y circunstancia. Sobreactuando seguramente para alejar los
fantasmas de la Guardia de Hierrro en los años de hierro y la acusación
verbitskiana de entregar seminaristas subversivos al gobierno militar.
Casi Papa in aeternum
También hemos hablado in extenso sobre su papabilidad. De hecho fue uno de los
candidatos más votados (según Andrea Tornielli y otras fuentes) en una batalla
perdida de antemano por el progresismo. Sin candidatos, el ala
liberal-progresista buscó una figura apta para dar una pelea digna en el
cónclave, pero perdió en el cuarto round por KO. Este sería un antecedente
inmediato de la inclinación del prelado a actuar como hombre-bomba. Pero el
sacrificio fue premiado con buena prensa y esto es algo que el Cardenal aprecia
mucho. A partir de allí, los medios no se cansan de decir que Bergoglio es un
"casi papa" que no cesa de recibir honores de Roma. Y también que tales honores
han despertado las envidias de la Secretaría de Estado vaticana. De hecho estos
"honores" son parte de la operación "Clavo rojo". En la realidad se va
comprometiendo cada vez más en tareas burocráticas vinculadas al Sínodo, etc. y
finalmente alguien en Roma verá la conveniencia de que se radique allí. Simple,
elegante y discreto.
Gritos y susurros
Pero lo que desde estas páginas hemos susurrado, dado el alcance de nuestro
medio, lo han gritado Clarín, La Nación y Página/12. Gracias a los rounds
mediáticos, la discreción y elegancia de los modos romanos
se hizo trizas y los medios que hacen creíbles las cosas al gran público
pusieron en blanco y negro que en Roma muchos no tienen muy buen concepto del
Cardenal Primado argentino.
Curiosa forma de infalibilidad pontificia
En círculos allegados a la Secretaría de Estado se tildó duramente a Bergoglio,
según la prensa. Página/12 insiste en que hubo una reunión secreta con el Papa,
de la que habría salido muy maltrecho. Es más creíble la versión de que dicha
reunión fue con Mons. Sandri, con resultados análogos. Otros medios afirman que
la audiencia le fue negada o postergada sine die hasta que tuvo que volver.
Finalmente, la versión oficial insiste en que nunca se pidió tal reunión ni pasó
por la cabeza de nadie reclamar nada. Para avalar esto ha dicho Bergoglio que
"Todo lo que hace el Papa está bien". Y el vocero de la CEA, padre Oesterheld,
"El Papa nunca se equivoca". Expresiones de una puerilidad muy cercana al
servilismo que indican claramente que en la Santa Sede no hay alegría por lo
sucedido. Y que los declarantes no han repasado la doctrina sobre la
infalibilidad pontificia por mucho tiempo.
La Culpa ¿es de Caselli... y Menem?
Por otra parte, la prensa pretende responsabilizar de todo a Esteban Caselli, ex
embajador de Menem ante la Santa Sede y al propio Menem. Esto roza lo ridículo.
¿Dejaría Roma que un ex funcionario diplomático le dicte su política respecto a
todo un episcopado importante como el argentino? A lo sumo podrá servirse de él
para ejecutarla. El Card. Sodano, y Mons. Sandri, Primer Sustituto de la
Secretaría de Estado tienen, sin duda, una activa participación. También un
arzobispo local. Veremos sobre qué cabezas caen capellos el 25 de marzo y allí
tendremos la confirmación de si esto es política oficial de la Santa Sede o
travesura política, como sostienen los medios, afirmando que el Papa firma los
nombramientos sin saber quienes son los candidatos.
Por otra parte, la conducción de la Secretaría de Estado será sin duda renovada
en poco tiempo, y el candidato natural para suceder a Sodano es el propio Sandri.
Además, el Santo Padre es un experto en materia de Curia Romana y conoce a cada
hombre importante allí. Y su lucidez intelectual está fuera de toda discusión.
Conclusiones a febrero de 2006
La operación "Clavo Rojo" marcha viento en popa.
Los progres del episcopado argentino parecen desensillar hasta que aclare.
Bergoglio recibió una tremenda paliza política.
Se fortalece el sector conservador y se explicita la intervención romana.
Expectativas clave.
Quien sucederá a Mons. Girasoli como secretario del Nuncio Bernardini, puesto
que el primero ha sido promovido al cargo de embajador papal en Zambia, destino
trampolín para un hombre que promedia su carrera diplomática eclesiástica.
Quienes ocuparán las sedes episcopales vacantes. Esto confirmará o no la teoría
de que Roma ha designado un "gran elector" local.
Qué argentino o argentinos recibirán el capello el 25 de marzo.
Quien sucederá al Cardenal Primado cuando de pase a la etapa "traslado".
Como se manejará el caso Uriona.
Como jurará el gobierno argentino su relación con la Iglesia
Las respuestas a estas preguntas pueden definir el panorama eclesial argentino
(y del Cono Sur) para la próxima década.