La manipulación
informativa, con la "demonización" del Gobierno sirio y el ocultamiento de los
verdaderos objetivos que persigue la alianza imperial resulta clave para hacer
desaparecer el rol del "invasor" (la coalición imperial) y el rol del
"invadido" (Siria y su población que padecen los atentados y accionar de los
grupos de mercenarios, contratados por EEUU, las potencias europeas, Arabia
Saudita y Katar. ).
Hay una coordinación entre las distintas denuncias de las potencias
invasoras contra Siria, los frentes de aislamiento internacional
y de bloqueo económico, el frente de presión diplomática con la
ONU a la cabeza, las denuncias de las ONG coordinadas por la CIA, y
las distintas usinas extranjeras de la "oposición", con la gigantesca
campaña de acción psicológica terrorista montada por las grandes cadenas
mediáticas, que funciona como un frente compacto de guerra durante las 24 horas.
El bombardeo
atomizante con titulares direccionados psicológicamente con las consignas
dicotómicas del "Mal" (Al Assad y su régimen) y del "Bien" (la
coalición invasora) traza una cortina de humo sobre los resultantes (las
víctimas masivas y la destrucción del país) y sobre los objetivos (el
apoderamiento de Siria como una base de despegue hacia el ataque a Irán).
De esta manera, las cadenas mediáticas
internacionales se convierten en las mayores legitimadoras y justificadoras
de la operación militar internacional que está despedazando a Siria y a su
población civil durante las 24 hs.
Las
noticias sobre Siria y si gobierno giran sobre dos axiomas mediáticos
(manipuladores) centrales impuestos a escala global:
1) Las tropas, tanques y aviones de
Al Assad, son "máquinas de asesinar a civiles".
2) Los armamentos y las bombas de las
bandas mercenarias contratadas son instrumentos democráticos de "paz y
liberación" .
El gobierno de Al Assad somete y
mata a la población civil, las fuerzas mercenarias liberan y protegen.
Estas dos fronteras conceptuales
(impuestas psicológicamente) marcan el tratamiento y la valoración de las
"noticias" sobre Siria lanzadas a diario por la prensa internacional teniendo
como única fuente a las usinas "rebeldes" controladas por la CIA, el Mossad y
los servicios "occidentales". .
Y conforman el eje central
(encubierto) de la manipulación mediática que la prensa internacional utiliza
día y noche para ocultar o deformar la compresión estratégica de lo que
realmente está sucediendo en Siria.
Un país sometido primero a una
"revuelta popular" digitada desde afuera para derrocar al gobierno, luego
a una "rebelión" armada con atentados y ataques terroristas, que buscan
consolidar una intervención militar "humanitaria" de la OTAN con
bombardeos ininterrumpidos y muerte de civiles inocentes, como pasó con la
Libia de Kadafi.
Simultáneamente, la coalición
"humanitaria" USA-UE mantiene un bloqueo económico y un aislamiento
internacional que acrecienta el riesgo de una "catástrofe humanitaria"
para el pueblo libio.
Y hay diferencias conceptuales (en
títulos y en desarrollo de las noticias): Cuando las tropas de Al Assad
accionan contra las bandas "rebeldes", atacan a "ciudades y poblaciones
civiles" . Cuando los mercenarios realizan ataques y atentados que afectan a
la población civil, lo hacen contra "objetivos militares".
Las muertes causadas por el accionar
militar de
Al Assad se califican como "asesinatos", las muertes (cuyas
cifras se ocultan sistemáticamente) causadas por la maquinaria de los grupos
mercenarios se califican como "efectos colaterales".
No hay invasor (la coalición
internacional de grupos yiadistas), ni invadido (Siria y su población),
sino una operación "humanitaria" de grupos "rebeldes" para rescatar al
pueblo sirio de las garras de un "dictador genocida".
Las noticias sobre las víctimas
(de ambos bandos) también difieren en su calificación y tratamiento.
La información sobre las muertes de
civiles causadas por el ejército de Al Assad siempre son tomadas de "fuentes
rebeldes" y se las presenta sutilmente como un hecho verificado y cierto.
La información sobre la muerte de
civiles causada por los los ataques de la coalición mercenaria se presenta
"entrecomillada", en duda, o como procedente de "fuentes del gobierno".
Esta (desembozada) antinomia
mediàtica maniqueísta del "bien" (los grupos de mercenarios) y del
"mal" (Al Assad y su ejército) excluye toda comprensión geopolítica,
económica o militar del proceso de invasión y los acontecimientos
terroristas que se están desarrollando en Siria.
A escala global (y como producto de
la repetición diaria de las grandes cadenas internacionales y locales) el
televidente, el lector o el radioescucha registra y graba estos dos eslóganes
antinómicos: El ejercito de Al Assad (el malo) asesina, las tropas
mercenarias (el bueno) salvan y protegen.
La historia, el para qué
del conflicto, los objetivos y las estrategias que guían a los actores
centrales, desaparecen. Solo hay un proceso de acción-reacción, donde Al Assad (el
malo) mata irracionalmente y sin causa que lo justifique, y la coalición
mercenaria y los golpistas internos (el bueno) sólo actúan por causas
humanitarias para neutralizarlo o detenerlo.
De manera tal, que el objetivo
central de la operación imperial contra Libia ( el control geopolítico y
militar), y el objetivo central de Al Assad (terminar con la invasión
armada y restablecer el control sobre el país), desaparecen de escena.
Y hay
una cuestión verificable y estadística: La prensa internacional, sus analistas
superficiales, vaciados de cerebro estratégico, no analizan objetivamente los
hechos que están sucediendo en Siria. Solo se limitan a "comentar" los
titulares escritos por las usinas golpistas (las
únicas fuentes existentes) y a proclamar
consignas "demonizadoras" contra el jefe del régimen sirio.