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Washington demócratas y republicanos siguen negociando a contrarreloj un acuerdo
para evitar que EEUU entre en cesación de pagos, los líderes de los
países de la eurozona se reúnen este jueves en Bruselas para tratar de resolver
la crisis de la deuda de Grecia y evitar que ésta se extienda a otros países
de la eurozona.
Los emergentes socioeconómicos,
políticos y sindicales del brutal ajuste fiscal en Grecia, exigido por el
capitalismo usurario para "refinanciar" la deuda griega, además de proyectarse a
otros países, como España, Italia Reino Unido y Portugal, ya se presenta como la
mecha de una crisis generalizada que amenaza con implosionar las bases
económicas, políticas y monetarias de la Unión Europea.
En ese
marco, la UE continúa discutiendo una crisis que parece no disiparse en
la zona del euro, pero esta vez ha incorporado una novedad en su agenda: los
temores de que Italia se convierta en la próxima víctima de la
turbulencia económica.
Después de
Grecia, Italia posee la segunda mayor deuda pública en en relación con el
Producto Interno Bruto (PIB), que equivale a cerca del 120% (la griega es de un
150% del PIB).
Los analistas señalan que es un día clave para el futuro del euro, quizás
el más importante desde la creación misma de la moneda única europea.
Sobre la mesa de discusión en la capital belga habrá diversos asuntos clave,
entre ellos el segundo paquete de rescate griego y el papel que los
inversores privados deberán jugar en una hipotética reestructuración de la deuda
helena.
No sólo se está hablando del segundo rescate griego y de la debilidad de la
moneda europea, sino también de la posibilidad de que el gobierno italiano se
vea eventualmente imposibilitado de hacer frente a sus compromisos
financieros.
En EEUU, en
tanto, siguen estancadas las discusiones entre el presidente, Barack Obama, y
los líderes del Congreso sobre un presupuesto nacional que pueda ser aprobado
por la mayoría de los legisladores.
Ninguno de
los partidos quiere dar su brazo a torcer con respecto a cuánto y dónde
recortar el gasto social o cómo cambiar el código impositivo para generar
ingresos para así presentar un plan que reduzca la deuda nacional de US$14,3
billones.
La palabra "impuestos" es tabú para muchos políticos en EE.UU. El acuerdo al que
se llegue también está ligado a un pedido del ejecutivo para elevar el nivel
de endeudamiento del país para así cumplir con sus obligaciones financieras.
De no aprobarse y promulgarse para el 2 de agosto, el gobierno federal entraría
en cesación de pagos con un efecto que muchos analistas tildan de
"catastrófico".

En ese
escenario, la idea de tolerar un "default" al menos parcial en Grecia, la
posibilidad de expulsar a algunos países de la eurozona, e incluso, la propuesta
de buscar la conformación de unos Estados Unidos de Europa, han venido ganando
terreno en una crisis que exige soluciones drásticas.
Además, algunas informaciones llegadas desde
Bruselas señalan que los líderes europeos también discutirán la posibilidad de
imponer una nueva tasa a los bancos con la que financiar el rescate griego.
Pero pese a lo apremiante de encontrar una solución a los problemas del gobierno
de Atenas, la canciller alemana, Angela Merkel, ha dejado claro que no se
debe ser excesivamente optimista sobre los resultados que producirá la
cumbre.
Grecia
recibió su primer paquete de ayuda en mayo del año pasado, pero la crisis de la
deuda no se ha frenado y la desconfianza de los mercados financieros no ha
dejado de aumentar, llegando incluso algunos a sugerir que lo que está en
peligro es la propia supervivencia del euro.
Los gobernantes europeos y los mercados financieros están reclamando que
se alcance un acuerdo lo antes posible para evitar "daños mayores".
El presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, en una
declaración que demuestra lo crucial del momento, aseguró que "nadie debe
hacerse ilusiones" ya que "la situación es muy grave".
"Hemos de encontrar una respuesta. De lo contrario, las consecuencias negativas
se sentirán en todos los rincones de Europa y más allá", dijo Barroso.
El Fondo
Monetario Internacional (FMI) advirtió este martes que la crisis de la deuda
amenaza no solo a Europa sino también a la recuperación de la economía global.
El organismo aseguró que "el contagio podría ser amplio si las tensiones en
los países de la zona euro en crisis se trasladan a otros miembros", en una
referencia velada a España e Italia, que en las últimas semanas han visto como
los costes de financiar su deuda se han disparado.
Mientras, el presidente de EEUU, Barack Obama, telefoneó a la canciller alemana
el martes por la noche para hacer hincapié en la importancia de solucionar la
crisis para no arruinar la débil recuperación de la economía global.
Parece
haber consenso en que Grecia necesita un segundo paquete de rescate, que sería
de una envergadura similar al aprobado en 2010, que ascendió a US$156.000
millones.
Como señala
la cadena británica BBC, Europa está despertando a la realidad que
Grecia no enfrenta un problema de iliquidez sino de insolvencia.
Sin embargo, también hay una unanimidad creciente en que un nuevo paquete no
será más que un parche que servirá para ganar tiempo pero que no
solucionará los problemas fundamentales del endeudamiento griego.
Atenas ya
ha implementado medidas de de austeridad de gran envergadura, incluyendo
aumentos de impuestos, recortes en el gasto y venta de activos públicos.
Otro de los
"impensables" discutidos en la actualidad es el de "invitar" a los países más
débiles de la eurozona a tomarse unas "vacaciones" de la eurozona.
En su
búsqueda por una salida a la crisis del euro, algunos líderes europeos están
aceptando discutir temas que hasta hace semanas eran prácticamente tabú.
El jueves tendrá lugar la cumbre de los dirigentes de la eurozona para definir
un posible nuevo paquete de salvamento para Grecia. Y muchos advierten que, de
no hallarse una solución adecuada a los enormes problemas fiscales de ese país,
se ahondará la turbulencia financiera.
Una de las
propuestas que comienza a cobrar forma en estos días es la creación de una
federación política, los Estados Unidos de Europa, que puede a la
unión económica europea de la fragmentación.
La comisionada de la Unión Europea Emma Bonino sostuvo que. "Los Estados Unidos
de Europa son la solución".
La federación política permitiría tener mecanismos fiscales como los que existen
en Estados Unidos, donde una zona del país puede ayudar a otra que afronte
problemas económicos.
La falta de esos mecanismos apropiados en Europa, es señalada como uno de
los detonantes de la actual crisis griega, en la que los países europeos
más ricos como Alemania no consiguen reunir la voluntad política o los
mecanismos institucionales para sacar a Grecia de su profunda recesión.
Pero una
nueva federación política tendría que ser sometida a consideración de
los votantes de los países europeos, en momentos en que la Unión Europea y
muchas de sus instituciones afrontan un agudo desprestigio.
Además, el reconocimiento de la
profundidad de la crisis por los propios líderes y autoridades monetarias,
acompañado de anuncios de más ajustes salvajes, se convierte en la
antesala natural de más explosiones sociales y conflictos sindicales
contagiándose por toda la eurozona.
Un primer nivel de respuesta a "los
ajustes salvajes" está conformado por las huelgas y protestas sociales
violentas que amenazan con extenderse de Grecia a España, y desde allí a todos
los países de la región puestos en la mira de los recortes de salarios y
reducción de beneficios sociales como Portugal, Reino Unido e Italia, entre los
más próximos.
Un segundo nivel de respuesta,
todavía potencial, pero proyectado como emergente, es un proceso de "crisis
de "gobernabilidad" política que va sobrevenir como emergente inexorable de
las protestas sociales contra los gobiernos y la clase política.
En general, la sombra de una
insolvencia de pago generalizada (producida por los déficit y la baja de
recaudación fiscal) hace temer a los analistas del sistema un rebrote de la
crisis financiera, no ya a nivel de los bancos y entidades privadas, sino a
nivel de los propios Estados capitalistas centrales.
Este proceso de sobreendeudamiento
(agregado a la caída de la recaudación por la desaceleración económica) no solo
amenaza la estabilidad económica y la "gobernabilidad" del sistema en EEUU y
Europa, sino que también (y como ya sucedió con los bancos y empresas privadas)
puede hacer colapsar en cadena a los propios Estados capitalistas, tanto
centrales, como subdesarrollados o emergentes.
(*) Manuel Freytas es periodista, investigador y analista, especialista en inteligencia y
comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados
en la Web.
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