Hasta
ahora está suficientemente probado que el sistema (los gobiernos y bancos
centrales del capitalismo) controlan, en mayor o en menor grado, las variables de
la crisis, tanto en su faz económica como financiera.
Si bien los números macroeconómicos
son reveladores de que la crisis (que al principio sólo fue financiera) ya
devino en
estructural a partir de la crisis fiscal y los números en rojo de EEUU y de los
Estados centrales de la eurozona.
En suma, puede decirse que, y
mientras la especulación financiera experimenta nuevas "burbujas" (ganancias
siderales) con los fondos de los "rescates" estatales, las potencias y sus bancos centrales mantienen una relativa
"gobernabilidad" sobre la crisis, y sus efectos todavía no se
hicieron sentir con fuerza en el conjunto de las
sociedades tanto emergentes como periféricas.
Lo que en 2008 fue un colapso
bursátil financiero y luego se transformó en una crisis recesiva
epidémica (verificada en las economías centrales de EEUU, Europa y Asia), ha tomado un perfil de "statu quo" generalizado
de crisis fiscal de los Estados y "no recuperación" plena del empleo y de las
principales variables de la economía real .
En consecuencia, y en medio de
números macroeconómicos en rojo que inundan los titulares, se habla de la
posibilidad de default en EEUU y en las potencias centrales, con un posible
rebrote de la recesión, en un tono de marcada
indiferencia colectiva acentuada por parte de las mayorías que se "informan" masivamente por
el aparato comunicacional del sistema.
En síntesis: Estamos (según los
propios organismos financieros del sistema) al borde anunciado de una nueva crisis
económica global, pero
el mundo planetario del sistema capitalista "sigue andando como si nada".
No hay ninguna señal que nos remita a esa
pesadilla internalizada (colectivamente) del "crash" o de la
"Gran Depresión" con que se asoció la crisis del treinta tomada como
parámetro de "catástrofe económica mundial".
No hay corridas bancarias como en el
2008, no hay
pánico colectivo , no hay personas que se
suiciden por desesperación al perderlo todo, y la crisis pareciera que sólo es
"superestructural", sólo está en la pantalla de la TV, es un problema de
"analistas" y de "especialistas" antes que de la sociedad que sigue metida en
sus cotidianeidad como si nada.
Las principales economías del mundo
(según los números que reflejan las noticias) están en crónica "desaceleración",
no levanta el consumo, el desempleo es un mal crónico, pero, por ahora, nada de lo que pueda parecer una "crisis" se refleja en
la realidad inmediata del ciudadano, no hay riesgo de supervivencia inmediata,
tal como se imaginaba al "crash" mitificado de la Gran Depresión o
la caída bancaria del 2008 .
Qué es la crisis
Y hay más de uno que se pregunta:
¿Estamos en crisis?.
¿Estamos en crisis? Técnicamente, todavía no. Solo estamos en la
etapa final de la gestación de una nueva crisis con la "no recuperación" de las
principales variables de la economía mundial , en las vísperas de lo que los
expertos definen como un nuevo "proceso recesivo" en ciernes de las economías
centrales de Europa y EEUU.
Definamos, antes que nada, lo que es
una crisis.
En general una crisis (sea personal o
social) se caracteriza por una pérdida de control sobre un organismo (en
este caso el ssitema capitalista)
alterando su funcionamiento y poniendo en riesgo su supervivencia.
Tomada en términos del sistema
capitalista (el organismo), la crisis sólo sobreviene cuando se quiebran las
variables de "gobernabilidad" sobre las que están construidos los pilares de su
funcionamiento a escala global.
La condición esencial para el
funcionamiento del Estado capitalista (tanto en los países centrales como
periféricos) se resume en tres factores: Estabilidad económica, gobernabilidad
política y "paz social".
Esas tres condiciones son básicas para que el "sistema" (la estructura
funcional) de los negocios y la rentabilidad capitalista funcionen sin
interferencia y no se alteren las líneas matrices de la propiedad privada y
concentración de riqueza en pocas manos.
Cuando por alguna razón se altera
alguno de estos tres factores, el sistema entra en crisis, y debe generar
inmediatamente alternativas para preservar su supervivencia.
Hoy claramente, y aunque no hayan
conseguido detener el proceso de contaminación del descalabro, los gobiernos y
los bancos centrales capitalistas mantienen un cierto nivel de "control"
mediante las "inyecciones" y los "salvatajes" que impiden que la crisis se
desmadre y se salga del plano exclusivamente económico financiero.
Por lo tanto, la crisis sólo se
limita a salvatajes de Estados "insolventes" de la eurozona (que en realidad se convierten
en un macro "negocio financiero con la crisis" donde el grande se come al chico) que
no ponen en riesgo considerable ni inmediato ni al sistema ni a los Estados
capitalistas.
Pero hay una pregunta central:
¿Cuándo comienza la crisis?
Y hay una respuesta también central:
Cuando los estados capitalistas hegemónicos con EEUU a la cabeza pierdan el
control sobre las variables de gobernabilidad del sistema, lo que les
impedirá seguir funcionando.
¿Y cuándo será ese momento?
Anoten una palabra clave:
Desocupación.
El factor clave
La desocupación es el elemento clave,
el detonante estratégico, que marca el principio del desarrollo de la crisis
estructural con pérdida de la gobernabilidad (económica, política y social)
de los Estados que integran desigual y combinadamente la red "globalizada" del
sistema capitalista, cuyos resortes de decisión se encuentran en EEUU y en
Europa.
La desocupación es la matriz de la
pérdida de gobernabilidad por una razón esencial: Los despidos masivos de
obreros y empleados son el barómetro y marcan el momento exacto en que la
crisis se sale de la "superestructura" económico financiera y se mete dentro de
la sociedad.
La desocupación, es una instancia
límite, donde el riesgo es la supervivencia del individuo y su familia.
Ya no se trata de una devaluación de su salario por aumento de precios, sino de
la desaparición del salario. El individuo-masa se queda sin la
herramienta y sin los recursos básicos para supervivir dentro del sistema.
Y en consecuencia, el desocupado
entra en crisis: Estalla su habitat social, se queda sin futuro, sin consumo
y sin elementos esenciales para sobrevivir, su mente colapsa.
Señoras y señores: Les presento al
estallido social.
El estallido social, expresado en
huelgas y en levantamientos colectivos (desmadrados o no) es la célula, el
primer escalón, de la pérdida de "gobernabilidad" por parte de los
Estados capitalistas, tanto centrales como periféricos.
Un desocupado (que ha perdido su
universo de consumo y de supervivencia, incluido el de su familia) no puede ser
contenido con "inyecciones financieras" ni con "asistencialismo", requiere de
una solución estructural (la restitución del empleo y el salario) que el
capitalismo en recesión y en crisis estructural no le puede dar.
Está históricamente probado que los
empresarios capitalistas (por una ley histórica de la explotación del hombre por
el hombre), cuando se reducen las ventas acuden al despido de personal para
"achicar costos" y mantener sus márgenes de rentabilidad.
En resumen, los despidos (el
"impacto social") conforman la "noticia estratégica" que rompe el statu
quo de la "crisis superestructural" (controlada por los gobiernos
y los bancos centrales) y la
convierten en "crisis social".
Las huelgas y los estallidos sociales
(como respuesta inmediata a la desocupación en masa) conmocionan los pilares del
control institucional y político de los Estados capitalistas, anarquizan la
economía, y hacen estallar el sistema, como antes la desocupación hizo
estallar al individuo.
En resumen, y de acuerdo con lo que
ya se verifica en la realidad), se están quemando etapas: La crisis financiera
ya devino (por medio de la recesión) en crisis estructural, y rápidamente
se dirige hacia la crisis social (el emergente de los despidos laborales)
de mano de la desocupación que empieza a extenderse y se vuelve crónica a escala planetaria.
La matriz de la crisis
Tanto en EEUU como en la Unión
Europea (y como
primera señal de que el planeta ya ingresó en la "crisis estructural"),
la desocupación se mantiene en niveles que rondan el 10%. Lo que certifica la presencia de una recesión
oculta ya
instalada a escala planetaria.
La desocupación crónica sigue una línea
claramente definida: Nace en los sectores financieros, de servicios o
industriales de Europa y EEUU (los exportadores imperiales de la recesión) y
se proyecta a los países "emergentes" o periféricos mediante las filiales
de las empresa y bancos trasnacionales (con casa matriz en los países
centrales) que empiezan a suspender o recortar horas a sus planteles
de trabajadores.
Esto indica que,
impulsada por la dinámica de los países centrales, la desocupación en los países
periféricos (de Asia, África y América Latina) se contagia por los bancos y
empresas trasnacionales que controlan el sistema económico productivo y los
comercios interiores y exteriores de los países, y que dan trabajo a la mayoría
de la mano de obra urbana empleada (eso explica porqué la desocupación es
simultánea a la de los países centrales).
Y hay un principio axiomático probado
por la realidad: Así como las potencias centrales (con EEUU a la cabeza)
son las grandes exportadoras de recesión mundial, los bancos y empresas
transnacionales imperiales son los grandes exportadores de desocupación
masiva a escala global.
Ante el derrumbe gradual del modelo de
explotación capitalista "globalizado" esos bancos y trasnacionales del Imperio
(que hegemonizan el control sobre el comercio y los sistemas productivos a
escala global) descargan la crisis sobre las espaldas de los
trabajadores que pasan a la categoría de "desocupados" o "sub-ocupados".
En el caso de América Latina , este
fenómeno se agrava por lo siguiente: Entre el 50% y el 60% de la población
laboral está "en negro" y con contratos basura (ocupación temporaria sin
estabilidad laboral), lo que facilita los despidos o recortes salariales en masa y reduce y/o exime al
empresario de las indemnizaciones por despido.
El dato es importante a la hora de
evaluar las causas de lo que algunos analistas ya definen y proyectan como la
"bomba laboral" (despidos en masa) en América Latina.
Resumiendo:
La desocupación es la clave, el
principio funcional, de la crisis capitalista extendida a escala global.
Conforma la ruptura de la última
línea de supervivencia del individuo y es la sustancia matriz del
descontrol económico, político y social de los gobiernos capitalistas.
Y hay un dato central que diferencia
a la "crisis social" de las precedentes (la financiera y la
estructural"): Las huelgas y estallidos sociales no se controlan con "salvatajes
financieros, sino con represión masiva.
Y la represión masiva genera el
caos del sistema y retroalimenta los estallidos (que a su vez retroalimentan
la represión), se rompen los marcos institucionales y políticos: El Estado
y el sistema capitalista pierden el control y entran en crisis, no
superestructural sino "total" .
Se quiebran las variables de la
"gobernabilidad en paz": No hay "contención democrática", no hay "contención
política", no hay "contención social", el individuo-masa desocupado pierde la
dimensión de las reglas sociales y se suma a un grupo de iguales para
conseguir lo que le quitaron: La supervivencia, representada en un empleo
y en un salario (satisfacción de las necesidades básicas asegurada).
Ese (el desocupado nucleado en
estallidos sociales masivos) es el límite que marca la línea roja entre la
gestación de una nueva etapa de la crisis (como estamos viviendo) y la crisis del
sistema que sólo estallará cuando comiencen las huelgas generales, los
cortes de ruta y autopistas, y los bloqueos a accesos de ciudades claves.
¿Cuándo y por dónde empezará la
crisis?
La verdadera crisis del sistema
capitalista va a comenzar a desarrollarse cuando el proceso de despidos
laborales se torne masivo y las víctimas sumen centenares de miles hasta
millones multiplicadas por todo el planeta.
La actual dinámica ya es indicativa
de que los despidos ( a diferencia de la crisis económica financiera que
se desarrolló primero en el centro) van a ser
simultáneos en los países centrales y en los periféricos, por vía de las
transnacionales, y en consecuencia, el estallido de la crisis va
seguir un proceso nivelado y simultáneo en todo el planeta.
La dinámica ya quedó confirmada
con la crisis desatada por la suba del petróleo y los alimentos en el 2008, donde las
reacciones sociales fueron simultaneas en Europa, Asia, África y América Latina,
donde se registraron huelgas, estallidos sociales y cortes de ruta.
En consecuencia, una vez instalada la
crisis, pasaremos al siguiente escenario: La reinstalación de la represión
militar o policial.
El retorno de la represión policial o
militar conformará a su vez, la matriz fundacional de un
nuevo proceso histórico del sistema capitalista cuyos alcances hoy todavía
es difícil de dimensionar y proyectar.
(*) Manuel Freytas es periodista,
investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y
comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados
en la Web.
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