ste
proceso (donde se aprovechan
tanto las "burbujas" como las "crisis" para generar rentabilidad capitalista) permitió la
consolidación de un puñado de conglomerados financieros globales "ganadores"
de la crisis iniciada en el 2008 que se deglutieron a las instituciones quebradas mediante compras o
fusiones forzadas.
No se trató (como quieren hacer
creer las autoridades del sistema) de una "crisis involuntaria" sino de un proceso
inducido de acumulación capitalista a través de la especulación financiera
que terminó (como efecto no deseado) impactando en las variables de la economía
real con las sociedades (sobre todo las más desprotegidas) pagando el costo del
nuevo proceso de acumulación capitalista.
A)
La red global
Imaginemos al sistema capitalista
"globalizado" como una gran
red tejida en los cuatro puntos cardinales del planeta, desde el Este al
Oeste y del polo Norte al polo
Sur.
Luego imaginemos las líneas (económicas-financieras-tecnológicas) de
esa red convergiendo en dos puntos terminales centrales: EEUU y Europa.
Una gigantesca
telaraña de más de doscientos países, con sus correspondientes sistemas
económicos productivos y sociedades de consumo nivelados en un mismo marco
operativo y en un mismo "programa
capitalista" y convergiendo en un centro geográfico imperial: Las
metrópolis imperiales (los centros comerciales-financieros) de EEUU y la Unión
Europea.
La existencia de esta red
(fácil de comprobar investigando los sistemas económicos-productivos-financieros
y los comercios exteriores de los países centrales y periféricos) se superpone a
cualquier teoría macroeconómica o calificación "filosófica" a priori del
sistema capitalista de la era de las computadoras.
Todo lo que sucede en la red planetaria
del "capitalismo globalizado" se programa y nivela
planetariamente desde ese centro estratégico (la "computadora madre") desde
donde se diseña y exporta (a toda la red) desde "modelos económicos", "modelos
jurídicos-institucionales", "modelos militares", hasta "modelos sociales"
fundamentados en la ideología de consumo capitalista.
Hasta ahora, luego de la caída de
la URSS y el advenimiento del "nuevo orden mundial" en la década pasada,
a ese centro del dominio planetario capitalista se lo denominó "Imperio
unipolar" (o reinado del Imperio del dólar), con EEUU cumpliendo el rol de
"computadora madre" (servidor) y con el resto de las potencias
"occidentales" acopladas como "terminales centrales" del sistema.
Fue durante el proceso de reestructuración macroeconómica y
financiera (destinado a abrir las fronteras del mundo al capitalismo
transnacional), el cual se inició en los primeros años de la década de 1980 y culminó
en 1999 (la era de la "revolución bancaria") y cuando el Congreso estadounidense adoptó el
Acta de Modernización de los
Servicios Financieros durante la administración Clinton, que los conglomerados gigantes de Wall Street consolidaron su
dominación financiera global.
De la mano de las "reformas económicas" impuestas planetariamente desde el FMI y
la OMC, en la década del 90 en el mundo periférico, los
mega-bancos de "inversión", las firmas de brokers, los inversores
institucionales y las compañías de seguros podían "invertir" (léase
depredar) libremente (exentos de impuestos)
en cualquier negocio e integrar completamente sus operaciones financieras en
Asia, África o América Latina.
Con la llamada
doctrina del "Consenso de Washington" fueron destruidos sistemáticamente los
Estados nacionales y sus legislaciones protectoras en nombre del "libre mercado"
y la "apertura económica". Y -de la mano de las transferencias computarizadas-
nació la era del "capitalismo sin fronteras" desde la matriz del sistema
financiero imperial con asiento en Wall
Street.
El modelo, impulsado en
la década del 90 por el llamado Consenso de Washington (un foro en las sombras
del lobby sionista de poder mundial), respondía a un nuevo proyecto
estratégico de desarrollo y acumulación expansiva del capitalismo financiero
transnacional, en la era de las comunicaciones digitales.
La combinación
interactiva de las redes informáticas, el sistema satelital y las
telecomunicaciones, posibilitaron la era de los mercados informatizados y sin
fronteras.
Así nació la era de la
globalización financiera. La industria del dinero especulativo en alta
escala. El dinero como productor de dinero. Circulando sin barreras. El dinero
como un producto en sí mismo. El dinero informático, reproduciéndose a
velocidades increíbles a través de los continentes.
Mediante
las redes planetarias de transacciones informatizadas (realizadas al segundo y
en cualquier escala) el sistema "globalizado e interactivo" del capitalismo
transnacionalizado fue nivelado como "único modelo de economía" a escala
planetaria.
De esta manera se
consumó el proceso de acumulación y concentración capitalista más asombroso de
toda la historia. La llamada burbuja financiera o "exuberancia irracional"
(el más alto nivel histórico de rentabilidad capitalista), con base territorial
y operativa en Wall Street y en las metrópolis financieras de Europa y de Asia (las
terminales centrales de la red).
Destruidas las redes de los "Estados nacionales", "abiertas" sus economías y
desmanteladas sus empresas públicas y legislaciones protectoras comenzó la
"era del libre mercado" cuyas bases fueron establecidas por la
"revolución bancaria" de Clinton (y del Consenso de Washington) en la década
del 90.
En un ciclo de reproducción perversa
del "dinero por el dinero mismo" (transferencias informatizadas a escala
global) la dinámica de los grupos financieros súper-concentrados revela el
predominio del capital especulativo (dinero sin fronteras) sobre el
productivo, como dato más sobresaliente y distintivo de la llamada
"globalización" del sistema capitalista en decadencia.
Como se sabe, y lo destacan una
multitud de expertos, EEUU, la locomotora del sistema capitalista "globalizado",
ha sustituido a la "economía real" por la "economía bancaria", o sea, ha
sustituido a la "economía de los recursos genuinos" (respaldados por la
producción) por la "economía de los papeles" (acciones de deuda
sin respaldo) circulando por los mercados financieros globales.
A esta era
siniestra de la depredación capitalista en alta escala, con base en la
especulación financiera nivelada como industria a escala planetaria, se la
denominó "Globalización".
En
términos reales la "Globalización" no fue otra cosa que la incorporación
institucional de los "ex Estados nacionales" como satélites dependientes
de la red económica-productiva y financiera al sistema capitalista trasnacional
dominante hegemonizado por EEUU y Europa.
Los
"Estados nacionales" de Asia, África y América Latina fueron convertidos en
"Estados transnacionales" y los países
ya no tuvieron vida independiente sino dentro del modelo (la nivelación
económica se complementó con la nivelación política, militar y social).
De esta
manera, el "Estado nacional" (del capitalismo local) fue sustituido por el
"Estado privatizado" al servicio del capitalismo transnacional dentro de
un modelo de política y economía nivelados por la ideología de la sociedad de
consumo.
Los
países periféricos se convirtieron en "economías de enclave" y
comenzaron a transferir (a través de la red global) enormes recursos financieros
(producto de la depredación económica) a los países centrales.
Estos recursos, finalmente, fueron utilizados para una segunda fase
complementaria de explotación y rentabilidad capitalista en alta escala: La
especulación financiera sin fronteras a escala planetaria.
Y, como no podía ser de otra manera, en la década del 90, en la catedral
imperial de Wall Street nació la "burbuja financiera", o el reinado
de la "economía de papel".
Se trató (y se trata todavía) de la máxima abstracción de la rentabilidad
capitalista: La reproducción del dinero por el dinero mismo, fijando reglas y
dinámicas propias por encima del sistema productivo real.
En un salto cualitativo transformacional inédito, el sistema capitalista, dueño
de los Estados (centrales y dependientes) y de sus sistemas económicos
productivos, consumó lo que parecía imposible: La creación de una "economía
de papel" sin respaldo de la economía real.
B)
Los dueños de la red
En el tablero de la especulación y la
concentración capitalista a alta escala el dinero durante las crisis
financieras (como la que está sucediendo) no se evapora, solamente pasa de unas manos a otras en un mayor
nivel de concentración.
De
acuerdo con las leyes históricas del capitalismo, para que se produzca la
concentración monopólica de la riqueza, debe generarse (a través de la
competencia capitalista por el mercado y la rentabilidad ) un proceso de alta
circulación de dinero y de ganancias (burbuja), primero, y otro de
retracción de ganancias con escasez del dinero circulante (crisis) después.
A estas dos instancias rectoras se
agrega, en la era de la globalización, la "regulación darwiniana" del mercado
por medio de las "burbujas" (periodos expansivos) y las "crisis"
(periodos depresivos), tras las cuales los grupos más poderosos y diversificados
(y con mayor control político de la economía a través de los Estados
capitalistas) absorben a los grupos más débiles y continúan con una nueva
fase del proceso de rentabilidad y concentración de riqueza.
O sea,
deben haber "burbujas" y "crisis" financieras, donde unos pierden
y otros ganan, y donde los monopolios más súper-concentrados del sistema
capitalista se degluten y/o absorben a los menos concentrados (el pez grande se
come al chico).
Esta
dinámica es la que ha posibilitado la existencia de bancos y trasnacionales (la
mayoría abrumante con asiento en Wall Street) que facturan ganancias y tienen
activos equivalentes a los presupuestos y al PBI de decenas de países juntos
del llamado "mundo periférico" (los "mercados emergentes").
El colapso
iniciado en el 2008 en EEUU
posibilitó una reestructuración del sistema financiero imperial (nivelado
planetariamente) mediante
compras de acciones y activos en bancarrota y oleadas de fusiones
corporativas, donde el pez más grande (y diversificado) se come al chico, en una
dinámica darwiniana aplicada en el sector financiero.
Este proceso permitió la
consolidación de un puñado de conglomerados financieros globales "ganadores"
de la crisis que se comieron a las instituciones quebradas mediante compras o
fusiones forzadas.
Una crisis, es antes que nada un
reciclamiento del sistema: Lo que estaba en un casillero, se traslada a
otro. Lo que estaba en Merrill Linch se recicló en el tablero contable de Bank
Of América que compró a la entidad semiquebrada.
Durante este proceso, los que se
perfilaron como "grandes ganadores" fueron el Bank of
America (que compró a Merril Lynch y se consolidó como la mayor
institución financiera del mundo) y JP Morgan Chase que
compró los activos
del mayor banco de ahorro y préstamo de EEUU, Washington Mutual, vendidos
en subasta después de que la institución fuera intervenida por las autoridades.
A su vez, las "crisis"
iniciada en 2008 fue impulsada por grupos que habitualmente manejan información confidencial del movimiento
monetario y de las decisiones de la Reserva Federal de EEUU lo que les permite
predecir acontecimientos.
Las quiebras y las bajas accionarias,
a su vez, se manejan con
rumores e información manipulada (por ejemplo la "quiebra" anticipada de alguna
institución) que generan temor y caos en los mercados.
Luego esos grupos, utilizando
créditos multimillonarios sin respaldo real (sistema de apalancamiento)
compran las acciones de las corporaciones quebradas a precio de ganga como
sucedió con Merrill Linch,
Washington Mutual,
Lehman Brothers y otros gigantes.
Estas operaciones de
ganancias con las "crisis" y las "burbujas" son controladas por los grupos
súper-concentrados sionistas (con central operativa en Wall Street y en las
metrópolis europeas) que controlan las redes del sistema capitalista
globalizado, cuyas filiales y casas matrices pueden estar en Europa, Asia, o
en cualquier continente, pero tienen su terminal en Wall Street.
La información preliminar de
los movimientos y decisiones de la Reserva Federal, conforma la materia
prima de estas gigantescas operaciones de depredación capitalista a escala
planetaria con la especulación financiera que realizan los grupos sionistas
súper-concentrados que controlan los resortes básicos del poder económico en el
Imperio locomotora del capitalismo.
El complejo entramado
de "vasos comunicantes" entre el capitalismo financiero, tecnológico,
industrial, de servicios, informático y comunicacional (controlado
mayoritariamente por grupos del lobby sionista estadounidense-europeo) revela un
grado increíble de concentración, diversificación, e intereses comunes de las
megacorporaciones transnacionales que se dividen el planeta como un gran
mercado.
Su inserción en el Congreso y en
la Casa Blanca, los contactos con la CIA y la inteligencia estadounidense, sus
ramificaciones en el Pentágono y en el Complejo Militar Industrial de EEUU, le
permite al lobby sionista de Nueva York (el dueño de la red global)
tener conocimiento previo de las decisiones de política exterior y de
seguridad nacional que influyen en los mercados globales de la red
capitalista.
El lobby sionista no está solamente en la Casa Blanca sino que abarca
todos los niveles de las operaciones del capitalismo trasnacional, cuyo
diseño estratégico está en la cabeza de los grandes charmans y ejecutivos de
bancos y consorcios multinacionales que se sientan en el Consenso de Washington
y se reparten el planeta como si fuera un pastel.
En la práctica se trata
de un poder mundial conformado por una estructura de estrategas y
tecnócratas que operan las redes industriales, tecnológicas, militares,
financieras y mediáticas del capitalismo trasnacional extendido por los cuatro
puntos cardinales del planeta.
Son los dueños de la red: Los que deciden el destino del "capitalismo globalizado".
C) EL estallido de la red
Proyectado en secuencia: El "lunes negro" de los mercados globales
del 15 de septiembre de 2008, que registró el mayor derrumbe de Wall Street
desde el 11-S, trasformó la crisis hipotecaria en crisis crediticia e instaló
oficialmente la crisis financiera con recesión proyectada desde las economías
centrales a los países emergentes y periféricos del sistema capitalista a escala
global.
Ante la impotencia
de la Casa Blanca y del establishment del poder estadounidense, la
"burbuja financiera" del capitalismo especulador sin fronteras
de Wall Street, la
reproducción del dinero por el dinero mismo, estalló y se desmoronó
sobre las mismos cimientos de la red global que inventó.
De esta manera, lo que comenzó como
crisis hipotecaria en septiembre de 2007, luego transformada en crisis crediticia y colapso
bancario generalizado, en el 2008 tocó los umbrales de una crisis del sistema
capitalista a escala global.
En
consecuencia: El cóctel crisis del crédito-caída de la producción-desempleo
masivo se proyectó como efecto inmediato de la crisis financiera con
caída bancaria y derrumbe de bolsas a escala global con epicentro en EEUU y
Europa.
Según las
primeras autoridades del sistema capi
talista
(Reserva Federal USA, BCE, FMI, Banco Mundial; OCDE, G-8) EEUU y las quince naciones de la zona euro, países que en
conjunto representaban más de la mitad de la economía mundial, entraron en
recesión o enfrentaron significativos riesgos de entrar en recesión en los
meses siguientes.
EEUU y
Europa (el corazón del Imperio económico "unipolar") por lo tanto, se
convirtieron en el epicentro de la crisis crediticia emergente del
derrumbe globalizado de los mercados que "institucionalizó" en la
economía real la multiplicación y potencialización del proceso
inflacionario-recesivo en las primeras potencias económicas
del sistema.
La crisis que hizo estallar la red
financiera global viró de lo "financiero" hacia lo
"económico-.financiero": Tuvo un epicentro en la crisis hipotecaria de EEUU, se
expandió a los mercados financieros globales (subdesarrollados y desarrollados),
y tocó variables estructurales de la "economía real" por medio
del proceso desatado por el cóctel suba del petróleo + suba de alimentos =
proceso inflacionario, que ya padecen las economías centrales del sistema
capitalista: EEUU, Unión Europea y China.
¿Porqué estalló la red?
La filosofía especuladora del
"apalancamiento" (una economía virtual montada sobre el crédito y el
endeudamiento) estalló cuando la "falta de confianza" de los tenedores de
bonos y acciones (el dinero de papel) los llevó a "efectivizarlos" en dinero
real.
Allí se destapó la mentira y la
falta de respaldo de decenas de billones de dólares transferidos por
asentamientos financieros y papeles que, cuando los tenedores quisieron
convertirlos en dinero contante y sonante se encontraron con la sorpresa de que
el efectivo no estaba donde debería estar: Los bancos.
En
resumen, y como resultante del proceso, los tenedores de los bonos subprime
"desvalorizados" decidieron venderlos en masa generando un colapso
generalizado (de todos los índices y acciones) de los mercados financieros
en EEUU, Europa, Asia y América Latina.
Los
gigantes bancarios e hipotecarios comenzaron a derrumbarse arrastrando consigo a
todo el sistema financiero imperial.
Hay expertos que sostienen que un equivalente billonario a más de un PBI de EEUU
y Europa juntos circula en papeles sin respaldo
de la "burbuja financiera" que se generó en Wall Street en la década del
noventa desparramando ganancia especulativa a escala planetaria.
Las "súper-fortunas"
personales,
los "súper-activos" empresariales se nutrieron de este macro-robo monumental del
capitalismo financiero especulador que inventó una economía paralela: La
economía de papel.
Esa economía es la que
estalló junto con los macrobancos y macroempresas que lideraron la
depredación capitalista (a través de la red globalizada) y que hoy se encuentran con sus bóvedas sobrecargadas de
papeles sin valor: La chatarra de la "burbuja financiera".
En un escenario marcado por el
derrumbe bursátil y las quiebras de los gigantes bancarios del Imperio las autoridades
monetarias de EEUU y Europa (la "computadora madre") iniciaron el mega rescate
de los bancos para evitar que las turbulencias financieras
contaminen la economía real y se proyecten por toda la red a escala global.
Hasta
ahora (incluido el mega-rescate de la Casa Blanca) los esfuerzos han concluido
en un fracaso mientras los países globalizados de la red, en un efecto dominó,
comenzaron a sentir las consecuencias del colapso financiero imperial en sus economías
reales.
Y
los expertos y macroeconomistas comenzaron a barajar alternativas a la "crisis
del Imperio del dólar" mientras surge una pregunta de fondo: ¿Podrá
sobrevivir el sistema capitalista globalizado sin la hegemonía de EEUU?
Una
pregunta clave que todavía no tiene respuesta.
(*) Manuel Freytas es periodista, investigador y analista, especialista en inteligencia y
comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados
en la Web.
Ver sus trabajos en
Google
y en
IAR Noticias