l ataque militar a
Libia prueba algo indiscutible: El sistema imperial capitalista
centralizado en el eje USA-UE-Israel es impune. Y está solo. No tiene enemigo
estratégico. Puede invadir, matar o perdonar, a su arbitrio.
El aparato de la prensa
mundial y sus analistas mercenarios les pertenece y está a su entero servicio,
las 24 horas del día.
La sociedad mundial, en
sus distintos niveles sociales, está alienada y sólo repite eslóganes
mediáticos manipuladores.
Los gobiernos mundiales (salvo unos
pocos como Venezuela y Cuba) son meras sucursales gerenciales de las
potencias centrales y de sus corporaciones trasnacionales que han convertido
al planeta en un gran mercado sin fronteras.
La izquierda se ha
convertido en un mosaico incoherente de fundamentalistas ideologizados
y sin capacidad de análisis estratégico que sólo recitan consignas de la
"guerra de izquierda contra derecha", integrados al sistema.
EEUU y las potencias
(como queda una vez más demostrado con Libia) puede masacrar población civil
desde el aire y borrar un país entero a misilazos, sin que a nadie se le
mueva un pelo.
La indiferencia y la
enajenación colectiva es el mayor triunfo del sistema.
Hacemos un minuto de
silencio por los muertos. Por los que están muriendo en Libia, y por los que van
a seguir muriendo, masivamente, por hambre o por misiles, para seguir
alimentado rentabilidad capitalista irracional y asesina a escala mundial.
Hacemos un minuto de
silencio por el planeta, por nuestra hermana naturaleza, y por la
inteligencia humana que también fue destruida a misilazos de pantalla televisiva.
Humanidad kaput.
El capitalismo convirtió al ser
humano vivo en una terminal robotizada de la sociedad de consumo capitalista.
El sistema camina solo, como un
zombie, y mata por inercia. Y los vivos que aún resisten son aislados,
demonizados, y ejecutados, a misilazos o a pantallazos televisivos, bajo el
cargo de pertenecer al "eje del mal".
Y la humanidad, convertida en un
microchip parlante del sistema imperial, aplaude gozosa las "rebeliones" de
la CIA y la caída de los "dictadores" en los países atestados de petróleo por
conquistar.
Ya no hay lógica ni
sentido común. Todo perdió legitimidad y razón de ser. Mientras el imperio
asesina masivamente en Libia, Irak, Afganistán, o allí donde haya mercados y
petróleo por conquistar, la sociedad mundial alienada consume productos,
diversión, ídolos faranduleros y presidentes de Estados capitalistas fabricados
y clonados como la oveja Dolly.
Y parece que a un zombie
sólo lo puede matar otro zombie.
Al sistema capitalista
solo lo pueden matar su propias contradicciones. Sus propias divisiones y
guerras internas por el control del poder y de los recursos estratégicos
esenciales que se extinguen en un planeta destruido y depredado por la
voracidad de la rentabilidad bancaria y comercial.
En Libia el sistema tocó
fondo. La decadencia y la irracionalidad de las potencias dominantes se muestra
en todo su esplendor. En vivo y en directo. La variable de ajuste es el
petróleo. El show lo ponen las bombas y misiles de última generación, la
muerte y el sufrimiento corre por cuenta del pueblo libio.
La CIA divide, el
Pentágono extermina, La ONU santifica. Las potencias centrales acompañan. Pero
solo acompañan al ganador.
Un escenario que se repite hasta el
cansancio en los pueblos pobres que nadan en petróleo y en riquezas naturales.
En Asia, Africa y Medio Oriente, la "solución final" siempre es la conquista
de mercados con asesinato en masa de población sobrante.
Los zombies mueren matando. Y
mueren matando a seres que estaban vivos. Y cuando las bombas no surten efecto,
como en Libia, comienza la diáspora y los enfrentamientos internos para
quedarse con algún pedazo del botín de guerra antes de que desparezca.
EEUU se cortó solo con
sus dos socios sionistas en la conquista del petróleo libio.
Pasaron 72 horas
del inicio del ataque y Kadafi sigue en pie. La sociedad imperial comienza a
resquebrajarse. Los intereses de sector priman sobre la unidad. La OTAN mira
para un lado, y el Pentágono para otro. No hay acuerdos sobre la táctica, la
estrategia y la línea de comando a seguir.
La muerte masiva del pueblo libio
comienza a convertirse en rutina, en un statu quo dramático, y los reproches y
las diferencias internas en el bloque imperial siembran de dudas y de
incertidumbre a los "escenarios posibles" que se avecinan como
resultante.
Y la prensa internacional titula:
Los ataques en Libia podrían reducirse; se teme un punto muerto, dice
Reuters.
Persisten dudas acerca de quién debe comandar la operación en Libia, señala
la BBC.
La OTAN no consigue superar sus divisiones internas sobre Libia, puntualiza
la AFP.
Fisuras en los aliados sobre la operación; Obama reclama el mando de la OTAN,
resume El Mundo de España.
Y nuestro propio título sintetiza el
cuadro de situación:
Bombardeos masivos: Ahora el tiempo y los muertos juegan para Kadafi.
Lo adelantamos, y
así está sucediendo. Los muertos y el tiempo ya están jugando para Kadafi. Los
zombies, comienzan de devorarse entre sí. Más cadavéricos, que los propios
cadáveres de hombres, mujeres y niños inocentes que van sembrando sus misiles en
Libia.
¿Y qué va a pasar?
¿Cómo sigue la
masacre petrolera
disfrazada de "misión humanitaria?
La respuesta es
sencilla:
Los zombies van por
el petróleo.
Las alternativas son varias, y Dios proveerá la próxima movida.
Y nosotros, como
siempre, la contaremos antes de que suceda.
(*) Manuel Freytas es periodista, investigador,
analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación
estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.
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IAR Noticias