Naoto Kan,
primer ministro de Japón, en un discurso a la nación.
"Material
radioactivo alcanzará Tokio pero no es dañino para el ser humano porque para
cuando llegue allí estará disuelto", dijo Koji Yamazaki, profesor de ciencias
medioambientales en la Universidad de Hokkaido.
"Si el viento se intensifica, el material volará más rápido pero también se
dispersará más en el aire", añadió..
Los vientos sobre la instalación nuclear se desplazaban lentamente hacia el
suroeste en una dirección que incluiría Tokio, pero se desviarán hacia el oeste
el martes más tarde, informó un meteorológo.
Algunas embajadas aconsejaron a sus trabajadores que abandonen las áreas
afectadas, los turistas recortaron sus vacaciones y algunas compañías
multinacionales dijeron a sus empleados que salgan de Tokio después de que
ligeros niveles de radiación fuesen detectados en una de las ciudades más
grandes y densamente pobladas del mundo.
Francia
fue el primer país en levantar la voz de alerta sobre el peligro. Para el
presidente de la Autoridad de la Seguridad Nuclear (ASN), André-Claude Lacoste,
“no hay duda de que se ha producido ya un principio de fusión”, y elevó el nivel
de alerta hasta 5 o incluso 6 .
La
catástrofe de Chernobyl registró un nivel 7, el máximo de la escala.
Fukushima ya ha sobrepasado el nivel de radiación de la central de “Three Mile
Island”, central estadounidense que en 1979 sufrió la fusión parcial del
núcleo del reactor.
El alerta es mundial. Europa ordenó ayer revisar todas sus centrales atómicas.
“A nivel global, los desechos radiactivos en el entorno son importantes”,
incidió la ASN. “ Estamos ante una crisis que podría durar semanas” , destacó.
Según la agencia Kyodo, la radiación detectada ayer en la planta de Fukushima es
el doble del máximo visto hasta ahora, según una información facilitada por la
Tokyo Electric Power, propietaria de la instalación.
Japón ya ha pedido oficialmente ayuda a la Agencia Internacional de la
Energía Atómica, en concreto que envíe un equipo de expertos para intentar
frenar el desastre.
La
sensación de que el gobierno japonés está ocultando información se hizo
el lunes más evidente entre los ciudadanos. Fukuyama “no desembocará en una
situación similar a la de Chernobyl”, insistió ayer desde Tokio el portavoz del
gobierno, Yukio Edano, quien había negado que el reactor número 2 fuera a sufrir
una explosión como ya había ocurrido el sábado al 1 y el domingo al 3.
El
Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) dijo el lunes que elevó la
magnitud del seísmo a 9 desde los 8,9 grados previos, lo que lo convirtió en
el cuarto más potente desde 1900.
La industria automotriz, los constructores navales y compañías tecnológicas
luchaban por suministros después de que el desastre obligó a cerrar fábricas en
Japón e interrumpió la cadena de producción global.
Casi 850.000 hogares estaban sin energía en el norte del país, según la compañía
Tohuku Electric Power, y el Gobierno dijo que al menos 1,5 millones no tenían
agua potable. Decenas de miles de personas permanecían desaparecidas.
El impacto en
los mercados
Las
estimaciones del impacto económico están empezando a salir. Hiromichi Shirakawa,
economista jefe de Japón en el Credit Suisse, dijo en una nota a clientes que
las pérdidas oscilarían entre 171.000 y 183.000 millones de dólares sólo en la
región afectada por el terremoto y el tsunami.
El
terremoto ha forzado a muchas firmas a suspender la producción, y las acciones
de las mayores compañías japonesas se derrumbaron el lunes, con Toyota cayendo
casi un 8 por ciento.
Firmas internacionales se enfrentaban a interrupciones en sus actividades debido
a que el seísmo y el tsunami destruyeron infraestructura vital, dañaron puertos
y derribaron fábricas que suministraban desde componentes de alta tecnología
hasta acero.
Las acciones de Tokio tuvieron una caída por segundo día consecutivo
mientras se intensifica una crisis nuclear en el noreste del país.
El índice
bursátil de referencia, el Nikkei 225, cayó hasta en un 14% después de
que el primer ministro Naoto Kan pidiera a los habitantes de la zona cercana a
una planta de energía nuclear afectada por el tsunami, que permanecieran en sus
hogares ante el riesgo de contraer alguna enfermedad por la radiación. El índice
cerró el martes con una disminución del 10,6% para quedar en 8.605,15 unidades.
A la caída
bursátil, se suma otro fantasma. Las cuatro provincias más afectadas por el
desastre en el noreste son Iwate, Miyagi, Fukushima y Ibaraki. Sus producciones
representan casi 6% de la economía de Japón. El Banco Central informó que existe
preocupación sobre la caída de la producción de las fábricas debido al desastre.
En tanto, las Bolsas europeas registraban una fuerte caída arrastradas
por el Nikkei. Frankfurt abrió con una baja de casi 5% y retrocesos de más de 3%
en Londres, París y Milán.
Los temores sobre una grave crisis financiera y nuclear en Japón,
despertaron al Footsie-100 de Londres con su menor nivel en tres meses y medios.
El índice caía también un 3%.
El índice de la Bolsa de Frankfurt se
hundía 4,48%. Las plazas de Paris y Milán también perdían más de 3% menos de dos
horas después de iniciarse las rondas.
Dos inyecciones de efectivo que suman un total de 980.000 millones de dólares (8
billones de yenes) se producen un día después de que el Banco de Japón
alimentara los mercados financieros con 184.000 millones de dólares (15 billones
de yenes) y adoptara otras medidas para proteger la débil economía nacional
después del terremoto de una magnitud de más de 8,9 en la escala de Richter que ha
causado miles de muertes.
Aún se está conociendo la amplitud de la destrucción causada por el
potente seísmo del viernes y el posterior tsunami, mientras los equipos de
rescate avanzaban por la región al norte de Tokio, donde se teme que hayan
muerto al menos 10.000 personas.
"Es una escena del infierno, absolutamente una pesadilla", dijo Patrick Fuller,
de la Federación Internacional de la Cruz Roja, desde la ciudad costera de
Otsuchi.
El primer ministro Kan afirmó que Japón se enfrentaba a su peor crisis desde la
Segunda Guerra Mundial y, con los costes financieros del desastre estimados en
hasta 180.000 millones de dólares, los analistas dicen que la economía japonesa,
la tercera mayor del mundo, podría caer nuevamente en recesión.
El
economista Hiromichi Shirakawa, de Credit Suisse, y los analistas de Barclays
Capital calcularon los daños en hasta 15 billones de yenes (183.000
millones de dólares) -aproximadamente 3% del PBI- mientras que otros analistas
advirtieron que la economía se contraerá durante los próximos seis meses.
La caída económica supone el revés más doloroso para Japón desde la Segunda
Guerra Mundial.
"Diversos sectores consideran que el movimiento telúrico asestó el golpe
definitivo a un Japón débil que ha sido rebasado (en el último año) por una
China en ascenso'', dijo Koetsu Aizawa, profesor de economía en la Universidad
de Saitama, en el norte de Tokio.
Se
anticipa que las interrupciones de las actividades económicas en Japón como
consecuencia del terremoto y el tsunami se extiendan por toda Asia en las
próximas semanas. Esto empeora aún más el panorama económico de la región,
en un momento en que ya luchaba contra los efectos del alza de los precios del
petróleo y los alimentos.
El comercio entre Japón y otros países asiáticos puede caer de forma abrupta
en el corto plazo, dijo Tim Condon, un economista de la región de Asia de
ING en Singapur. Esto, sumado a otros problemas como las elevadas tasas de
inflación, significa que "la próxima ronda de revisiones de crecimiento de Asia
será a la baja", previó.
Japón sigue siendo un pilar de la economía de la región a pesar de
cederle hace poco su puesto como la segunda economía del mundo después de
Estados Unidos a China.
Todavía es
la mayor fuente de inversión extranjera directa para muchas partes de Asia
y un generador clave de ingresos procedentes del turismo, especialmente para
países como Tailandia, que recibe aproximadamente un millón de japoneses al año.