(IAR
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23-Julio-2011
Mercados y gobiernos del mundo entero esperan ansiosos el resultado de las negociaciones que se realizan en Washington para elevar el límite de la deuda que el gobierno federal estadounidense está autorizado a contraer.
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Cadena BBC
Altos
funcionarios estadounidenses, como el presidente de la Reserva Federal, Ben
Bernanke, o el secretario del Tesoro, Timothy Geihtner, han advertido de las
consecuencias "calamitosas" de que no se eleve ese límite y que el país pueda
dejar de pagar sus obligaciones internacionales.
Y aunque podría parecer un tema de altas finanzas y elevadas negociaciones
políticas, muchos piensan que podría impactar directa y muy duramente al
ciudadano común, no solo en Estados Unidos sino en todo el mundo.
BBC Mundo le presenta cuatro cosas que podrían pasar si el techo de la deuda
no es elevado y si Estados Unidos entrara en cesación de pagos por primera vez
en su historia.
Los bonos del Tesoro y los fondos de
pensiones pierden valor
Los papeles del Tesoro de EE.UU. son la inversión más confiable del mundo y la
columna vertebral del mercado de bonos mundial. Si Washington se viera forzado
a suspender el pago de esas obligaciones a los tenedores, se crearía una
crisis de confianza mundial.
Aunque esos bonos están mayormente en manos de grandes inversionistas y de
gobiernos, muchos ciudadanos, a través de casas de inversión y fondos de
pensiones, compran "cestas" de productos financieros en la que casi siempre
hay papeles estadounidenses.
Si, por ejemplo, usted está afiliado a un fondo de pensiones privado, como los
que están disponibles en muchos países latinoamericanos, es posible que ellos
tengan parte de su portafolio en bonos estadounidenses. En ese caso, sería
posible que una situación que afecte estos títulos del Tesoro estadounidense
pueda deteriorar el valor de su pensión.
Cae el dólar, sube la inflación
Se teme que los problemas crediticios puedan afectar la credibilidad del dólar
estadounidense, hasta ahora la gran moneda de reserva del mundo. Dicho de otra
manera, puede que los ciudadanos de otros países puedan sentir que el dólar ya
no les ofrece seguridad y dejen de comprarlo.
Eso, en principio, podría llevar a que el precio de la moneda estadounidense
cayese.
Para varios países latinoamericanos que escogieron adoptar el dólar como su
moneda nacional, como Ecuador, Panamá y El Salvador, eso puede presentar
problemas.
Si el precio del dólar empieza a caer, también aumentará el precio que se debe
pagar por los bienes importados, que se pagan con la moneda estadounidense y
aumentará el costo de vida.
En el caso de un "default" estadounidense, para una persona que vive en
Ecuador, Panamá, o El Salvador, el mercado semanal podría costarle más, en
particular si compra muchos productos fabricados en otros países.
Sube el desempleo, Estados Unidos compra menos
Un cese de pagos por el gobierno estadounidense probablemente haría más
complejo y costoso para ese país volver a pedir prestado, lo que, con alta
probabilidad llevaría a una sustancial reducción en el gasto gubernamental,
actualmente dependiente en gran medida del crédito.
Del mismo modo, el probable aumento en las tasas de interés en el crédito
disponible a los ciudadanos privados estadounidenses llevaría a que ellos
también redujeran su consumo.
Considerando que la base de la economía es el consumo, la lógica empresarial
mandaría a reducir la producción, lo que eventualmente les forzaría a dejar de
contratar personal y hasta reducir las plantillas.
En cuanto al sector público, el gobierno federal podría dejar de hacer
transferencias de recursos a los estados que tendrían que empezar a reducir
sus burocracias despidiendo a policías, maestros o bomberos.
"Si vemos aumentar el desempleo cada vez mas vamos a entrara en otra recesión,
porque la economía se va a hacer mas chica", dijo a BBC Mundo el analista
económico, Isaac Cohen.
Y una recesión estadounidense afectaría inmediatamente el bolsillo de los
ciudadanos de muchas naciones latinoamericanas que tienen en Estados Unidos al
principal comprador de sus productos y servicios
Por ejemplo, en Colombia, un trabajador de la industria de las flores podría
ver su trabajo en peligro si el próximo Día de San Valentín los
estadounidenses, asustados por la posibilidad del desempleo, compran menos
rosas para sus novias.
Y en México, millones de familias verían como las remesas que les llegan de
sus familiares en Estados Unidos se harían más reducidas.
En un colapso crediticio, todos pierden
Un "default" estadounidense es una situación tan inusual que es dificil
aventurar hasta dónde llegaría su impacto sobre la economía del país.
Los optimistas apuntan que una breve cesación de pagos que llevara a una caída
en la calificación crediticia de Estados Unidos no sería el fin del mundo.
Pero por otra parte, algunas voces aseguran que el efecto del "default" podría
ser similar o peor al de la caída del banco de inversiones Lehman Brothers en
2008, cuyo devastador resultado fue el congelamiento temporal de los mercados
de crédito, al generalizarse la desconfianza entre los bancos y otros agentes
de mercado, que por unas horas, dejaron de prestarse dinero.
Cuando las autoridades estadounidenses restablecieron la confianza en el
sistema financiero horas después, no pocos dijeron que la economía mundial
había estado al borde de un colapso similar al de la Gran Depresión de los
años '30 del siglo pasado, la misma que empobreció a decenas de millones de
personas y que eventualmente contribuyó a que ocurrieran calamidades globales
tales como la Segunda Guerra Mundial.
Según informa la agencia Reuters, esta semana el banco central estadounidense
llevó a cabo un ejercicio para simular justamente ese escenario, esta vez como
resultado de un hipotético "default" de Washington.
Si los bancos en Estados Unidos sufriesen un colapso generalizado debido a un
pánico generado por un "default", nadie sabe exactamente cuales serían los
resultados en la vida de la gente común y corriente más allá de sus fronteras,
pero pocos dudan que no serían nada placenteros.
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