"Nos preocupa la evolución de los acontecimientos en Libia”, manifestó Lavrov
tras reunirse en Liubliana con el canciller esloveno, Samuel Zbogar. El ministro
ruso de Exteriores constató que la coalición internacional “se involucra
claramente en un conflicto terrestre que entraña consecuencias riesgosas”.
Reafirmó que Rusia exhorta a todas las partes a acatar la resolución 1973 del
Consejo de Seguridad de la ONU. Dicho documento, aprobado el 17 de abril por 10
votos a favor con las abstenciones de Alemania, Brasil, China, India y Rusia,
autoriza una zona de exclusión aérea sobre Libia y otras medidas para proteger a
la población civil del conflicto entre las tropas leales a Muamar Kadafi y los
rebeldes que reivindican su dimisión.
El mandato de la ONU, sin embargo,
no estipula una intervención terrestre.
Francia, Gran Bretaña e Italia anunciaron esta semana el envío de asesores
militares que deberán proporcionar ayuda logística los insurgentes.
Ali al-Isawi, responsable de política
exterior en el Gobierno provisional (Consejo Nacional de Libia) que funciona en
Bengasi, declaró por su parte que los rebeldes necesitan armas y ayuda militar.
No descartó que para vencer a Kadafi se requiera la presencia de “fuerzas
amigas, árabes y musulmanas, en Libia”.
“Los acontecimientos que ahora tienen lugar en Oriente Próximo constituyen un
llamamiento al comienzo de una serie de guerras civiles. Por ello, el
empleo irresponsable de fuerza contra la población civil, así como las
peticiones irresponsables de la oposición para recibir apoyo desde fuera deben
acabar”, afirmó por su parte el canciller ruso Serguei Lavrov.
Además, el jefe de la diplomacia rusa exigió el cese de bombardeos de posiciones
civiles en Libia, porque esos ataques infringen la resolución 1973 del
Consejo de Seguridad de la ONU.
“La resolución (1973) del Consejo de Seguridad de la ONU no contempla muchos de
los ataques aéreos que tienen lugar hoy día (en Libia)”, aseguró Lavrov, al
tiempo de recordar que la zona de exclusión aérea sobre el país árabe no
autoriza el bombardeo de objetivos terrestres sino que sólo debería impedir al
régimen de Kadafi utilizar su aviación militar.
Trípoli está dispuesto a solucionar su conflicto por la vía diplomática y
pide la mediación de Moscú en ello, afirmó por su parte el secretario del Comité
Popular General de Libia, al-Baghdadi Ali al-Mahmudi.
Según informó hoy el Ministerio de Exteriores de Rusia, al-Mahmudi hizo estas
declaraciones en una conversación telefónica mantenida la víspera con el
canciller ruso, Serguei Lavrov.
“El jefe del Gobierno libio expuso su valoración de la situación en Libia,
subrayando el deseo de Trípoli de encontrar una solución política al
conflicto y mostrando el interés en que Rusia colabore en la búsqueda de
esta solución”, dice el comunicado de la cancillería rusa.
Por su parte, Lavrov señaló que la prioridad actual es poner fin al
derramamiento de sangre y al sufrimiento de la población civil libia.
“Para ello se deben cumplir a rajatabla las correspondientes resoluciones del
Consejo de seguridad de la ONU, se debe garantizar un alto el fuego inmediato y
ante todo detener los ataques contra Misurata y otras localidades”, insistió.
Según el jefe de la diplomacia rusa, estas medidas “permitirán crear
condiciones para alcanzar la paz”.
Durante la conversación, mantenida por iniciativa de la parte libia, se destacó
la necesidad de apoyar a los organismos internacionales en su labor de paliar la
situación humanitaria en Libia.
Son las condiciones en las que Rusia
estaría dispuesta a colaborar en el esfuerzo de la Unión Africana y la ONU
por encauzar la situación por la vía política y diplomática.
Según aseveró al-Mahmudi, el Gobierno de Libia está dispuesto a cumplir
íntegramente las resoluciones 1.970 y 1.973 del Consejo de Seguridad de la ONU.
Mientras tanto, agencias internacionales informaron que esta mañana las fuerzas
del líder libio Muamar Kadafi reanudaron los ataques contra Misurata, ciudad en
el noroeste del país controlada por los rebeldes.
Según estas informaciones, al menos 24 personas murieron y otras 75 resultaron
heridas a causa de los ataques.
Anteriormente, las autoridades libias anunciaron el cese de operaciones
militares contra Misurata para que “las tribus locales ayuden a buscar una
solución diplomática al conflicto”.