Se encuentra más vigente que nunca nuestra apreciación (Bajo la
Lupa, 20/3/11) sobre "la batalla por el petróleo de Libia y la esquizofrenia
occidental", así como el riesgo de su "balcanización" y la emergencia jihadista del "emirato islámico de Bengasi" (Bajo la Lupa, 23/2/11) y que
ahora admite hasta Wall Street Journal (2/4/11). La historia trágica
del coronel Kadafi tiene mucho parecido con la de Saddam Hussein en Irak. La
imaginación de las potencias neocoloniales hoy en declive no comporta mucha
variación.
Saddam fue usado en su guerra pírrica contra Irán, para luego ser torturado a
fuego lento con "zonas aéreas de exclusión" edulcoradas con su satanización
multimediática y, finalmente, ser oprobiosamente ahorcado.
Hasta Alan Greenspan, malhadado y malvado gobernador de la Reserva Federal
–brujo aprendiz de la peor crisis multidimensional de la historia– confesó que
el motivo de la guerra de Irak fue el petróleo.
Hoy el coronel Kadafi ha sido colocado en las gemonías por el hipócrita "
Occidente"(menos Alemania). En dado caso de que el coronel Kadafi sea
axiológicamente indefendible, lo es infinitamente mucho más la triada extraña de
Sarkozy-Obama-Cameron (en ese orden misilístico de sus bombardeos
intervencionistas para favorecer a una tribu contra otra), al haber aceptado los
depósitos de la gran riqueza libia en sus bancos de Wall Street y Londres (que
luego confiscó olímpicamente; como sucedió con los depósitos del sha de Irán
hace 32 años, que aún no devuelve EU) y al haberle procurado gran parte de su
arsenal.
Previa ingesta de un antiemético, recomiendo consultar el inigualable álbum
de fotos de Réseau Voltaire (Un festival de hipocresía”;
www.voltairenet.org/article169090.html) del coronel Kadafi con sus aliados
de ayer y verdugos de hoy: Sarkozy, Blair, Brown, Obama, Berlusconi, rey Juan
Carlos, Barroso, etcétera.
¿Qué habrá sucedido tras bambalinas para que el coronel, tardíamente converso
a las supuestas bondades tanto del neoliberalismo financiero como del modelo
blairiano cuan demencial de la tercera vía de Anthony Giddens (el gran
gurú de la London School of Economics), haya sido colocado en las gemonías de "
Occidente" (sin Alemania)?
Se recuerda que el hijo "reformista" del coronel Kadafi, Saif Al Islam ("filántropo"
de la London School of Economics, por lo que fue eyectado su director en forma
humillante), privatizó el total de 16 bancos libios (Nota: al estilo neoliberal
itamita "mexicano"). ¡Más se entregan y peor les va!), entre
ellos, seis concedidos a la banca de sus hoy ingratos verdugos, lo cual provocó
un despido masivo de casi 400 mil empleados bancarios (una parte nada desdeñable
de los contestatarios) en un país de 6.5 millones de habitantes (ver El
Neoliberalismo provocó la revuelta árabe; Radar Geopolítico, de Contralínea,
20/3/11).
Sátrapas van y vienen en el mundo árabe, pero el petróleo y el agua
permanecen como la única constante de la política neocolonial del siglo XXI por
potencias hoy en franca decadencia que huyen hacia delante.
Hoy el telón del proscenio teatral de "Occidente" (sin Alemania) se
finca en la superchería de la "protección humanitaria a los civiles", que
estimula un flagrante intervencionismo neocolonial.
De vez en cuando falla el tino de los misiles Tomahawk, y como
daño colateral y fuego amigo asesinan a más de una docena de "
rebeldes libios", a quienes alegan rescatar de la muerte segura a manos del
coronel Kadafi: las tribus jihadistas "prodemocracia" aliadas de Al Qaeda
en Bengasi, que son usadas como vulgar carne de cañón para los propósitos
aviesos de "Occidente"(sin Alemania).
Cuando se recorre el telón teatral aparece todo el drama verdadero detrás de
la guerra contra Libia: el control del mayor acuífero del planeta y la captura
de sus hidrocarburos, cuyo 80 por ciento se encuentra en la región de Bengasi
dominada por los aliados jihadistas de Al Qaeda de Francia, EU y Gran Bretaña
(Ver La coalición occidental se apodera de 80 por ciento del petróleo de Libia;
Radar Geopolítico, de Contralínea, 3/4/11).
No importa que la mayoría de los rebeldes "prodemocracia" de Bengasi
hayan resultado miembros de Al Qaeda según un estudio del 2007: Harmony Project,
del Centro de Combate al Terrorismo de la Academia Militar estadounidense de West
Point. A estas alturas de hambruna y sed globales, específica y exquisitamente
mediorientales, ¿a alguien en "Occidente" (menos Alemania) le importa la
congruencia? Recorramos sucintamente su telón teatral.
Según Stratfor, centro de pensamiento texano-israelí, GB libra la guerra
contra Libia para reposicionar a su petrolera BP (que salió despellejada después
de su depredación ambiental en el Golfo de México). BP ya no desea obtener sólo
el 15 por ciento minoritario en su acuerdo petrolero con Kadafi (Business
Week, 31/5/07), sino va por el control mayoritario, lo que hace que el
coronel se vuelva desechable. Nada nuevo sobre la legendaria codicia petrolera
anglosajona.
En el siglo XXI, "la ruta trágica de los hombres perversos" (filósofo
galo René Girard dixit), los hidrocarburos y el agua se entrecruzan con
peculiaridad notable en Medio Oriente.
Lo novedoso de la guerra contra Libia no es la captura de sus hidrocaburos,
un truismo ya muy aburrido, sino el control del mayor acuífero del planeta –del
orden de 2 millones de kilómetros cuadrados, equivalente a todo "un México
acuático"–, que abarca la parte oriental de Libia (léase: Cirenaica y su
capital Bengasi), casi todo Egipto y partes considerables de Sudán y Chad, lo
cual ha sido expuesto por la AIEA como Sistema Acuífero Nubio de Arenisca (NSAS,
por sus siglas en inglés).
Los alemanes Martina Müller, Claudia Dengler y Felix Leicht, investigadores
de la Universidad de Stuttgart (www.warem.unistuttgart.de/.../NubianSandstoneAquiferSystem.pdf)
exponen la geografía del NSAS, "el mayor acuífero del mundo"(¡150 mil
kilómetros cúbicos de agua fósil¡) que comparten las transfronteras de cuatro
países: casi todo Egipto (80 por ciento), con una extensión de 826 mil
kilómetros cuadrados; el sudoriente de Libia (la Cirenaica, capital Bengasi) 760
mil kilómetros cuadrados; el noroccidente de Sudán ya balcanizado (básicamente
Darfur, a punto también de ser balcanizado) 376 mil kilómetros cuadrados, y el
nororiente de Chad, 235 mil kilómetros cuadrados.
Probablemente, el pecado capital del coronel Kadafi consista en haberse
atrevido a desarrollar, a su cuenta y riesgo, el mirífico proyecto de título
megalomaniaco Río Grandioso (sic) Hecho por el Hombre (GMRP, por sus siglas en
inglés), a un costo de 20 mil millones de dólares (datos de la Sociedad
Estadounidense de Ingenieros Civiles): un acueducto de 4 mil kilómetros de largo
que extrae parte de las aguas del NSAS y que la publicidad de la oclocracia
kadafista catalogó como "la octava maravilla del mundo".
El GMMR del coronel Kadafi empezó a sustraer sustanciales cantidades de agua
del acuífero NSAS: 2.37 kilómetros cúbicos al año para abastecer el oasis Al-Khufrah
(en el sur-oriente de Cirenaica).
A nuestro juicio, lo más grave radica en los costos competitivos por metro
cúbico del fenomenal proyecto acuífero de Kadafi: 0.35 dólares frente al agua
desalinisada, que es mayor a 3 dólares, de la "tecnología"
franco-anglosajona: casi 10 veces menos. ¡Maten a Kadafi, se pasó de raya!